roommate
Peter no entendía qué hacía allí. Miraba el pequeño complejo de apartamentos de dos pisos, que parecía estar en un estado bastante regular, con sus paredes blancas corroídas por la lluvia, y se volvía a preguntar:
¿Qué carajos hago aquí? La pregunta era retórica; claro que sabía qué hacía allí. Su hermana, Sarah, lo había llamado para que le trajera unas cosas de la casa de su madre. Era algo que usualmente no haría, pero había perdido una apuesta, y esta era la única manera de que no lo molestara por el resto de la semana.
Soltó un suspiro cansado y se resignó a tocar la puerta del apartamento. Grande fue su sorpresa al ver que no era Sarah quien lo recibía, sino una chica bajita, tan baja que apenas le llegaba al hombro, con el pelo despeinado y una mueca de confusión en el rostro.
—Eh... ¿Hola? ¿En qué te puedo ayudar? —preguntó la chica con duda, mientras Peter se quedaba mirándola.
Era pequeña, con ojos grandes y un cabello despeinado que enmarcaba su rostro de manera descuidada pero curiosamente encantadora. Sus manos tocaban la puerta con delicadeza, casi como si temiera romperla. Peter no era del tipo que se quedaba mirando a una chica solo porque sí, pero no pudo evitar detallarla de arriba abajo. Su cuerpecito estaba cubierto por una camiseta ajustada y unos shorts ligeramente cortos. Los pensamientos comenzaron a arremolinarse en su cabeza con fuerza, y aunque sabía que no era correcto, no pudo evitar pensar que era linda.
La mirada de la chica parecía ligeramente asustada, lo que le hizo darse cuenta de su error. Carajo, la puse incómoda.
—¡Eh! No, lo siento. Soy el hermano de Sarah, ella me dijo que vivía aquí, y vine a traerle unas cosas —dijo Peter, nervioso por haberla incomodado. La chica pareció relajarse un poco, sonrió ligeramente y abrió la puerta un poco más.
—¡Sarah! Tu hermano está aquí —dijo en voz alta, y en ese momento salió Sarah con una mueca de disgusto. La chica se mantuvo a una distancia prudencial, casi escondiéndose detrás de Sarah.
Peter, intentando sonar casual, preguntó:
—¿Y... quién es ella?
La chica lo miró con incomodidad, esperando que Sarah la presentara. Sarah, por su parte, lo miró alzando una ceja y, agarrándola del hombro, la puso frente a ella.
—Es mi compañera de piso y mi amiga —respondió Sarah, mientras Peter seguía examinando a la chica, quien continuaba mirándolo con desconfianza. Peter no estaba acostumbrado a que lo miraran así, y pensó que ella se vería más encantadora si le sonriera.
Después de que Sarah la presentara, la chica estiró su mano y trató de dar su mejor sonrisa.
—Un gusto conocerte, soy la compañera de Sarah desde hace un tiempo —dijo. Peter dudó por un instante, pero finalmente tomó su mano con tanta delicadeza como si quisiera acariciarla en vez de simplemente estrecharla.
—No me gusta mucho mi nombre, pero me presento. Soy Peter —dijo, intentando sonreír, aunque la mirada que le dirigió a la chica parecía causar en ella un escalofrío. La chica rápidamente alejó la mano, y Peter notó cómo su sonrisa era reemplazada por una mueca de fastidio.
—Ammmmm, un gusto, Peter. Ya tengo que irme, así que espero que tengas un buen día —dijo la chica, dirigiéndose a su cuarto. Antes de cerrar la puerta, le dirigió una mirada a Sarah—: Sarah, voy a arreglarme y te veré después, ¿ok?
—Ok, tesoro. Yo también voy de salida.
- ¡Espera! ¿A donde iras?- Peter le pregunta de forma acelerada. Y/n levanta una ceja y mira confundida Sarah
-A la universidad, estoy a tiempo de arreglarme y salir
- Si quieres, te puedo llevar. Vine en mi camioneta y no me quedaria dificil darte un aventón.
Aunque parecía incomoda, penso que no era tan mala idea. Así que le dio un asentimiento con la cabeza.
-Gracias, si no es mucha molestia.
-¡Ejem!, Peter, ¿Podemos hablar?- La voz de Sarah interrumpe la pequeña conversación que tenían. El joven la mira con fastidio y accede a acercarse donde su hermana lo espera con una mirada retadora.
Mientras la chica se alistaba para salir a la universidad, Peter y Sarah tuvieron una conversación en la cocina, donde ella lo confrontó con el ceño fruncido.
—No lo hagas —dijo Sarah, enfrentándolo con una expresión molesta.
—¿A qué te refieres? —preguntó Peter, fingiendo no entender.
—Sabes a lo que me refiero. No te acerques a ella. No está disponible.
Esas palabras enfurecieron a Peter. Así que su hermana estaba enamorada de su compañera de piso. Fantástico... pensó, con una mezcla de rabia y frustración.
—¿Acaso es tu novia? —su voz se distorsionó al decir eso. La idea no le gustaba en absoluto. Quería intentar conquistarla sin la molestia de su hermana. Sabía bien qué tipo de persona era Sarah, así como ella sabía bien qué tipo de persona era él.
—¡No! No, imbécil, no estamos saliendo. Te lo digo por su propio bien. No intentes nada con ella. Sé lo que piensas —Sarah lo agarró del borde de su camisa y lo acercó a su altura—. Y te lo digo, sé lo impulsivo que puedes llegar a ser, pero ya que te ofreciste a llevarla, lárgate antes de que se vaya en tren por tu demora —y lo empujó en dirección a la puerta con cierta violencia.
Cuando Peter salió de la cocina, encontró a la chica esperándolo afuera, mirando el celular un poco impaciente.
—Lamento la demora, ¿nos vamos? —dijo Peter con una sonrisa, intentando mantener la calma.
—¡Claro! Adiós, Sarah, ten un lindo día —dijo la chica, sacudiendo su mano de forma ligera. Sarah le respondió lo mismo, pero miró a Peter de forma amenazante, sabiendo que él no le haría caso y preocupada por su amiga.
Cuando llegaron al vehiculo, él intentaba acercarse de manera disimulada. Observaba con detenimiento sus piernas expuestas por el vestido que se habia colocado. Analizaba cada movimiento que ella hacia. Disfrutaba aspirar el perfume que traía puesto, escuchar la suave respiración y analizar por el retrovisor su rostro.
Durante el trayecto hacia la universidad, ambos se quedaron en silencio, algo que Peter prefería. Sin embargo, rompió el silencio con una voz entrecortada.
-- Se me olvido preguntarte tu nombre, que grosero de mi parte.
-¡Oh! No te preocupes, soy Y/N- Dijo la joven con una sonrisa amable que hizo a Peter ahogar un chillido
—Y... ¿desde hace cuánto conoces a Sarah?
—¡Oh! Desde hace unos siete meses. Estamos viviendo juntas. Es muy agradable y me ha ayudado demasiado. Incluso me ayudó a conseguir mi actual empleo y siempre se esfuerza en... —La chica comenzó a enumerar las cosas que Sarah había hecho por ella, pensando que podría ser un buen punto en común, pero solo puedo ver como la mirada de Peter se contrajo en enojo, y cómo sus manos apretaban el volante hasta que sus nudillos se tornaron blancos.
La chica notó el cambio en su expresión. Ya lo entendí, no te agrada tu hermana, pensó, sintiéndose asustada. No fue buena idea irse con él a solas; ahora entendía por qué Sarah no se llevaba bien con él.
Peter pareció darse cuenta de su comportamiento y rápidamente se relajó, pidiendo disculpas por su actitud. El resto del trayecto fue en silencio, mientras la chica deseaba llegar a la universidad para acabar con ese incómodo momento.
Cuando llegaron, mientras ella se bajaba del vehículo, Peter hizo una pregunta inesperada.
—¡Oye! ¿Si no es mucha molestia, me darías el honor de llevarte a cenar esta noche?
La pregunta la tomó por sorpresa. ¿El honor? pensó, dándose cuenta de que Peter tenía intenciones más allá de la cortesía.
—Eh... Peter, creo que no es una buena idea. Eres el hermano de mi amiga y sería muy incómodo además...
—Además, tiene novio —interrumpió otra voz, la de un chico que se acercaba.
El rostro de Peter se contrajo en una mueca de ira al ver al recién llegado. La chica, aliviada por la intervención, aprovechó para alejarse rápidamente.
TK no era realmente su novio, pero llevaban un tiempo conociéndose y él le gustaba. Su intervención llegó en el momento perfecto, ya que no quería darle falsas ilusiones a Peter, quien cada vez le daba más miedo. La reacción de Peter ante la mención de un novio solo confirmó sus sospechas. Sip, no es buena idea involucrarse con él.
—Disculpa, no lo sabía —dijo Peter, pero su tono dejaba claro que no lo había tomado bien. La chica miró a TK de forma suplicante, y él, entendiendo rápidamente la situación, dijo:
—No es problema, bro. Igual, no te culpo. Pero nos tenemos que ir, así que, ¡byeeeee! —dijo acelerado, y la tomó de los hombros para entrar a la universidad.
En serio te debo una grande, pensó la chica, mientras se alejaba de Peter, aliviada de no tener que seguir lidiando con él.
Peter se quedó en su camioneta, viendo cómo se alejaban, lleno de frustración y rabia.
Jodida mierda, jodida mierda, JODIDA MIERDA! pensaba mientras observaba cómo se alejaban con el brazo de ese imbécil sobre los hombros de la chica. Es una mierda.
Si se hubiera dignado a visitar a Sarah antes, tal vez ya habría logrado ganarse la confianza de la chica. Podría llevarla a la universidad, invitarla a su casa, estar con ella a cada momento. Incluso cuando Sarah no estuviera.
Peter notó que la chica había evitado su mirada durante todo el trayecto, respondiendo de forma cortante y nerviosa. ¿Seré tan tonto como para no darme cuenta? reflexionó. No le gustaba cómo habían salido las cosas, pero sabía que no se detendría hasta encontrar una forma de ganarse su atención. Maldito TK, que se pudra, pensó, deseando que desapareciera para siempre.
No te preocupes darling, tu verdadero novio ya llego por ti pensó Peter, mientras arrancaba el coche y se alejaba del lugar, su mente arremolinada en pensamientos cada vez más oscuros.
Continuará...
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Estoy tratando de resucitar esto. Cambie varias cositas y espero que la lectura sea mas amena. Acepto y recalco acepto y pido sugerencias. Ortograficas, ideas de historias.
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