Capitulo 1

-¡ESTO ES RIDICULO!- Grito con las mejillas coloradas y claramente contrariada, mientras sus ojos chocolate se cristalizaban, no sabia que pensar, se sentía algo traicionada y al mismo tiempo sorprendida ya que nunca se espero eso, y menos de el, su primo, amigo, cómplice y ahora le salía con esa tontería.

-Perdona Lu-chan, pero es verdad- Con un rostro afligido y sumamente sonrojado, ya fuera por la pena o por el bochorno, bajo la mirada sin tener el valor necesario para ver los orbes chocolate, sintiéndose muy mal por dentro, pero, no lo había dicho con esa intención, no estaba jugando, le había dicho la verdad.

-Es imposible a mi Natsu... ¡A mi me gusta y siempre lo has sabido!- Una broma, esto debía ser una broma, ¿porque? ¿Por qué ella? ¿Por qué ahora? ¿Por qué exactamente él? Su mente estaba divagando, sin poder aceptar la información recién llegada del todo.

-Lose, lose y lo siento tanto, pero... ¡A mi también me gusta mucho Natsu-san!- Volvió a confesar con los ojos un tanto cristalinos, ya que después de todo sabia que estaba lastimando a la única familia que le quedaba, sabia que esto provocaría que se quedara solo pero ¡Debía decírselo!.

-Pero... pero... ¡¡¡ PERO ERES HOMBRE STING!!!- Eh allí lo que mas le dolía del asunto, su propio familiar le decía que le gustaba el mismo chico, y para colmo ¡Era hombre!

-Siempre has sabido que soy homosexual, lo aceptaste hace años, y con Natsu-san... bueno, yo... cuando Rogue y yo terminamos fue tan difícil, y el fue tan amable yo... no se como paso Lu-chan, perdóname- Sus ojos azules se cristalizaron un poco ya que la otra ya había empezado a llorar de la desesperación, pero debía decírselo, exactamente por aquella relación tan estrecha que tenían, que habían cultivado con los años, por ese lazo de amistad y sangre debía ser honesto.

-¿Porque?- Fue todo lo que pudo articular, aun estancada por las lagrimas, estaba contrariada, frustrada y muy enojada e indignada.

-Lo siento Lu-chan-

Ambos eran primos y tenían la misma edad, debido a la cercanía de sus padres desde niños se la habían pasado juntos, siendo los mejores amigos y confidentes, contándose todo, sin secretos, creando una muy bella amistad que nadie lograría separar, a la edad de 6 años, esa amistad se vio a prueba porque la madre de el rubio murió, y debido a ello, su padre decidió aceptar una oferta de trabajo en otro país, levándose a Sting con el, durante ese tiempo mantuvieron menos contacto, pero su amistad no disminuyo, por eso, cuando Sting fue reprendido por declararse Homosexual a la edad de 13 años, su padre le dijo que no lo aceptaría, y dolido y enojado, el rubio decidió huir de casa y ya no volver a contactar a su padre, en esos momentos Lucy fue la única que estuvo allí para apoyarlo, incluso tubo que rogarle a su padre para que los ayudara y cuando crecieran le pagarían todo, de esta manera, Sting volvió a Japón, y se quedo a vivir con la chica, que también tubo que empezar a vivir sola debido a el acuerdo de su padre. Desde allí se habían vuelto inseparables.

Cuando cumplieron los 14, Sting empezó su primera relación con un amable chico de otra clase, Rogue Cheney, con quien al parecer el rubio era feliz, y por consecuencia, ella los apoyo en todo, claro, no todo fue perfecto, ya que cuando el peli negro maduro se dio cuenta de que en realidad a Sting lo veía como un muy buen amigo y en verdad le gustaba su mejor amiga, Yukino, por ende terminaron y el peli negro y la peli blanca comenzaron con una bella relación que hasta la fecha perduraba, dejando devastado a el rubio, quien solo sonreía ya que se rebajo a ser el mejor amigo de ambos.

Poco después, fue cuando conocieron a el que ahora el objeto de su disputa, llego a sus vidas a los 15, Natsu Dragneel, como un estudiante transferido que también había vivido en otro país un tiempo, y como pez fuera del agua, al instante se acerco a ellos que habían vivido algo parecido, el era tan alegre tan optimista y radiante que los dejo asombrados.

A Lucy la enamoro desde el primer momento, con su energía, su calidez, su sonrisa, su todo. Pero nunca en ese tiempo se había atrevido a decírselo, por ese mismo miedo que a todos en algún momento nos toca sentir, el miedo a ser rechazado y perder su amistad, porque no podría estar tranquila sin su presencia y lo sabia, no quería su lejanía. Pero ahora tenían 19 años, ya no eran unos niños, bueno, eso según sus papeles de universitarios, ya que en realidad muchos de sus amigos y también ellos aun no maduraban (y sus profesores lo recalcaban TAN seguido que ya no era novedad) , y por fin había reunido valor, por fin estaba dispuesta y animada a declarársele a aquel chico peli rosa que le quitaba el sueño cada noche.

Era por eso que estaba tan molesta, porque desde el principio se lo había dicho, el, la persona en la que mas confiaba, fue el primero al que le confesos sus sentimientos, porque eran familia, era su querido primo casi hermano gemelo, su confidente y mejor amigo, por eso se lo había dicho.

Y ahora, tras casi 4 años de saberlo, de ser el que escuchaba sus anécdotas románticas con el peli rosa, el que siempre fue su paño de lagrimas, al que le conto como cada día en esos 4 años se iba enamorando un poco mas. Era el que le venia y salía con ello, con que a el también le gustaba y planeaba declarársele, era ridículo, tan ridículo que las lagrimas se le saltaban de la desesperación, Sting al verla se mordió el labio, pero no daría marcha atrás.

-¡Aun así Natsu no es como tu!- Grito enojada, dando en un punto lo bastante sensible del chico como para que este dejara el arrepentimiento y la culpa atrás.

-¡¿Y que si soy hombre?! Todo mundo sabe que no me interesan las mujeres, incluido el, y nadie dijo que fuera molesto, me aceptaron, se que si lo intento puede que el se llegue a fijar en mi- Dijo completamente molesto mirando el piso, si, era hombre, toda su maldita vida había sido mal visto por eso, pero nunca... nunca espero que Lucy se lo echara en cara de esa forma.

-¿Y YO QUE? Me enamore a primera vista de el, mucho antes que tu- Replico también enojada mientras chocaban sus frentes de manera abrupta con el único propósito de causarle dolor al otro.

Sin pensárselo mucho, ambos ya se encontraban agarrándose de los cachetes tan fuerte que se sacaban lagrimas, mientras empezaban a quejarse del dolor y gritarse entre ellos, esas cosas que nunca en su vida pensaron decirle al otro, aquellos insultos que habían escuchado antes de otras personas, pero que nunca se dijeron entre ellos.

Rubia Oxigenada.

Estúpido rarito.

Operada.

Asqueroso Homosexual.

Estúpida hija de papi, por que mami no tienes!!!

Tu tampoco estúpido!!!

Pronto comenzaron a no solo jalarse de los cachetes, ahora el le tomaba de manera algo salvaje su cabello rubio mientras ella le jalaba las orejas, como ninguno cedía, la rubia le soltó una mordida en el brazo, molestado al muchacho que sin consideración alguna la pateo fuertemente en los muslos derribándola, sin quedarse atrás, violando las leyes de la física, con su pequeño cuerpo logro también tirarlo al piso, así, la cosa se volvió mas dolorosa para ambos, golpes, mordidas, arañazos, las lagrimas no dejaban de caer, ya que cualquiera sentiría semejante dolor, lastimar a la persona que mas querías, a la que le confiabas todo, pero el amor es ciego e idiota, por lo que queriendo luchar por ese sentimiento que les quemaba por dentro, defendiendo su veracidad y su derecho, no podía detenerse, sin importar que fueran de distinto sexo, la fuerza que sacaba cada uno fue parte de sus sentimientos, sin importarles si eran primos, si eran familia, no dudaban ni un solo momento en causarle dolor al otro, con unos deseos desenfrenados de destruirle para quitarle del camino.

Patadas, golpes, mordidas, arañazos, azotones, insultos repulsivos, eso era todo lo que empezó a llenar la habitación, las lagrimas desesperadas ya eran invisibles a los ojos del otro y los remordimientos quedaban atrás.

Tras un rato, horas mas bien, en aquella casa que antes era de los primos mas unidos del mundo, solo quedaban leves murmullos y jadeos cansados, la pelea empezaba a dar sus fruto y el dolor empezaba a hacerse presente, cada parte de ellos dolía, desde los simples rasguños hasta aquellas manchas de sangre causadas por mordidas o golpes, pero mas su corazón, habían peleado, en 19 años de su vida que nunca se habían tocado así, ahora se rompían, habían lastimado al otro, de una manera tan profunda que ya no podía repararse.

Ambos terminaron recostados en el piso de la sala mirando el techo, las palabras ya hacían falta, de verdad ¿una amistad tan fuerte podía quebrarse de esa manera? Lucy, comenzó a llorar en silencio, después de todo, en ciertas ocasiones las mujeres eran mas sentimentales que los hombres, y por mas que se allá molestado por lo acontecido, estaba muy arrepentida de haberle hecho eso a Sting, a quien le aseguro que podía confiar en ella y que nunca le criticaría su sexualidad, y ahora, acababa de hacerlo.

-Sting... yo...- Trato de articular, pero las palabras simplemente se negaban a salir de su garganta, donde juraba que se habían atorado, simplemente por reacción las lagrimas comenzaron a fluir mas rápido- Yo... lo siento tanto Sting, pero... pero lo amo tanto- Termino por decir, así, el rubio soltó una risita adolorida debido a los espasmos que esta causaba en su pecho, valla que la rubia golpeaba fuertemente, tenia un buen gancho derecho.

-Yo también lo siento, ágamos un trato- Sonrio volteando dificultosamente a ver a su prima, quien tubo el mismo trabajo que el- Mañana es domingo, digámosle a Natsu-san que nos vea en el parque de diversiones, así, será una cita entre los tres, y durante el día, quien logre besar a Natsu-san primero será el que se lo quede ¿Te parece?-

-Hecho-

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top