Mi problema
No puedo contarle a mis padres que un chico de mi escuela entró a casa anoche e intentó violarme o eso creo, supongo que no era una pijamada.
-¡Audrey, se te hace tarde para escuela! -dice mi mamá desde abajo.
-Mamá, no me siento bien. -digo con una débil voz.
Ella sube y entra a mi cuarto un poco preocupada y toca mi frente -Estás ardiendo. -dice angustiada entonces me da un poco de medicina y me deja en reposo -Espero que para mañana estés bien, no me gusta que pierdas clases.
-Ya sé mamá. -digo rodando los ojos.
Ella se despide porque tiene que ir a trabajar y yo quedo sola en casa.
-Bueno, tengo fiebre pero no me quedaré todo el día en mi cuarto.
Zac
Audrey no vino en varios días a la escuela, tal vez será porque no quiere toparse conmigo, soy un idiota, no debí perder el control y entrar a su casa pero es que... es tan hermosa para mí que no puedo controlarme. Y menos después que la vi en ropa interior en su cuarto.
Audrey
Salgo de mi cama y camino hacia la planta de abajo hace varios días que estoy enferma y me aburro demasiado, tomo la aspiradora y limpio un poco, estoy aburrida, salgo al patio trasero y me recuesto en el verde césped debajo del árbol, entonces pienso -Si alguien subiera por ese árbol sin duda llegaría a mi cuarto. -en ese momento algo me llama la atención, algo cayó de una rama, me acerco y veo que es pequeñito pichón de gorrión.
-Pobresito. -digo tomándolo con mis manos, es pequeño y frágil.
Miro hacia arriba y veo un nido y me propongo a devolver a pajarito a su lugar, lo pongo dentro del bolsillo de mi camisa a cuadros rosada y trepo el árbol hasta llegar a la rama dónde esta el nido, allí dejo a gorrión y me dispongo a bajar, cuando estoy a pocos metros del suelo, piso una rama seca
la cual se rompe y termino cayendo al suelo.
-Ay, esto me pasa por ser buena. -digo adolorida, intento ponerme de pie pero un fuerte dolor en mi rodilla me lo hace imposible. Me siento y miro mi pierna, claramente que tengo una cortada acompañada de un feo raspón que comienza a sangrar -¿Por qué esto me pasa a mí? -pienso poniéndome de pie como puedo, camino cogeando a la casa y busco el botiquín de primeros auxilios.
Con los moretones en mi cuello y mi pierna sangrando, mis padres creerán que fui golpeada muy ferozmente.
Camino a la sala y enciendo la luz encontrándome con Zac recostado cómodamente en el sillón con sus pies arriba y los brazos detrás de la cabeza.
-Ay dios, que susto me diste. -digo controlando las fuertes palpitaciones de mi pecho.
-Hola Audrey. -cuando pronunció mi nombre me dieron escalofríos.
-¿Cómo entraste? -pregunto estando en mi lugar y alerta. Él me señala una ventana que esta abierta a un lado de sala.
-Debemos cerrar esa ventana. -digo seria.
-¿Por qué no fuiste a la escuela? -pregunta moviendo su cabeza a un lado.
-Estaba enferma... -respondo pero luego recapacito -¿Por qué debo darte explicaciones?
-Es-Estás... sangrando. -se alarma y se pone de pie para venir hacia mí.
-Bueno yo... -me quedo paralizada sin saber qué hacer. Zac se ve ¿Preocupado? ¿Preocupado por mí?
-Siéntate, yo te curaré. -habla tomándome de los hombros y sentándome en el sillón.
-Pero... ¿Qué está haciendo? -me pregunto mientras miro como él busca en el botiquín algodón y alcohol.
-Esto te dolerá. -me dice estando arrodillado frente a mi y sosteniendo mi pierna, moja un trozo de algodón en el alcohol y luego lo pasa por mi herida haciéndome chillar -¡Ah! Déjame yo lo hago. -intento que me deje pero se niega.
-No, aguanta. -habla tomando de nuevo mi pierna, creo que intenta alentarme para que sea valiente o algo así.
-Okey. -suspiro y aguanto, cierro mis ojos concentrándome en el dolor y unos minutos después termina. Abro mis ojos y veo una venda en mi rodilla izquierda.
-Ya está. -dice sonriendo.
-Gracias... -agradezco agachando la mirada -Esto es por lo de ahora. -susurro y me acerco dándole un beso en la mejilla.
-¿Solo aquí? -se queja haciendo una mueca. Poco a poco su mano comienza a subir por mi pierna entonces...
-Ah ya me acordé, ¡Esto es por lo del otro día! -le doy un golpe de puño en su rostro tirándolo al suelo.
-Ah... pegas duro. -lo dice como un alago para mí.
-No, ese fue un golpe suave. -sonrío engreidamente. De repente siento un fuerte dolor en mi mano derecha, la misma con la que golpeé a Zac, noto que está un poco roja -Ay, ay, ay. -me quejo sacudiéndola.
-Jajaja, eso te pasa por golpearme. -ríe guiñándome un ojo.
-Es tu culpa. -mi voz se hace muy aguda y contengo el llanto.
-Shh... -me calla y camina a la cocina, después de unos minutos vuelve con hielo, un poco para mi mano y otro para su cara.
-Ten. -dice entregándome el hielo y sentándose junto a mí, en eso yo me alejo un poco de él. Zac lo nota y se vuelve a acercar -¿Por qué te alejas de mí? -pregunta como si nada.
-Porque eres un maldito que entró a mi casa dos veces. -hablo un poco molesta.
Pienso en correr pero con mi pierna no llegaré lejos entonces debo aplicar de nuevo el plan "B"
-¿Le dijiste a tus padres?
-No, es mi problema y yo sola puedo con él, bueno... contigo. -hablo seria alejándome otra vez.
-¿Ah si? no sé por qué dices que soy un problema, yo solo quiero estar contigo. -dice agachando la mirada. Mierda, esta haciendo que tenga lástima de él.
-Pues no parece que me quieras, entras a mi casa cuando se te da la gana y me besas como un loco dejándome esto. -bajo un poco el cuello de mi camisa enseñándole los moretones. Zac sigue con su mirada agachada, este maldito silencio es muy incómodo.
-Pero debo reconocer que no besas nada mal. -lo consuelo, es parte de mi plan.
-¿Te gustó? -pregunta mirándome a los ojos y lentamente se acerca para besarme, me sonrojo y rápidamente me pongo de pie sin importarme que esté lastimada.
-Sí, pero no volverá a pasar. -niego con mi cabeza.
-¿Quieres apostar que sí? -pregunta poniéndose de pie también, ¿Por qué hizo eso? es más alto que yo y esto me hace sentir insignificante.
-Quiero decir que no se volverá a repetir de esa manera. -explico mejor.
Zac se pone pensativo por un momento y asiente -Está bien.
-asiente acercándose, yo apoyo mis manos en su pecho para detenerlo, la que está lastimada me duele.
-Cuidado, puedes lastimarte la otra mano. -susurra mirándolas, me sonríe al ver que el rojo de mi cara persiste y entonces, sin aviso, me toma de la cintura pegándome bruscamente a él.
-Otra vez no. -pienso sin saber qué hacer y siento mi cara caliente en su totalidad.
-¿Quieres te haga más moretones? -murmura acariciando mi cuello con sus labios.
-No. -digo tratando de alejarlo.
-¿Por qué no? Así todos sabrán que tienes a alguien que te ama... y mucho. -habla tomándome de los brazos.
-Por favor ya sal de mi casa. -pido cansada mirando a un lado.
-Claro. -acepta pero me sorprendo un poco por su respuesta -Con una condición. -lleva un mechón de mi cabello hacia atrás.
-¿Cuál? -pregunto sin dar rodeos.
-Que vengas esta noche a mi casa, te esteré esperando. -Zac me da un beso en la boca y sale por la ventana de la sala. Rápidamente cierro la misma con cerrojo una vez que no lo veo -¿Y ahora qué voy hacer? -me digo, si no voy a su casa él vendrá aquí. Solo sé una cosa, el maldito de Zac besa demasiado bien.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top