P r ó l o g o
00.
"Estoy temblando como si fuera un hábito.
No puedo respirar en nuestros recuerdos,
frente a este profundo sentimiento de estar pérdido".
(...)
La habitación con las cortinas blancas, y esa ventana dañada que hacía que el frío de la noche se colara deliberadamente dentro de la habitación causó que el pequeño se aferrara con fuerza a él.
Chanyeol estaba seguro de que de no ser por el calor de su novio sobre sí se habría congelado.
Era solo otra noche en la que no necesitaba iluminación, porque había una estrella durmiendo contra su pecho.
—¿Piensas quedarte despierto toda la noche? —dijo el otro, removiéndose sobre él.
—Sí, de hecho, planeaba observarte descaradamente durante un rato. —Lento, llevó su mano hacía la cabellera gris del chico, acariciándole.
—Soy bonito, lo sé. —Se jactó con gracia, respirando el leve aroma de su cuello.
—Demasiado —sonrió—, tanto, que algún día moriré de un ataque al corazón, y el culpable será tu rostro.
Recibió un pequeño golpe.
—¡Park Chanyeol! ¿Quién dice cosas como esas a las 3:00 A.M.?
—Yo lo hago —burlón—. Acostumbrate, es lo que te espera los próximos cincuenta o sesenta años que vivas conmigo.
Una vida con él.
Sonrió en la oscuridad, sin que el otro fuera consciente de eso. —¿Es tu manera de proponerme matrimonio?
—Lo es.
—Requiero unas palabras formales, señor.
Chanyeol besó con dulzura su cabello. Disfrutando de cada segundo que le tenía entre sus brazos.
—Byun Baekhyun, ¿Te casarías conmigo?
El pequeño agradeció que la oscuridad ocultara su sonrojo. —Yo... acepto. Me casaré contigo.
—¿A pesar de mis palabras tontas en la madrugada?
—Tomaré ese riesgo.
Chanyeol nunca supo de sonrisas, sueños o amabilidad. Pero había encontrado algo que realmente le apasionaba.
A alguien con quién quería pasar el resto de su existencia.
—¿ Prometes quedarte conmigo?
—Lo prometo.
Tal vez era demasiado básico, y ellos eran sólo unos niños que ni siquiera habían terminado la preparatoria. Soñando con una vida, una familia, aferrados el uno al otro.
Lastimosamente, Chanyeol recordaba demasiado bien ese momento; porque la mañana siguiente se llevó con ella todo aquello con lo que tanto había soñado.
...
—Un café americano.
Agitó la cabeza, ¿Por qué seguía recordando eso? Estaba en el trabajo, joder, debía concentrarse.
Después de todo, trabajar en una cafetería era más duro de lo que parecía.
Le sonrió a la clienta frente a él, marcando su orden. Tomó el dinero que esta le extendió y él le entregó su recibo con la amabilidad robotizada a la que estaba acostumbrado.
Pensaba demasiado.
Habían pasado casi tres años.
Tres años desde la primera vez que había visto Byun Baekhyun.
Nunca fue un gran estudiante, no era particularmente sociable, o expresivo. Por eso, el día que sus compañeros le vieron sonreír en clase se volvió un evento memorable.
Ese día, el inicio de su último año de preparatoria, el momento más esperado de su vida.
(...)
Entró a su salón de clases, limitándose a saludar por compromiso a algunos conocidos y se dispuso a sentarse en el fondo del salón como había hecho desde siempre.
Pero no, su asiento predilecto estaba ocupado.
Así que tenía dos opciones, pedirle al chico que se moviera o sentarse adelante. Y odiaba la segunda opción, así que tratando de sonar intimidante, se acercó al teñido de gris.
—Este es mí lugar. ¿Podrías darme permiso?—Serio, y con la mirada fija.
—Yo vine antes. Vete de aquí —gruñó el otro, hablando con dureza.
—¿Perdón?
—Vete. De. Aquí. —Volvió a repetir, poniéndose de pie.
Se suponía que le lanzara un golpe, eso era lo que todos creyeron que pasaría, eso fue lo que debió pasar; mas nadie esperaba que Park soltara una gran carcajada ante la actitud del otro.
Pero, ¿Qué otra cosa podía hacer? El chico era muchísimo más bajo que él, lucía como un pequeño niño a su lado, eso combinado con sus mejillas rosadas y sus grandes ojos.
No, aquel chico no podía lucir más adorable. Ni ser más hermoso.
Y no entendía como aquel ser humano que parecía demasiado joven para estar en ese salón podía verle con tanta molestia.
—¿¡De qué te ríes, idiota!? —habló el pequeño.
Antes de que pudiera contestar alguien más había entrado a la habitación.
—Vaya, vaya. Causando problemas desde el primer día, Jóvenes. Joven Byun, recuerde que puede pasar por su reporte de mala conducta y ser el primer afortunado de ir a detención cuando termine la clase. —El maestro titular de su curso ni siquiera le prestó atención a Chanyeol en la escena—. El resto de ustedes, tome asiento.
Park no tuvo alternativa, en contra de todo lo que quería, se sentó en el frente del salón. Y sintió la mirada molesta del otro en su espalda durante toda la clase.
Con las cejas fruncidas y la mejillas hinchadas.
Nunca se había sentido atraído a alguna persona en su vida, pero en ese momento, era preciso decir no podía dejar de cruzar mirada con él.
Había metido en problemas a Baekhyun desde la primera vez que lo vió.
Quizá debió prestar atención a esa señal.
...
—Su orden serían: dos muffins con chispas de chocolate, una galleta integral y dos batidos.
Sí, sí. Debía dejar de divagar de esa forma. No podía darse el lujo de perder ese trabajo.
Realmente necesitaba el dinero.
Pero no podía. Todo, absolutamente todo le recordaba a él. Y sentía la culpabilidad que crecía en su interior le aplastaría el pecho.
Era su culpa, no podía negarlo. Les había involucrado a ambos en cosas malas, cosas de las que no estaba orgulloso.
Se sentía tan impotente por esa noche.
Esa noche en la que despertó en la cama del hospital con una brazo dislocado, la nariz sangrante y una costilla rota. Esa noche en la que aun herido intentó desesperadamente llevarle hasta la sala de emergencias.
Porque Chanyeol tenía diez puntos de sutura en el hombro; pero Baekhyun probablemente tenía mil.
Era lo que se imaginaba, lo que no le dejaba en paz. No le habían dejado verle, era su novio, ¡Su jodido novio! Dijeron que debía dejar que los paramédicos lo ayudarán pero no podía, no cuando la persona que más amaba estaba siendo separada de él.
Le tomó semanas recuperarse.
No tuvo señales de Baek.
Una llamada, un mensaje, un simple hola. Nada.
Intentó buscarle pero su madre le impidió verlo, en el hospital, en su casa, en todos lados.
Era como si estuviese ocultándole.
Así que, la última vez que Chanyeol vio al chico fue en una camilla, antes de que todas esas luces le cegaran, con su cabello color plata manchado de sangre.
—Disculpe. —Reaccionó. Demonios, ¿Cuántas veces iba a pasarle esto en el día?— ¿Está escuchándome?
—Sí, sí, Joven. Escucho su orden.
—Parpadeó varias veces.
—Tres chocolates grandes, uno de ellos con mantequilla, y un pastelillo de nuez con fresa.
"...Si le agregas mantequilla a mi chocolate juro que te amaré por siempre, Park. Bueno, te amaré aún más si traes uno de esos pasteles que me gustan , y me das un beso antes de irte..."
—Gracias por su compra. De este lado le entregan su orden —dijo por inercia, medio perdido en su laguna mental.
Aun así, no pudo evitar prestar atención a una conversación que no debía.Otra persona se acercó al cliente que acababa de pagar.
—Oye, Lu. ¿Por qué tardaste tanto?
—No lo sé, supongo que el cajero ha tenido un día difícil.
El cabello gris, casi negro ahora, las facciones perfectas y esos grandes ojos parecían nublar su mente.
Estaba atascados allí, y en este punto, después de tanto tiempo, empezaba a creer que algo estaba realmente mal dentro de su cabeza.
Era él.
Era él, ¿Cierto? Debía serlo, no era posible que existiera alguien igual de hermoso, al menos para Chanyeol.
Su rostro parecía menos infantil, pero su altura, aquella esencia, ese pequeño lunar sobre sus finos labios parecían ser los mismos.
Se movió a través del mostrador para llegar hasta ellos, y esperando alguna reacción del otro trató de fingir tranquilidad.
—¿Hola? —le sonrió apenado.
—Ha...pasado algún tiempo. ¿Cóm-mo has estado? —Parecía desconcertado. ¿Estaría molesto con él? pensaba Chanyeol.
—Uhm...Baek...¿Lo conoces? —dijo el otro chico.
Parpadeó un par de veces, como buscando algo en su cabeza.
—No, yo no...¿Vamos a la universidad juntos?
No, eso no era posible.
—Soy yo, Chanyeol. ¿Recuerdas? Vamos, tú y yo...ya sabes.
—Aparentemente no lo sé —incómodo—. Disculpa, no quiero ser grosero. Pero no te conozco, te has equivocado de persona.
—No, Baek. —Si esto era una pesadilla necesitaba despertar ya—. ¿Por qué actúas así? Sé que me equivoqué, pero ya, por favor no me hagas esto.
Sehun, el tercero de ellos estaba aburrido en la mesa, ya un poco molesto se puso de pie para ir en busca de los chicos. Pero supo que algo estaba verdaderamente mal cuando las personas a su alrededor empezaron a generar bullicio.
¿Qué hacía Park allí?
Imponentemente se paró detrás de la figura de ambos chicos, tirando levemente del hombro de su hermano cuando le pelinegro intentó tomarle de mano.
—¿Sehun, lo conocemos? —preguntó Baekhyun casi con miedo.
—No, no lo hacemos —dijo serio.
—¿¡Qué!? ¿Es que acaso ahora nadie sabe quién soy? —Demasiado nervioso.
—Ustedes dos, vayan al auto. Los alcanzo en un rato. —Sacó de su bolsillo una llave y se la entregó a su amigo. Ambos chicos salieron del lugar.
Puntual, serio. Así como era naturalmente dijo—: Escucha, esta es la situación. No te acerques a mi hermano. Es tu culpa que él esté así. —Se dió la vuelta, dejando a Chanyeol confundido.
Le siguió poniendo en juego su trabajo. —¡Espera! ¿Por qué dices eso, no sé nada desde que ustedes me alejaron de él? ¿Y ahora dices que es mi culpa? ¡Tú y tu madre no tenían derecho! —le gritó en medio de la acera.
El rubio dejó de caminar, haciendo que Park le alcanzara. Cuando lo tuvo cerca le dijo casi con rabia—:
Sí. Sí, teníamos derecho. Era lo correcto. Le tomó un año adaptarse de nuevo a nosotros. A mí, a mamá, a su vida. ¿Sabes lo que es eso? Qué el hermano al que admiras tanto un día simplemente no sepa quién eres. ¿Quieres en realidad saberlo?
—Yo no...no lo entiendo.
Suspiró pesadamente.
—El golpe que se dio, le provocó una lesión en el cerebro. ¿Entiendes? Cuando salió del intensivo del hospital no me reconocía, ni a mamá ni a nadie. Le tomó algún tiempo volver a confiar en mí; entonces, ella creyó...que era mejor que no se acercara a ti.
—¿Qué? ¿Por qué? —Aturdido—. Yo...él me-e necesitaba, y ustedes solo decidieron cortarme y listo.
—No necesitaba más presión.
—¿Yo iba a presionarle?
—No hay muchas probabilidades de que recuerde las cosas a su totalidad. Lamento decírtelo de esta forma, pero no me dejaste elección. Tienes mucho por asimilar, así que te pido, por favor que no te acerques a él. Está dañado.
Le dejó parado allí, subió al auto que estaba a unos metros y se marchó dejando a una persona a medio derrumbar que lloraba en medio de la calle.
¿Cómo podía solo soltarle todo eso en la cara?
Sentía deseos de llorar y de correr detrás del chico ahora que lo había visto.
Decirle que lo amaba, aún después de estos años. Decirle que sabía cada cosa de él, que recordaba su olor, cada detalle, cada centímetro de la piel de su cuerpo.
Que conocía de memoria el suave tacto de sus labios y el sabor de su cuello. Necesitaba decirle a Baekhyun que aún podía ver su sonrisa en sus sueños.
Se limpió la lágrima que había brotado sin que se diera cuenta. Y regresó a trabajar el resto de su turno.
...
Estacionaron el auto frente a su casa, después de haber dejado a su mejor amigo en la suya.
Sehun parecía tener un nivel de estrés demasiado alto. Frotaba las manos en su cuello y respiraba molesto.
Entonces eso le llevó a pensar: ¿Por qué hubo tanto alboroto?
Desde su...accidente, en múltiples ocasiones se había topado con "amigos" que se quedaban impactados al enterarse de su situación. ¿Por qué había sido diferente esta vez?
—Escucha, no vamos a decirle a mamá lo que pasó.
—Dijiste que el hermano mayor era yo. Respétame y no me digas qué hacer.
Sí, tenía 21 años y era notablemente más pequeño físicamente que su hermanito de 18. Bueno, eran hermanastros, esa era su excusa para justificar su diferencia corporal.
—Oh, vamos. Por favor —rogó.
Cansado. —Bien. Ni una palabra.
Todo era muy extraño.
Y siendo sincero, lo odiaba. Odiaba ser tratado como un niño, era una de las cosas que más le molestaba. Pero aún no estaba listo para vivir solo en las habitaciones de la universidad, por lo que seguía viviendo con su madre.
Su círculo social se componía sólo por tres personas; pero estaba cansado de que le excluyeran, de que le ocultaran cosas, de tener la versión a medias de todo.
Ni siquiera le habían contando qué había pasado el día de su accidente. Le frustraba.
A veces deseaba simplemente abrir su cabeza y arreglar su maldito cerebro. Ya no aguantaba vivir con ese hueco en su memoria.
Entró a su habitación, y se sentó en la orrilla de su cama. Pensando.
Quería respuestas.
Quería saber, ¿Por qué Sehun le mentiría? sabía que había algo extraño. El rubio no solía comportarse de esa manera.
Después de que despertó le tomó tiempo adaptarse a su familia, a la madre de su hermano; pero eso le dejaba demasiados espacios vacíos. Su padre...¿Dónde estaba él?
¿Por qué parecían huirle a hablar sobre su existencia?
Y ahora este chico, porque la mirada asustada de su hermano le hizo asegurarse de que tenía algo que ver con él.
Intentó preguntarle a Luhan, pero este parecía ser tan devoto a Sehun que se había limitado a ignorar sus preguntas y ver por la ventana del auto. Así que estaba atado de manos.
Fijó su vista en el armario que estaba frente a él. Se puso de pie y caminó lento hasta abrir la puerta.
Adentro aún había ropa que no le pertenecía, ropa que era mucho más grande que él.
¿De quién era? ¿Por qué estaba allí?
¿Por qué demonios su cerebro debía estar tan dañado?
Siguió buscando hasta tomar una de las cajas que parecían estar ocultas en una pequeña repisa. En su interior, muchos trozos de papel viejo con letra desprolija.
Todas firmadas de la misma forma:
"Con amor, para mi estrella. -PCY".
Había una parte de él mismo que le estaban negando. Y no iba a permitir más eso. Porque entonces, ¿Dónde estaba, qué era lo que debería ocupar el espacio que sentía vacío dentro de él?
Casi no pudo dormir esa noche, necesitaba que amaneciera en seguida.
Si tan sólo Sehun hubiese sacado las camisas de Chanyeol del cuarto de su Hermano, si hubiese tenido corazón para tirar todas esas cartas de amor a la basura la inquietud de Baekhyun no se habría despertado; pero no pudo hacerlo.
La mañana siguiente despertó antes que todos en casa, desesperado y sin hacer ningún ruido, tomó esa vieja caja de cartón y la llevó con él.
Caminó durante un largo rato hasta la misma cafetería en la que había visto a ese chico ayer.
Era demasiado temprano, se quedó sentado frente al mismo durante un par de horas, hasta que el dueño del negocio apareció.
—Oye, ¿Estás bien? —le preguntó con miedo al verle allí en el suelo.
—Sí, sí. —Recomponiéndose—. Yo...estaba buscando a alguien.
—Oh, claro. —El moreno le sonrió levemente—. Eres el amigo de Chanyeol, ¿No? Lo siento es su día de descanso, él no viene por acá hoy, pequeño.
—¿Podría decirme dónde puedo encontrarlo?
Lo pensó unos segundos. Baekhyun parecía no tener idea de quién era, y aunque le dolía un poco, no era nada comparado a lo que Chanyeol había vivido todo este tiempo.
Sacó un bolígrafo de su bolsillo y tiró de la mano del chico.
—Voy a anotar su dirección aquí, su apartamento está a unas tres calles. Estoy seguro que se alegrará de verte.
Asintió con la cabeza. —Gracias. —Se limitó a decir antes de darse la vuelta.
—Ah, y Baek, es bueno verte otra vez —dijo sonriente.
Verle otra vez...¿Cuántas personas más se supone que debía recordar?
Suspiró pesado, su cabeza dolía demasiado en esa mañana en particular.
...
La misma película de siempre. Chanyeol ni siquiera tenía cable, solo una vieja televisión y un reproductor de vídeo que ya no funcionaba muy bien.
Pero allí estaba él viéndole por milésima vez, aún en pijama pensando que era demasiado tonta la actitud de la protagonista.
Los golpes en la puerta se hicieron presentes; pero él no iba a levantarse a abrir. Haría lo que hacía con todos sus problemas: ignorarlos.
Pero no pudo cuando el ruido se volvió insistente, casi desesperado. Así que molesto, y caminando duramente abrió la puerta con una expresión de pocos amigos.
Eran las seis de la mañana, ¿Quién rayos le molestaba a esta hora?
Debía estar alucinando. En ese momento, frotó sus ojos con ambas manos. —Eres Park Chanyeol, ¿Cierto?
Estaba perplejo. —¿Qué haces aquí? Tú, maldición. ¡Estás aquí! —No pudo resistirse a intentar abrazarle, el otro se removió incómodo.
Le extendió la caja que llevaba consigo.
—El tal "PCY" ¿Eres tú, no? ¿Por qué escribiste esas cosas sobre mí?
Tomó el objeto sonriendo con nostalgia. ¿Cómo era posible que después de tantos años aún conservara todas sus estúpidas notas de adolescente enamorado?
—Sí, yo...escribí todo eso porque es la verdad.
Irreverente, Baekhyun entró a la fuerza al apartamento del otro, ansioso.
—¿Qué sabes tú de mí mismo que yo no sepa?
—Yo, amor, sé todo sobre ti. Todo lo que vivimos, todo lo pasaste. Cada palabra que salió de tu boca.
Aturdido. —¿Qué fue lo que me pasó?
Tragó en seco, no estaba listo para contestar eso, él tampoco lo sabía con certeza.
—Tú...me seguiste a un lugar al que no debías.
—¿Yo? ¿A a ti? ¿Por qué haría algo como eso? Park, necesito saber qué pasó exactamente ese día.
—Es complicado, era tu cumpleaños dieciocho, cuatro de mayo de ese año. Tú y yo...
—¡¿Nosotros qué?! —exclamó.
Sonrió con tristeza.
—Sabes, no puedo solo venir y decirte lo qué pasó sin contarte la historia desde el principio.
—¿Qué Historia?
—Nuestra Historia, Baekhyun.
Había demasiadas cosas que debía saber, debía saber sobre las tardes en el muelle, el asiento que compartían en el autobús, todas las canciones que cantó para él, las marcas que sus uñas le dejaron en la espalda y la forma en la que le hizo sentir amor siendo tan joven.
Tenía que saber que Chanyeol estaba desesperado, y que quería soñar que el destino le dejaba tocarlo para sentirlo suyo una vez más.
Tal vez, no podía lograr que el chico frente a él le recordara. Pero sí podía mostrarle todo el amor que le tuvo, y que le tendría hasta la muerte.
Porque quizá su memoria no funcionaba bien, quizá su cabeza estaba dañada; pero sabía que su cuerpo y su pecho lo reconocían a la perfección cuando sus ojos enormes brillaban de nuevo frente a él.
Y es que ese era el gran dilema. Mientras Baekhyun no podía recordarlo; Chanyeol jamás lo olvidaría.
Mayoritariamente ficción.
Contenido Homosexual.
Si la idea te ha gustado tanto como a mí cuando me animé a escribirla déjame un comentario o un voto, estos me animan mucho a seguir con la historia
Actualizaciones los lunes.
Manténgase con Vida. J.S.
(...) Pasado
... Presente
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