34. Proceder de ambas partes.
Rayven Cartier.
—De rodillas. —digo de nuevo
Parpadea, sin creer lo que está escuchando. Y, para mi sorpresa, se me acerca y me sonríe con picardía antes de arrodillarse. Ya arrodillado, mira hacia arriba y muerdo mi labio inferior antes de tomar sus dos manos y dirigirlas dentro de la falda que estoy usando.
—Trágate tus palabras. —susurro, dejando sus manos en mi ropa interior.
Puedo sentir como baja lentamente la prenda hasta que logra quitármela. Me hace abrir un poco las piernas y comienza a acercar su cabeza a la zona de mi entrepierna.
Arqueo la espalda al sentir el contacto de su lengua contra mi sexo. Su lengua se abre paso quedando justo en mi clítoris y cierro los ojos ante los movimientos que comienza a dar. Da constantes movimientos circulares y en determinados momentos hacia arriba y hacia abajo, provocando que mi cuerpo se encienda muy rápido.
Cuando me tiene lista, empieza a succionar de manera insaciable mientras sus manos buscan mis pechos para apretarlos. Mi sexo palpita cada vez más y trato de controlar mis gemidos ante la sensación de calor y placer que me recorre sin éxito alguno.
Me aferro a su cabello cuando comienza a mover la cabeza y volverse más brusco. Poco a poco me hace sentir calor y electricidad en mis extremidades, mis piernas se endurecen y me invade esa familiar sensación de liberación.
—Demonio —hablo con una notable excitación en mi voz—, no te detengas.
Al escuchar eso, quita sus manos de mis senos para sostener mi cintura e intensificar sus movimientos, haciendo que mi cuerpo no pueda soportar más. El sentimiento de liberación se vuelve más fuerte y placentero. Sin poder evitarlo, gimo antes de dejar que mi cuerpo haga lo que necesita. Puedo sentir líquidos saliendo de mí y como Benjamín los recibe vorazmente.
Momentos después, Benjamín se aparta de mi entrepierna y me mira mientras trato de recuperar el aliento. Observo de forma hipnótica como se limpia con la mano los restos que quedan en su boca sin dejar de sonreír. Esta imagen nunca se irá de mi mente.
Se levanta para ir a un sofá donde se sienta.
—Ven —lo veo poner sus manos en su cinturón y comenzar a aflojarlo. Miro el bulto en sus pantalones y entiendo lo que necesita—. Ya me tragué mis palabras, ahora te vas a tragar las tuyas, altanera.
Me acerco a donde está sentado y me arrodillo sin prestarle atención a mis piernas todavía temblorosas. Le sonrío y él hace lo mismo. Ya tiene los pantalones desabrochados, por lo que solo queda de barrera su bóxer.
Meto la mano entre su bóxer hasta encontrar su miembro y así liberarlo. Observo las venas que se le marcan en este antes de cubrirlo con mi mano y empezar a mover de arriba abajo. Suspira ante estos movimientos al tiempo que me acomodo entre sus piernas.
Dejo de mover mi mano y me acerco aún más a su glande para pasarle la lengua, esta acción lo hace suspirar. Luego humedezco mis labios e ingreso su miembro a mi boca.
Muevo la cabeza lentamente para hacerlo sufrir. Sé que eso es lo que siente porque su respiración se vuelve ansiosa. Me agarra del cabello y trata de guiar mis movimientos, pero yo mantengo el ritmo lento.
—Cartier —su voz es ronca—, más rápido. —súplica.
Ahora empiezo a moverme rápido. Si quería rápido, pues voy a hacer que se corra rápido. No paro en ningún momento y para hacer sentir más presión uso mi mano como apoyo en la parte que no me entra en la boca.
Todo esto hace que él cierre los ojos y mueva un poco las caderas para intentar entrar más. Vuelvo mis movimientos circulares y lo aprieto aún más.
Duro así un rato hasta que lo siento vibrar y respirar acelerado. Empiezo a succionar con mayor intensidad cuando de repente lo siento ponerse rígido y un líquido no muy agradable me llena la boca. Aunque de todos modos lo recibo sin más.
A los segundos me separo de él y me limpio un poco. Después de que Benjamín se ajustara su ropa, hacemos contacto visual y siento que me arde la cara cuando detallo su mirada. Su respiración está desordenada y se ve agitado, pero aun así se las arregla para mirarme de una manera muy deseable e intimidante.
—Se suponía que iba a ser algo de una sola vez —expreso, alcanzando mi ropa interior—, así que finjamos que esto fue por intentar llevar las cosas bien.
—¿Finjamos? ¿No fue por eso?
—Es un decir, idiota.
—Lo sé... Y sí, por intentar llevar las cosas bien.
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Tipo de narrador: omnisciente.
Pasan unos días y finalmente el presidente decide comenzar a movilizar a sus militares. No planea asesinar a ningún Demir, su objetivo y deber es capturarlos y destruir sus activos. Sin embargo, mientras él organiza todo, otras personas ya están actuando por su parte.
Algunos de los hombres de Petrov y JJ liderados por Petya ya estaban en Diamond city persiguiendo a Adem y Ferit Demir. Petya no los había cazado antes porque no quería irse de Silver city sin enfrentarse a la mujer que la había amenazado, mujer a la que quiere desaparecer. Sin embargo, Jared no la dejó esperar más.
Los hombres de JJ rodean la propiedad en la que se encuentran los dos Demir y se apresuran a actuar enviando a sus hombres al ataque. Suenan disparos de un lado a otro. A Adem no le importa dejar morir a sus hombres por lo que, mientras estos luchan, él busca una salida para huir de todo junto con su hijo.
Adem y Ferit logran salir por una ventana, lo que no les sirvió para nada, ya que estaban completamente rodeados. Tan pronto como salen, se encuentran a Zinov y más hombres, quienes les apuntan con sus armas y les sonríen.
—Adem y Ferit Demir —dice Zinov—. El líder y siguiente al mando de la "mejor" mafia de Hilfixo. Espero que hayan disfrutado estos cuatro años creyendo esa gran mentira.
Adem intenta retroceder y correr, pero es detenido cuando recibe varios disparos en las piernas. Al caer, los hombres de JJ lo capturan junto con Ferit. Luego Zinov le informa a JJ y a Petya de lo encontrado, no sin antes acabar con el resto de los hombres de Demir que quedan en la propiedad. Y unos cuantos militares que sorprendieron llegando a la ciudad.
Los dos Demir son llevados ante Petya y JJ. Petya les sonríe mientras que Jared solo los examina con disgusto.
—Adem —dice Petya—, ¿no te alegras de vernos? —el Demir la mira con hostilidad. Es consciente de que no podrá salir de esta situación, pero nunca se verá débil ante sus enemigos—. ¿Sabes? No puedo creer que se hayan atrevido a querer ser como nosotros. Nunca podrán ser la mejor mafia, y con esto lo confirmo; los estamos acabando en un abrir y cerrar de ojos. Ustedes solo son un intento de mafia.
Adem se ríe al escucharla hablar.
—Creo que estamos en pie de igualdad, querida Petya. Ustedes también se creen la mejor mafia cuando no tienen al verdadero líder que los llevó a serla. Sin Sergei no son nada, y eso quedó demostrado hace mucho tiempo, cuando tomaste el poder, la mafia Petrov desapareció —Petya aprieta la mandíbula con enojo antes de patear a Adem. Este cae al suelo, pero no piensa callarse—. Y puedo decir lo mismo de Jallas, nunca pudo triunfar en este país porque Harris no se lo permitió. Tuvo que huir como una rata asustada.
Al escuchar eso, Jared carga su pistola y se acerca al Demir.
—Dile a Harris que le mando saludos —le coloca el cañón del arma en su frente—. Espero que ambos laven bien los baños del infierno.
—Se los daré. Y allí te estaremos esperando, Jallas. Esos baños quedarán relucientes cuando los limpiemos con tu lengua. —Adem sonríe antes de recibir el disparo y caer de manera abrupta al suelo.
Ferit observa en silencio la muerte de su padre. Sabe que será el próximo, también sabe que debe morir de la misma manera; sin mostrar debilidad ante sus enemigos.
Petya dirige su atención a Ferit, quien permanece atado sin mirarla.
—Este es mío —le dice a Jared—. Ferit, mírame. Mírame a los ojos y dime si recuerdas lo que intentaste hacerme hace años. Querías hacerme tuya, ¿no es así? Bueno, ahora mira cómo hago mía tu vida, cómo te la voy a quitar... Di tus últimas palabras.
Ferit sonríe y la mira a los ojos.
—¿Se supone que debo disculparme contigo? Temo decirte que no voy a hacerlo. Más bien tú deberías disculparte contigo misma, querida Petya —Ferit sabe cómo hacerla sufrir con unas pocas palabras—. Deberías disculparte contigo misma, porque si no hubieras desafiado a Sergei, aún tendrías con vida a tu amante y a tu bastarda. ¿Es cierto que dejaste morir a tu bastarda? ¿Es cierto que tu amante murió queriendo huir de ti? Por supuesto que es verdad. —se ríe divertido.
Esas palabras hieren a Petya de inmediato. Durante estos años ha luchado internamente contra esos recuerdos.
Rápidamente, saca un cuchillo y se acerca a Ferit para herirlo varias veces en el pecho. El Demir grita y maldice, esto le da placer a Petya. Luego toma una pistola y le dispara tres veces en la entrepierna. No lo mata, solo lo deja herido para que muera desangrado. Según la Petrova, él no merece una muerte rápida, merece sufrir y sentir como poco a poco se desvanece.
Ferit grita y solloza durante varios minutos hasta que finalmente muere.
Petya y JJ hacen que unos hombres levanten los cadáveres. Luego, ambos se miran.
—¿Qué quieres hacer con esos pedazos de carne? —indaga Jared.
—Los vamos a dejar en el centro de la ciudad. Quiero que los otros Demir los vean en las noticias, quiero que se sientan inútiles por dejar morir a sus líderes. Es una humillación perfecta.
—Tus deseos se cumplirán mi amada.
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En Centauri, El hombre y Lindarte reciben un cargamento de Golden city. Son más de las armas de Demir, que tomaron de Melek y Omer Acar, los hijos de Arzu. Estas armas fueron localizadas gracias a Onan, a quien las mujeres lograron manipular con diversas estrategias y así poder obtener información.
Luego de organizar la carga, Lindarte se acerca a El hombre.
—Ya tenemos las armas de Centauri y Golden city, aunque ya sabemos dónde están las de Diamond city y Silver city. Sin embargo, no podremos obtener las de Silver city porque hoy los militares del presidente las van a destruir. Deberíamos ir mejor por las de Diamond city, son las más accesibles. —indica la pelirroja.
—Eso es justo lo que estaba pensando. En Diamond city solo están Ferit y Adem, mientras que en Silver city están los mellizos, los otros dos hijos de Adem, Arzu con su esposo y pronto llegarán los militares. Parece más razonable ir a donde hay menos gente ... Por cierto, ¿qué hicieron con los dos hijos de Arzu?
—A Melek y a Omer los tenemos capturados, cuando regresen los militares después de la captura de los otros Demir se los vamos a entregar.
—Perfecto. También entregaremos a Onan, ya hemos obtenido lo necesario de él.
Mientras se lleva a cabo esta conversación, en Silver city, los militares del país ya estaban rodeando e infiltrandose en la calle Plata. Su misión es acabar con la mayor concentración de activos de Demir para debilitar toda su red. No vienen a esperar, ya tienen órdenes dadas, por lo que su acción es inmediata. Además, en esta ciudad no hay muchos hombres de seguridad, los Demir los enviaron a Centauri en busca de Onan, por lo que tienen todo a su favor.
Los militares no tardaron en ingresar a las propiedades de Demir, siendo recibidos con disparos, los cuales no los detuvieron, ya estaban bien equipados ante cualquier ataque.
Los militares destruyen todos los dispositivos y materiales que encuentran a su paso, también van atrapando a los hombres de Demir aunque se ven obligados a acabar definitivamente con muchos turcos. Con gran dificultad logran capturar a los miembros de la mafia familiar que encuentran. Todo esto mientras Benjamín, Max, Cartier y los demás espías observan la situación desde la distancia, comprobando que el presidente cumpla su parte.
Después de atrapar a todos los Demir, los militares destruyen sus propiedades en Silver city junto con sus armas y más herramientas. Sin ellas no son nada. Ya no tienen nada.
—No veo a los mellizos. —le comenta Max a Benjamín desde la azotea del edificio donde se encuentran.
—¿Habrán quedado dentro de alguna propiedad? —indaga Benjamín y ambos miran los escombros de las propiedades que destruyeron los militares.
—No lo creo, los militares sacaron todos los cadáveres y personas del interior antes de destruirlas.
—Entonces lograron escapar. Esos mellizos son como cucarachas.
—Ya lo creo, pero tendrán que aparecer en algún momento.
Ambos dirigen su atención a los militares, que están acomodando a los Demir para subirlos a un camión. Sin embargo, de un momento a otro, las pantallas publicitarias y otros medios comienzan a transmitir imágenes de Diamond city.
Estas llaman la atención de la familia Demir y de todos los presentes. Las imágenes muestran a Adem y Ferit colgados en el centro de Diamond city, ambos muertos, sin camisa y con una "P" dibujada con un cuchillo en el abdomen. Y no solo eso, a sus pies se encuentran los cadáveres de muchos hombres de Demir y soldados que acababan de llegar a esa ciudad.
Todos miran con horror estas imágenes excepto Benjamín y Cartier, quienes, aunque están en puntos diferentes, hacen la misma expresión de sospecha.
—¿Qué maldito medio autorizó tal muestra? ¡Esto está prohibido! ¡Ahí están los cuerpos de nuestros hombres! —exclama el Comandante del grupo militar.
—Ninguno, Comandante. Lo están transmitiendo ilegalmente. Se infiltraron en el sistema de información nacional. —argumenta un soldado, consultando esta información desde el dispositivo que maneja.
—¡Haz que apaguen eso!
Las pantallas se oscurecen, ya que las autoridades de Hilfixo logran bloquear la transmisión. Esto solo dura unos segundos, luego las pantallas se vuelven a encender, apareciendo una frase en estas:
"Petrov vive"
Se apagan de nuevo.
Todos se miran unos a otros sabiendo lo que significa: Los Petrov han vuelto.
Mientras una parte actuaba, la otra también. Ambas partes destruyeron a los Demir y ahora no se sabe lo que vendrá. Lo único claro es que solo una parte podrá ganar.
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