Pesadilla


Un charco rojo era lo único que se apreciaba en la habitación. Todo era oscuridad revuelto con sentimientos de terror, ira, y un odio incontenible.

Su mirada viajo a su mano donde sostenía una katana, con pequeños detalles dorados y una punta filosa, suficientemente puntiaguda para partir en dos a una persona y acabar con el en un solo ataque. Un segundo, eso requería para terminar con la vida de alguien.

Pequeñas gotas de sangre recorrían la punta del arma.

Tiro la katana  lo más lejos posible con asco. El charco incrementaba en tamaño. 

Volteo a un lado tratando de buscar una  puerta o algo por donde escapar de allí.

Pero lo único que encontró fue un espejo, dónde su reflejo no era visible....o más bien reconocible.

Se podía ver un hombre robusto y fornido, era como ver una versión joven y fuerte de su padre, pero lo que lo diferenciaba de él era el tono de su piel, que era un poco acanelada y sus ojos eran verdes. Pero no podías distinguir sus emociones o algo que se refleje. No podías ver nada a través de esos ojos verdes jade.

Pero en el reflejo tenía una túnica verde con filos dorados, y algunas joyas que rodeaban su cueyo y brazos. Era como dios. Un asesinó.

Pero el miedo lo invadió al ver a través en del cristal como sostenía una espada y sonreía arrogante. Al igual que el,en el reflejo existía el mismo charco de sangre. El terror lo invadió al ver los cuerpos a sus  pies, agrrando con sus manos una cabeza  como si de un trofeo se tratara.

-A la cabeza del demonio no se le niega nada.- dio pasos firmes acercándose al chico. Damián no podía más, quería huir, pero el hombre lo tomó del cuello y acerco su arma al cuello del niño.

-Somos lo mismo....decide- se acercó más al niño indefenso.- Damian.

Damian despertó agitado. Sentía como se le dificultaba respirar y que el aire llegue a sus pulmones, sus manos y piernas tenían un pequeño temblor, su cuerpo se sentía cansado y un miedo indescriptible lo invadía.

Todo había sido un sueño, un horrible sueño.

Una rama azotó con fuerza la ventana, hacia demasiado frío para tal época del año.

Miro a su alrededor y todo era oscuro.
Se cubrió con la sábana y trató de recuperar el sueño. Pero cada vez que cerraba los ojos, la pesadilla volvía.

Todo parecía tan real que parecía que fuera un recuerdo y no un sueño.

Decidió levantarse e ir a tomar un poco de agua para despejar su mente un poco.

Cada paso que daba sentía como si su pecho se cerraba y el aire no era bienvenido. 
La cabeza le deja vueltas y su vista se nublada.

Al llegar a la inicio de las escaleras le entro pánico. No podía bajar en esta situación, se sentía mal.
Una gotas rodaban de sus frente, paso su mano por su rostro, estaba sudando.

El calor que sentía era un infierno.
No podía ir por su vaso de agua, retomo su camino a su habitación pero al estar en la puerta de este solo regresaban recuerdos de ese sueño.

La puerta sonó y el sonido de la madera rechinando por unas botas pesadas.

Se le puso la piel de gallina, su mente jugaba con él; el hombre del sueño vino por el.

-Padre-e- llamo el niño poniéndose firme, pero por el movimiento rápido se llevo una mano al estómago.

La figura estaba al otro lado del pasillo. No sé podia distinguir quién era, todo estaba oscuro.

Los pasos se intensificaron cuando la figura masculina se acercaba con rapidez y con movimientos toscos.

Damián quería ponerse en posición de pelea, pero el cansancio y la fiebre no le permitían moverse o pensar bien que hacer.

La sombra estaba tan cerca de el, tomándolo del cuello y alzando lo un poco del suelo.

-¿Que haces despierto enano?- un suspiro de alivio se escapó de los labios del menor.

-Nada, solo vine por algo de agua.- respondió sintiendo una presión en su pecho.

-Estas sudando.- el mercenario recostó al niño en el piso y paso su mano a la frente del menor. Estaba ardiendo, mínimo debía tener 38 grados de temperatura.- ¿Dónde está Bruce?.

-No lo sé, a de seguir en su fiesta de caridad.- hizo una mueca de disgusto, su padre lo había dejado solo en la mansión con la excusa que no demoraría, pero henos  aquí, las 2 de la mañana y ni rastro de que llegaría pronto.

-Es un idiota.

-Se cuidarme solo, era eso o que Tim venga de niñero.- mensiono molesto por la falta de confianza de su padre.

Jason observó con la dificultad con la que hablaba Damián, era obvio que estaba mal,  pero con lo orgulloso que es no lo a aceptaría.

Una tos fuerte atacó al niño haciendo que Jason se preocupará.

-Enano no estás bien....deberías estar en tu cuarto no en medio pasillo con este frío.- reclamo Jason, pero algo en el le decía que eso ya lo había escuchado antes.- Ya sueno a Dick.

-Descubriste América.. - Pronuncio con burla acompañada de una sonrisa arrogante y prepotente, que rápidamente fue borrada por una mueca de dolor.- Jason duele...- simio lastimero.

El del mechón blanco no sabia que hacer y tomo al niño en brazos al estilo princesa para llevarlo a su habitación.

Pero cuando estaba apunto  de entrar Damián le pidió que no quería estar allí.

Decidió llevarlo a su cuarto.

Al entrar se percató de que Alfred lo a mantenido arreglado a pesar de que dijo que ya no viviría en la mansión.

-No me siento bien Jay....- el niño no pudo terminar de hablar ya que había llevado las manos a su boca.

Jason lo llevó corriendo al baño donde Damian empezó a vomitar.

El del mechón blanco le daba palmaditas en la espalda sin saber que hacer.

Damián se quedó un rato más arrodillado frente a la taza del baño tomándose la barriga con su mano libre. Una pequeñas lágrimas rodaron por su mejilla.

-Quiero a padre....- dijo en voz baja soltando un sollozo.

Jason lo observo un rato sorprendido por lo dicho. Sabia que Damián podía ser orgulloso y un arma mortal para su progenitora, pero en ese momento solo era un niño que quería el cariño y la calma de su padre.

-No te preocupes ya a de venir.- revolvió el pelo del niño.- Mejor date una ducha para que te acuestes a dormir ya es tarde.- Damian asintió y se encerró en el baño.

Jay salió dela habitación buscando las cosas necesarias para bajar un pico la fiebre.

Damián salió del baño un poco más relajado pero aún con es malestar y un dolor de cabeza leve.

Alzo la vista y se acercó a la cama de quien sería su hermano mayor.

Jason comenzó a mojar el paño y colocarlo en la frente del menor para luego tomar el frasco de medicina.

-No quiero eso. Es para débiles.- Reprocho el chico mirando a otro lado que no sea su hermano.

Jason sonrió.

-Oh claro, sabes .... los niños pequeños también duermen en los cuartos de sus hermanos, también dejan que sus hermanos los carguen al estilo princesa...- El rostro de Damián estaba rojo de la vergüenza.- Pero...Los niños grandes toman su medicina. Pero claro, tu piensas que eso es "infantil". - Damián seguía ignorando lo.

-<Tt>, Bien.- Damian aceptó la medicina con desagrado, esa cosa sabia mala.

-¿Por que haces muecas?- pregunto Jason sin entender, el remedio decía que era sabor de fresa. Se acercó una cucharada a la boca para probar. Al igual que Damian hizo una mueca, eso sabia horrible.

Jason miró otra vez a Damian  el niño estaba aún sollozando. 

-¿Aún quieres hablar con Bruce?.- preguntó al ver la actitud del chico.

Damián se arropó el cuerpo entero con vergüenza.
Jason tomó la sabana y dejó en descubierto el rostro del niño.

Damián se rindió y asintió levemente.
Jason tomó su teléfono de la mesita de noche y comenzó a marcar a Bruce.

-Jason.

-B, vine a ver a Damián como me pediste. Yo..- fue interrumpido.

-¿Esta dormido?, llegare tarde hoy, el joker escapó de Arkham.- justificó el caballero de la noche.

-Esta despierto, y esta enfermo.- dijo el de mechón blanco antes de ser interrumpido otra vez.

-Sintomas.- más que una pregunta era una orden de describir el estado de su hijo.

-Fiebre....¿Que más tienes enano?- Damián se señaló la garganta y la cabeza.- Dolor de cabeza, malestar de garganta, enante vómito y la respiración es algo entrecortada.- respondió el mercenario.

Bruce al escuchar los síntomas se preocupó un poco por el estado de su hijo.

-Pasamelo.- Jason acató la orden.

-Quiere hablar contigo.- Damián tomó el teléfono, y se lo acerco al oido.

-¿Como estas Damian?- pregunto su padre preocupado.

-Estoy bien....bueno un poco mejor.- respondió con su voz quebrada tratando de retener las ganas de llorar. - ¿Padre vas a venir?....tuve...tuve una pesadilla.- dijo el niño soltando un sollozo.

-Tratare de llegar pronto, mientras tanto quédate con Jason. Te quiero Damian.-

-Yo también papá.- Damián colgó la llamada y le entregó el teléfono a su hermano.

Jason se acostó al lado de su hermano menor.

-Por lo que escuché tuviste una pesadilla.- dijo el mercenario tratando de hacer tema de conversa. Pero lo único que logro era que el niño se hunda más entre las sábanas. -¿Que paso en tu sueño?.

-Yo estaba rodeado de sangre....y un tipo parecido a mi me observaba en el espejo.- las ganas de llorar aumentaron con cada palabra que esbozaba.- Había matado gente, era malo, era todo lo que no quiero ser.- lagrimas amargas caían de sus ojos Jade.

Jason abrazó al menor y trató de consolarlo. Tal vez no tenía el optimismo de Dick o las buenas frases de consuelo de Tim, pero podía brindarle un poco de protección al chico para que no se sintiera solo en esa gran mansión. Esto sería algo que quedaría entre ellos dos. Un recuerdo agradable entre hermanos.















Holiwis.

Primera vez que escribo algo así.
Lo siento si no quedo tan bien, pero fue un intento de pesadilla.

Debido a que la historia a crecido, quería dar gracias a la persona que me a estado dando ideas indirectamente.

Kris es la responsable de que escriba y me allá animado a publicar esta historia. <3

Ella me dio "ideas" para: Inocencia, Jason niñera y el traje perfecto.

Y todo gracias a nuestras conversaciones alocadas.

Por milésima vez ...Gracias a las personitas que apoyan esta historia.

Se los quiere mucho ❣

Con esto me retiro.

Hasta la próxima semana UwU.

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