capítulo 3

Para el desayuno, una de las sirvientas había preparado pepinos en escabeche con un pequeño bol de arroz. El desayuno fue tranquilo, ninguno decía nada, pero tampoco hacía falta, se respiraba tranquilidad y comodidad. Algo que hacía tiempo que no experimentaba.

Terminamos de desayunar sin inconvenientes y una de las sirvientas empezó a recoger la mesa, ya me disponía a empezar con la rutina (cualquiera que fuera) que llevaba mi hermana, pero mi padre me detuvo con un carraspeo y mi madre me cogió de las manos seriamente y con mirada de preocupación.

Saranghaneun, tenemos que hablar. - "Mierda, no me esperaba esto" pensé fingiendo estar sereno mientras miraba a mi madre esperando a que continuase hablando.

- Te vas a casar mañana y no puedes ocuparte de tu mascota, deberías liberarla, nosotros no lo podemos cuidar y tememos que muera en esa habitación encerrado. - Estas palabras, para mi sorpresa, las había soltado mi padre. Me quedo demasiado tiempo pensando en a que se referían (mi hermana no tenía ninguna mascota, que yo supiese), y pude notar la preocupación en la cara de mi madre, que suspiro y negó con la cabeza antes de hablar.

- Ya sabes de qué estamos hablando - bajó la voz antes de continuar - la mancha de nuestro apellido. - Al terminar mi padre soltó un largo suspiro y me miró enarcando las cejas. Se notaba que no les gusta hablar de mí y al parecer Gyu jin se vuelve cabezota con el tema, viendo la reacción de mis padres.

Decidí sopesar mis opciones antes de decidir nada, no quería que la única interacción en tres años con mis padres terminase en pelea, tampoco quería que Gyu jin se encontrase con que nuestros padres estaban enfadados con ella tras mandarla a los brazos de un desconocido. Lo más fácil es aceptar lo que me decían y obedecerles.

- Está bien, me ocuparé de ello enseguida. - Dije fingiendo pena y agachando la mirada, antes de levantarme y dirigirme a la puerta, hice una reverencia. Antes de salir pude escuchar la voz de mi padre.

- Que nadie te vea. - Asentí con la cabeza y añadió - Deberías haberlo hecho hace mucho tiempo, te encariñaste en vano de él.

Saranghaneun, ¿qué te pasa en la voz? - Preguntó mi madre antes de que me marchara, pillándome por sorpresa.

- Nada omoni, creo que estoy un poco resfriada. - Solté lo primero que me vino a la cabeza y parece que funcionó porque me dejaron marchar sin más preguntas.

Camino a mi habitación empezó a analizar la corta conversación con mis padres, al parecer se arrepentían de que esté con vida y más aún de que Gyu jin me salvará de la muerte. Tampoco es que nos lleváramos bien antes de mi ingreso al palacio, nunca me trataron bien y siempre que podían me alejaban o repudiaban, pero delante de la gente me trataban con cariño.

Se arrepentían de haberme llevado a casa junto con Gyu jin, ellos pensaban que iban a tener un solo hijo, no dos y encima gemelos. Tampoco me podían abandonar, así como así, somos una familia con estatus y dinero. Abandonar a un bebe a su suerte sería una mancha en su preciado apellido.

Eso era lo único que les importaba a mis padres, mantener el apellido limpio y que sus hijos (por desgracia los dos) tuvieran una buena educación y un puesto importante en las filas de palacio, en mi caso, y un buen marido, en el caso de mi hermana. Lo primero se les torció con la incriminación de asesinato a mi nombre, aunque no les importo mucho. Lo segundo lo consiguieron mañana.

Al llegar a mi habitación, decidí envolver mis pocas pertenencias en un pañuelo azul oscuro y guardarlas entre los pliegues de las faldas. Revolví un poco la habitación antes de salir y dejé la puerta abierta. Vigilando no encontrarme con nadie hasta llegar a la habitación de mi hermana, allí guardé mis pertenencias y salí por la ventana, para asegurarme de volver por la entrada principal, fingiendo que había salido a dar un pequeño paseo por el bosque de al lado de casa y que mis padres estuvieran satisfechos con el supuesto "abandono" de mi persona.

Después me tiré gran parte de la mañana terminado el patrón floral que compartí con mi hermana. Tras comer me dediqué a guardar unas pocas pertenencias en un baúl para que las mandaran a casa del prometido de mi hermana. Entre las cosas metí mi pañuelo azul entre uno de los vestidos de mi hermana, junto con unos pocos libros (también escondidos), maquillaje y cosas de aseo personal y capilar, así como adornos para el pelo.

Cerca de la puesta de sol llegaron dos jóvenes, enviados por el prometido de mi hermana, con órdenes de llevarse el baúl. Así mismo mi madre junto a dos criadas trajeron un pesado vestido con un montón de adornos, ese debía ser el vestido de novia para mañana. También me explicaron que saldríamos temprano de casa y me transportaron en palanquín hasta el templo donde se daría lugar la ceremonia de unión y después iría a casa de mi esposo.

Al ver la expresión de confusión en mi cara, mi madre pensó que estaba nerviosa por la ceremonia de mañana y le quitó importancia de muchas formas diferentes. Que si las sirvientas me ayudarían con el vestido, que sería todo muy rápido y que la felicidad llegaría poco a poco. Al ver que seguía confuso y sin una pizca de felicidad me llevó a tomar té al porche del jardín mientras hablábamos y mirábamos como oscurecía.

Genial, lo que me faltaba, una conversación de chicas con mi madre. Tendría que esforzarme por fingir que entendía a la perfección todo lo que me dijera y no sorprenderme o asquearme con cualquier cosa rara que dijera, lo peor sería seguirle la conversación y que parezca que estoy hablando del mismo tema.

Mi madre me pidió que le preparara un té saenggang-cha, como no para suavizar la voz, creo que voy a acabar vomitando, llevo todo el día tomándolo. Aun así debo darle gracias a Gyu jin por preparar tantos tés en mi habitación y a mi curiosidad, gracias a eso he podido pasar este obstáculo. Tras servir el té y mientras contemplamos las últimas horas de luz se podía respirar paz y tranquilidad. Desde fuera parecíamos una madre y su hija teniendo un momento tranquilo y feliz, pero todo es muy diferente a lo que ves por primera vez. Sumido en mis pensamientos, no me di cuenta de que mi madre había empezado a hablar y me dejó desconcertado, la tuve que mirar para que volviera a repetir lo que había dicho.

- Este es uno de los defectos que compartiste con él - Ahí estaba de nuevo, hablando de mí en pasado. Tuve que hacer acopio de fuerzas para morderme la lengua. Después de un par de sorbos volvía repetir lo que no había captado por estar sumido en mis pensamientos.

- Bueno, como te dije, mañana en la noche de bodas tienes que servirle alcohol a tu marido y después acostaros juntos, para que pierdas la pureza. - Me quedé sorprendido y mirando a lo lejos mientras la escuchaba hablar.

Eso no significaba nada bueno, en nuestro primer día de casados el prometido de mi hermana (que pasaría a ser mío) descubriría que soy un chico y se destapara toda la farsa que había creado para cubrir la desaparición de mi hermana, aunque no sé si desaparición es el término adecuado. Tendré que pensar algo para que no descubriera que soy un chico en realidad.

Mientras mi madre seguía parloteando algo sobre la primera vez y cosas por el estilo, como ser buena esposa, cocinar bien y atender las necesidades de mi esposo, en todos los sentidos. Lo que me llamó la atención fue que mañana tendría que dejar que las sirvientas me vistieran y preparan, porque sola sería difícil o incluso imposible.

Tras la pequeña reunión y con la información que me había proporcionado mi madre, la noche y cena transcurrieron sin novedades. Me retiré a mi habitación, pero por el camino me encontré a Ae cha, que estaba preparándose para acostarse después de un día largo. La cogí del brazo de una manera demasiado brusca y la arrastré a la habitación de mi hermana, no se quejó ni intentó zafarse pese a que seguramente la estaba haciendo daño.

Dentro cerré la puerta y le confesé todo lo que había pasado ese día y le pedí ayuda con la preparación de mañana y a ocultar mi secreto, solo hasta que Gyu jin volviera a casa. Ella se mostró receptiva y accedió a ayudarme, antes de irse me confesó que sospechaba que no era la verdadera Gyu jin y que me lo explicaría todo mañana.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top