Dak-ho: Esto es muy interesante
Después de lo sucedido hace tres años y que me tuviese que trasladar para estar cerca del actual príncipe heredero, pero sin levantar sospechas, pensé que todo se calmaría y que podría trabajar tranquilamente sin ninguna molestia. Al parecer mi libertad duró poco porque mi madre llegó con lo que según ella eran buenas noticias.
Una mierda buenas noticias, dentro de tres semanas me casaré, por sorpresa, porque mi madre había acordado con otra familia nuestra unión. Un matrimonio concertado con alguien que ni conozco y ni siquiera sé quién es, según mi madre es una buena oportunidad para mí, que me dedico exclusivamente al trabajo y casi ni salgo.
Según yo es una distracción innecesaria que no necesito y que no me importa absolutamente nada y de la cual me gustaría deshacerme, pero que es completamente imposible. Para mi desgracia el tiempo pasó relativamente rápido.
El hanbok ceremonial está lleno de adornos innecesarios y pesa más que el del día a día, lo bueno es que al ser en otoño no pasamos tanto calor. Estoy lo que parece una eternidad esperando hasta que por fin aparece el palanquín de la novia, cuando antes empiece esto antes termina y antes me puedo poner a trabajar.
La ceremonia se lleva a cabo de manera rápida y sin interrupciones, Gyu jin parece un poco nerviosa y puedo ver como intenta mantener la calma pese a que las manos le tiemblan demasiado, pero le da un toque tierno. Aunque hay algo de ella que me molesta, aunque no puedo averiguar qué es.
Se que sin el maquillaje ni los círculos rojos podré ver mejor su cara y rasgos, por ahora me tendré que conformar con lo que puedo captar a través de los huecos que dejan a la vista su cara cuando mueve los brazos para moverse. Tiene el pelo de un negro brillante que destaca sus ojos castaños, de intensa mirada.
El día pasó relativamente lento, por no hablar de la eterna comida tradicional entre ambas familias. Cuando por fin se fueron nos dejaron soju y algo de cena, dando a entender que esa noche será única para nosotros y en la cual tendríamos que consumar.
Retiro lo dicho, estos malditos trajes ceremoniales dan mucho calor y ya estoy cansado de llevarlo todo el día, no me quiero imaginar a Gyu jin, con esas mangas y ese adorno de la cabeza, tienen que estar adolorida. Decido no retrasar lo inevitable y llevo todo a la habitación y la espero sentado tranquilamente.
Mientras la espero empiezo a unir las piezas que han estado todo el día dándome vueltas en la cabeza y terminan de encajar cuando en el silencio de la habitación empieza a servirse soju. Su voz ya me resultaba extraña en un principio, aunque lo había descartado pensando que era un simple resfriado.
Todos me han engañado y lo que es peor, me acabo de casar con un hombre, todavía no se porque, si es él quien nos ha engañado a todos o han sido ellos quienes me han engañado, pero está claro que llegaré al fondo de esto.
Decido dejar de lado el soju y me centro en comer mientras lo analizo, no pasa mucho cuando empieza a ponerse nervioso, no puedo evitar soltar una risita por lo bajo cuando suelta un suspiro y baja los brazos, tal vez cansado de llevar eso todo el día. Dejo de comer y suelto un suspiro mientras lo miro. Le veo tragar saliva y desviar mi mirada, la cual sigo manteniendo sobre él para ponerle más nervioso.
- Vas a decir algo o quieres que empiece yo, ¿decídete? - Le dije, llamando su atención, porque ya estoy cansado de todo esto.
Como tarda demasiado suelto aire fuerte por la nariz y le sobresaltó, al final decide contestar con un hilo de voz y tengo que concentrarme en lo que dice.
- N-no sé a qué te refieres la verdad - Al terminar suelta una risa nerviosa, pese a que está nervioso. Su voz es bastante suave para ser un hombre y si se esforzara más podría dar el pego como mujer.
Después de quitarle todo lo que le habían puesto para la ceremonia puedo ver un poco mejor su cara y ver sus rasgos masculinos, también algún que otro lunar que estaba tapado por el maquillaje y que se han llevado los círculos al despegarlos. Algo dentro de mí hace que le retire todo el maquillaje de la cara para poder ver quién se esconde tras Gyu jin y poderle poner cara.
Lo que me encuentro es un chico de unos veinte años, asustado y con ganas de irse a casa, replanteando la idiotez de sus actos y gracias a ello me relajo un poco e intento inspirarle confianza dejando de lado la rudeza que antes me recorría el cuerpo.
La habitación se sume en un silencio un poco pesado mientras él se queda ahí a punto de llorar de los nervios y yo sigo intentando encontrar una explicación razonable para todo esto. Tras intercambiar un poco más de palabras e interrogarlo un poco descubro que es el hermano gemelo de Gyu jin, aunque su nombre no lo he escuchado bien porque lo ha soltado en un hilo de voz casi indescifrable y lo ha tenido que volver a decir un poco más alto.
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