Capítulo 1: La Crueldad cruda
Una maldita vida...
Ya no sentía ganas de continuar viviendo lo perdí todo ¿Cómo habíamos terminado así? Si nuestra vida solo fue sufrimiento....
Y dolor.
Desde muy pequeña nací en el peor barrio del distrito rojo vivía en una gran pobreza y pésimas condiciones, me faltaba comida, agua, cariño, amor, solo hubo alguien que me dio todo eso.
Mi querido hermano...
El me crío desde que era una bebé, me protegió del frío y helado clima de estos días tristes, tal vez no teníamos mucho dinero pero nos teníamos el uno al otro.
Estaba feliz con ello, mi hermano dejaba de comer con tal de que a mi no me faltara comida, por eso de vez en cuando lo veía delgado....
Ahora que lo pienso ¿Por qué el emperador de este reino nos deja sufrir? Si formamos parte de todo su imperio, era injusto, nosotros sufríamos y los demás eran felices...
Me daba repugnancia como los de nuestra misma especie nos detestaban y discriminaban solo por tener pocos recursos, pensé que nuestra vida daría un giro al menos para bien...
No fue así.
Mi hermano y yo éramos perseguidos por los guardias del imperio, el había robado dinero y me sostenía de la mano, mientras corríamos, nos alcanzaron y acorralados, Gyutaro uso su hoz y asesino a dos guardias.
-¡Hermano! Debemos salir de aquí... ¿Hermano?
-Ahhh... Ume debes huir lejos de aquí, muy lejos y no vuelvas nunca más, lo lamento pero ya no podré protegerte más.
-¡Hermano!
-Mi pequeña y dulce hermanita... siento mucho que no seré capaz de verte crecer y que te vuelvas una dama refinada.
-No, no, no, por favor... ¡No mueras Hermano!
-Lo lamento muchísimo.
Algunos guardias más llegaron al lugar acorralado a ambos hermanos, Ume no sabía que hacer al respecto, antes que pudiera decir una palabra Gyutaro tomó un hoz rebanándoles la cabeza a los guardias...
Gyutaro cae al suelo siendo atrapado por su hermana mirándola una última vez, ¿Qué debían hacer para que sufrimiento se compensado?
-¡Hermano! Por favor debes resistir no me dejes por favor, recuérdalo, tu aquel día me lo prometiste la promesa de los dos.
-Ume... estoy tan feliz que te encuentres bien, con saber que vivirás soy el hermano más feliz del mundo.
-¡No digas eso tu también debes vivir! ¡Al menos vive y no me dejes! Hare lo que sea para salvarte, así que... no te mueras – Dijo Ume derramando lágrimas y da una sonrisa.
-No te preocupes, estoy seguro que estarás bien, tu eres fuerte eres una chica dócil y honesta, siempre fuiste mi orgullo y inspiración.
-Hermano – Menciono la peli blanca con leves lagrimas.
-No hace falta que llores, sabes mi mayor temor hubiera sido que tu murieras, quiero que vivas y seas feliz el resto der tu días.
-¡Hermano no mueras! No cierre los ojos! Resiste, si te atreves a abandonarme jamás te lo perdonaré.
-Lo lamento... Ume, te prometo que si renazco iré a buscarte y sin duda te haré feliz.
-¡¡Hermano!! – Grito Ume desgarradoramente mientras lastimaba su garganta al gritar.
Su hermano recibió puñaladas en el pecho y apenas podía seguir vivo, Ume lloraba y nadie vino a ayudarlos y empezó a caer la helada nieve, sino fuera porque alguien apareció...
-¿Qué pasó? ¿Qué pasó? Pequeños... que estado tan lamentable, me da mucha pena, ese muchacho ya esta muerto, oh! Una hermosa niña.
-¿Quién eres tu? – Pregunto Ume con temor.
Aquel hombre vestía un Kimono rojo con partes negras y piel pálida, sus ojos eran de colores arcoiris y en su mano llevaba un brazo y cargaba un cuerpo que se estaba merendando.
-AH! Po...porque este comiendo a esa mujer?
-Lo siento pero no puedo dejarte vivir si me has visto, seria una imprevisto si el emperador se entera.
-¿Qué eres realmente tu?
-Un demonio...
-Entonces los demonios existen!
-Creo que fue bastante charla es hora de matarte y devorarte.
-Yo... por favor te lo suplico ayúdame, no quiero morir, ayúdame quiero hacer pagar todo el daño que nos hizo este imperio – Dijo Ume arrodillada y inclino la cabeza.
-¿Estas completamente segura de eso? Te ves capaz de abandonar tu humanidad solo por una venganza personal.
-Si...te lo suplico ayúdame, hare lo que sea.
-Mmmmmh lo que sea, eh?
-Por favor – Suplicaba la joven.
-Creo que les daré un poco de mi sangre, soy alguien muy bueno así que no puedo ignorarlos, podrán convertirse en demonios si el llega a aceptarlos – Dijo el demonio – La vida es algo precioso que debe atesorarse... tienen que valorarla niños – Decía para acercarse a la joven.
El demonio se corto una parte de su dedo dejando caer sangre le ordeno a la muchacha que no dejara caer ni una sola gota, Ume la recibió en sus manos.
-Bien, ahora bébetelo es la única manera para volverte fuerte y solo así tal vez consigas tu tan preciada venganza.
-¿Qué me sucederá si me bebo esta sangre? – Pregunto Ume aterrada.
-Tu cuerpo sufrirá una transformación, aunque no te aseguro si sobrevivirás, el cuerpo humano no está hecho para resistir tanta sangre de demonio.
-Si esta bien, me la tomaré – Respondió Ume bebiéndose todo la sangre.
-Podrás volverte un demonio y quizás ascender a los altos rangos, una de las 12 Lunas como yo – Dijo el demonio sonriendo malvadamente – Puedes llamarme Douma – Informo su nombre el demonio.
Nunca olvidare aquella noche cuando Douma me salvo le estoy muy agradecida, no solo eso sino que era guapo, y de buen corazón al menos eso creía.
Poco después fui descubriendo que Douma no sentía absolutamente nada no tan diferente a un cascarón vacío sin sentimientos, algunas veces visitaba su templo.
Aunque hubiese preferido fallecer junto a mi hermano, el lo era todo para mi, no había nada más que amara que no sea a Gyutaro, solo me arrepiento de eso.
Empecé a desear carne y sangre humana, no me importaba asesinar a gente inocente con tal de saciar esas ansias.
Con el paso del tiempo fui olvidando mis recuerdos como humana al igual que mi verdadero nombre, me lo pusieron por la enfermedad que hizo fallecer a mi madre...
.
.
.
.
.
.
.
.
Año tras año seguí viva devorando a los humanos, sin piedad lo único de que me arrepentía solo era no tener a mi lado a Gyutaro, entre mis habilidades y Arte Demoniaco...
Según escuche que el Progenitor de los Demonios suele ser alguien temperamental con solo imaginármelo, sabía que perdería la cabeza sino mostraba respeto.....
Ahora me encontraba en un pequeño pueblo traía puesto una túnica negra para no ser descubierta y no llamar la atención...
Vi que habían jóvenes bastantes hermosos me sentí un tanto atraída, y la nieve empezó a caer no era para tanto, he vivido en peores climas, sin darme cuenta me tropecé.
Algunos chicos se me acercaron preguntándome ¿Estas bien? ¿Te hiciste daño? ¿Te encuentras bien...? Pero ninguno me ayudaba a levantarme.
-Tsk... si estoy bien – Respondió la chica – Que molestos son los humanos, son todos una bola de estúpidos – Pensaría la peli blanca.
Hice a un lado a la multitud me levante y camine quería irme lo más pronto posible, al rato llegué a una posada, me daban buena paga en el distrito rojo como cortesana...
Me hospede en una y al principio el dueño se quedó atontado mirándome unos segundos.
-Uhhh? ¿Sucede algo? Señor le veo muy distraído – Pregunto la peli blanca.
-Eh? Nada, solo que usted jovencita es muy bella perdone mi atrevimiento.
-No, no, no me molesta para nada.
-Enserió?
-Si de todas formas gracias por el cumplido me lo dicen muy a menudo.
-Si ya me imagino – Dijo el dueño con un leve sonrojo.
-Mmmm? Por favor podría darme la llave de mi habitación quiero dormir.
-Claro... siento mucho incomodarla.
-Si claro – Dijo la peli blanca de mala gana y tomo la llave dirigiéndose a la habitación.
Llegue lo primero que hice fue recostarme en la cama era suave y nada dura, estoy segura que Gyutaro estaría feliz en dormir en una de estas.
-Hermano... espero que me estés viendo desde el más allá, hare mi mejor esfuerzo en sobrevivir ya no volveré a ser una carga – Dije para luego quedarme dormida.
A la mañana siguiente me levante temprano hice algún ejercicios matutinos, luego me cambie de ropa y salí de la posada, no fue hasta que oí un ruido.
Fui a ver de que se trataba lo primero que observe era a una joven que rondaba por la edad de 16 años, quise ir a ayudarlo, pero era algo que no me incumbía para nada...
No pude más, lo estaban golpeando hasta sacarle sangre por lo visto cometió un robo al igual que mi hermano robaba para conseguir comida para mi.
-¡Qué esperas mocoso devuelve el dinero que robaste! De lo contrario te vamos a golpear más y te quemaremos vivo!
-¡Imbécil tu y tu familia muerta de hambre, te vamos a llevar con los oficiales!
-¡No, por favor! Entiéndame por favor, mi madre está enferma y necesito el dinero para sus medicinas – Suplicaba el joven.
A lo lejos oía la discusión entre ellos, parecía que en cualquier momento terminarían matándolo...
-¿Ser quemado vivo? ¿Atada? – Se preguntaba la peli blanca confundida en su mente – Enserio que los humanos son repugnantes.
Cuando el hombre estaba a punto de darle otro golpe, decidí intervenir deteniendo el golpe defendí al joven.
-¡¿Tu quien eres, maldita zorra?! Acaso eres amigo de este pobretón.
-Responde o también te golpearemos, ese cabron nos debe devolver ese dinero.
-Ah! Y? – Pregunto la peli blanca con una vena marcada – Enserio que me dan asco... Los humanos son la raza más patética, háganme el favor y muéranse.
-¡¿Qué dijiste, prostituta de mierda?!
En tan solo un parpadeo la cabeza del hombre se separa de su cuerpo, los demás se quedaron en shock y algo de sangre los mancho, use algunas de mis fajas.
-Oye mocoso... corre rápido – Ordeno la albina.
-EH?! Pero tu... lo has matado – Dijo el joven.
-Cierra la maldita boca y salte de mi vista.
-Si – Respondió con miedo.
-¡¡Maldita perra!!
-Haces mucho ruido la lengua te está sobrando.
Termino cortándole la lengua al hombre, solo gritaba del dolor mientras se desangra, luego lo tome de la cabeza con mi mano se la aplaste...
En tan solo segundos manifestó sus fajas y empezó a cortarles la cabeza y algunas extremidades a las personas, solo se oían gritos y súplicas.
Esto es en lo que me convertido una demonio muy bella y que nadie es más fuerte que yo.
Al terminar de matarlos rápidamente fue corriendo al bosque no podía dejar que llegarán los oficiales o generales escuche que usan Teigus creadas por el emperador.
Ya casi amanecía y solo eran cuestión de tiempo de salir el sol....
No me podía dar el descuido de pelear hasta el amanecer, corrí y me escondí en las sombras de los árboles, sin darme cuenta me encontré con el joven que habían salvado...
-Oh! Eres tu, pensé que ya te habías huido lejos vaya esa herida tuya esta sangrado mucho.
-Si... me duele mucho, de todas maneras gracias por ayudarme como podría pagártelo.
-Mmmmm? Veras... me ha dado hambre.
-Claro, con este dinero si quieres puedo comprarte ramen solo que no muy caro porque debo llevarle medicinas a mi madre.
-Mmmm ¿Tienes una madre enferma?
-Si, lamentablemente parece que no podré salvarla, según el doctor su esperanza de vida es corta.
-Ya veo, ¿No te gustaría reunirte con ella? Ya se como me pagaras por salvarte el trasero.
-Eh? ¿A que se refiere?
-Lo siento, pero esto no es personal pero tengo hambre – Dijo la albina sacando sus fajas.
-Q...Que... eres tu? ¡¡Monstruo!!
-Jujuju.
Usando una de mis fajas le corte el brazo herido del joven y rápidamente lo traje hacia tragándomelo, dejando aterrado al joven...
-¡Mi brazo! Te lo comiste! ¡¡Eres un monstruo!! No eres una chica, ¡¡Alguien por favor ayúdeme!! – Dijo el joven vomitaba sangre.
-Sabes eres muy ruidoso ya cállate quiero comer tranquila.
Ella le atravesó el abdomen con su faja y el joven vomitaba grandes cantidades de sangre, volví a atravesarlo dejándolo casi ya muerto...
-Antes de que mueras, te daré el privilegio de saber el nombre de tu salvadora, Daki – Se presentó la chica.
-¡¡Tu no eres una salvadora!! ¡¡Eres un asqueroso monstruo!!
-Ya cállate – Dijo Daki usando su faja y le corta la cabeza terminando de matarlo – Si que era ruidoso.
Luego de matarlo empecé a comerme su cuerpo no había comido en algunos días estaba muy hambrienta, al acabar fui caminando en el bosque hasta llegar a otro pueblo.
Y de nuevo empezó a nevar me traían bellos recuerdos junto a Gyutaro cuando me crio desde pequeña, me dio amor y respeto sentía que a su lado ya no tenía más... miedo.
Fue un idiota, robarle a una familia millonaria solo para poder que tengamos dineros y darnos lujos que nunca tuvimos, me sacrifico dando su vida por la mía.
Le daba igual acabar muerto con tal de que no me faltara nada, Onii-chan tonto, solo te necesitaba a ti, y nadie más, con eso hubiera sido la hermana más feliz.
Supongo que ya nada de eso importa ahora, Gyutaro esta muerto...
A la mente se me vino un breve recuerdo de cuando éramos aún más pequeños.
-¿Flor de ciruela? – Se pregunto una Ume confundida.
-Si, de ahí viene el significado de tu nombre hermanita, aunque también de la enfermedad que mato a mamá.
-¿Y eso es malo hermano? Digo mamá siempre nos golpeaba y trato de matarnos con un cuchillo.
-No te preocupes nunca nadie más va a volver a lastimarnos, vamos a estar bien, venga vamos cocinare el poco arroz que aún queda.
-¿Con carne?
-Eh? Los climas de ahora no permiten criar ganado y por lo tanto no pude comprar carne.
-Mmmmm – Dijo una Ume con bajos ánimos.
-Pero los remplazare por huevos ¿Te parece bien?
-Siiiii!! Que sean estrellados.
-Bien ya voy.
-¿Tu que comerás, hermano?
-¿Yo? No nada... no tengo mucha hambre.
-Mmmmmm!!
Gyutaro fue a la cocina de la casa y empezó a hervir el arroz y aparte cocinaba los huevos, con esta temporada de invierno pronto se les acabaría las provisiones y debía hacer una lista lo que faltaba.
Al terminar Gyutaro le sirvió un razón lleno de arroz con huevos a su hermana, ella empezó a comer quedando a gusto.
Y se fijo en como su hermano mayor la miraba.
-¿Qué pasa hermano? Tengo algo en la cara.
-Sip, una linda cara, ojos, nariz y orejas.
-Oh! Me hace muy feliz que me lo digas tu hermano, tu también come estoy segura que este plato alcanza para los dos.
-No, solo come tu.
-Tu también!
-No, Ume.
-Tu también debes comer por favor.
-Esta bien pero solo un poco.
-Siiiii!! – Decía Ume.
-Mira como te pones.
-Te quiero mucho hermano.
-Si... yo también, Ume.
Cuando lo perdí de vista vi algo que no sucedía muy a menudo una sonrisa amable apareció en rostro de Gyutaro, me calmaba, soy afortunada de recordar esa sonrisa...
Volviendo a la realidad.
Daki llego al próximo pueblo sabía lo que debía hacer masacrar a todos los humanos y volver al distrito rojo, sino los dueños de las casas empezarían a buscarla es la Oiran más solicitada.
Daki sonríe levemente al venírsele esos momentos junto a su querido hermanito, solo pueden dejar salir un suspiro...
-Hermano tontito – Reía Daki con alegría y un toque de melancólica mientras miraba el cielo oscuro.
Una hermana que extraña a su único familiar que realmente la quería, sin saber que ahora su destino tomaría un rumbo diferente.
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top