Parte 1
Descubrir una vivencia de cómo una simples persona de ojos verdes aguas me salvó y, a cambio, me convertí en su totalidad.
Amigo, enemigo, hermano... todo está relacionado con ella, por lo tanto, aquí comienza nuestra aventura.
Hace años hubo una guerra en la que las reencarnaciones futuras que habían nacido tendrían una vida miserable me refiero en cómo sus familiares los tratarían sin miramientos entre el desprecio, envidia y luego las venderían por ese papel manchado de sangre... es curioso recordar las cosas, pero además de todo lo que viví en mi larga vida tuve un motivo para vivir y era en formar una familia no me case solo forme una familia y hablando de familia por lo lejos veo a mis dos tesoros agobiantes niño y niña uno se parece a mí porque soy un semidragón (medio humano medio dragón y medio bestia), ya que puedo cambiar por voluntad de aspecto, luego la niña se parece más a su madre, que resulto ser la diosa del lobo blanco, un ser que puede disipar la oscuridad más profunda de todas, vaya combinación a mi hija también le pasa lo mismo y es que puede cambiar de aspecto e incluso cambiar alguna partes de su aspecto en ese instante los veo acercarse a su madre.
Niño y niña: mamá, mamá, deseamos una historia de amor por favor - dijeron al unísono mientras me sacaban de mis casillas y eso que estaba algo lejos para oírlos, pero tenía un oído muy fuerte.
Lina: ¿Qué tal, Nikishimo? Los niños desean escuchar una historia, ¿qué tal como la nuestra?
Antes de que pudiera llamarme de nuevo, me alejé del árbol y corrí al oír la palabra ¿"nuestra historia"? y me puse a su lado.
Nikishimo: sabes que no me agrada Lina, además de ser soso y lo sabes con plena calma, pero si te haces feliz, hazlo, pero con calma sí- dije con indiferencia. Ella sabía que no me agradaba, pero de romántico tenía más bien poco por no decir nada, así que me dio un beso para variar ante los niños, ya que no eran tan niños.
Buenos días, me llamo Lina y les contaré una historia de algo que me sucedió hace mucho tiempo e incluso años. Cuando yo tenía trece años, mi padre y yo vivíamos en un pueblo pequeño con pocos lujos cuando yo tenía trece años.
Yo solo tenía un lujo: un libro que mi difunta madre me regaló. Apenas la recuerdo porque yo tenía una corta edad cuando ella murió.
El libro me distraía, me socorría del aburrimiento, me ayudaba a despejar la mente y a poder viajar a lugares que nunca pude visitar hasta ahora.
El libro era un objeto que me distraía, me salvaba del aburrimiento, me brindaba la oportunidad de explorar lugares que nunca pude visitar hasta el presente.
Mi padre, fue quien me relató el fallecimiento de mi madre. Nunca con información detallada, supongo que la causa de no revelarme nada es querer protegerme.
Y a mí eso ya me estaba atormentando. Tanta protección que apenas tenía plena libertad.
Salía poco de mi hogar y cuando lo hacía era debido a que él no estaba presente. Me dirigía al bosque que se encontraba detrás de mi hogar y solía transportar flores hasta la tumba de mi madre. Al llegar, vi que su tumba estaba deteriorada por el tiempo y era habitual, el tiempo no otorga ningún tipo de recompensa para nadie.
En aquel instante, me arrodillé y deposité las flores en el suelo que era donde se encontraba su tumba. La extrañaba. Es curioso, cuando ni siquiera conoces cómo era, y eso si es triste, ni una fotografía, nada para recordarla, solo la tumba con su nombre.
En ese preciso instante, me percaté de que había un dibujo compuesto por un colmillo. ¿Qué inusual era? Sin embargo, se han observado situaciones adversas. Me quedé rezando hasta que se me había hecho de noche.
- ¡Increíble! ¿Qué hare? Me dirigiré hacia casa antes de que comience a llover- dije con gran temor y me dirigiré hacia casa porque estaba comenzando a llover y encima había neblina. Tenía una situación tan lamentable que solo me esperaba que surgieran lobos en aquel bosque y no me equivoqué.
Durante el instante, surgieron unos cinco lobos, aproximadamente. Yo estaba inmóvil. En realidad, corrí con todas mis fuerzas con las únicas compañías que eran la lluvia y la niebla cayéndome, mientras me perseguían los lobos.
Durante mi huía por salvar mi joven vida, no me percaté de que ya no tocaba el suelo, sino que me encontraba tirada en el suelo. Me había caído por un terraplén.
Me levanté y observé que los lobos no me seguían en absoluto. Me complació enormemente.
Ahora tenía otro obstáculo y era buscar refugio. Lamentablemente, encontré una cueva cercana a mí. Me acerqué para determinar si existía algún peligro y parecía que no había ninguno. Al entrar, observé algo, pero no le di importancia porque no tenía idea de qué se trataba, pensé que era mi imaginación. Mi miedo aumentaba, incluso, por casualidad, eché mi mirada al suelo, y vi lo que había. Me dejó sin poder pronunciar palabra. Se trataba de fragmentos de esqueletos de murciélagos en todo el lugar. especialmente de la repugnancia que me daba al observar el panorama. Por lo tanto, procedí a prolongar mi trayectoria hasta el final. Sin embargo, como no observaba nada debido a la falta de luz, pues me senté en el suelo, además estaba helado y duro, apoyé mi espalda contra la pared y sin darme cuenta me dormí sin más.
¿Será debido al agotamiento? Dado que ni siquiera anduve demasiado tiempo. Sin darme cuenta de nada, me dormí con algunas lagrimas por el miedo, pero una de mis manos se alzó hasta tocar lo que parecía ser una roca o tela. No tenía idea de lo que era, pero me proporcionó tanta tranquilidad que dejé de temblar hasta el día siguiente. Tenía la sensación de despertar con los primeros rayos de sol que entraban por la cueva, alcé el brazo para estirarme y observé algo con los dedos de mi mano. Era una auténtica piel de color esmeralda. Estaba inquieta y, al verlo, me percaté de quién se trataba. Me observaba con esos ojos azules cielos que eran los más hermosos que había presenciado, Me observaba con esos ojos azules cielos que eran los más hermosos que había presenciado, pero también eran aterradores, mientras yo estaba aterrada. Aparentemente, apareció alguien, un hombre de una edad ¿avanzada? Tenía el cabello canoso, pero no. Podía pasar por un adolescente de lo joven que era. Y le lanzo un ciervo recién cazado.
-Toma, te llenará más que la joven, aunque te guste más ella claro - Toma, te llenará más que la joven, aunque no te guste- dijo el hombre con algo de picardía, lo cual el que tenía detrás de mí no le hizo mucha gracia y me soltó, ya que me tenía cogida con su garra para devorarme. Lo que le había traído era un enorme ciervo que duró un tiempo en devorarlo.
El hombre se dio cuenta de que yo me encontraba presente y me observó también con unos ojos muy hermosos, pero los de él eran marrones oscuros como la esencia de la miel.
- ¿Eres de por aquí, ¿verdad? - me dijo con tranquilidad, eso me resultó sorprendente.
Me encontraba sumamente desconcertada, no tenía conocimiento alguno acerca de la posibilidad de responder o callarme, Me sentía un poco asustada, no sabía si responder o callarme, pero si me callaba probablemente mandaría a la criatura a comerme cuando terminase con el ciervo.
-Es cierto. Resido cerca de este lugar, además, ¿quiénes son ustedes? Es la primera ocasión en la que os veo - dije con un tono de miedo. Él me miró fijamente con una sonrisa en los labios.
- es cierto. Además, ¿por qué te protegían esos lobos? - me preguntó con gran tranquilidad mientras me observaba, pero luego la volvió hacia el dragón que tenía detrás. No tenía idea de por qué me perseguían los lobos, solo se me ocurrió agachar la cabeza.
En aquel instante, me otorgó una sensación de tranquilidad,
- Tu ser mentecato, al igual que ellos, no piensan que no eres una gran cosa, como comida, pero para mí es otra cosa. pero para mí es otra cosa. Te asesinaré. Tu sabor es excelente para un monstruo- señaló mientras me miraba con esos ojos y enseñaba su enorme boca. Me encontraba asustada esperando mi final, pero se contuvo, ya que, en ese mismo instante, experimentó un dolor excesivo en el pecho para abajo, lo cual le obligó a tirarse al suelo agarrándose el abdomen.
- ¿Qué le ocurre? "Se encuentra en estado de dolor, es necesario asistirle", expresé con temor, lo cual no me llevó a percibir la intensidad de mi voz. Tanto el ignoto como yo nos aproximamos con el fin de salvaguardarlo.
-impida que no se mueva, cógela la cabeza y la pones en tu regazo mientras yo lo examino- me dijo mirándome, algo que me inquietó, ¿poner una cabeza grande en mi regazo? Me inquietó, pero cuando eché la vista, observé que el dragón, ya no estaba, solo había un chico con escamas retorciéndose. No lo tuve en cuenta ni siquiera dos veces, me agaché y cogí su cabeza con cautela para no dañarlo y lo deposité en mi regazo. No dejaba de estremecerse, por lo que solo se me ocurrió acariciarlo y cantarle, pero sin voz, solo tarareándolo era una canción de cuna.
- ya está ahora estará bien. Tenía una estaca en el abdomen en su forma de dragón. No se veía en absoluto. Parece ser que se ha dormido. Esta es la primera ocasión en la que lo veo tan sereno. La venda le brindará la oportunidad de recuperarse antes. Eres la primera persona que se acercó a él sin que se lo ingiriera, aunque es un decir- dijo con tranquilidad.
Yo estaba asustada, pero bueno que podía ocurrir, ya no quería regresar a casa, algo me lo impedía, así que me quedé con ellos.
En aquel momento, tuve la sensación de que no había desayunado. Me alcé con cautela para quitarlo de mi regazo. Dentro del bosque, tuve la oportunidad de adentrarme en algunas áreas que eran seguras.
La intensidad de la zona no era excesiva. pero tenía una preciosa cascada. observé un caminillo y, mientras caminaba por él, encontré algo de fruta silvestre como bayas. Se estaba intensificando el sonido de mi estómago. Por lo tanto, tomé lo que iba a ingerir, que era agua y unas manzanas, ya que no había otra opción y salí de allí.
Sin embargo, en ese instante, por sorpresa o por la mala fortuna que suelo tener, aparecieron aquellos infortunados lobos que, por el miedo, las manzanas se me cayeron de las manos, estaba asustada. No tenía idea de qué era lo que querían de mí hasta que vi uno de color dorado.
Pensé que sería posible conversar con él, pero, sin duda, ya tenía bastante con un dragón, como para conversar con los lobos, pero por tratarlo no perdía nada.
-Dejadme en paz de una vez, no soy apetitosa, tengo un desagradable sabor por favor dejadme - dije con miedo y con lágrimas en la cara.
mientras contemplaba cómo se acercaban a mí con sus dientes afilados y cortantes. En aquel momento, solo pensé en lo primero que me ocurrió y era cerrar los ojos y esperar mi final.
Sin embargo, al abrirlos de nuevo, observé unas manos humanas que poseían escamas verdes similares a las del dragón, mientras que la otra poseía un aspecto completamente humano, es decir, un binario.
Me percaté de quién se trataba. Vi que les enseñaban los dientes a aquellos lobos al recién llegado mientras me observaba de reojo.
- ¡Qué pena si es el chico dragón! ¡Maldito! "¡Entréganos a la humana plateada o habrá consecuencias!" - expresó el líder con furia. Me encontraba asustada, pensando en que él me entregaría a los lobos, sin embargo, lo que más me llamó la atención fue lo de Cabello plateada. Debido a mi juventud, me considero sumamente joven para llamarme de esta manera.
subire mas partes en la proxima espero sus comentarios gracias
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