epílogo
2023, Sangsu, Seúl, garden POETE, primavera
Estoy de nuevo sentado en otro lugar elegido por mi hermana, esperándola, mientras termino un trabajo de la universidad. Como siempre, todos los lugares que escoge tienen que estar relacionados con los dramas. Esta vez es un café ¨ casa ¨ en el que se han grabado varios dramas y que se suele usar para las sesiones de fotos de grupos de kpop.
Puedo entender por qué, cuando cruzas sus puertas es como si te transportaras a un lugar remoto, dentro de un bosque. Toda la zona está rodeada de flores y árboles, lo que le da esa tranquilidad. Pese a que es muy famosa no suele estar muy llena de gente y los pocos transeúntes que pasan están en silencio.
Suspiro y me estiro en la cómoda silla, mirando el trabajo recién terminado. Tomo un sorbo del café que ya está frío antes de guardar y enviar el documento. Si por mí fuera, ahora mismo estaría en mi habitación del dormitorio de la universidad tranquilo y relajado tras terminar el trabajo para lenguajes y procesos fotográficos. Pero como siempre, mi hermana me obliga a salir y acompañarla a cada sitio, es una obsesión.
Si no va conmigo suele ir con su novio y después me lleva para que experimente la misma emoción que ella, otras veces vamos los tres juntos y otras los dos solos, como ahora. Aunque suelo quedar con mis amigos los fines de semana para relajarnos, es cierto que mi hermana insiste para sacarme entre semana, como si no tuviese nada mejor que hacer, a veces consigo evadirla, pero otras se pone tan pesada que tengo que acudir.
Ella es un año mayor que yo, por lo que está en su tercer año de universidad, estudiando dirección cinematográfica. Su novio también está estudiando lo mismo, pero está un año por encima, se conocieron en el club de teatro. Por mi parte, estoy estudiando mi segundo año de Bellas artes, los tres vamos a la misma universidad, la de Hongik en Seúl, también conocida como Hongdae.
Mientras se apaga el portátil bebo un poco de café y me rasco el lunar del cuello, como acto reflejo. Juro que si tarda un minuto más me voy de aquí y le pongo como excusa que he quedado con alguien, aunque sea martes a las seis de la tarde. La veo entrar por la puerta cuando mi paciencia está a punto de acabarse, gesticula para decirme que va a pedir algo y se acerca a la barra. Suspiro y me llevo la mano a la cabeza para masajear la sien derecha.
- Hwa ahn - Dice despreocupadamente mientras se sienta enfrente, enarco una ceja. - No pongas esa cara, tampoco he tardado tanto.
- Noona, quedamos a las seis menos cuarto y has llegado a las seis y diez. ¿Qué excusa me vas a poner?
- Hwa ahn, no seas así, sabes que tardo en elegir el conjunto de hoy. - Dice mientras posa en la silla, para que preste atención al conjunto que lleva, la ignoro y miro por la ventana. - Vale, puede que haya quedado con Taeyang antes de venir y se nos ha echado el tiempo encima. - Ruedo los ojos y la miro, ella ríe por lo bajo mientras juega con un mechón de pelo.
- Sabes que no tengo mucho tiempo porque tengo trabajos que hacer y aún así insistes en que salga. Antes de que digas nada. - La interrumpo cuando veo que abre la boca para decir lo mismo de siempre. - Los trabajos a ordenador no cuentan.
Al final se rinde y pasamos un rato juntos en el café, hablando de la universidad y cosas que van surgiendo sobre la marcha. Al salir intenté escaparme sin éxito para ir a los dormitorios, pero Gyu jin es más rápida y entrelaza nuestros brazos para llevarme a una papelería que está un poco lejos, pero por la zona de la universidad.
Después de que Gyu jin comprase materiales y pegatinas y yo cayera por la falta de acrílicos nos dirigimos al centro comercial que está cerca de la biblioteca de la universidad. Paseando mientras vemos los escaparates nos encontramos, sin ninguna causalidad, porque desde que salimos de garden poete Gyu jin no ha dejado el móvil ni un minuto, a Taeyang junto a dos chicos más, al menos puedo usar a su novio de excusa para irme por fin, dejándola con él.
Nos acercamos y tras saludarnos y que Gyu jin pase a modo meloso y se cuelgue de su brazo nos presenta a sus amigos. Dong sun, alto, de ojos marrones y pelo del mismo color y despeinado, dando la sensación de alguien rebelde, pero respetuoso y educado, con una sudadera negra de algún grupo de rock que no conozco.
El otro chico, Dak-ho, alto, de pelo negro y ojos del mismo color, con un lunar debajo de la ceja izquierda y gafas que le dan un aspecto atractivo. A primera vista alguien serio y frío, lleva una camisa vaquera con el primer botón desabrochado. Parpadeo un poco para dejar de atravesarlo con la mirada.
Ambos son amigos de taeyang, tienen la misma edad, 22 años. Dong sun estudia derecho y Dak-ho historia. Tras las presentaciones decidimos dar una vuelta por el centro comercial juntos, aunque no tenga muchas ganas acepto, por mi hermana, la cual se ha alejado con Taeyang hacia un fotomatón y nos hace aspavientos para que los sigamos. Los tres soltamos un suspiro y vemos a Taeyang encogerse de hombros mientras ríe negando con la cabeza.
- Todavía no entiendo como puedes ser hermano de Gyu jin. - Miro a Dong sun que se cruza de brazos, después a Dak-ho que asiente con la cabeza.
- Me lo suelen decir mucho viendo lo hiperactiva que es. - Ambos asienten y nada más entras a la tienda Gyu jin ya está repartiendo sombreros y diademas absurdos por todos para comprobar que nos quedan bien.
Cuando ya está todo decidido entramos a la cabina y empezamos a posar, doy un paso para atrás para alejarme del objetivo y tropiezo, cierro los ojos esperando el impacto que nunca llega. Los abro lentamente y veo a Dak-ho sujetándome con un brazo.
- ¿Estás bien? - Susurra ayudándome a incorporarme, asiento y posamos porque ya han empezado las fotos.
Al salir y dejar las cosas en su sitio Gyu jin se acerca para darnos una copia a cada uno y sin dejarnos tiempo para respirar sale de allí, sola, la seguimos a regañadientes, con Taeyang prometiendo que esta será la última vez antes de correr al lado de mi hermana.
Cuando no queremos dar cuenta Dong sun se ha escapado y les ha mandado un mensaje con la excusa de que se acaba de acordar que tiene un trabajo grupal, algunos tienen suerte. Suspiro al ver una joyería y pensar en las horas muertas que nos vamos a quedar ahí y pienso en la paciencia y tranquilidad de Taeyang para controlar y seguirle el ritmo a mi hermana.
Alguien tira de mí y nos escondemos detrás de una columna, al mirar quién es él que me ha arrastrado ahí, me encuentro encerrado entre los brazos de Dak-ho, con el pilar en la espalda y su pecho al frente. Aprieto la correa de la bandolera y contengo el aliento, desvío la mirada para no centrarme en su garganta expuesta y noto como empiezo a sonrojarme.
Me toma de la mano y me saca del centro comercial, alejándome de mi hermana. Empezamos a caminar, todavía tomados de las manos y acabamos en Wau Park, por el camino apenas nos hemos cruzado con gente.
- Creo que debería pedir perdón en nombre de mi hermana. - Digo cuando nos sentamos en un banco. - Lo hace con buena intención, aunque a veces puede ser un poco intensa.
- No te preocupes, no es la primera vez que quedamos con ella. Siempre acabamos escapando y dejándola sola con Taeyang, él sabe cómo manejarla. - Río porque tiene razón.
Pasamos parte de la tarde juntos, conociéndonos y hablando de nuestras carreras, al final acabamos compartiendo nuestro contacto de Kakaotalk y volviendo al dormitorio, al parecer nos estamos quedando en el mismo edificio.
No entiendo por qué, pero siento que le conozco de toda la vida y algo en mi interior tira en su dirección, queriendo estar cerca de él. Nos separamos y noto una inquietud que logró calamar cuando estoy en mi habitación. Dejo todo en su sitio y preparo lo necesario para el día de mañana, compruebo el correo y veo la confirmación de profesor de que le ha llegado mi trabajo.
Me tumbo en la cama con los cascos y empieza a sonar ¨Get cool¨ de Stray kids, miro el techo pensando el Dak-ho y el misterio que le rodea para que mi cuerpo reaccione así. Me quedo dormido con los cascos mientras empieza a sonar ¨Luna¨ de Oneus.
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Me despierto empapado en sudor y con el corazón latiendo demasiado rápido, el sueño que he tenido ha sido demasiado real y puedo jurar que todavía noto la sangre caliente empaparme las manos y como me ahogo con mi propia sangre, tampoco puedo olvidarme del chico con la puñalada en el estómago que llora y que su cara está borrosa. Decido darme una ducha para olvidarme de todo ello.
El caso es que no me olvido para nada del sueño, aunque intente prestar atención en clase o consigo a duras penas y me frustro, durante el descanso de media mañana le pido los apuntes a Min seok, mi mejor amigo desde pequeños y que estudia la misma carrera que yo, con algún cambio en las optativas.
- Hwa ahn, ¿seguro que estás bien? Esta mañana te veías un poco pálido y no te veo muy concentrado. - Le entrego el cuaderno y suspiro.
- No es nada, simplemente he tenido un sueño muy raro y no me lo puedo sacar de la cabeza. - Min seok enarca una ceja y le cuento el sueño tan vivido que he tenido, cuando acabo veo como se le iluminan los ojos y me preparo para lo que viene continuación.
- Eso es un sueño relacionado con tu vida pasada. - Suspiro y niego con la cabeza, me pongo cómodo apoyando la cabeza en la mano y espero. - Igual que podemos tener revelaciones o sueños lucidos. Un estudio de psicología ha sacado un documento con datos de personas que sueñan con momentos de su pasado importantes, como muertes por ejemplo.
- Creo que has elegido la carrera equivocada. - Le doy una palmada en el hombro cuando suena la campana avisando del inicio de la segunda mitad del día.
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Han pasado tres semanas desde el sueño, entre medias he tenido exámenes y trabajos, por lo que he quedado poco. He seguido escribiéndome con Dak-ho, el cual también ha empezado con los exámenes. No le he contado nada relacionado con el sueño o los sentimientos que me provoca al estar o pensar en él.
Hemos quedado desde que nos conocimos y aparte de los sentimientos extraños creo que siento algo por él, tiene algo que me atrae de una manera indescriptible y que hace que quiera estar cerca de él. Me considero una persona abierta con relación al tema del amor entre personas del mismo género y muchas veces me he sentido atraído por varios hombres a lo largo de mi vida.
Aunque esté rodeado de personas que piensan igual que yo, tengo miedo de decírselo a alguien, menos a mi hermana que acabará diciendo a los cuatro vientos. Por ahora he decidido mantenerlo en secreto y seguir hablando con él como si fuera un amigo más, por mucho que me duela.
Estoy tranquilamente escuchando Oneus con los cascos y sumido en mi mundo mientras dibujo alejado de todo lo que me rodea y no me doy cuenta de la persona que se ha sentado enfrente y me mira mientras sigo sumido en mi mundo. Me percato de su presencia media hora después cuando contemplo la obra terminada y tomo mi batido para darle un largo trago.
- No te he querido molestar porque te veías demasiado tierno concentrado. - Apago el reproductor y me quito los cascos al escuchar las palabras de Dak-ho. Se ríe ante la sorpresa que me provoca su presencia.
- En qué momento... - Digo en voz alta intentando recordar en vano, una mano aparece señalando un Dalryok en la esquina inferior izquierda del cuaderno y levanto la vista.
- Cuando empezaste a dibujarlo. Muy bonito por cierto. - Empujo el cuaderno en su dirección para que contemple el dibujo, pero su reacción es muy diferente a la que me esperaba.
Dak-ho me mira serio y me devuelve el cuaderno, pensativo. Me indica que me termine el sorbo de batido y él hace lo mismo con su café. Sin decir palabra nos vamos de la cafetería y le sigo todo el camino en silencio hasta los dormitorios. Todavía confundido no sé cómo he acabado en su habitación, sentado en el suelo.
- ¿Cómo conoces ese paisaje? - Me pregunta sentándose en frente y un poco más calmado.
- Lo sueño muy seguido y he acabado dibujando inconscientemente. Aunque no es lo único que sueño. - Le tiendo el cuaderno por la primera página, su expresión nunca cambia cada vez que pasa la página, es una eterna confusión y me parece tan tierno que me dan ganas de dibujarlo.
- ¿Por qué tenemos los mismos sueños? - Esa pregunta me toma por sorpresa, pero antes de contestar añade: - Además, siempre siento una necesidad de estar a tu lado y protegerte. Algo dentro de mi tira en tu dirección siempre que te veo y cuando no estás me siento inquieto. - Le miro confuso mientras guardo el cuaderno.
- No lo sé, tampoco lo entiendo, pero me pasa exactamente lo mismo. Es frustrante. - Confieso bajando un tono la voz.
Dak-ho se acerca demasiado y me toma por sorpresa cuando me besa la frente. Le miro muy confundido, pero no lo apartó en ningún momento. Algo dentro de mí pide más besos de ese estilo, tiernos y llenos de amor y que me acaricie la mejilla y los lunares de la cara.
- No se porque he hecho eso, algo dentro de mí lo gritaba y no pude evitarlo. - Niego con la cabeza cuando se aparta un poco para sentarse enfrente, rozando nuestras rodillas. Decido lanzarme a la piscina.
- Apartando todas estas cosas raras que nos están pasando, quiero confesarte algo. Me gustas. - Dak-ho sonríe de lado, me toma la cara entre sus manos y me besa suavemente en los labios.
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Llevo dos meses saliendo con Dak-ho, en ese tiempo no hemos vuelto a tener sueños raros y esa sensación de inquietud ha ido desapareciendo poco a poco. Cuando se lo contamos a nuestros amigos se lo tomaron bastante bien y nos felicitaron por ello.
Mi hermana ya ha hecho planes para los cuatro, en verano quiere alquilar una caravana e ir desde Seúl hasta Busan para ver la playa y el mar, aunque no es la primera vez que va, le hace ilusión compartir ese momento en pareja y con su hermano. Aunque ya nos ha advertido que nada de cosas subidas de tono.
Como cada tarde estoy en la habitación de Dak-ho, más grande que la mía, tumbado en la cama y con su cabeza en mis piernas. Él está sumido en un libro y yo escuchando Seventeen con los cascos, para no molestarle, mientras juego con su pelo.
Dak-ho se incorpora, llamando mi atención y ambos dejamos de hacer lo que estábamos haciendo para prestarle atención al otro. Me abraza y nos tumbamos en la cama, con él sobre mi pecho. Nos quedamos así un rato largo, hasta que Dak-ho se incorpora y me mete las manos por la espalda, por dentro de su sudadera, río y le doy un suave golpe en la cabeza.
- He leído una cosa muy interesante el otro día y quiero ponerlo a prueba. - Dice incorporándose un poco hasta quedar a la altura de mis ojos. Me da un beso en la cabeza. - Eres mi todo. - Aunque sea un poco confuso todo me río, él me da un beso en la frente. - No te quiero perder.
Me toma de la mano y la besa, mirándome directamente a los ojos, enarco una ceja y me besa en el cuello. Se acerca a mi boca y antes de besarme le detengo, preguntando con la mirada que está pasando, ríe contra mi mano y se separa un poco.
- Leí en un libro lo que significa cada beso en ciertas zonas del cuerpo. - Una mirada pícara cruza su cara.
- Muy bien Romeo. Se que significan dos de ellas y creo que te pegan porque parecen tus lugares favoritos para besarme. - Ríe y asiente con la cabeza, aprovecho y le doy un beso en la frente sabiendo su significado. - ¿Las otras dos que significan?
- La de la mano significa que te adoro y la del cuello qué deseo tenerte.
- Estás hecho un romántico y un poeta, deberías cambiar de carrera. - Reímos y entre la confusión aprovecha y me da un rápido beso en los labios, le miro confundido, pero no me quedo atrás y se lo devuelvo.
- Solo soy así contigo, por cierto, tú también me gustas. - Me acaricia la cabeza tiernamente, peinándome algunos mechones sueltos.
- ¿Algún otro significado que deba saber? - Se lame los labios antes de juntar nuestras bocas y le doy paso para que su lengua juegue con la mía. Nos separamos por la falta de aire y me da un corto beso en los labios.
- Ninguno más, este ha sido de mi propia colección. Te amo con locura. - Me abraza y nos tumbamos en la cama.
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