4. Opiniones y acciones.

Benjamín Harris. 

Termino de arreglar las cosas en el auto y regreso al pequeño departamento, encontrando a Angelica y Sky sentadas en el sofá. Las dos hablan muy animadas y se ríen en ciertos momentos.

—Nos vamos en cinco minutos. —le informo a Sky y ella asiente.

—Ayer vino Eliot a mi departamento —me llama la atención el comentario de Angélica—. Me amenazó y por lo que veo se ha convertido en una persona de falsa moral.

—Tristemente, lo es. Tendré que estar pendiente de él. —comento, recordando la información que el hombre me dió recientemente.

Eliot aparentemente está siguiendo las órdenes de Corwin, ellos le enviaron una foto a la hija de Galban, que es claramente una advertencia para Liam; lo que significa que lo quieren de vuelta. Esto lo confirmé gracias a los espías del hombre y al sistema de Eliot, un sistema que los profesionales del hombre lograron penetrar con demasiada dificultad.

—Debió haber hablado con Liam antes. ¿Él y tu padre tienen algo planeado? Dime la verdad.

—Lo quieren de regreso, Corwin todavía cree que Liam lo obedecerá como lo hizo cuando era un niño.

—¿Qué lo obligaba a hacer? Solo me pude enterar de muy pocas cosas, ya que si me acercaba demasiado tu padre me habría matado.

—A matar ... Corwin le inculcó sus reglas y normas, le enseñó a dejar de lado sus sentimientos. Quería convertirlo en un verdadero monstruo que debía ceder a sus órdenes. Sin embargo, solo logró controlarlo por un tiempo, hasta que Liam decidió marcharse.

—Me hablaste de los tratos que le diste. Supongo que debido a esos tratos se volvió menos dependiente de todos. Ahora entiendo mejor ... si eso no hubiera pasado, su destino hubiera sido diferente.

—Desafortunadamente, así es. Yo me comporté como una mierda, pero no tenía otra opción —miro la hora en mi celular—. Debemos irnos ya, cuídate y mantenme informado de todo lo que pase, y ten cuidado con cualquier Harris que no sea yo.

—Lo haré, cuídense.

Asiento ante sus palabras y me vuelvo para mirar a Sky.

—Vamos.

—Adiós, Angélica. —Sky se acerca a ella y Angélica le da un beso en la mejilla.

—Adiós, hermosa nena —sutilmente ajusta su brazalete—. No lo pierdas, da suerte si sabes cuidarlo. —sonríe y Sky imita su acción.

En cuestión de segundos, todos salimos. Angélica se va en dirección a su departamento, o eso supongo, mientras Sky y yo nos subimos al auto para tomar el camino hacia Diamond city.

Pasan algunas horas en silencio, así que miro a Sky por el espejo retrovisor y noto que mira pensativamente por la ventanilla del auto, lo cual es inusual.

—¿En qué piensas? —pregunto y ella me mira.

—En las opiniones y acciones de las personas —dice encogiéndose de hombros—. Predominan los malos, el caos siempre está presente y los buenos no existen.

Levanto una ceja, fascinado por lo que dice. Sky, siendo solo una niña, es muy inteligente y, a veces, dice cosas que me hacen pensar.

—Explícame tu deducción de que los buenos no existen.

—La gente buena no existe, sólo existen las buenas obras que una persona realiza.

—Ese es un muy buen punto, Sky. ¿Sacaste esa conclusión del comentario que hice hace mucho tiempo?

—Sí. Dijiste que muchas de las acciones que realizas no son para un bien público, son únicamente para tu propio beneficio. También dijiste que nunca serías el bueno.

—Suena extraño, pero lo es. Imagina un mundo en el que todo el mundo sea bueno —le propongo y ella se queda mirando un pinto fijo durante unos segundos—. ¿Cómo te lo imaginas?

—Sin problemas —me mira—. Pero completamente irreal.

—Un mundo ficticio, un mundo imaginado por un soñador, un mundo que se puede controlar. Pero la realidad no se puede controlar, por eso siempre he querido que entiendas tu entorno. Para un ser imperfecto es imposible alcanzar la perfección.

—Yo siempre trato de entender todo, papá.

—Y lo haces con facilidad —detengo el auto frente a un restaurante que ubiqué en medio de la ruta—. Si él te hubiera conocido...

—¿El abuelo Ethan? —pregunta con curiosidad.

—Sí, estaría muy orgulloso —ambos salimos del auto—. Aunque también me hubiera molestado a manera de broma por ser padre. Yo juraba no tener hijos.

Sky levanta las manos fingiendo indignación.

—¿Y yo? Se supone que soy tu hija favorita y la persona que te molesta la existencia. Bueno, ese es Harper.

—Eres mi única hija, Sky. Por falta de participantes serías la favorita. —niego con la cabeza y nos dirigimos al interior del restaurante.

—Nunca me dejas hacer drama.

—Te conozco muy bien.

Tomamos asiento para hacer nuestro pedido, el cual una camarera anota de inmediato para retirarse.

—Papá, ¿sabes algo sobre mi mamá? No ha llamado en mucho tiempo.

—No —respondo con la verdad, no he tenido noticias de Petya en mucho tiempo. Supongo que debe estar muy "ocupada" con el negocio de su familia—. Tal vez se comunique luego, ya conoces la situación. Pero no te preocupes, mejor dime más sobre las clases de gimnasia. —trato de cambiar el tema.

—Sí ... nadie puede saber que soy una Petrova —ella toma una respiración profunda—. Está bien, luego llamará. Y sobre las clases de gimnasia... —Sky comienza hablar de todo lo relacionado con ese tema y luce emocionada.

En minutos nos traen la comida y cada uno come de lo que pidió.

Una notificación en mi celular me distrae y cuando reviso de quién es, noto que es de Tyler Murphy. Es un correo electrónico, donde está la información que pedí.

Sonrío al ver eso. Tyler Murphy cumplió su palabra. Tengo en mi poder la ubicación exacta del laboratorio químico farmacéutico de Dalton Anderson, pero no es cualquiera de sus laboratorios, tengo la ubicación de su laboratorio oculto. El hombre tenía razón, la existencia de ese lugar no era un mito y ahora tendré que averiguar si el plan valió la pena.

"Norte de Diamond city, zona Sur rural"

____________

—Volveré por ella en unas horas. —le informo a Sophia, después de que aceptara venir a cuidar de Sky.

—No te preocupes —se inclina y besa mi cuello mientras sonríe—. Hasta luego, Daimon. —acepto su beso antes de que se separe por completo.

—Daimon —me llama Reed desde la puerta—. No perdamos el tiempo. —llamé a Reed y Ortiz para que sean mi apoyo en esto. Harper no puede venir aquí hasta que termine su trabajo con los novicios. Además, Reed y Ortiz son muy ágiles y eso es lo que requiero hoy.

Asiento y me vuelvo hacia él.

—Hasta luego Sophia. —me despido antes de cerrar la puerta y caminar con Reed hacia la camioneta negra en la que se encuentra Ortiz.

—Daimon, no quiero sonar entrometido, pero qué hijo de puta eres —se ríe—. Debes tener cuidado, el estafado puedes ser tú.

—Si suena muy entrometido. ¿A qué viene eso?

—A las mujeres —interviene Ortiz—. Solo llevas un poco más de un año en la organización, pero te aseguro que en sus primeros meses de creación fue un caos. Supongo que habrás notado que las mujeres entrenan en otros lugares; ¿La razón? Los sentimientos.

Lo que insinúan es muy válido. Sin embargo, hay una gran diferencia entre mis acciones y mi pensamiento.

—Tienen razón, pero no se preocupen. El sentimentalismo no me va del todo conmigo, pocas veces coincidimos. —en nuestro idioma nos entendemos, sé lo que me están tratando de decir y ellos saben que comprendí el mensaje.

—Un limón seco —dice Reed mientras todos subimos a la camioneta y Ortiz la pone en marcha—. Y un manipulador, solo la usas.

No respondo a su comentario, tal vez Reed tenga razón, tal vez no me importa una mierda y tal vez no quiero responder para no discutir en estos momentos. Sí, tal vez.

No sé cuánto tiempo pasa, solo sé que en todo el camino revisé nuevamente la información que me brindó Tyler Murphy y cuando volví a reaccionar, ya estábamos muy cerca del lugar donde se encuentra el supuesto laboratorio.

A lo lejos vemos una cabaña ordinaria, no muestra nada inusual. Bueno, pero qué se podía esperar, lo común es lo que esconde más secretos.

—¿Dónde están los guardias que vigilan esa cabaña? La encuentro muy abandonada. —cuestiona Reed.

—¿Por qué deberían vigilarla? Anderson no tendría necesidad, se supone que nadie sabe de la existencia de ese laboratorio y lo tiene para trabajar tranquilo y no llamar la atención —dice Ortiz—. Concéntrate Reed, esta es la realidad, no una película.

En parte tiene razón, si quieres hacer algo sin ser muy obvio, solo debes hacerlo sin mucha gente y sin formar espectáculos que te puedan delatar.

—Pero debe tener cámaras —informo—. Ocúpate de eso, Ortiz. Reed y yo vamos por el resto. —ambos asienten y nos preparamos con las armas que traemos y guantes para no dejar huellas. Venimos preparados para cualquier cosa y más le vale a Tyler Murphy que esto no sea una trampa porque yo hago pagar muy cara la traición.

Dejamos la camioneta escondida y nos preparamos para entrar por la parte trasera de la cabaña, notando que no está del todo sola. Hay una mujer en esta, aparentemente la que limpia el lugar. Esperamos varios minutos para ver si está sola y efectivamente lo está.

—Reed, ve por el frente y distráela, finge que eres un vendedor de artilugios para cuidados de la cabaña y esas cosas extrañas ... Ortiz, tú y yo entramos.

Reed esconde su arma y hace lo que le ordené. Cuando la mujer cae en la trampa, Ortiz y yo entramos por una ventana y, con mucho sigilo, buscamos la habitación grande que Tyler señala en la información. Habitación que encontramos. La información de Murphy es correcta.

—Nos pide contraseña para entrar. —argumenta Ortiz, mirando la puerta gran puerta.

—250122. —le doy la contraseña que dice en el correo electrónico y la puerta se abre. Tan pronto como se abre, Ortiz corre a una computadora dentro de la habitación y supongo que va por las cámaras.

Dejo que haga su trabajo e inmediatamente encuentro lo que necesito. <<Sus estudios>> sus cuadernos son magnificos, tienen tanta informacion que me dejan fascinado, aunque solo puedo hojearlos y tomar lo que considero necesario. También analizo algunos pequeños artilugios, que me llaman la atención.

—Borré las grabaciones de la última media hora y solo tenemos treinta y ocho minutos para salir de este lugar antes de que las cámaras se activen nuevamente. Tienen un control externo que las activará. No puedo hacer nada más.

Asiento ante esto y tomo algunos artilugios útiles que guardo en un maletín junto a los cuadernos.

—Reed no la pudo distraer más —espeta Ortiz, mirando la pantalla—. Tenemos que salir.

—Bien, ya tengo lo que se necesita. —Ortiz deja la computadora y salimos de la habitación tratando de dejar todo como lo encontramos.

Debo resaltar que Ortiz es bueno con las computadoras, pero no se compara con mi hermano. Si bien Ortiz entiende los "conceptos básicos" para ingresar a un sistema; Eliot es capaz de derribar un sistema, destruirlo o simplemente permanecer en él sin ser detectado. Mantenerlo bajo vigilancia siempre ha sido un gran problema, pero lo hemos manejado con dificultad.

Mientras caminamos por el pasillo, escuchamos los pasos de la mujer, que viene a gran velocidad, por lo que nos escondemos en una especie de pequeño cuarto de limpieza.

—No te preocupes mamá, ya voy por ti, ya voy —habla con preocupación en su voz y la escuchamos tomar algunas cosas—. ¿Rusos y turcos? ... ¿Luchan por el dominio de la zona? ¡Dios! Voy por ustedes y los traeré a mi lugar de trabajo, aquí es seguro —¿Rusos? ¿Los Petrov? Ya se movieron de ciudad—. No te preocupes, mis jefes no están en la ciudad ... no salgas, todo estará bien.

La mujer sale a gran velocidad y esperamos un momento para salir.

—¿No se supone que las dos mafias tienen una coalición? —Ortiz pregunta, mientras salimos por la ventana—. Esta zona es neutral y ninguno puede tomarla.

—Traición —espeto—. Las cosas se van a poner difíciles si es lo que estoy pensando.

—Joder, se cansaron de compartir.

—Eso es lo que debo averiguar —le entrego el maletín—. Llévate esto a la casa y espera mis noticias, voy a descubrir lo que está pasando.

Ortiz asiente y corre hacia la camioneta donde está Reed. Lo único que me queda es pedir un auto para llegar al lugar donde se está dando el enfrentamiento.

•••

El centro de Norte de Diamond city está en caos, resuenan disparos desde varios lugares y los gritos de la gente asustada no cesan.

Me mezclo con la multitud que huye del centro y busco una cara familiar, necesito buscar a una persona en específico. Es hora de usar mi próxima jugada.

—Solo enviaron a sus hombres y no dieron la cara. ¡Maten a los que puedan! —reconozco la voz de Sergei, así que salgo de la multitud y entro en un callejón donde puedo ver mejor el área.

Los hombres de Petrov se enfrentan a los de Demir. Gritos y sangre es lo que más aprecio.

Estaba a punto de retirarme, ya que mi maldito objetivo no aparece y no estoy seguro de si vino o no. Sin embargo, mientras doy la vuelta a la esquina, aparece una rubia en mi campo de visión que está disparando sin piedad a varios hombres, solo arreglando su cabello cuando caen.

Se nota que es una Petrova.

Miro a la derecha de ella y me doy cuenta de que un hombre está a punto de dispararle, así que saco mi arma y le disparo justo en el cráneo, lo que hace que Petya Petrova se gire rápidamente y nuestros ojos se encuentren.

Rápidamente, ambos nos apuntamos con nuestras armas y nos acercamos de manera peligrosa y desconfiada.

—¿Qué haces aquí, hijo de puta? —pregunta con odio mientras recarga su arma de manera desafiante—. ¿Vienes a terminar de matarnos? Tu maldita familia ya nos dejó las cosas claras.

—Yo también me alegro de verte. —recargo mi arma de igual manera.

—No quiero juegos, Daimon. —espeta con odio.

—Yo tampoco —bajo mi arma—. ¿Qué hizo mi familia?

☆☆☆☆☆☆

Nota:

Buenas, buenas.

Un poco demorado, pero llegó el capítulo.

Ya se dará a conocer un poco de la "relación" un tanto complicada entre Benjamín y Petya.

¿Qué les depara el futuro a ellos? No sé, opinen ustedes ^^

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