8. Estar donde debes.
Petya Petrova.
No entiendo por qué Narkissa está aquí, pero su presencia puede dañarlo todo. Hice todo lo posible para que nadie de mi familia supiera de mi pequeño secreto y ahora lo viene a descubrir la más rebelde de nosotros, quien le puede contar esto a todos sin ningún problema, haciendo que pierda por completo mis oportunidades de obtener algún mando.
—¡¿Что за черт?! —habla para sí misma, sacudiendo la cabeza—. Así que esto era lo que estabas escondiendo, y yo pensando que tuviste un simple desliz reciente —me mira—. ¿Cuántos años tiene?
—Eso no es importante.
—¿Ah no? Bueno, como no quieres decirme la verdad, se lo diré a todos a ver qué opinan. —amenaza.
—Gran idea —es Daimon quien habla mientras saca un arma y le apunta a Narkissa. Ella lo mira de forma asesina—, lamentablemente no será posible.
Inmediatamente me acerco a Daimon y lo obligo a bajar el arma.
—Cumplirá trece años. Y por tu bien, te recomiendo que guardes silencio —ahora soy yo quien la amenaza—. Es asunto mío y no debes interferir.
Narkissa niega con la cabeza a manera de burla. Su acción hace que la paciencia de Daimon se comience a acabar aún más.
—Una hija de doce años, doce años de mentiras, Petya. ¿Alguien más lo sabe? —niego con la cabeza—. Esto es una verdadera sorpresa, y lo digo por quién es el padre ... de todos los Harris, elegiste al más fácil de odiar. Felicidades.
Daimon suspira con irritación.
—Esta situación de mierda me enferma —Daimon me habla—. Es tu hermana, así que encuentra tú la solución porque si lo hago yo, nada terminará bien —lo veo guardar el arma—. Y como no habrá ningún trato, hasta nunca. —susurra lo último antes de alejarse.
Lo veo alejarse con odio, decir que ese maldito Harris me estresa es poco.
Respiro lentamente ya cuando estamos solas para poder hablar con calma:
—Narkissa, nunca te he pedido nada, pero esta vez necesito que no digas nada, por favor. Es lo único que pido.
Narkissa se acerca a mí.
—No voy a decir nada, Petya. Soy consciente de lo que le puede pasar a la niña, solo quiero saber por qué. ¿Por qué no estás con ella?, ¿Cómo sucedió?
—Es una bastarda, Narkissa.
—Y luego me preguntan que por qué no los tolero. Es tu hija, Petya. Tiene tu sangre.
—Sabes muy bien que para nuestra familia sería una bastarda y más siendo hija de Benjamín.
—Ese término "Bastardo" es una mierda, Sergei y su obsesión de tener un legado limpio me vuelve loca. Como si no supiéramos que él y todos los demás tienen hijos ilegítimos. Y sobre su padre, sí, ese Harris es uno de los más odiados y mierda, pero te lo follaste. Te lo follaste y quieres ocultarlo todo.
Me sorprende como me habla, Narkissa siempre tiende a molestarme, pero la seriedad con la que me habla es impresionante viniendo de ella.
—Siempre tiendes a joder y hoy me das un sermón, eso me impresiona mucho.
—Porque esto es serio, me gusta molestar a todos, pero eso no significa que no pueda dar mi opinión sin bromear.
—Con esa actitud le puedes demostrar a todos que eres una verdadera Petrova.
Narkissa se ríe irónicamente.
—Prefiero ser la decepción a ser uno de ustedes, y no cambies de tema. Por la edad de la niña imagino que fueron los meses en los que te fuiste por motivos de salud y por una supuesta operación de matriz.
—No lo hago, simplemente no hay nada más de que hablar. Hace años pasó lo que pasó, yo tuve una hija, la escondí, seguí con mi vida y ya está. La niña está con su padre y no correrá peligro de ser asesinada por ser una bastarda. No quiero hablar más de eso, así que no lo menciones más.
—Como quieras, qué tristeza me das. —comienza a caminar.
—¿Por qué? —pregunto, siguiendo sus pasos.
—Aunque creas que soy la más joven y necesito madurar, me atrevo a decir que tomaste la peor decisión por la actitud del Harris mayor.
—¿Qué?
—Nada, olvídalo. Ya dijiste que cambiara de tema, así que déjalo. Debemos regresar. —asiento, recordando lo que pasó con Oleg.
Narkissa y yo en el camino a la fortaleza Petrov no hablamos, ninguna quiso hacerlo. Al menos sé que no dirá nada y eso me tranquiliza, lo que ella piense de mí pasará a un segundo plano. De lo único que tengo que preocuparme es de estar donde debo estar y no permitir que me excluyan, soy una Petrova y merezco mi mando.
Cuando finalmente llegamos a la fortaleza, nos quedamos inmóviles por lo que presenciamos; los Harris dejaron el cuerpo de Oleg clavado entre varias varillas justo en el camino donde comienza la entrada a la mansión. Muchos hombres de Petrov permanecen mirando la escena mientras Sergei está de rodillas con las manos sobre la cabeza, susurrando cosas en ruso que no logro entender. La imagen del cuerpo de Oleg es muy fuerte, sus ojos están abiertos y su torso está prácticamente destruido, con sangre goteando por sus extremidades.
Nadie dice ni una sola palabra, toda mi familia guarda silencio. El que muere, muere. Bien lo sabemos.
Dmitry es el único que se fija en Narkissa y en mí, así que se acerca a nosotras, quedando a nuestro lado.
—Los Harris lo hicieron. —nos susurra algo que ya sabíamos.
—Y no piensan parar.
—Nosotros tampoco —suspira—. Odessa llegó a la conclusión de que debemos acabar con los Harris por completo y sin tropiezos. Por un tiempo vamos a fingir tranquilidad y así los atacamos por sorpresa. Todos ellos van a morir. —finaliza y Narkissa me mira por el rabillo del ojo.
—En ese tiempo podremos entrenar a nuestros hombres y buscar nuevas drogas para mantenerlos activos.
—Suena bien. Hablaré con Lev al respecto. —dice y se aleja en busca de Lev.
—Los matarán a todos —me susurra Narkissa—. Si la dejas morir, me demostrarás que lo que pienso de ti es real.
Narkissa también se va, dejándome completamente sola.
No voy a dejar que mi hija muera; me mantendré alejada de ella y de Daimon, pero cuando llegue el momento actuaré por su seguridad. Mi familia puede derribar a cualquier Harris menos a Sky.
Benjamín Harris.
Sky coloca un ramo de flores en la lápida de Mark, la cual está junto a la del abuelo y mi prima, también están las lápidas de Max y Adam, pero esas son falsas.
Me quedo en silencio mirando la lápida, nadie más quiso venir con nosotros. Entiendo a los demás, pero ¿y los mellizos? Era su padre y no les importó. Estoy seguro de que no vinieron por demostrarle a Corwin que tienen valor, cosa que me enfurece enormemente. Mark nunca les dió la espalda.
Mark, como todos nosotros, no era una persona correcta. Sin embargo, no era un mal padre.
—Se fue a un lugar mejor, ¿verdad? —Sky pregunta, limpiándose las lágrimas cuando está a mi lado.
—Tal vez lo esté.
Ambos comenzamos a caminar para salir de ese lugar.
—Papá, ¿puedes prometerme algo? —me habla minutos después—. No dejes que la codicia te gane a ti también.
—¿Qué?
—Escuché la llamada donde le estabas contando a un hombre lo que pasó con el tío Mark. El tío Mark murió por la codicia del abuelo... y el tío Mark siempre decía que todas nuestras desgracias son por dinero.
—Sky, ¿qué te he dicho sobre escuchar las conversaciones ajenas? Las conversaciones de adultos no son para niños, bien lo sabes —la regaño y ella pone una mirada triste—. Pero no te preocupes, nunca haría lo que Corwin le hizo a su familia.
Sky me da una media sonrisa.
De las cosas que dijo, hay algo que no se puede discutir: "Todas nuestras desgracias son por dinero". Tiene razón, si nuestra familia no hubiera sido millonaria, todo habría sido tan diferente. A Mark y Adam los acabó Corwin por sus fortunas, Corwin puede hacer lo que quiera por su dinero, incluso Liam puede llevar una vida desordenada por el dinero que tiene; sin dinero, los Harris no seríamos la mierda que somos ahora.
Que jodido me escucho, mucha gente queriendo ser millonaria y sin embargo yo queriendo no serlo. No tener mucho y vivir lejos suena tan bien en mi mente.
•••
Lo días fueron pasando; no volvimos a tener noticias de los Petrov, tampoco he hablado mucho con el hombre, y lo único que he hecho es integrarme a los hombres de Corwin nuevamente. He recuperado el respeto que tenía desde el principio, tanto respeto, que todo lo manejo como me da la gana. Los mellizos me odian por esto, pero vamos, todos saben que yo soy el segundo a cargo y pobre del que no obedezca.
Y sobre la medicación de Liam, siento que está funcionando, siento que mi trabajo no es una pérdida de tiempo. Lo he notado muy estable cuando entrena y no ha tenido ataques de voces. Es un gran avance, tenía razón, lo mejor era experimentar.
—Deja de ser débil —grito, empujando a Liam al suelo—. Las órdenes se cumplen. —Liam no quiere obedecer a Corwin. Me gusta eso, pero tengo una actuación que mantener.
—No —dice, poniéndose de pie—. Si van a matar, háganlo sin mí.
Le doy un puñetazo en la cara.
—Obedece y listo, carajo. Solo nos haces perder el tiempo.
Liam sonríe y de repente me da un puñetazo en la cara, comenzando a alejarse de donde estamos.
—Jódete, Benjamín. Hazlo tú mismo si tanto te importa.
Me toco la mandíbula y respiro profundamente, manteniendo una mirada en mi rostro que puedo asegurar no es agradable. Liam se da cuenta de esto y me da una mirada desafiante antes de alejarse rápidamente. No sé ni de dónde saco paciencia con él, es un maldito insecto que provoca matar.
Lo persigo por los extensos terrenos de los Harris, hasta que llegamos a las afueras de ellos y nos encontramos con los civiles de Diamond city. Liam se ve tranquilo huyendo de mí, sin embargo, se detiene cuando mira a una mujer de cabello castaño de espaldas, lo cual no dura mucho, pues cuando la mujer muestra su rostro Liam niega y sigue su camino.
Me resigno a seguirlo, Liam ya no le obedece a nadie. En cierto modo, mi cometido dió resultados.
Hombre: Estoy en la ciudad y los vi discutiendo. También estuve en Centauri y noté que faltan algunas de las medicinas que creaste, ¿hay algo que aún no sepa Benjamín?
Veo ese mensaje en mi celular <<Ya lo sabe>>
Tú: Bueno... yo experimenté una medicación con él.
Hombre: Ya lo sospechaba. De hecho, te iba a sugerir que empezaras a experimentar, pero vas un paso por delante. ¿Resultados positivos o negativos?
Tú: Positivos, por el momento.
Hombre: Nos vemos en el edificio que ya conoces para hablar de ese tema.
____________
Hablar con el hombre fue algo complicado, sé que sospecha que le estoy ocultando algo. Le confirmé que el plan de regresar con Corwin para espiar sus asuntos ya está en marcha. El hombre, por su parte, me entregó unos papeles de su progreso para que los analice y dé mi opinión, debo reconocer que me emociona ver sus estudios. Todo proceso de investigación es maravilloso.
No había planeado contarle sobre Angélica, pero lo hice. Por supuesto que le oculté el hecho de que la metí en esto, solo le dije que apareció en la vida de Liam. Él iba a averiguarlo por su cuenta de todos modos.
Cuando termino mi reunión con él, llevo a Sky a dar un paseo por la ciudad para distraerla un rato del mal ambiente que se maneja en la mansión. Aunque lo hago más por mí mismo, ya que las niñas nunca están presentes cuando Corwin da sus órdenes.
Cuando volvemos a la mansión, la niñera es quien nos recibe.
—Sr. Benjamín. Su primo está teniendo un ataque. —ese simple comentario hace que mi mente se alarme. La medicina no dura mucho <<Maldita sea>>
Dejo a Sky con la niñera y sus primas y entro a la mansión. Puedo escuchar gritos provenientes de la habitación donde se encuentra el piano, así que corro hacia esta, encontrando a todos en el pasillo.
Todos intentan detenerme, pero no los voy a escuchar.
—¡No sean maricas y aprendan a no temerle. No ven qué el miedo de todos es su diversión! —entro irrumpiendo en la habitación y veo que Liam está a punto de hacer algo muy preocupante, así que lo agarro por la camisa, antes de apretarle el cuello para que suelte el pedazo de vidrio que tiene en sus manos.
—Déja ... me. —intenta liberarse, pero lo evito golpeándolo en la cara.
—Muere rata. —intensifico mi agarre, usando una técnica que lo hará desmayarse. No tengo un maldito sedante y es lo único que se me ocurre.
Cuando Liam pierde el conocimiento, lo llevamos a su habitación. A nadie le importa lo que le pase, Corwin y los mellizos se aseguraron de que estuviera vivo y se fueron. Eliot parece preocupado, pero al igual que los demás, solo se asegura de que todavía esté vivo, le da un sedante por si despierta y se va.
Finjo que hago lo mismo. Sin embargo, solo me mantengo distante, esperando a que todos se duerman para poder darle a Liam la segunda medicación. Confío en que no habrá ningún daño en dársela; el primer medicamento fue hace muchos días y su efecto ya ha pasado por lo que vi.
Al notar que todos están durmiendo, me escabullo a la cocina por un vaso de agua donde vierto la medicina. Luego me dirijo a la habitación de Liam. Liam está en la cama y parece que tiene un mal sueño, ya que mueve mucho la cabeza y noto que está sudando.
Sin más preámbulos, me acerco a él y le hago beber la medicina. Todo esto sería más fácil si le dijera la verdad, pero no puedo porque conozco a Liam y él no se deja ayudar. Además, el hombre no me permitiría revelarle su identidad.
Dejo a Liam en su habitación y me dirijo a la mía. Estoy tan cansado que con tan solo mirar la cama me dejo caer en ella y trato de descansar, pero todo es inútil, ya que mi mente solo me trae recuerdos del pasado.
Doce años antes...
Mientras cenamos, escucho cómo Corwin regaña y maldice a Ian por ser un estorbo. Al punto que lo golpea con un cinturón y lo manda a dormir sin cenar. Sin decir nada, Ian sale del comedor sin haber probado nada de comida. Luego la cena sigue con normalidad, aunque no hablamos de nada.
Las únicas veces que podemos tener tranquilidad es cuando Mark se queda unos días en la mansión.
Cuando todos se van a dormir, bajo a la cocina y busco algo que sobró de la cena para ponerlo en un plato y subirlo al segundo piso.
Con cautela busco la habitación de Ian, abriendo la puerta solo un poco para ver si todavía está despierto. Lo encuentro mirando por la ventana de espaldas a la puerta, así que dejo el plato de comida en el suelo, sin que me vea, por suerte la habitación está a oscuras y no podrá ver mi mano. No ha comido nada hoy, solo ha desayunado.
Cuando cierro, escucho sus pasos acercándose a la puerta. Mantengo la manija de la puerta apretada en caso de que quiera abrir, no puedo dejar que sepa que soy yo. Sin embargo, sus pasos se detienen y escucho el sonido del tenedor en el plato <<Tomó la comida>>
—Gracias, Eliot ... tengo mucha hambre. —susurra y no sé por qué ese comentario me hace sentir extraño.
Recordar el pasado siempre será abrumador, quiera o no.
Reviso mi teléfono cuando recibo una notificación y frunzo el ceño cuando veo el contenido de un mensaje.
Número desconocido: Conocemos tu secreto. Una familia feliz.
Luego me envían una foto de Sky y otra de Petya.
Número desconocido: Una Harris Petrova. Pronto todos lo sabrán si no te alejas de P...
☆☆☆☆☆☆
Nota:
Buenas, buenas.
Problemas, mandos, relaciones complicadas y un desconocido...
¿Quién será?, ¿De P se debe alejar?, ¿Tienen alguna idea de lo que pasa?
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