II [Bakugo]

¿Y si reescribo las estrellas?
Decimos que fuiste hecho para mí
Nada podrá separarnos
Serías aquel a quien se supone debía encontrar.


La madrugada era longeva, Bakugo se encontraba en su hogar mirando el techo como si fuera lo más increíble del universo, acostado sobre un sofá marrón tan solo en bóxer y una vieja camisa gris de tirantes que solía utilizar para dormir, la oscuridad de la habitación era su acompañante y su mente era inundada con muchas preguntas.

Pero la que más resaltaba era ¿Qué debo hacer?, de joven era alguien impulsivo y seguro de sí mismo, sabía que llegaría lejos desde pequeño, sabía que se convertiría en el héroe numeró 1 de sus tiempos, lo había logrado; pero no encontraba regocijo en eso.

No le había costado nada serlo.

Desde pequeño lo sabía, simplemente espero el día en que se hiciera realidad y cuando llego, no supo cómo reaccionar; la razón fue que su rival y retorcido amor no estaba para hacer competencia, Todoroki no era rival; y ni hablar de los otros héroes que apenas resaltaban entre los demás. ¿Cómo considerar eso algo con lo que alardear? O siquiera recibir mérito.

Katsuki era joven, no tenía 20 pero estaba lejos de los 30, y aunque no lo admitiera en alto comenzaba a darle importancia a las quejas de su madre sobre la prolongada soltería que según él tenía. Fácilmente veía a Izuku 4 veces a la semana –por la noche- las ocasiones donde ambos peleaban hasta que uno se retirara ya no las contaba.

¿Cómo decirle a su madre que la persona de la cual estaba enamorado hace años era el villano más peligroso del país? Se sentía como si el destino le hubiera fallado, se sentía inconforme con lo que le había tocado, ¿De qué servía salvar a un montón de extraños, si no pudo salvar a la persona más importante en su vida?

Los rayos solares bañaban lo que sería las espaldas de los estudiantes de la tan aclamada escuela U.A. además de que se reflejaban en la superficie cristalina de la piscina de las instalaciones, la cual en esa tarde se había utilizado para dar diversión a la clase 1-A de héroes.

— ¡Vamos Todoroki!—gritaron algunos a la orilla de la alberca mientras veían como los tres mejores de las competencias de natación estaban preparándose para saltar y decidir de una buena vez quien era el mejor de la clase.

— ¡Bakugo no pierdas!— animo Kirishima a su amigo rubio el cual ya tenía su estrategia perfectamente diseñada en su mente para derrotar al dúo de "bastardos"

—Como si eso fuera posible. — susurro con sorna

El trio de adolescentes estaba preparado para salir cuando una explosión a las lejanías les hizo dirigir su atención a ese punto en específico. — ¡¿Un villano?!— grito Mineta horrorizado.

— ¡Chicos! ¡Guarden la calma! Está a gran distancia y estamos en la U.A. estamos a salvo—dijo Tenya con seguridad mientras que sus manos se movían de una forma tan alarmante que era contradictorio.

— ¡En la cafetería hay un televisor!— grito Denki quien con su mano izquierda hizo un gesto indicando que los demás lo siguieran.

Y así fue, la clase entera corrió en dirección a la cafetería para poder ver aquel ataque con seguridad, Jiro fue de las primeras en llegar al lugar y con su audífono fue capaz de encender el televisor presionando el botón de encendido.

El aparato no tardo más que un segundo para encenderse y la misma que le encendió busco rauda el canal de noticias con su audífono — ¡Rápido Jiro!—pidieron ansiosos algunos de sus compañeros.

— ¡Para es ahí!— grito Ochaco mientras le ponía la mano sobre su hombro.

—Estamos recibiendo múltiples reportes de desaparecidos y heridos, los héroes están haciendo lo posible para agilizar la evacuación y dar prioridad a los heridos auxilios básicos mientras llegan los paramédicos. —

La cámara dejo a la reportera en segundo plano para enfocar la zona atacada y cuando el lente de la cámara enfoco, dos de los estudiantes reconocieron el lugar, Katsuki miro fugazmente al peliverde no muy lejos de donde se encontraba, estaba pálido y con los ojos desorbitados.

—Mi... Midoriya ¿Esa no es la zona departamental dónde vives?— Pregunto alterado Mineta, pues apenas unas horas antes él junto a Kaminari le habían ido a buscar en esas instalaciones.

La clase miro al pecoso de ojos jade, el temor y los nervios se podían sentir con claridad, Bakugo frunció el ceño y causo una explosión —Silencio basura, trato de escuchar— inconscientemente el rubio camino hasta estar detrás de Midoriya.

Este temblaba por los nervios y la angustia —Mamá...— susurro nervioso el de cabellos rizados mientras miraba el televisor como el resto.

— ¡Ya estoy aquí!—

— ¡Damas y caballeros! ¡El símbolo de la paz acaba de llegar para ayudar! Al parecer los causantes de este ataque es la conocida Liga de villanos quien hace poco realizo un ataque a las instalaciones de U.A— hablo la reportera quien mostraba un semblante más calmado y a la vez la tensión entre los alumnos disminuía con la idea de que si All Might estaba allí todo estaría bien. —Aunque aún no sabemos que es lo que la liga de villanos busca en estas unidades después de atacar...—

¡BAAAM! ¡BOOOM!

Detrás de la reportera se escucharon gritos y se divisaron explosiones, el corazón de Izuku estaba por salir de su pecho o detenerse por tan elevado ritmo, aun así de entre toda esa catástrofe All Might salió impulsado de uno de sus saltos con la señora Inko entre sus brazos tosiendo y con un paño cubriendo sus labios y nariz evitando inhalar humo.

De los labios de Izuku salió un sonoro suspiro, su madre estaba a salvo —Gra-gracias— dijo la amable señora mientras era dejada en el suelo con cuidado.

No paso mucho cuando el símbolo de la paz nuevamente salto al desastre y la reportera aprovecho para hacer una rápida investigación de lo que había ocurrido — ¡Señora! ¡Noticias al momento! ¿¡Puede decirnos que es lo que ocurrió?!—

La regordeta señora estaba con un poco de hollín en el rostro pero ninguna herida a la vista, esta estaba algo nerviosa — Pues yo...— nuevamente fue interrumpida al escuchar más explosiones.

La cámara giro velozmente para enfocar el disturbio, solo un segundo, solo fue eso cuando una bruma oscura y purpura rodeo a la señora Midoriya, el camarógrafo actuó por reflejo tiro la cámara para ayudar a la señora quien grito en ayuda — ¡Mamá!— grito Izuku quien para su buena o mala suerte había evitado ver como su madre era llevada por Kurogiri gracias a que Katsuki en un reflejo le cubrió los ojos a Izuku. — ¡MAMÁ!— este trato de zafarse para acudir en ayuda de su madre aunque sabía perfectamente que era tarde.

— ¡Deku-kun!— Ochaco trato de acercarse para tranquilizarlo pero fue inútil, Bakugo lo sujetaba con su brazo izquierdo mientras que con el derecho aún mantenía sellada la vista del menor.

— ¡Oí nerd! ¡Tranquilízate!— grito Bakugo poniendo más fuerza en su agarre — ¡No puedes hacer nada! ¡Déjaselo a All Might!—En ese momento no lo pensó o nunca se le ocurrió que hablaba sin pensar, pues unas cuantas horas después darían la peor noticia del mundo.

El símbolo de la paz ha muerto.


Y por si fuera poco... una semana después de la desaparición de su madre y muerte de su ídolo, en la puerta del hogar de Gran Torino, donde Izuku se alojaba temporalmente dejaron una caja de regalo con una tierna nota de Himiko Toga:

"Querido Izuku-kun,

quiero decirte que tu madrees la persona más dulce y adorable que eh conocido jamás.

La forma en como suplico por verte y no hacerte daño

¡Fue asombrosa! ¡Me estremeció!

Pero lo mejor... fue verla llorar cuando con mis cuchillos le desprendían la piel frente a sus ojos

¡Eso me éxito tanto! Que cuando tenía ganas de más ya no tenía que quitarle.

¡Eh echo una alfombra! Espero que te encante

Tanto como a mí.

La nota venia cubierta de besos y debajo de esta, envuelta en una sábana manchada de sangre seca se encontraba cuidadosamente doblada la piel de su madre.

No grito en el momento, pues estaba en shock, lo único que su cuerpo pudo hacer para que su cuerpo expulsara toda esa tristeza y desesperación fue derramar lágrimas sin control alguno, Sorahiko lo sedo esa noche, no pudo hacer otra cosa para que evitara destruir su propio cuerpo con el poder heredado por Yagi.

En el funeral de su madre parecía muerto en vida, por más que trataron de consolarlo nadie podía llegarle, se quedó estático frente a la tumba de su madre o al menos de la parte que le habían regresado; "Descanse en paz Inko Midoriya, amada madre y generosa alma" seguido de su año de nacimiento y año actual.

El cielo se teñía en tonalidades violetas, junto con el azul de la noche, era una vista hermosa. —Pero no tanto como tú, mamá— hablo Izuku frente a la tumba, soltó un chillido —Nunca te pude agradecer... el haberme cuidado, el haberme arropado de noche, nunca le hizo justicia el "estuvo delicioso" después de cada comida...— su voz tembló y sus ojos comenzaron a inundarse — ¡trate de decirte siempre lo mucho que te amaba! ¡Pero ahora siento que no fue suficiente!—sus piernas dejaron de sostenerle y callo de rodillas frente a su lapida repletas de flores — ¡Mamá!— grito y apretó la hierba entre sus dedos — ¡Mamá perdóname! ¡Aun teniendo este poder, no pude salvarte! ¡Seguro estás decepcionada! ¡Debes odiarme! ¡Mamá!— la garganta estuvo a punto de desgarrársele por el constante esfuerzo así como sus ojos comenzaban a hincharse.

Una delicada mano se colocó sobre su hombro y con delicadeza le jalo hasta enderezarlo para abrazarlo por la espalda con ternura, una muy similar a la de su madre —No digas eso cariño— la señora Bakugo le abrazo lo más fuerte que pudo, acariciando sus risos e intentando contenerse de llorar con él —Tu madre era la persona más pura que conocí, te aseguro que ella jamás odiaría a su amado hijo, jamás— el llanto continuo hasta estar completamente a oscuras; los Bakugo llevaron a Izuku a su hogar inconsciente, pues se había quedado dormido, ya no tenía fuerza para llorar, no tenía fuerza para pedir perdón y a causa de ello se durmió tranquilo en los brazos de la señora Bakugo.

Al llegar a su hogar Katsuki le cargo, rodeo su espalda y con su otra mano sujeto las flexiones de las rodillas, a pesar de tener una musculatura similar a la suya, se sentía tan liviano, ingreso a la casa y lo dejo con cuidado sobre el sofá. —Katsuki, deja que descanse en tú habitación — pidió su madre.

—Me quedare con él— confeso Bakugo, subió a su habitación por un par de almohadas junto con un futon y unas cobijas, sus padres no le negaron, por el estado de Izuku lo agradecieron enormemente.

Bakugo mantenía cerrados sus parpados, empero estaba lejos de ser capaz de dormir, pronto los sollozos de su huésped le alertaron — ¿Deku?— pregunto mientras se levantaba del futon en el suelo, quedando justo a la altura de Izuku por el sofá.

— ¿Kacchan?— sollozo de nuevo abrazando la almohada que habían dejado cuidosamente bajo su nuca para mayor comodidad, Izuku lagrimeo —Si estás aquí... significa que no fue una pesadilla—se aferró a la almohada aún más.

Katsuki acaricio sus cabellos, odiaba admitirlo pero no se imaginaba por lo que estaba pasando; se levantó del suelo se sentó al lado de Izuku quien de inmediato se refugió en sus brazos, poco le importaba si podía volarlo en mil pedazos, podía ser lo mejor, enviarlo a donde se encontraba su madre —No Deku, no lo fue. — Katsuki le abrazo y Midoriya solo puedo llorar en su pecho.

—Debería seguir tu consejo y lanzarme por una ventana— Bakugo gruño, no era el momento para recordar eso y mucho menos lo dejaría hacerlo.

—No seas estúpido— lo alejo de su pecho viendo sus ojos llenos de lágrimas y suplicantes, tomo su mandíbula con ambas manos y le beso, no supo porque, quizá fue el hecho de que lo vio sufriendo, falto de cariño, de consuelo y Katsuki odiaba esa maldita expresión.

Izuku no le rechazo, con vergüenza cerro sus ojos, dejando reposar una de sus manos en el hombro de Katsuki y la otra en el pecho; sintiendo como incremento su pulso, finalizaron el beso y se alejaron con cuidado juntando sus frentes y rosando la punta de sus narices. —Kacchan... tú me— tartamudeo.

—Si vuelves a decir algo así, te matare— Izuku paso saliva, y miraba los labios de Bakugo para después sus ojos continuamente, era claro que estaba inconforme con solo un beso.

La mano que estaba descansando sobre el pecho de Katsuki le acaricio hasta llegar a sus labios y contornearlos con su dedo delicadamente. —Y si... en vez de matarme, me silencias con otro beso— sugirió bajando el tono de su voz en su alternativa atrevida.

Katsuki no hiso gesto alguno, Izuku no sabía si le había incomodado, lo había molestado o le había gustado la idea, y mucho menos tenía el valor de preguntar. Bakugo gruño y al acto acomodo al pecoso sobre él, haciendo que estuviera más cerca poniendo una de sus piernas en cada costado de su cadera.

Izuku estaba montado sobre Bakugo, quien tomo los brazos del chico y los pasó detrás de su cuello dando a entender que lo abrazara, Katsuki soltó los brazos de Izuku y este no los retiro, al contrario incluso entrelazo sus manos detrás de su cuello. —Hazlo— ordeno Bakugo.

Las pecas en su rostro estuvieron casi por desvanecerse con ese sonrojo hasta las orejas, Izuku asintió y acorto distancia. —Kacchan, cierra los ojos— murmuro, Bakugo obedeció.

Con pena roso los labios de Bakugo, quien por reflejo al sentir el contacto levanto ligeramente los hombros, Izuku cerro sus ojos para besarle, fue un tacto tímido y rígido. Bakugo acaricio su cintura mientras profundizaba el beso, primero mordiendo levemente su labio y chuparlo para hacerlo abrir su boca pudiéndolo besar mejor.

Con el único propósito de recuperar el aliento Izuku jadeo y regreso al contacto que estaba comenzando a entender, las manos de Bakugo se adentraron debajo del chaleco y camisa de vestir que aún tenía puesto Izuku por el funeral; el otro no se quedaba atrás, sujetaba los cabellos de Bakugo e introducía lentamente su lengua, el rubio no perdió el tiempo y le imito no sin antes chupar la lengua invasora.

Esos besos tímidos habían evolucionado a unos más intensos pero no dejaban de sentirse cálidos y tiernos, continuaron hasta que Bakugo lo separo bruscamente, la tentación se hacía mayor y si Izuku no se había percatado pronto notaria que debajo de él estaba creciendo una parte de su cuerpo. —Kacchan— jadeo Izuku —No...— suplico intentando acercarse.

Bakugo trataba de normalizar su respiración, mientras tomaba por los hombros a Izuku firmemente tratando de que no se acercara. —No lo entiendes— gruño —Estoy utilizando la poca cordura que me queda, otro poco más y...— no termino la frase por vergüenza.

Izuku le miro suplicando, parecía que él ya había pasado ese límite hace varios besos y toqueteos atrás —Pero... y si yo lo quiero— Bakugo le miro con el ceño fruncido.

—No podré detenerme— debatió, tratando de hacerle ver que quizá sería una mala idea.

—No quiero que te detengas... — Izuku retiro las manos de Bakugo que le evitaban acercarse y tomo su rostro. —Kacchan... hazme olvidar a mamá— Katsuki gruño, pero obedeció.

Le beso una vez más antes de probar su cuello, al hacerlo Izuku tembló y dejo salir un sonido tan tierno y provocativo a la vez que Bakugo deseo tocarlo aún más y poder escucharlo de nuevo, sus manos invadieron su trasero debajo de la ropa y a la vez lamia el lóbulo de Izuku, haciéndolo hacer mucho ruido. —Silencio Izuku... mis padres estaba arriba durmiendo y joder, no quiero que molesten—

Izuku mordió el hombro de Bakugo tratando de aminorar el ruido, se abrazó fuertemente a su espalda, mientras que el otro desabrochaba los pantalones de vestir, Izuku al ver que tenía problemas con sacar el pantalón se recostó sobre el sofá y levanto las piernas.

Bakugo aprovecho la acción y junto con el pantalón retiro el bóxer también. —Desabróchate— ordeno mientras él se deshacía de su ropa inferior, Midoriya hizo caso y con torpeza se quitó el chaleco y desabotono su camisa sin dar tiempo a quitarla, pues Bakugo lo había levantado para volver a ponerlo sobre él.

Volvió a besarlo, acaricio sus piernas recorriendo de los muslos hasta su trasero para tocarlo indiscriminadamente, Izuku gimió con cada tacto y el rubio intento silenciarlo besándolo, Izuku se atrevió a tocar la parte de Bakugo, hacia un vaivén suave mientras Katsuki se divertía con los glúteos del pecoso.

No se contuvo más e introdujo dos dedos en el chico, únicamente le causaron incomodidad empero no dejo de masajear a Bakugo, sentía como los dedos se adentraban un poco más conforme su amante los introducía hasta sentir un tercer dedo.

—Kacchan... más— gimió en su oído y eso fue suficiente para Bakugo.

Tomo la cadera de Izuku y la subió hasta donde pudiera acomodar lo para introducirse dentro de él —Te haré sentir bien, entrégate a mí y no volverás a sufrir— beso a Izuku y poco a poco fue entrando en él.

Izuku rehuía, era su primera vez y le era doloroso el que Bakugo le penetrara, sin embargo no había otra cosa que quisiera más en esos momentos —Siempre seré tuyo Kacchan... nunca me abandones— lo abrazo por el cuello.

Bakugo había entrado completamente y se sentía mejor de lo que se podía llegar a imaginar alguna vez —Joder, eres excelente, estas tan aggh— gruño y beso nuevamente a Izuku, bajo la camisa hasta sus codos y beso y marco su piel nívea y virgen de cualquier otra persona, su instinto primitivo de marcar y poseer lo estaba dominando.

Izuku le imito mientras con cuidado movía sus caderas, y seguía abrazándolo, mordió la oreja de Bakugo y gemía sobre ella —Más... por favor Katsuki— el rubio lo tomo por la cintura, haciendo que se moviera de atrás para adelante y después haciendo que lo montara como él tanto quería.

Ambos jadeaban tan sonoramente que Katsuki no podía evitar echar una rápida mirada a las escaleras de vez en cuando, podría morir en manos de su madre si lo encontraba siendo montado por Izuku, pero no se detendría, en ese momento se sentía en el paraíso.

Recostó a Deku sobre el sofá una vez más, se sostuvo del brazo del mueble y continuo moviéndose hasta el cansancio, hasta hacer olvidar a Midoriya que su madre estaba enterrada, lo único en lo que tenía que pensar en ese momento era en Katsuki besando su cuello y dejando múltiples marcas en su perfecto cuerpo.

—Kacchan, me, me voy a venir— jadeo quedito, rodeo el cuello de Bakugo tratando se acercarlo para besarlo —Hazlo conmigo... márcame como tuyo por dentro— gimió y enredo sus piernas en la cintura de Katsuki.

—Maldición Izuku— se quejó y aumento el ritmo hasta casi hacer gritar a Izuku, le comió la boca con el único propósito de que no hiciera demasiado ruido y por fin pudo llenarlo, sentía como el glande dejaba salir su semen por lo apretado que estaba y en ese momento sin querer Izuku se hizo adicto a esa sensación.

El reloj de la cocina apuntaba 1:23 a.m. ambos estaban sudados, y manchados; después de cerciorarse que sus padres continuaban dormidos ambos se metieron al baño, la regadera tenía una temperatura perfecta y el caer del agua era reconfortante en cualquier zonda donde tocaba.

Hace tiempo terminaron de asearse pero ninguno había tomado la toalla para secarse, Katsuki abrazaba a Izuku quien por el momento lucia bastante tranquilo, incluso parecía difícil el creer que hasta hace unas horas había llorado hasta caer desmayado por el cansancio. —Kacchan...

— ¿Mmmm?— el rubio le miro esperando contestación.

Izuku se levantó en puntitas acercándose al rostro contrario mientras que Bakugo sutilmente lo sujetaba por su cadera. — ¿Siempre serás mío? — pregunto el pecoso mientras rosaba la punta de la nariz de Bakugo con la propia.

Lo miro a los ojos — ¿A qué te refieres?— no es que no entendiera, aun así quería ver si Izuku podía ser más específico.

Con cuidado Izuku acaricio los brazos de Bakugo desde sus muñecas hasta los hombros para terminar rodeando su cuello y poder estar aún más cerca de su rostro —Ya sabes... no tengo a donde ir, un hogar es donde la gente que te quiere espera tu regreso— hizo una pausa para acercarse hasta sus labios. —Mamá ya no está... pero ¿Aún puedo regresar a tus brazos? ¿Puedo sentirme en casa estando contigo? — y sin esperar respuesta beso a Bakugo, por si acaso la respuesta fuera "No"

El beso fue longevo, Izuku apreso el cuello de Bakugo con sus brazos y este le ayudo acortando distancia mientras lo sostenía por la espalda, el beso lo finalizo el rubio con una mordida en el labio inferior de Izuku, lo miro con toda la seriedad y sinceridad que poseía listo para responder y en su caso sentenciar su destino.

—Conmigo nunca sabrás lo que es la soledad, ni el peligro, te protegeré y querré por siempre, estúpido nerd.



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