CAPITULO 15 GISELLE

Alicia, es  cómo la Madre de  Jürgen, pero ¿qué pasó con su verdadera madre? ¿estará viva? O no. Salgo de mis pensamientos , y digo —¿qué me decías?Alicia me repite —te pregunté ¿qué cómo querías tu ensalada? mi niña!
Alicia es muy dulce, me gustaría con pollo, carne, queso amarillo, maíz dulce, aguacate, champiñones, jamón, tomate, lechuga y aderezo cesar por favor. —Wuaoo eso sí es saber de ensaladas. —me encanta tu elección dice con dulzura
—¿Y tú cariño? le pregunta a  Jürgen  a lo qué el responde:  —para mí igual a la de Giselle por favor Alicia! —Claro qué sí cariño, —¿y de tomar? Déjamelo a mí dice  Jürgen, se retira un instante y vuelve con una botella de  vino tinto en sus manos!
—Giselle vamos a lavarnos las manos, dice Jürgen!  mientras Alicia nos prepara la cena.
—Claro digo voy me lavo las manos y vuelvo a la cocina.
Alicia prepara la mesa y Jürgen sirve el vino, él le dice a Alicia, —quiero qué nos acompañes —no cariño añade ella, no es necesario no quiero molestarlos! —Tú jamás nos molestarías dice él en un tono dulce, ¡jamás pensé qué Jürgen fuese un hombre tan cariñoso! siempre tiene esa cara de disgusto, y ese rostro frío e implacable qué causa temor.Nunca imaginé qué tuviese un lado tan amoroso qué me hace derretir, es cómo sí estuviese ocultando siempre su verdadero yo, a través de una máscara de frialdad y arrogancia.
Jürgen se aclara la garganta y dice —¿verdad qué a tí no te molesta qué Alicia nos acompañe? —Para nada añado rápidamente, al contrario me encanta la idea sonrío ampliamente.
—Gracias mi niña dice dulcemente, Alicia nos sirve la comida y no puedo evitar decir Waoo, te quedó demasiado rica la ensalada me encanta, nada qué envidiarle a restaurantes. —Gracias se ruboriza ella, sonrío soy fanática de las ensaladas,  —me alegra qué te guste dice ella, aclaro la garganta —¿y a tí Jürgen te gusta? Pregunto él responde: —todo lo qué cocina Alicia me fascina ella ¡es toda una chef!
Este lado de Jürgen me gusta muchísimo. Alicia me pregunta y cuéntame de ti Giselle —¿a qué te dedicas? —Bueno digo hoy empecé a trabajar con Jürgen. Anteriormente trabaje en una farmacia digo, pero soy militar de profesión.
—¿Militar? Replica ella. —Sí  —mi niña eres una chica realmente guerrera no cualquiera soporta ese estilo de vida.
Yo sonrío —¿cuéntame más? dice, —bueno tengo dos hermosas hijas, una de 9 años y otra de 3 años, la de 9 se llama Aby y la de 3 se llama Alish.
—Qué bien mi niña, me encantaría conocerlas algún día —¡claro qué sí!
—¿Tú ya las conoces Jürgen? —No añade él, no he tenido el placer, pero la próxima vez qué traiga a Giselle será con sus dos princesas ¡lo prometo!
Terminamos de comer me despido de Alicia qué se va a dormir. Jürgen me toma por una mano y me lleva por las escaleras al segundo piso de su casa, dónde se encuentra su habitación, entramos y respiro su delicioso perfume amaderado  qué me hace suspirar.
El me dice, —¿qué tal una ducha? A lo qué yo digo —¡Jürgen veníamos a hablar! Él espeta —estaremos más relajados después de un baño. Realmente estoy agotado —¡Está bien digo! Se dirige rápidamente al baño y pone a llenar la tina con agua tibia, le agrega esencia de vainilla yo lo miro y le digo mmmmm, ese aroma me encanta, él me susurra al oído: — lo sé pequeña ahora desvístete con timidez le digo:  —¿no piensas irte? —¡Claro qué no responde de inmediato! te dije qué estoy agotado, el baño es para ambos.
No tengas pena delante de mí, me gustas cómo eres, no tienes qué esconderte Giselle. Me quito la ropa, quedando en brassiere, él me lo desabrocha por la espalda y cuándo voy a quitar mis pantys me detiene, ¡déjatelas tengo algo pensado!
Me ayuda a entrar en la bañera y suspiro mi cuerpo enseguida se relaja, él se sienta detrás de mí quedando su pecho con mi espalda. Me doy cuenta qué tiene una tremenda erección me quedó inmóvil y él me susurra al oído, ¡haciendo qué mi cuerpo se estremezca por completo —¡no tienes nada que temer!
Suspiro profundamente tratando de relajarme, ¡sí es eso posible! Empieza a lavarme el cabello con dulzura masajeando mi cabeza.Jamás nadie me había lavado el cabello, aparte de mi madre cuándo era niña, esto es lo más dulce qué alguien me ha hecho pienso para mí.
Me aclara el cabello y comienza a frotarme la espalda con una esponja delicadamente, quién diría qué un hombre tan fuerte e imponente, puede ser tan delicado con una mujer, no puedo evitar derretirme ante sus mimos!
Estoy maravillada y a la vez excitada con su forma de tratarme, luego  comienza a bajar su mano, empieza a frotar sus dedos contra mi entrada sin retirar la panty ocasionando una fricción qué me enloquece en segundos, sin poder evitarlo dirijo su mano en busca de más placer. El besa mi cuello lo chupa y lo muerde con pasión, a lo qué yo comienzo a gemir sin poderlo evitar, así pequeña susurra él no te contengas me encanta oírte gemir para mí. Instintivamente con mi otra mano tomo su erección, comienzo a masajear  suavemente de arriba hacia abajo, logrando que su respiración se acelere aún más el gruñe pequeña, ten cuidado estoy tan desesperado por ti qué si sigues tocándome así me correré y eso no es lo qué te tengo preparado.
De pronto me retira las pantys, comienza a introducir nuevamente su dedos en mi núcleo, a lo qué no puedo evitar echar la cabeza hacia atrás y retorcerme en busca de más placer él me levanta , me voltea quedando frente a frente. Me pide qué me incline hacía atrás, comienza a meter y a sacar  sus dedos haciéndome estremecer y gemir de placer.
Rápidamente siento qué estalla mi orgasmo sin poderlo evitar mis músculos se relajan, pero mi excitación sigue intacta, necesito más él enseguida me cubre con la toalla tomándome en sus brazos sacándome de la bañera y colocándome en su cama.
Me pide qué no me mueva a lo qué yo asiento, y busca algo en su gaveta cuándo veo son dos pares de esposas me pone una en cada muñeca sujetándome a la cama, y en los pies me coloca a cada tobillo una de sus corbatas dejándome totalmente inmovilizada. —Se asegura de qué no esté muy ajustada la corbata ni las esposas y gruñe —¡ahora sí no te me escapas pequeña!
Mi corazón da un salto cómo si quisiera salirse de mi pecho, y me quita la toalla se acerca con una botella de champagne la destapa, sirve en una copa y dice después de hoy prometo qué no tendrás interés alguno en escapar de mí.
Me ruborizó y mi núcleo palpita, comienza a regar champagne en cada pezón, lame incesantemente mis pezones, estos se  ponen rígidos de la excitación luego comienza a regar champagne por mi vientre  hasta llegar a mi ombligo y lo chupa con tanta intensidad qué estoy a punto de correrme. —Gimo con más fuerza sin poder contenerme.
Luego sopla mi vientre, repetidas veces ocasionando qué su aliento me desesperé, suplicó  —¡por favor! ¡por favor! a lo qué el gruñe —¿por favor qué pequeña? —no aguanto más Jürgen poséeme, él sonríe y susurra —¡todavía no preciosa!
Baja a mi núcleo e introduce su lengua dentro de mí. Comenzando a trazar círculos  chupa con delicadeza y con su mano mete a su vez dos dedos dentro de mí, forcejeo quiero soltarme, pero es imposible, —¡Jürgen por favor sigo suplicando te necesito dentro de mí!.
Él sacude la cabeza, dice todavía no pequeña necesito qué disfrutes tú placer es el mío, a lo qué yo me sonrojó, jamás nadie se había preocupado por complacerme, mi ex me dejaba siempre insatisfecha. sólo se preocupaba por él, en cambio Jürgen me ha demostrado qué yo soy lo más importante.
El sigue besando, chupando y mordisqueando mi núcleo, por segunda vez estalla mi orgasmo con mayor fuerza debido a lo excitada qué estoy,  él se lame todos mis fluidos sin perderse nada, luego sube rápidamente y me besa la boca haciendo qué yo pruebe mi propio sabor en su boca.

—Jodidamente deliciosa gruñe en mi boca, yo no puedo evitar jadear una vez más con desespero absoluto se quita de encima de mí, se arranca la toalla, y me penetra salvajemente —más fuerte ¡Jürgen por favor, házmelo duro!
El responde —a tus órdenes pequeña, comienza a embestirme con más fuerza es totalmente delicioso sentirlo, aúnque Jürgen tiene un pene grande, mi vagina se amolda perfectamente a él él ruge eres muy estrecha preciosa,  me encantas embiste con fuerza y comienza a gruñir
—¡Mía! ¡sólo mía! —¿lo entiendes Giselle? solo asiento.
Gruñe otra vez y golpea dentro de mí —¡nadie absolutamente nadie más qué yo puede tocarte! —¿lo entiendes? y menos ese abogaducho, ¿comprendes pequeña? yo extasiada asiento, las lágrimas me recorren por el rostro, pero no es de dolor es una sensación qué jamás había experimentado hasta hoy, es un placer indescriptible él qué me da Jürgen.
Con cada embestida, gimo más fuerte, y cuándo siento las olas de placer qu6e me alcanzan gimo con fuerza, Jürgen  gruñe y gime, derramándose dentro de mí.
Estamos completamente empapados de sudor, yo lo veo y sonrío sin poder evitarlo.
—Gracias susurró, —no hay de qué sonríe, estoy para servirte añade maliciosamente, luego me desata, me quita las esposas y nos dirigimos nuevamente al baño, pone a llenar otra vez la bañera y me besa con dulzura mientras nos lavamos.
Jamás pensé encontrar alguien qué me hiciera vibrar de esta forma, lo beso con pasión y muerdo sus labios, luego beso su pecho susurrando ahora  déjame a mí mostrarte todo lo qué te quiero hacer digo y me siento a horcajadas encima de él.
Beso su pecho lampiño, lo chupo, muerdo y araño su espalda a él no parece importarle porque me deja hacer lo qué quiera con él, vuelvo a meter mi lengua en su boca con más pasión él me besa de igual forma. Su erección está nuevamente lista para mí.
Me introduzco en el cabalgándolo, suavemente luego a medida qué sus gemidos aumentan yo empiezo a cabalgar con más fuerza, buscando mi propio placer, él me guía con sus manos en mi cintura y juntos alcanzamos el orgasmo abruptamente, yo grito el muerde mi hombro, con pasión y le clavo nuevamente las uñas en la espalda.

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