capítulo 17
Dak-ho me escucha atentamente, sin interrumpirme y con algunas expresiones pasajeras de malestar y molestia ante algunas partes, sobre todo el trato de mis padres. Por mi parte intento mantenerme sereno, pero recordar aquello me duele y no puedo evitar hacer pausas o suspirar entrecortadamente. Creo que he llorado, no sé decirlo con certeza porque tengo los ojos hinchados y adoloridos, por la reacción de preocupación de Dak-ho diría que sí, ya que mueve el brazo con alguna intención, pero se detiene y vuelve a bajarlo.
Al terminar el silencio inunda la cocina, ni siquiera los grillos hacen su característico sonido. Dak-ho ha bajado la mirada y está observándose atentamente las manos, no sé lo que va a pasar entre nosotros ahora, tampoco si debería quedarme o no. Después de la discusión (no se si se podría considerar discusión o no) que hemos tenido y de hablar respectivamente de lo sucedido, el aire entre nosotros se ha enrarecido, a lo mejor es mi sensación y todo está bien, pero no puedo evitar sentirme mal por lo sucedido.
Decido irme a dormir, es lo único que me apetece y ya mañana prepararé todo para irme, puede que a la costa, siempre me ha gustado ver el mar, tal vez viaje por todo Goryeo. El caso es irme lo antes posible tanto para no molestar a Dak-ho ni crearle más problemas, demasiado ha pasado ya por mi culpa.
Me levanto y me dispongo a dirigirme a la puerta, pero Dak-ho es más rápido y me coge del brazo haciendo que choque contra su cuerpo, con las manos sobre su pecho. Cuando intento apartarme él me abraza, manteniéndome cerca y pegado a su cuerpo. En esta posición puedo oler la lavanda y escuchar su corazón, que late bastante deprisa, también el calor que desprende su cuerpo.
No duramos mucho en esa posición porque Dak-ho nos obliga a separarnos, me coge suavemente de los hombros, como si fuera a romperme o desaparecer si ejerce demasiada presión. Me da un beso corto en la frente y nos miramos a los ojos, intentó apartar la mirada, pero hay algo en la suya que me mantiene atrapado en ella.
- Ni se te ocurra irte, ni lo pienses. - Me tomó por sorpresa, Dak-ho está hablando en serio. Algo dentro de mí se mueve y palpita, creo que es la felicidad de saber que alguien me necesita y que le importo, que quiere tenerme cerca y que lloraría mi pérdida.
- ¿Quieres que me quede? - La pregunta es más una confirmación en voz alta que necesitaba hacer. - Después de todo, todavía quieres que me quede. - Confirmo mientras dibujó una sonrisa en mis labios y noto como una lágrima rodó por mi mejilla y que Dak-ho retira tiernamente con el pulgar, me sujeta las manos.
- Sí, te necesito a mi lado. No se que hacer si me dejas solo en esta casa. - Se ríe un poco y se limpia una lágrima. - Es raro debido a que he pasado muchos años solo en estas paredes, pero eres algo único y traes diferentes emociones. - Me coge de la cintura y me acerca un poco más a él. - No quiero que me dejes, te necesito. Mucho.
Sonrió y me hundo en sus ojos, el corazón hace tiempo que no para de latir con fuerza, una sensación que hacía años que no sentía y que solo me provocaba Gyu jin me recorre todo el cuerpo. Y siento que no quiero que este momento termine, que no llegue el mañana, que él no se tenga que ir. Ambos nos hundimos cada vez más en la mirada del otro y poco a poco la distancia que nos separa se hace más pequeña. Dak-ho coloca una mano en mi mejilla y me la acaricia con el pulgar, no dejamos de sonreír y nuestras respiraciones se encuentran.
Todo esto me parece un sueño del que no quiero despertar, cuando pienso que se va a acabar y que el momento mágico termina aquí la mano de Dak-ho abandona mi mejilla y se instala en mi cuello, a su vez la mano que tiene en mi cintura hace que me acerque más a él, acortando lo poco que nos separaba y juntando nuestros labios en un beso. Por acto reflejo coloco mis manos en sus hombros y él me acerca más a su cuerpo.
El beso es tierno, delicado y suave, cargado de emociones. Mi experiencia es nula y dejo que Dak-ho me guie y que tome el liderazgo del beso, separándonos para tomar aire y cambiar de posición la cabeza para volver a unir nuestros labios. De vez en cuando noto su lengua intentando abrirse paso para llegar a mi boca, pero se detiene y simplemente me lame los labios acompañado de una sonrisa. Nos separamos, me abraza por la cintura y apoya su frente contra la mía, nos reímos.
- No pensé que nuestro primer beso fuera de esta manera. Había pensado algo un poco más tierno, aunque he de admitir que me he contenido varias veces, pese al momento y a lo tierno que te veías. - Me da un beso en la frente y nos miramos.
- ¿Y cómo pensaste que sería? - Hago una pausa y río. - También tengo que admitir que cada vez que estábamos muy cerca el uno del otro pensaba que iba a morir de lo rápido que me latía el corazón. Aun así, dejando de lado mi inexperiencia para mí ha sido bastante tierno y no creo que lo olvide.- Dak-ho niega con la cabeza y ríe mientras me abraza.
Hicimos la cena juntos y durante esta me comentó que tenía que irse en tres días y que estaría fuera una semana, también esperaba que durante ese tiempo no nevará, porque eso retrasa su viaje de vuelta. En relación con nosotros lo tomaríamos con calma e iríamos despacio, después de todo teníamos bastante tiempo por delante.
Mientras nos preparamos para dormir un golpe nos toma por sorpresa, Dak-ho me dice que me quede en la habitación, que saldría a investigar, mientras coge la vara de bambú que solemos usar para sujetar la puerta para ventilar la habitación. No tarda en volver con una carta en la mano, me la tiende para que la vea mientras coloca la vara en su sitio y se sienta a mi lado, rodeándome la cintura con un brazo.
La carta está dirigida a mi nombre, sin remitente y bastante sucia. Si estoy en lo correcto debe de ser una carta de Gyu jin, después de tanto tiempo me vuelve a escribir. Aunque no es para alegrarme porque el estado de la carta me da mala espina y no paro de darle vueltas entre mis manos, sin poder abrirla. Dak-ho apoya su mano sobre las mías haciendo que me detenga y que lo mire, puedo notar su apoyo con esa mirada, lo que me da fuerzas para abrir la carta tras un largo suspiro.
Hwa ahn, mi querido hermano. Espero que todo vaya bien, por mi parte la he tenido difícil para poderte escribir, como ves lo he podido conseguir. Ignora el estado del sobre y de la carta, ha viajado bastante y ha pasado por más manos de las normales para poder llegar.
Actualmente, me encuentro bastante lejos de Gyeongsang-do, no te voy a decir exactamente donde por si es interceptada la carta. La única pista que te puedo dar es que está más allá de donde hemos viajado nunca.
Para que te sientas más tranquilo no estoy sola, tampoco soy la única mujer si eso te preocupa. Tampoco puedo darte más información relacionada con la gente con la que viajo, lo siento. Prometo contarte todo en algún momento.
Relacionado con lo sucedido hace tres años, creemos tener una pista de lo sucedido, aguanta un poco más, conseguiré limpiar tu nombre, aunque me cueste la vida.
Por último decirte que nuestros padres han abandonado Gyeongsang-do, no se exactamente cuando lo han hecho, pero me los he encontrado presumiendo por la capital. No les prestes atención y quédate cerca de Dak-ho.
Te quiero, Gyu jin
Intercambiamos miradas tras leer la carta y las dudas comienzan a rondarnos por la cabeza, pero una se hace notar por encima de las demás. Al parecer Dak-ho también ha dado con ella porque me coge de la mano.
- No te preocupes, parece que tu hermana está en buenas manos. - Sonrió y apoyó la cabeza en su hombro. - Por mi parte intentaré estar atento a cualquier cosa extraña y le preguntaré a Dong sun para que me ayude, además hay algunas personas que me deben unos favores.
- Gamsahamnida, Dak-ho.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top