Me levanté rápidamente porque mi despertador sonó muy fuerte asustándome -¡¿Qué, qué pasa?! -respiro agitada, mi cabello está revuelto y mis sábanas tiradas en el suelo.

-Buenos días Audrey. -me dice mi mamá entrando por la puerta.

-Buenos días mamá. -digo sonriendo.

-¿Lista para tu primer día? -pregunta sentándose junto a mí en la cama.

-Si, más que lista.

-Bueno, ya preparé el desayuno, vístete y baja rápido. -me da un corto abrazo y sale de mi cuarto.

Me levanto y corro al baño, me baño, cepillo mis dientes, me peino y pongo el uniforme de la escuela, una chomba blanca con cuello y bordes grises, una pollera también gris con medias largas negras y zapatos.

Ato mi cabello como una cola de caballo y coloco una cinta negra en mi cabello. Ya estoy lista.

Bajo y desayuno con mis padres, tostadas y café para ellos y para mí una chocolatada y galletitas con chips.

-Yo te llevaré hoy. -me dice mamá sonriendo.

-Si, está bien. -asiento con la boca llena.

Ella me deja en la entrada de la escuela y se despide. Tengo mi mochila sobre mi hombro mientras miro como todos entran con calma.

-Eh... ¿Qué hago? No conozco a nadie. -pienso un poco asustada, entro subiendo las escaleras y recorro los pasillo -Hay muchas clases, ¿Cuál es la mía?

-Hola. -me saluda un chico, es alto y tiene el cabello rubio.

-Hola. -contesto.

-Eres nueva, ¿Cómo te llamas? -me pregunta sonriendo.

-Audrey.

-Soy Zac. -sonríe de nuevo.

-¿Sabes dónde queda la clase de Matemáticas? -pregunto amablemente.

-Si, por desgracia tengo la misma clase ahora. -bromea haciéndome reír -Vamos, es aquí. -me lleva tomándome de la mano haciéndome sonrojar, él lo nota y sonríe de costado.

Al entrar la clase esta casi llena y solo dos asientos están disponibles atrás, entonces yo me siento junto a Zac.

-Si quieres te puedo enseñar toda la escuela. -propone.

-Si, gracias. -le doy un beso en la mejilla.

Mientras anoto todo lo que la profesora escribe en el pizarrón, me doy cuenta que Zac no para de mirarme.

-¿Por qué me miras tanto? -le pregunto tranquilamente.

-Porque me gusta mirarte. -responde rascándose la nuca nervioso.

-Jaja okey. -sonrío, si intenta sobrepasarse le voy a...

La hora del almuerzo llega y él me acompaña.

-¿No comes? -me pregunta.

-No tengo hambre. -respondo sentándome en la mesa.

-Te daré la mitad de mi manzana. -habla cortando la fruta y entregándomela.

-Gracias. -digo con la boca llena porque ya la mordí.

-Jaja, ahora todas las clases son mis favoritas. -comenta Zac.

-¿Por qué? -pregunto curiosa.

-Porque tú estás conmigo. -al decir esto me mira fijamente haciéndome sonrojar de nuevo.

El día termina y las clases también, salgo con Zac siguiéndome -¿Quieres que te acompañe a tu casa? -pregunta.

-Emmm... no gracias, mi mamá me pasará a buscar. -digo sonriendo, en eso el auto rojo de ella se detiene frente a la escuela.

-Debo irme. -digo agachando la mirada.

-Nos vemos mañana, preciosa. -se despide levantando mi mentón con su mano para conectar nuestras miradas.

-C-Claro... -digo sonrojada y corro hacia el auto cerrando la puerta.

-¿Quién era ese chico que hablaba contigo? -me pregunta mi mamá con una sonrisa juguetona.

-Emmm... solo es un chico. -respondo escondiendo lo rojo de mi cara.

-Mmm... aja. -no me cree, entonces llegamos a casa. -Este día fue muy bueno, y Zac es... -pienso suspirando, no puedo creer que se haya enamorado de mí tan rápido pero él es tan atractivo. Me gusta.