Extra: Fluyendo (Parte 1)
Benjamín Connor.
—Ya graduada y con beca en una escuela profesional donde podrás estudiar y al mismo tiempo practicar gimnasia profesional. Eso es magnífico, Sky… —paso por la cocina y escucho a Alison hablando con Sky. Estamos en la casa de Golden city que le pertenecía a mi abuelo, la cual Corwin se había quedado y Adam recuperó. Angélica quería celebrar aquí la graduación de Sky. Eso fue hace tres días, pero quisimos quedarnos aquí de vacaciones. Aunque eso lo agradezco porque así pude volver a esa montaña familiar, respirar y desahogarme.
Llego a la sala que da al jardín y veo a Adam sin máscara sentado junto a Angélica en un banco. Angélica sostiene a los mellizos de Max en su regazo mientras Adam sostiene al hijo de Liam.
Recuerdo cuando Angélica se enteró que tenía dos nietos más. Max le presentó a su esposa e hijos mucho después, ya que el hermano de Grace se lesionó ayudando al país y ella tuvo que cuidarlo por un tiempo con su madre. Cuando todo estuvo en calma, finalmente pudo venir con sus hijos.
Angélica se conmovió y lloró al verlos, pasó de tener un solo nieto a tener tres. Especialmente por el nombre de la niña <<Maddison>> que honra a su hija fallecida, Maddie. También porque el niño, Maxwell, le recordaba a Max cuando era pequeño por el gran parecido. Ambos niños heredaron sus ojos azules y cabello negro, aunque la niña es físicamente igual a Grace.
—Quiero tomarles una foto a los tres juntos —escucho decir a Angélica—. Maxwell, cariño, hazte aquí —ayuda al niño a ponerse de pie—. Maddison, tú al lado de tu hermano. Y tú, Elián, junto con tu prima —los tres niños se paran juntos y hacen que Angélica se lleve una mano al pecho antes de sacar una cámara—. Sonrían.
Los niños obedecen y ella les toma una foto. Luego se vuelve a sentar al lado de Adam y él la mira pacientemente.
—¿Pensaste lo mismo que yo? —Adam pregunta, y ella asiente.
—Me recordó a ellos cuando eran pequeños —observo como saca una foto de Max, Maddie e Ian cuando eran niños—. A nuestros hijos. Eran hermosos. —ambos miran la foto y puedo distinguir la nostalgia que sienten. No puedo imaginar lo que es perder un hijo, no ver a los demás, y muchos años después verlos reflejados en sus nietos.
—Buen día. —dicen a mis espaldas y veo a Max, Grace, Eliot y sus hijas.
—Buen día. —los saludo y les hablo un rato hasta que salen al jardín a descansar y ver jugar a los niños.
Yo no salgo, prefiero sentarme y relajarme en la sala, aprovechando que Cartier llevó a Nikolay a ver la casa de sus padres después de la graduación y Sky está con Alison.
Aunque me tomo el tiempo de escribirle a Cartier para saber cuándo traerá a Nikolay. No me contesta, pero recibe los mensajes.
—¿A quién le escribes que te pone tan ansioso? —levanto la vista y miro a Liam, que parece que acaba de tomar un baño.
—A nadie. —lo escucho reír falsamente.
—¿Qué dijiste? Oh, por supuesto. A la rubia... Ahora que lo pienso, te gustan mucho las rubias. ¿Cómo te ató esta? Espero que no como la loca mafiosa.
—¿De qué mierda estás hablando? Ella no me ató y no tenemos nada, basura.
Observo como se cruza de brazos y chasquea.
—Cuando ella vino a la graduación se comieron con los ojos. No soy ciego ni estúpido. Conozco esa etapa de los amantes —sonríe como si recordara algo—. Bellos tiempos.
—Claro, casi se me olvida que eras el amante de Alison cuando ella estaba con el hermano de Tyler Murphy. Sin embargo, temo informarte que ese no es mi caso. —se ríe.
—Ese esclavo de Murphy casi se desmaya cuando me vio con vida en Scarlet hace un mes. Aunque eso le pasa por no pensar en grande, si lo vencí quitándole a Alison, ¿por qué no podría vencer también a la muerte? Que falta de imaginación.
Liam ya recuperó su vida, diciendo que su supuesta muerte e incomunicación se debió a que estuvo al borde de la muerte por una supuesta extorsión y secuestro y no sé qué más. Todos le creyeron y volvió a aparecer en público como si nada, aunque con la novedad de que tuvo un hijo con Alison Campbell, la heredera de William Campbell y los medios de Scarlet creen que están juntos y que pronto habrá boda. Me hacen gracia porque no saben que el día que Liam contraiga matrimonio, o se acaba el mundo o él se quema entrando a la ceremonia.
—¿Quitándole? Yo me quité sola de su camino porque el señor aquí presente se fue a otra ciudad a hacer cosas por teléfono. —la voz de Alison nos hace notar su presencia.
—¿Por teléfono? —indago—. Liam se fue por Corwin, ¿no?
—Sí, Alison, debes estar confundida. —lo dice en un tono sospechoso que me confunde.
—Sí, claro, claro... Benjamín, Nikolay llegó con su tía. Sky los fue a recibir. —ese comentario me hace levantar.
—Ya voy, gracias. —digo antes de caminar hacia la entrada.
Allí veo a Sky hablando con Cartier y Nikolay, quien lleva su mochila al hombro.
—¡Papá! —Nikolay se me acerca en cuanto me ve y lo abrazo, sonriendo—. ¿Cómo estás? Tú vieras, conocí la casa de mis abuelos, pero da miedo porque está abandonada y fuimos a visitar algunos lugares, también fuimos a un zoológico. ¿Tú qué hiciste?
Quien viera al pequeño Nikolay que antes solo decía dos palabras con este que habla hasta por los codos no lo creería.
—Bien. No hice nada, pero veo que te divertiste.
—¿Cómo no iba a hacerlo con su grandiosa tía? —interviene Cartier y levanto una ceja—. O sea yo.
—Grandiosa tu autoestima. —vacilo.
—Los envidiosos amargados van hacia allá, sigue. —habla en broma y señala la calle.
—Y los altaneros hacia atrás, sigue.
—Entonces me quedaré aquí.
—¿Quién lo dice?
—Yo lo digo. —su mirada me recorre de arriba abajo y noto algo extraño en ella, así que me evita muy pensativa.
—Cartier… —nos giramos cuando escuchamos a Adam—. Es bueno verla de nuevo. —analizo como detrás de él, a lo lejos, se puede ver que el resto de mi familia nos observa y Liam me mira burlonamente.
—Igualmente. Vine a traer a mi sobrino y estaba a punto de irme.
—¿Por qué tan rapido? Según tengo entendido, ya no está ocupada con Lindarte y está descansando en su otro trabajo. Debería compartir un rato con nosotros.
—Yo le dije lo mismo, pero dice que le da pena molestar. —agrega Nikolay.
—Nikolay... —susurra la rubia.
—No incómodas en lo absoluto —dice Angélica, acercándose a nosotros—. Al contrario, nos gustaría saber un poco más sobre la tía de este hermoso niño. De hecho, vamos a tener una salida de chicas hoy. Deberías ir con nosotras.
Cartier mira a todos sin saber qué decir.
—Ahora me daría más vergüenza decir que no —hace reír a Angélica—. Creo que no habrá problema en quedarme unas horas más aquí.
—Entonces ven y te presento al resto. Aunque creo que los viste a todos en la graduación. —Angélica se lleva a Cartier con los demás. Angélica siempre ha sido así desde que tengo memoria y su actitud hace que cualquiera se sienta cómodo. No es una mujer que critique o haga comentarios feos, es de ese tipo paciente y positivo. Así era mi madre también, por algo eran amigas.
Cartier habla con mi familia y extrañamente les cae bien. Bueno, ella habla con seguridad y tiene un carisma muy destacable. Aunque veo que a quien más le agrada es a Grace.
Por la tarde, todas las mujeres salen a caminar, dejándonos solos con los niños varones. Eliot, Nikolay, Adam, Maxwell, Max y yo pasamos el tiempo jugando billar y otros juegos que tiene la casa mientras Liam lleva a su hijo en su auto a dar una vuelta. Aunque cuando llegan mucho más tarde se incorporan a nosotros hasta que cae la noche.
Al caer la noche y después de comer, todos se distraen por su lado, dejándonos a Liam y a mí viendo las noticias en la sala.
—Papá... —llega Elián, pasándose las manos por los ojos—. Tengo sueño, ¿ya viene mamá?
—Me dijo hace unos minutos que ya casi vienen. —Elián no dice nada, sino que levanta las manos en señal de que lo levante su padre y Liam se incorpora para hacerlo. Veo como lo acomoda en su pecho y el pequeño bosteza.
—¿Me llevas a dormir?
—Sí... supongo que no tengo opción, así que vamos.
—Por eso me agradas… —se queda dormido y miro a Liam con una ceja levantada.
—¿Qué fue eso? —pregunto con gracia.
—¿Qué? ¿La frase? Alison me dijo que una vez él la escuchó decirla, se la aprendió y ahora es su frase favorita.
—No, eso no. Me refiero a Liam Connor siendo cuidadoso y amable con alguien. Eso es algo que no ves todos los días.
Me lanza una mirada asesina y se pone de pie con su hijo en brazos, colocando cuidadosamente su cabeza sobre su hombro.
—Este castaño loco es mi hijo imposible después de todo y por eso tiene tratos especiales. Los demás se pueden joder, tú te puedes joder. —se retira al segundo piso y me cruzo de brazos casi riendo. <<Hijo de puta>>.
Sigo viendo la televisión y noto como los demás también se van a dormir, incluso Nikolay. Sin embargo, yo no lo hago porque quiero verificar que Sky llegue sana y salva a pesar de que mis ojos se sienten pesados.
Rayven Cartier.
No puedo negar que las mujeres de la familia de Benjamín son realmente agradables. Todas me hicieron sentir integrada y cómoda, en especial Angélica, que en ciertas ocasiones me hablaba de Benjamín. A este lo he notado muy mejorado, sigue siendo un amargado, pero ahora parece más unido y motivado. Yo no me acercaba mucho a él antes para dejarlo respirar y descansar, y creo que fue buena idea.
Todos necesitaban su tiempo para procesar todo, especialmente él y yo no quería interrumpir eso. Él ya ha avanzado y está siguiendo su vida, tal como lo hice yo. Cada quien lo hizo por su lado.
Entramos en la casa y notamos que todo está oscuro, aunque la luz de un televisor nos hace caminar hacia ella. Benjamín está dormido en un sofá y nadie se atreve a despertarlo.
Alison sube al segundo piso al igual que Grace y su hija después de despedirse de mí. Y Sky trae una sábana para cubrir a Benjamín antes de retirarse también porque está exhausta, llevándose a las hijas del hermano de Benjamín con ella. Angélica es la única que queda conmigo y me sonríe.
—¿De verdad vas a irte a esta hora? —asiento con la cabeza—. Antes de hacerlo, no deberían atreverse a renunciar a nada, solo seguir lo que quieren —la miro sin comprender y ella se ríe—. A veces me doy cuenta de las cosas que pasan con solo sus miradas... Sin terquedad y sin miedo.
Se retira, dejándome perdida. ¿Qué dijo?
Miro a Benjamín durmiendo y me distraigo con los rasgos de su rostro, su mandíbula, sus cejas rectas y su cabello negro. En eso repito lo que dijo Angélica: "Sin terquedad y sin miedo". Ya nos dimos espacio sin hablar de cosas pendientes, a veces pensé que tal vez él debía animarse a intentar hablar conmigo, pero ¿por qué no puedo hacerlo yo? Yo puedo tomar la iniciativa perfectamente.
Me acerco a él con decisión y le toco el hombro un par de veces hasta que se levanta asustado. Me mira mientras parpadea.
—¿Ya llegaron? —indaga confundido.
—No voy a responder sarcásticamente a tu brillante pregunta solo porque vengo en son de paz... Sí, y ya todos se han ido a dormir. Sky fue quien te puso esa sábana. —Benjamín mira la sábana y se gira para mirarme con una ceja levantada.
—¿A qué se debe tu supuesta paz?
—Nada es especial. Es que nunca me he detenido a hablar de manera normal contigo.
—Creo que eso tiene respuesta. Ni a ti ni a mí nos gusta hablar.
—Porque antes las situaciones eran diferentes... —me siento en un sofá y él hace lo mismo con los brazos cruzados—, pero todo es diferente ahora, ¿no lo crees? Tal vez podamos hablar un poco, puedo esperar otro rato para irme.
—¿De qué quieres hablar o qué?
—Si hago la lista no terminaremos, pero para empezar me gustaría saber cómo estás después de todo... lo que pasó. Y sobre tu amigo. Creo que entiendes. —nunca me atreví a preguntarle eso cuando lo veía.
—Supongo que bien, aunque siempre me vienen a la mente imágenes de lo ocurrido. Y con respecto a Harper, uno hace lo que puede, el hecho de que haya dado su vida por Sky hace más difícil todo. Aunque hablé con Reed hace tiempo y me contó cosas de su historia que me hicieron notar que él fue feliz en lo que cabe... ¿Y cómo estás tú? —indago—. Ya hiciste tu pregunta, así que va la mía.
—Me alegra saber eso... Bien también. Desde que los Petrov murieron y Sergei se fue, todo ha estado tranquilo. Fui a ver la casa de mis padres y ya no es la misma, pero la conservo porque será de Nikolay. Y en el trabajo también me ha ido bien, no me quejo —lo miro a los ojos y su mirada me pone nerviosa—. ¿Por qué quisiste quedarte con Nikolay? Una vez me dijiste que te veías identificado y reflejado en él, pero nunca me dijiste por qué. —lo escucho suspirar.
—Por su historia. Él no tenía madre como yo. A Sergei no le importaba como a Corwin conmigo, a mi padre solo le agradaba cuando fingía obediencia. Nikolay fue maltratado como yo cuando Corwin me trató como animal para "entrenarme". Cuando detallé todo eso, me vi reflejado él y pensé que podía sacarlo de ese mundo como mi abuelo lo intentó hacer conmigo. Mi abuelo me tenía con él el mayor tiempo posible porque sabía que Corwin era un irresponsable patán. Aunque mucho después le conté el verdadero nivel de maldad de Corwin y después de él morir, mi padre le mostró ese rostro a todos, siento capaz de intentar matar a su hermano y familia. —me deja sin palabras el pensar en que ambos pasaron por cosas similares.
—Decir "lo siento" sonaría extraño, solo puedo decirte que me enoja que ambos hayan tenido que pasar por eso.
—No podemos cambiar el pasado, así que a quién le importa... ¿Cómo eran realmente tus padres? Nunca entendí si eran buenos o malos.
Me río por lo bajo.
—Mi madre era buena. Mi padre siempre fue malo, pero quiso cambiar un poco. Mi hermana y yo éramos su adoración. A mí me entrenó para defenderme porque decía que su hija nunca sería una damisela en apuros, debía ser el dolor de cabeza de todos. Según él, había heredado su fuerza. Nunca hablo de ellos porque nunca hicieron cosas muy raras, solo trabajaban y tuvimos momentos familiares hasta que pasó lo que ya sabes.
—Y debe estar orgulloso porque eres un dolor de cabeza. —se burla.
—No podía ser su decepción... ¿Cuál ha sido tu meta en la vida? Tu propio meta, sin mafias, sin problemas.
—Creo que vivir en paz y trabajar en lo que me gusta y estudié... ¿Cuál es la tuya?
—Es igual a la tuya. Vivir tranquila y trabajar en lo que sé —lo veo sonreír e imito su acción. Es raro estar hablando así, pero no me molesta—. ¿Qué planeas para el futuro?
—No lo sé y tampoco quiero planearlo. No más estrés y planificación... ¿Por qué apenas me quisiste hablar así y antes te mantenías lejos?
—Quería darte el espacio que necesitabas, y creo que te cayó bien.
Hace contacto visual conmigo.
—Sí, lo necesitaba, pero no me hubiera importado que estuvieras allí. Eres un dolor de cabeza y una persona altanera, pero no perturbas mi tranquilidad.
Lo miro sin saber que decir. Siempre he pensado que estar presente en ciertas cosas es ser un mal tercero.
—¿Me necesitas o qué, Demonio? Aunque la pregunta es innecesaria, ¿quién no podría necesitarme?
—Quédate y te responderé esa pregunta. —me mira con coquetería y levanto una ceja.
—¿Cómo?
—Tú decides eso. —me muerdo el labio inferior ante eso.
—No me tientes. Supuestamente no tendríamos nada. —se levanta y camina hacia donde estoy para darme la mano y hacer que me ponga de pie. Ambos quedamos frente a frente y la tensión en el ambiente me deja sin aire.
—Si no hay planes, mucho menos reglas. Aunque creo que esas últimas las rompimos hace mucho tiempo —susurra cerca de mi oído—. Quédate.
Su aliento en mi cuello hace que mi piel se erice. Pongo mi mano en su hombro y lo aparto un poco para mirarlo.
—Bueno, si ya las rompimos, ¿por qué no lo hacemos de nuevo? —lo acerco a mí y rozo nuestros labios. Siento sus manos en mi cintura y como juega con la cinturilla de mis pantalones—. ¿Dónde debo quedarme? —pregunto, tratando de no perder el control en la sala de una casa ajena donde cualquiera puede aparecer.
—En una habitación de este piso, muy lejos... —me guía a esa habitación y no alcanzo a reaccionar cuando cierra la puerta detrás de él y comienza a besarme, sigo su beso y poco a poco voy desapareciendo su ropa que me molesta al igual que él hace lo mismo con la mía. Hasta que ambos quedamos solo en ropa interior.
Cuando libera mis pechos, los ataca con la boca, haciéndome temblar. Los lame y besa de forma caliente y acelerada. Se aparta momentos después y vuelve a subir por mi cuello, intento guiarlo hasta la cama de la habitación. Sin embargo, ya llegando, me detiene.
—Hoy yo tengo el control, Altanera. —me acuesta en la cama, se pone encima de mí mientras me besa y me quita la única prenda que tenía puesta, quedando yo completamente desnuda y lista ante él.
—Pruébalo. —abro mis piernas, dejando todo expuesto. Benjamín sonríe mirando mi entrepierna y niega con la cabeza.
—Abre bien las piernas, porque después de no hacer nada durante tanto tiempo, creo que recuperaré el tiempo —Levanta una de mis piernas sobre su hombro y lo veo sacar su miembro, dejándolo en mi entrada mojada—. Así me gusta, ya preparada. Dime lo que quieres, Altanera. Dime si quieres que te folle. —sonrío, sabiendo que hasta aquí llegué.
—Fóllame, Demonio. Hazme recuperar el tiempo.
—Estoy a tus ordenes. —sus manos tocan y bajan por mis senos y vientre hasta encontrar mi sexo, sus dedos se deslizan por él y gimo suavemente al recordar dónde estamos. Al instante noto que lleva su mano a su miembro, lo posiciona y me penetra de una estocada, haciéndome temblar de placer. Mi cuerpo lo recibe muy bien, demostrando lo que deseaba desde hace tiempo.
No le toma mucho tiempo comenzar a embestirme de una manera posesiva y dominante. Sus movimientos me hacen ceder por completo a él, ya los conozco y por eso sincronizo mi cuerpo con el suyo.
—¿Te gusta tenerme entre tus piernas, Cartier? —me habla con voz ronca mientras me sigue follando a su manera.
—Sí… —jadeo—. No hay nadie como tú. —me besa y cierro los ojos por el agotamiento, aunque no dejo de disfrutar.
—Y nunca lo habrá. Así como no habrá otra mujer como tú. —ese comentario me excita más y me hace abrir los ojos y rodear su cuello con mis manos.
—¿Soy y seré la única? —digo con cierta dificultad, sintiendo que mi cuerpo no durará mucho por mi falta de acción en este tiempo.
—Tú decides eso.
Se sigue moviendo dentro de mí y yo sigo gimiendo por lo bajo. La forma en que me toma es muy activa en comparación con las pasadas. Está recuperando tiempo y mi cuerpo no lo tiene en cuenta porque empieza a temblar mucho y a moverse más lento.
Poco a poco siento todo caliente en mi interior y extremidades, y como una molestia de querer orinar me invade. No podré aguantar más y el sonido de nuestros cuerpos piel a piel y respiración lo empeoran todo junto con el placer que me está dando.
—Demonio, espera, voy a… —abro la boca al sentir mi cuerpo arder y como todo se acumula en un lugar específico. Instantáneamente siento una especie de explosión de placer en mí y como líquidos brotan de mi interior. Me quedo inmóvil, disfrutando de todo mientras Benjamín sonríe y su cuerpo pierde la coordinación al darse cuenta de lo sucedido.
Su cuerpo tiembla cada vez más y sus embestidas son torpes, hasta el punto de que frena y me besa el cuello. Pequeños gruñidos escapan de su boca y siento que me llena por dentro.
Ambos quedamos sin aliento y cansados, creo que yo más que él. Nos separamos y lo miro a mi lado por un segundo, entre cerrando los ojos.
Lo último que siento antes de dormirme es como me pega a su cuerpo, como me acomoda y como sus manos me acarician suave y cómodamente.
______________
Espacio para dejar preguntas que serán respondidas en "Curiosidades y agradecimientos"
——————
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top