Un fantasma
Audrey
Dos meses pasaron y mi pansita poco a poco va creciendo, mi ropa a comenzado a ajustarse en la zona del abdomen.
Todavía extraño mucho a Zac pero hago todo lo posible por seguir adelante.
-Buenos días mamá, papá. -saludo mientras bajo las escaleras y me siento en la mesa para desayunar.
-Hola ¿Derek te pasa a buscar para ir a la escuela? -me pregunta mi papá.
-Sí, como siempre. -contesto como si nada -¿Por qué?
-No quiero que te lastimen. -murmura serio.
-Él no me quiere lastimar. -niego -Me quiere y ese es el problema. -susurro agachando la mirada.
-¿Ya sabe lo de tu embarazo? -pregunta aun con su actitud seria.
-No ¿Por qué? -digo arqueando una ceja.
-No le digas ¿Si? No es tiempo. -me dice mi mamá. Salgo de la casa después de darle un beso a mamá y un beso a mi papá.
Solo ahí, en encuentro con Derek en su motocicleta -Hola linda ¿Te llevo? -me pregunta sonriendo.
-Hola Derek, estoy bien, puedo caminar. -contesto sabiendo que no puedo subirme a una moto por lo de mi embarazo.
-¿Por qué no quieres que te lleve?
-Bueno... es porque tengo que h-hacer algo de ejercicio. -dije lo primero que se me vino a la mente.
-¿Enserio? Yo te veo muy bien -Dice resaltando el "muy" mientras me mira de pies a cabeza.
-Cerdo -Mascullo para mi misma pero parece que él me escuchó.
-¿Disculpa?
-Nada. Emm... gracias por tu amabilidad, pero me gusta más caminar. -hablo mientras doy los primeros pasos por la acera.
-Vamos Audrey, sube. -me suplica, me detengo y suelto un suspiro.
-Está bien. -acepto y subo a la parte trasera de la moto.
Derek acelera de golpe y casi me caigo -Lo siento preciosa. -se disculpa con una sonrisa de idiota.
Nos alejamos de mi casa y tomanos una calle diferente a la de la escuela.
-¿A dónde vamos? -pregunto seria.
-Vamos a dar un paséo muñeca. -habla con una voz grave que me da escalofríos. Noto que se dirije a la montaña y entramos en el bosque, seguimos más adelante y nos detenemos en una cabaña.
-¿Qué es esto? -pregunto curiosa.
-Es una sorpresa para ti. -responde y me ayuda a bajar de la moto, él me llava a dentro con mis ojos cubierto con sus manos -Es para nosotros. -susurra en mi oído, lentamente quita sus manos y ve que hay una cama cubierta de pétalos de rosas, suave música y el lugar huele muy bien, huele a rosas.
Derek me abraza por detrás y rodea mi cintura con sus brazos.
-¿Te gusta? -murmura mientras besa mi cuello.
-Y-Yo... -balbuseo, no tengo idea de qué decir o hacer ¿Debería alegrarme o no? ¿Debería decirle que sigo muy enamorada de Zac aunque él ya esta muerto?
-No digas nada. -susurra y acaricia mi cuello con la punta de su nariz -Quiero mostrarte lo mucho que te amo. -Derek deja un beso en mi mejilla y me guía a la cama para recostarnos en ella.
Los pétalos suaves rozan mi piel mientras Derek reparte caricias por mi espalda y cintura.
Soy incapaz de reaccionar, todo está pasando muy rápido. Los ojos azules de Derek son más oscuros, sus besos y caricias suben de intencidad y apega mi cuerpo más a él.
En ese momento cierro mis ojos y al abrirlos ya no veo a Derek, sino a Zac sonriendome. Lágrimas comienzan a salir de mis ojos, es cuando tomo su rostro con mis manos y comienzo a besarlo, lo extraño demasiado. Enrredo mis dedos en su cabello mientras el beso comienza a hacerce más apasionado.
Cuando se aleja yo vuelvo a la realidad y veo a Derek frente a mí, él intenta besarme de nuevo pero miro a un lado y sus labios quedan en mi mejilla.
-¿Qué tienes? -me pregunta mirandome fijamente.
-No puedo...
-No tengas miedo, no te voy a hacer daño. -murmura acariciando mi cabello.
Yo niego y me separo -No puedo hacerlo. No estoy lista.
-Audrey. -el chico de ojos azules se sienta a mi lado y toma mi mano -Es por lo de Zac ¿Verdad? Sé que es muy pronto pero puedo ayudarte a superarlo. -dice y acaricia el dorso de mi mano con su pulgar.
-Gracias pero... -agacho mi mirada.
-¿Hay algo más? -pregunta levantando mi mentón suavemente con su mano.
-Sí, no quiero seguir mintiéndote. Yo no te amo. -confiezo haciendo que Derek frunsa el ceño.
-¿No me amas? -él agarre de mi mano es tan fuerte que me lastima un poco.
-Lo siento...
-Después de todo lo que hice por ti, yo te cuidé, te amé. -sus palabras son agresivas y me está asustando.
-Lo s-sé... no que-quería mentirte más. -digo tartanudeando, tengo miedo.
-¿Prefieres amar a un cadáver que a mí? -pregunta molesto, es obvio que se refiere a Zac.
-Eso no tiene sentido, él está muerto. -hablo intentando sonar calmada.
-¡Ya lo sé! -grita haciendo que me aleje un poco pero aun sostiene mi mano.
-Me estás lastimando. -me quejo haciendo una mueca de dolor.
-Esto no es nada, muñeca. -me da un fuerte empujón haciendo que me arrecueste en la cama, él toma mis muñecas y coloca sus piernas a cada lado de mi cintura, intento luchar pero es inútil.
-No sabes cuál es el verdadero dolor. -susurra en mi oído. Cierro con fuerza mis ojos cuando él comienza a besar de nuevo mi cuello pero esta vez diferente. Lo hace bruscamente dejando moretones que duelen.
Luego de eso Derek me suelta, no siento más sus manos en mi muñeca, ni su peso sobre mí.
Escucho la puerta cerrarse con fuerza y abro mis ojos lentamente, se fué.
Suelto un suspiro y trato de que mis latidos de mi corazón vuelvan a la normalidad. Abro la puerta y me aseguro de que estoy sola porque la motocicleta de Derek ya no está, me dejó sola aquí.
Comienzo a caminar recordando vagamente el camino de regreso hasta que encuentro el puente de las montañas que conduce a la ciudad, al menos sé por dónde ir pero estoy muy lejos de la ciudad.
En ese momento algo me saca de mis pensamientos, es una figura sobre el barandal del puente, es un hombre, está vestido todo de negro y tiene una capucha sobre su cabeza.
-¿Qué estás haciendo sola en el bosque? -me pregunta, puedo jurar que esa voz la había escuchado antes, pero no logro reconocerla.
-No estoy sola, vine con un amigo. -respondo seria.
-El mismo que se fue en una motocicleta hace poco ¿Verdad? -habla haciendo que un nudo se forme en mi garganta, estoy sola, si ese sujeto planéa hacerle daño... nadie me salvará.
-Vamos, yo te llevo a la cuidad. -habla caminando hacia la dirección la cual me dirijo.
-No. -niego temerosa.
-No voy a lastimarte, además ese sujeto con el que estabas es mucho más peligroso que yo. -dice alejándose.
No sé por qué pero ahora me siento segura, así cuando estaba con Zac.
-¿Cuál es tu nombre? -pregunto curiosa.
-Es mejor que no lo sepas. -contesta sin mirarme.
Caminamos un poco más hasta que llegamos a una camioneta.
-Sube. -habla suave, yo tomo el asiento del acompañante y en todo el camino lo tengo vijilado por si intenta hacerme algo.
-¿Dónde es tu casa? -me pregunta. ¿Debería contestar?
No sé por qué pero le di la dirección de mi casa, él me llevó a casa y me dejó en la puerta.
-Nos vemos. -se despide y sube a la camioneta, lo veo alejarse hasta que lo pierdo de vista.
-Eso fue raro. -me digo penstiva.
El tiempo que estuve sola en la casa lo utilicé para pensar bien las cosas, Derek me había amenazado ¿Será peligroso?
-Tuvo la oportunidad de hacerme daño pero se fue ¿A qué se refería? -me pregunto.
Sin darme cuenta ya se hizo de noche, mis padres volvieron de su trabajo y cenamos en silencio.
Luego de eso, subí a mi habitación a pensar más sobre lo sucedido, pero no en la amenaza de Derek o en el chico que me ayudó, sino que cuando Derek me estaba besando y apareció Zac, agradezco a mi mente loca por haberme dejado ver a Zac una vez más.
Ya son las 3 de la madrugada y no consigo dormir, siento tanto frío, las luces están apagadas y hay mucho silencio.
En ese momento escucho a alguien abrir mi ventana, pretendo estar dormida pero logro ver que se trata de aquél misterioso chico, él me queda un momento mirando y se acerca lentamente.
Todo mi ser se estremeció cuando siento que acaricia mi cabello, lo hace con tanto ¿Amor?
Pero aun así una lágrima se escapa y roda por mi mejilla por el miedo, entonces siento como él la lame rápidamente.
Eso me hizo recordad a Zac sin duda, es más él era el único que hacía esa. O tal vez este chico sea...
-Audrey. -murmura al darse cuenta de que estaba despierta.
Abro mis ojos lentamente y lo que veo me deja paralizada, es Zac.
No soy capas de decir nada, solo me quedo observandolo, sin duda es otra ilusión producto del miedo, el cansancio y mis deseos de que Zac estuviera vivo.
-Te extraño. -dice suavemente, la voz se oye diferente pero no me importa.
Una sonrisa se dibuja en mi rostro y él también sonríe.
No me importa quién sea en realidad, solo quiero seguir viendo a Zac en su rostro.
-No te acerques a Derek, es un asesino. -susurra en mi oído, su voz va cambiando de a poco -Eres mia, estamos unidos y esta es la prueba. -agrega tocando mi vientre.
En ese momento quedo en shock, ahora pienso que ese chico misterioso no se la persona que me trajo a casa, creo que se trata de una ilusión sin duda, Zac esta muerto y no volverá pero todo esto es tan real.
En ese momento Zac avanza y me da un delicado beso, es suave y dulce. Justo como los que me daba.
-No quiero que te vayas. -digo rodeando mis brazos por su cuello.
-No lo haré. -responde frotando su nariz contra la mia. Él se acuesta a mi lado, rodeándome con sus brazos.
-Duerme. -susurra acariciando mi espalda.
Sonrío sientiendo como mis lágrimas caen, Zac las lame como siempre haciendome reír.
-No llores. -dice sonriendo.
-Te amo. -contesto acurrucándome en su pecho.
-Yo más. -escucho. Lentamente cierro los ojos escuchando los latidos de su corazón, esa es la única noche en la que pude dormir tranquila después de la muerte de Zac.
Al día siguiente, no siento nada a mi lado cuando toco la cama, abro mis ojos y me encuentro sola.
-Fue un maldito sueño. -murmuro tomando mi rostro con las manos. Lo bueno de esto es que puedo ver a Zac otra vez en mis sueños.
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