14°
Habían pasado apenas dos semanas desde aquel día, aun que a mi parecer habían sido dos siglos por lo menos. Me pasaba la mayor parte del tiempo encerrada en la mansión, era realmente estresante que te siguiera a todas partes. Estaba acostumbrada a ser el centro de atención pero no cuando se trataba de policías. Respiré profundamente mientras me apoyaba en la barandilla del balcón observando como anochecía. Alguien me puso la mano en el hombre sobresaltándome y haciéndome girar bruscamente. Me encontré con Dewy mirandome con cara de susto, comprensible teniendo en cuenta que casi le habia pegado.
- Mujer, solo a ti se te ocurre -solté- Que susto me pegaste.
- Eso digo yo -susurró casi sin aliento- No tengo ganas de probar tus puñetazos, tienen mala fama -añadió riendo- Te traigo algo y de paso quiero una explicación.
La miré raro y me tendió una especié de carta. Una sonrisa inconsciente se dibujo en mi cara, no me hacia falta leerla, sabia de quien era.
- ¿Quién te la dio? -pregunté.
- Llego a mi correo y ponía que te la entregase a ti -contestó- Algo me dice que la estabas esperando con mucho entusiasmo -dijo riéndose.
- Sip -afirmé como una niña- desde hace unos días de hecho.
- ¿Y de quién es? -pregunto con entusiasmo- eh, eh - añadió dándome un codazo.
Reí al ver la cara que puso, cualquiera diría que podía leer la mente y sabia de quien se trataba.
- Eso -dijo alguien detrás de mi- ¿De quien es esa carta?
Mi corazón empezó a latir con demasiada rapidez. Mire hacia atrás y vi a Bruce mirandome de brazos cruzados.
- De la planta química -soltó Dewy de repente- perdón, la abrí, pero como no sabia porqué me llego a mi pues mire que era -añadió.
- Si -mentí- Ya sabes que no fui estas semanas y estaba pendiente de que me regañaran -añadí con cara de inocente- Probablemente será para citarme allí.
- Haber -dijo tendiéndome la mano- Dejame leerla.
Se acabó. Todo mi trabajo se iría a la mierda. Le entregué la carta y el la abrió sin quitar la cara de perro que traía. Leyó y releyó como cuatro veces la cartita. Me miró mientras yo me preparaba para salir corriendo.
- Tienes que ir mañana -dijo devolviéndomela- ¿Crees que te despedirán?
- Soy la mejor química del país -respondí- No les conviene pero puede pasar.
Solo asintió y salio de la habitación. Me deje caer en la silla respirando agitadamente mientras Dewy se sentaba a mi lado.
- Perdón por leerla pero me extraño mucho -dijo.
- Joder me acabas de salvar la vida -respondí- No pasa nada.
Parecía no entenderme. Cogí y releí la carta que sinceramente parecía del todo normal, hasta el logo de la empresa tenia. Pero yo sabia perfectamente que no era así. Habia una cosa que delataba a Floyd, era el único en toda la ciudad que me llamaba Luthor en vez de Wayne. El sello de la carta me indicaba que estaban en la planta química y que todo parecía ir bien. Mañana. Por fin. Dewy seguía observando mi sonrisa de tonta con cierta intriga, la miré de reojo. Podía confiar en ella, aunque tenia mis dudas de si hasta ese punto.
- Por dios -soltó de repente- Tuviste algo que ver con lo de Metrópolis -añadió en un susurro.
Realmente podía leerme la mente. O tal vez fueran los años, que pensábamos igual o simplemente que me conocía como la palma de su mano. Asentí haciéndola pegar un grito y reírse al mismo tiempo.
- Joder si que te conozco bien -afirmó entre risas- Entiendo que estuvieras tan rara. Eres increíble si alguien te descubre...
- No lo han hecho hasta ahora -dije- Y si, ya se que es una locura y que estoy loca y todo eso.
Creo que nuestras risas alcanzaban a escucharse en toda la casa. Por fin podía respirar tranquila y por lo menos tenia a una persona que lo sabia, una que no fuese una criminal buscada claro.
- ¿Piensas ir? -preguntó- Puff, que clase de preguntas hago -añadió- Irías ahora ya si pudieras.
Reí nuevamente ante su comentario poniendo cara de niña pequeña de nuevo- Sip, me conoces realmente bien.
- Esa cara tuya -afirmó- hace mucho tiempo que no la ponías -añadió- Ya sabes, de felicidad completa como si vieras un unicornio vomitando un arcoíris.
- ¿Un unicornio vomitando un arcoíris? -reí descontroladamente- ¿De qué psiquiátrico te escapaste?
- Shhhh -susurró- no lo digas muy alto. Las voces me dicen que me están buscando unos peces mutantes con tridentes.
- ¿No serán mas bien magos armados con un palo? -comenté riéndome- ¿O tal vez un murciélago de un metro noventa?
Oficialmente, estábamos locas.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top