Dancer
Había una lista muy corta en los favoritos de Min YoonGi. De hecho, solo existían dos favoritos...
1. JiMin.
2. Música.
Para nadie era oculto la preferencia suya hacia JiMin, y tampoco es que intentara ocultarlo, su prometido era increíble.
JiMin era conocido como un estupendo bailarín, incluso él lo admiraba mucho, esos movimiento de cadera eran ilegales. JiMin sabía sobre su debilidad al verlo bailar, y la utilizaba para seducirlo o solo para que le prestara atención. Los chicos estaban al tanto de las habilidades de JiMin, pero ninguno sabía la forma en que lo utilizaba cuando se encerraban en el estudio del mayor. YoonGi estaba agradecido con los puntos ciegos dentro del estudio, su novio sabía de ellos y los utilizaba a su favor.
Esa noche ambos se habían excusado con quedarse practicando, YoonGi emprendió el camino a su apartamento, JiMin le había notificado que ya estaba allí esperandolo con la cena.
En el camino pensaba como es que terminaron juntos, ambos eran polos opuestos, los fans lo recalcaban constantemente, incluso creían que no se llevaban bien. Además de quererlo como un hermano al que cuidar, YoonGi se preocupaba por JiMin a su manera, y eso a veces ni los chicos lo entendían.
Él se preocupaba por JiMin, sentía esa necesidad de protegerlo del mundo agresivo al que se enfrentaban como grupo. Fue una noche donde ambos estaban cansados, JiMin lo había ido a buscar a su estudio, YoonGi estaba agotado emocionalmente que ambos se pusieron a beber en cuanto llegaron al apartamento del mayor, SeokJin los había llamado recibiendo una corta respuesta que afirmaba que estaban seguros.
Esa noche, en medio de conversaciones donde se quejaban de todo, exhaustos de las críticas, agotados del rechazo incluso de aquellos que decían ser sun fans porque lo que habían idealizado no era lo que ellos realmente eran, se dejaron llevar sin ser tan inconcientes del todo.
Los besos comenzaron, YoonGi solo sujetó la cintura de JiMin, hasta que lo tuvo encima de su regazo, estaban en el piso de la sala del apartamento del mayor. YoonGi estaba apoyado en el sofá de dos piezas, sus manos recorrían la espalda de JiMin, y su menor halaba sus cabellos negros de ese momento, sus cuerpos reaccionaron, no sabe si fue el beso, el alcohol en sus sistemas, el estrés, la frustración o todo junto pero ninguno de los dos se puso a pensar si era correcto o no lo que estaba por suceder.
Recuerda que despertaron un par de horas después, ninguno mencionó nada al respecto, lo mantuvieron en secreto, una semana más tarde, YoonGi volvió a tener a JiMin en el estudio, ambos con preguntas. Las dudas, los cuestionaminetos y las palabras dichas llevaron a intentar una relación con fines de liberar estrés, nadie lo sabía ni tenían porque saberlo. Era cosa de ellos...
Con el pasar de los meses, ya no solo era tiempo compartido en la cama, ya habían muchas actividades que hacían juntos, y eso encendió las alertas en los directivos sobre lo peligroso que era que se mantuvieran tanto tiempo juntos, al principio no hubo problema, tuvieron un poco de distancia en el edificio y frente a las cámaras. Los primeros días alejados les fue bien, pero conforme las semanas pasaban se dieron cuenta que no solo extrañaban sus noches juntos, también extrañaban los mimos, los silencios cómodos, la forma discreta en que entrelazaban sus meñiques... se extrañaban...
YoonGi pudo ver como la distancia los afectó a ambos, JiMin adelgazó demasiado, él no podía concentrarse y como grupo estaban pasando una racha dificil también. Estaban agotados...
JiMin y él discutieron mucho, al punto de descargar sus frustraciones de una pésima manera, ninguno se merecía el desplante del otro, y a veces YoonGi se pregunta que hubieran hecho sus amigos si se hubieran enterado del sin fin de discusiones que tuvieron.
Luego del termino de su primer período de contrato, las cosas empezaron a cambiar, ya no tenían tantas prohibiciones, aun así debían ser cuidados frente a los medios... y las visitas nocturnas volvieron...
La separación fue caótica, todo los llevó al límite, y una noche el reencuentro de lo que habían anhelado por fin tuvo oportunidad. Esa noche se besaron, fue como sentir la magia de un primer beso, fueron caricias de añoranza mutua.
YoonGi sonríe... vaya, habían pasado mucho antes de llegar a ser una pareja. Tuvo que controlar sus celos, porque resulta que el movimiento de caderas de su novio es una hipnosis para quien lo vea.
Al llegar a su edificio, se da cuenta que el camino se sintió corto en medio de sus recuerdos.
Sube hasta su piso, abre su apartamento con el código correspondiente y entra, el pasillo tiene una luz tenue, de lejos una melodía que conoce perfectamente, él la compuso para su novio... pero nadie tenía que saberlo.
Sonríe...
No hay nada que le fascine más que sus favoritos juntos en el mismo espacio...
- Yoon...- JiMin se acerca con esa aura sensual que lo caracteriza, pero aun con esos ojos brillantes, YoonGi puede ver cierto rubor provocado por la timidez. Deja sus cosas en el piso y rodea esa cintura que lo vuelve loco con sus brazos.- Bienvenido a casa...
- Hola, mi amor...- JiMin ríe satisfecho, y la atmósfera sufre un ligero cambio, de erótico parece tornarse romántico y eso le encanta.
- ¿Recuerdas que día es hoy?- pregunta con ilusión. Ese tono de voz tan dulce llena su sistema, no puede explicar correctamente el efecto que su pareja tiene sobre él. Le fascinaba todo de él.
- Claro...- YoonGi lo acerca más a su cuerpo, quiere que sienta los efectos que provoca su presencia. El ambiente se vuelve cálido... y sensual cuando siente una mordida en su labio inferior. JiMin deja un sendero de besos hasta su cuello, toma su mano y lo lleva al sofá individual. El espacio parece tener luces rojas y algunas blancas, podría confundirse con una decoración navideña pero la opacidad no permire pensar más.
- Te tengo una sorpresa...- JiMin le susurra y deja una suave mordida en su oreja, YoonGi jadea sorprendido y extraña tener las manos sobre el cuerpo de su novio cuando siente que se aleja. No quiere perder el calor que le provoca su cercanía.- Feliz aniversario, Yoon...
La música que él conoce, cambia a una de géneros más latinos, JiMin la hace ver como una verdadera obra de arte cuando desliza sus manos sobre su cuerpo, levanta su camisa lo suficiente para que pueda apreciar el tatuaje de su costado, lo suficiente para que pueda contemplar uno de sus lindos pezones bronceados... su boca se seca cuando su novio se quita el pantalón frente suyo...
La música no se detiene y aunque quisiera moverse, hay algo que solo le permite contemplar a JiMin, quiere guardar cada detalle, la forma en que sus manos se curvan por su piel, el sutil e hipnotico movimiento de cadera, la forma en que su cabello también se mueve, su respiración relajada y su personalidad tan confiada...
Poco a poco, JiMin se acerca, YoonGi estira sus manos y asegura el agarre cuando su novio se sienta en su regazo, moviendose hacía arriba, lo suficiente para encender chispas en los lugares correctos, amando la superficie suave de su piel...
JiMin le sonríe y el beso que ha esperado desde que ingresó a su apartamento, le es otorgado con parsimonia, el movimiento sutil de JiMin sobre él le hace sonreír...
- Me gustas, Yoonie...- JiMin le susurra con una sonrisa que es dulce y se acopla al momento.
- Tu me encantas, cielo...- YoonGi le responde, sus manos abandonan su espalda y cintura para dirigirse a su rostro, sujeta con delicadeza y le acerca para fundirse de nuevo en sus labios.
Todo es suave y sin presiones...
Las caricias se hacen presentes de nuevo cuando poco a poco la ropa restante se desvanece de sus cuerpos.
- Joder...- YoonGi susurra cuando nota la silueta del cuerpo debajo suyo, ama la anatomía de su novio, no solo la silueta, sino que también el color de piel, la forma en que su piel se ruboriza ante él, los temblores cuando lo complace, la piel al erizarse por sus caricias.
La alfombra de la sala parece ser el lugar donde se reunen, con cuidado YoonGi se acomoda, amando ver las caderas de su novio.
- ¿Te gusta lo que ves?- pregunta JiMin, sujetando la barbilla de su novio, YoonGi jadea. JiMin era capaz de robarle el aliento con una palabra o una expresión facial. Bastaba el brillo de sus ojos.
- No tienes idea... no te puedes imaginar como me encantas...- los besos son sutiles, no hace falta más cuando los brazos y piernas de JiMin rodean el cuerpo de YoonGi, es una clara invitacón a todo, a disfrutar de ese abrasador sentimiento que los invade al mirarse mientras ensayan o cuando interactuan frente a las cámaras. Sabiendo que allí, dentro de ese apartamento son libres de restricciones.
El ritmo incrementa conforme la pasión desborda en medio de ambos, JiMin jadea y ríe entrecortado cuando YoonGi le deja moverse libremente sobre su pelvis...
Es maravilloso como ellos dos terminaron juntos. No estaba en sus planes, pero estando allí, compatiendo no solo la música, se dan cuenta que los brazos del otro son su lugar seguro. Y quizás así deba sentirse el amor...
YoonGi reposa sus manos en los muslos de su novio, maravillado como aun en medio de su intimidad la música de fondo genera armonía con los movimientos de JiMin...
Y cuando la última canción suena...
- Te amo...- el beso corta las palabras, y las estrellas parecen caer sobre ellos, el mundo se ha reducido solo a ese íntimo instante, donde se sienten fascinados y rebosantes.
Unos minutos en silencio, con YoonGi acariciando la piel desnuda de su novio y JiMin dibujando trazos sobr el pecho descubierto del contrario, les hace sentir bien, como aquella vez en que JiMin le mostró su coreografía por primera vez, como cuando YoonGi le pidió ayuda con las guías de sus canciones...
Era perfecto... YoonGi lo sabía, quizás no podía hacer que nadie dejara de admirar el talento de su pareja pero si podía amarlo solo como él lo hacía.
- Nuestros anillos lucen perfectos...- JiMin le susurra al ver su dedo anular.
- Claro, los escogiste tu, mi cielo...
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