19. Turbación.
Benjamín Harris.
El agua helada corre por todo mi cuerpo, haciéndome temblar. Solo tengo puesto mi boxer y eso empeora la situación.
—¿De verdad consideran esto un castigo? —escucho hablar a uno de los hombres que me tienen atado mientras más agua fría cae sobre mí—. Esto es una idiotez, parece que la Boss en realidad no quiere torturar a sus víctimas.
De repente, otro hombre lo golpea en la cara abruptamente y todos se quedan en silencio.
—Las órdenes de la Boss se respetan, ella sabe cómo hace sus cosas y no debemos intervenir, ¿entendido? —chasquea y el hombre aprieta la mandíbula y asiente con seriedad.
Me siguen tirando agua por unos minutos más, a tal punto de hacer sentir mi cuerpo dormido. Aunque debo señalar que el agotamiento que sentía disminuyó en comparación con los días anteriores, quizás la comida que me trajeron anoche ayudó un poco. Pensé que todo había sido un sueño, pero no, en realidad hablé con mi hija y eso me da confianza para buscar una salida.
—Es suficiente —la voz de Petya hace que no quiera levantar la cabeza—. Hagan que me mire —les ordena a sus hombres y estos me obligan a mirarla, notando que tiene a Sophia a su lado en un estado preocupante—. Tu puta te dirá algunas cosas, así que debes prestar atención.
Lanza a Sophia al suelo y comienza a golpearla sin piedad, haciéndola gemir de dolor.
—Dile lo que nos dijiste, Sophia. ¿O quieres que te devuelva a los Sadisty?
—¡No! ¡No más por favor! —Sophia se encoge aún tirada en el piso, tratando de tapar partes de su cuerpo, ya que solo tiene puesta su ropa interior. Puedo ver que hay sangre en algunos lugares de su cuerpo, así como marcas de cigarrillos y latigazos.
—Entonces habla. —observo como le inyecta alguna droga en el brazo.
—Lo hice por amor —Sophia agita sus manos salvajemente—. Los vi en un auto esa noche, luego... luego los demás se dieron cuenta de que estaban juntos por el celular rastreado... ¡Solo quería ayudar!
<<Mierda>>
Quedo perplejo al escuchar lo que dice, nunca antes se había comportado así, pero lo que me preocupa es lo que mencionó del celular. Me acaba de delatar.
Petya me mira y sonríe.
—¿De qué celular estás hablando, Sophia? —puedo ver que la mirada de la Harper parece perdida. La están drogando y torturando para que hable.
—Del tuyo —paso saliva—, Benjamín logró entrar en tu celular para mantenerte a ti y a tu familia bajo vigilancia. Por ese celular mi padre y mi tío se enteraron de las mentiras de Benjamín, tú lo seguías usando aún viviendo con él. Y yo... hice lo que tenía que hacer.
<<Joder>> Lo único que comprendo es que Petya me mintió con lo de haber dejado el celular en su casa. Eso me hace ir entendiendo donde fallé. Lo que no comprendo es la participación de los demás Harper.
Petya deja a Sophia y se acerca para patearme en la cara.
—¡Y el traidor soy yo! Tú, maldito gusano, ya me estabas apuñalando por la espalda desde antes, y aún así actúas como la víctima.
—¿Vamos a hablar de traiciones? —sonrío falsamente—. ¿Por qué no les dices a todos que estabas dispuesta a hacer un trato conmigo, que me informaste de la muerte de Mark y que acudiste a mis citaciones? Oh, cierto, no puedes decir eso o perderías el respeto.
Los Zakhvatchiki se miran muy confundidos.
—Todo era parte de mi plan. —brama, tratando de justificarse, pero obviamente no es cierto.
—Igual del mío. —me golpea de nuevo y no me inmuto.
—¡Estoy harta de ti!
—Lo mismo digo.
—Es pariente de Charles y Arnold Harper —interviene la voz de Lev en la distancia—. Todo tiene sentido. —expresa llegando con varias hojas en sus manos.
—¿De qué diablos hablas? —indaga Petya con poca paciencia.
—Cuando llegamos por primera vez a Hilfixo, los Harper y sus hijos eran parte del gobierno —comienza a relatar. Yo ya sabía que los Harper eran parte del gobierno, también que no estaban del lado de los Petrov y que desaparecieron para evitar problemas—. Ellos nos ayudaron —frunzo el ceño—, nos revelaron todo lo que necesitábamos saber para obtener privilegios en el país. Sin embargo, solo lo hicieron para distraer al gobierno con nosotros y así quedarse con algo muy valioso que tiene Hilfixo. Cuando lo supimos, matamos a la mayoría, pero dos de sus hijos sobrevivieron y por lo que veo todavía quieren recuperar ese objeto.
¿Qué clase de broma es esa? Nunca he oído hablar de algún objeto de valor que tenga Hilfixo y no es posible que los Harper hayan ayudado a los Petrov en el pasado.
—¿Qué objeto? Eso es una mentira. —Petya también tiene dudas.
—No lo sé, pero sé que existe. Sergei es el único que realmente sabe dónde está escondido; estoy bastante seguro de que los Harper todavía lo están buscando junto con vengarse de nosotros. Es por eso que son tan pacientes, nos necesitan vivos para saber la ubicación del objeto.
—Si eso es cierto, le sacaré esa información a Sergei. —espeta la rubia.
—Sí, debes hacerlo.
—Eso es mentira —intervengo con seriedad—. Los Harper nunca los ayudarían a ustedes.
Lev levanta las cejas y niega con la cabeza.
—¿No me crees? —lo miro hostil—. Mira Harris, pensé que eras al menos un poco inteligente. Los Harper son un nido de ratas peor que tu familia, y eres un idiota al confiar en personas que solo engañan a los demás diciéndoles que les darán libertad. Esas promesas falsas e ilusas nunca funcionan —me sorprendo, ¿cómo sabe eso?—. Sí, ya sé que así convencen a los demás, esta belleza nos lo contó todo —señala a Sophia y la veo llorar—. Y también te informo que otro error tuyo fue involucrarte con ella, ya que tiene ciertos problemas encima.
Mi respiración se vuelve más lenta y todo da vueltas en mi cabeza. No quiero creerle a los Petrov, deben estar mintiendo para burlarse de mí. Sin embargo, muchas cosas tienen sentido cuando recuerdo varios comportamientos de los Harper.
Siempre buscaron debilitar a los Petrov, no matarlos.
Parecían estar buscando algo con sus espías.
Yo, al no ser parte completa de ellos, nunca le di importancia a esas cosas, pero debí hacerlo.
—Despídete del amor de tu vida Sophia —Lev arrastra a Sophia hasta quedar frente a mí—. Y de paso, dile por qué lo entregaste, a ver si eso le confirma quiénes son los Harper.
Sophia, con mucha dificultad, llega a donde estoy atado y me abraza, dejando su cabeza sobre mi pecho. No me muevo ni la miro.
—Pensé que podía dejarlas, pero no debí haberlo hecho. Sin ellas hago locuras, perdóname, Benjamín. Pensé que los Petrov solo iban a llevarse a Petya, no contemplé las consecuencias. —susurra para que solo yo pueda escuchar.
—No quiero escucharte, nunca te perdonaré. Me quitaron a mi hija y tengo una muerte sangrienta esperándome —susurro enojado—. Te odio, y ya aléjate de mí.
—No me digas eso —solloza—. Solo quería lo mejor; si no la alejaba, mi padre iba a arremeter contra ti. Te estabas convirtiendo en un obstáculo. Lo hice por ti, por Sky; podríamos haber sido una familia.
Petya aleja a Sophia de mí, tirando de su cabello con enojo.
—Suficiente. —la veo sacar un cuchillo junto con algunos Sadisty.
—¿Lo de los Harper es real? —le pregunto, ya sabiendo la respuesta.
Ella asiente y Lev me mira con diversión. Me siento patético.
—¿Y Jordán lo sabía?
Estaba a punto de responder cuando todos empezaron a apuñalarla. Me obligan a mirar la escena sintiéndome mal e impotente. Sophia no era así, o tal vez solo estaba usando su buena actitud conmigo para engañarme. En cuestión de segundos todo queda en silencio porque la han matado. Escucho que planean descuartizarla para dársela a los Harper en modo de advertencia, así que retiran su cuerpo a un establo.
—Ahora va el Harris. —informa Lev.
—No. —Petya niega.
—¿Por qué no? Este idiota no nos sirve de nada, ya tenemos toda la información que nos dio la Harper.
—Pero debe saber más cosas que nosotros ignoramos. La Harper no sabía nada de bombas y artefactos, pero el Harris los tenía en su casa. Todavía nos está ocultando algo.
—¿Por qué siento que no quieres matarlo? —Lev la confronta—. No dejas que lo torturen apropiadamente, pero hiciste sufrir a la Harper hasta más no poder. Y lo dejas lejos de los otros prisioneros... ¿Acaso ese Harris te pone tan caliente que no pue...
Petya le pone un cuchillo en el cuello y lo mira con autoridad.
—Respeta a tus superiores, Lev. No estoy interesada en ese idiota. No tengo escasez de hombres, y no lo torturo apropiadamente, porque la tortura física no lo afectaría. ¿Olvidas de quién es hijo? Corwin entrenó a todos los Harris para torturar y soportar la tortura. Esa alimaña era una mierda, pero sabía entrenar, esconder, organizar y robar como nadie.
—Eso no lo discuto. Se nota que los entrenó tan bien que el mismo Harris menor le dio su merecido… pero te advierto, máximo tres días para sacarle información, luego lo vamos a matar. Ya está sentenciado y los grupos están esperando su muerte.
Salgo del trance en el que estaba cuando escucho eso, ¿Liam le dio a Corwin su merecido? Que habrá hecho ese idiota.
Petya le ordena a sus hombres que me lleven de regreso a mi celda y me siento allí ya vestido hasta que cae la noche y el establo comienza a tener movimientos extraños. Se supone que los Esmintsy deben vigilarnos, pero me doy cuenta de que les dan agua a los otros prisioneros y luego todo queda en silencio.
—Todo listo. —dice un hombre y levanto una ceja todavía sentado en el suelo sucio.
—Bien hecho. —levanto la vista y noto que Sergei está de pie en su celda, mirándome.
Este hijo de puta todavía tiene hombres a su disposición. Internamente me río por los otros Petrov que ni siquiera deben sospechar de esto.
—Benjamín Harris… —habla lentamente—. ¿Quieres escapar de este agujero?
No le respondo, solo vuelvo a apoyar la cabeza en mis brazos que están sobre mis rodillas.
—¿Preferirías quedarte aquí, gusano? Increíble, te encantan las humillaciones. Si fueras más inteligente, sabrías que soy tu única opción.
—¿Qué pretendes, Sergei? ¿Quieres que nos unamos, nos disculpemos y todos felices, olvidando toda la mierda del pasado? La vida no funciona así. Ayudaste a matar a Mark, no me vengas con mierdas de generosidad.
—Y tú ayudaste a matar a mi hijo, ustedes mataron a docenas de mis hombres con sus drogas alteradas, así que estamos en mismas condiciones. Y no pido unión ni perdón, no trabajo con sentimientos ni soy generoso.
—Ni Mark ni yo fuimos los responsables de las bajas de tus hombres. El culpable era Corwin. ¡¿Por qué diablos no lo mataron a él, por qué tuvo que ser Mark?! —hago una pausa para respirar—. El error fue tuyo, por eso tu hijo pagó.
—No hay ningún error. Entiende que en la mafia todo debe ocurrir de cierta manera, Mark pagó por su hermano y mis hijos por mí. Por eso te recomiendo que tomes en cuenta lo que te voy a decir, o tu hija será quien pague por su madre.
Lo que dice me hace reflexionar. Sé que Sky será el blanco perfecto de todos, todos querrán la cabeza de la hija de la líder de los Petrov.
—¿Qué es lo que quieres?
—Así me gusta, que las personas cooperen —se cruza de brazos—. Te quiero proponer un favor a cambio de una tregua.
Me río vacilante.
—¿Tregua? Sí, por supuesto. Ustedes los Petrov son tan confiables para hacerlas.
—Ustedes los Harris son insufribles —argumenta—. Y deja lo hipócrita, que tú tampoco eres de fiar; dejarías morir a cualquiera. Pero bueno... tendrás que ayudarme siendo un señuelo, con esto podrás escapar y ayudar en otra cosa que luego te explicaré. Yo seré quien organice todo y la tregua será dejarte a ti y a tu hija fuera de mi venganza, ya que tú eres un Harris y tu hija una Petrova, así que ya están fichados, a menos que aceptes. Si aceptas, no quiero recuerdos del pasado, nada de perdón, nada de mierdas, solo se seguirá el plan y listo.
—Nada me certifica que vas a cumplir. ¿Quién me dice que no me usarás como señuelo y te irás dejándome aquí? No caeré en esta trampa.
—No podría hacerlo.
Me levanto y camino hacia los barrotes.
—¿Por qué no?
—Escucha el plan y lo entenderás...
Escucho atentamente cada detalle de la idea que tiene. Tengo que aceptar que tiene sentido el por qué quiere hacer las cosas de esa manera. Ese plan también me puede beneficiar, quien sale perdiendo si hay alguna traición es él, aunque traicionarlo es una sentencia de muerte inmediata para Sky.
Es sorprendente que esté considerando seguir la idea de Sergei. Pero tengo exactamente tres días para escapar y su plan se llevará a cabo en dos días, así que no veo otra opción.
<<Solo sopórtalo hasta escapar, porque el odio que sientes por el asesino de Mark nunca desaparecerá>>
—Por eso te hemos inyectado vitaminas, creo que has notado menos cansancio. Pero con tan pocos días no te darán las fuerzas necesarias. Así qué… —lo observo sacar un pequeño paquete, lo que me hace retroceder en la decisión de seguir su plan—. Debes consumir esto.
—¡No! No puedo consumir eso.
—Tendrás que hacerlo o te atraparán fácilmente.
—Ya dije que no puedo. Salir drogado es demasiado arriesgado, Corwin me podría estar buscando. —miento, realmente le tengo miedo a volver a recaer.
—Corwin está muerto —su comentario me aturde—. Mis hombres me informaron que murió en Storm junto con sus hombres y el Harris menor. Todos murieron en un incendio. —doy un paso atrás.
<<Liam>> Liam no puede estar muerto, no es cierto. <<El hombre>> su hijo no está muerto. <<Maldita sea, tengo que salir de aquí. Debo hacerlo>>
—¿Encontraron sus cuerpos? —es lo único que alcanzo a articular, y no sé si debo preocuparme de que la muerte de mi padre no me importe o de que mis emociones ya no se manifiestan como deberían.
—Dicen que tu hermano los encontró.
<<Debo salir>> Ya no tengo dudas.
—Me uno al plan —le digo, sabiendo el riesgo—. Con la condición de que la droga no sea una de las más fuertes.
—Está bien. Será media.
Lo veo llamar a uno de sus hombres y susurrarle algo al oído, al igual que a los demás.
—Ya les dije cuál buscar —me habla después de un rato—. Ya comenzarán a organizarse.
Asiento, incapaz de dejar de pensar en lo que hizo Sophia y su muerte, en los Harper, en Liam, en El Hombre, en las drogas, en todo.
—Dime algo —llamo la atención de Sergei—. Cuando llegaron a Hilfixo, ¿tuvieron tratos con los Harper, y los mataron por un objeto valioso del país? —él es el único que me puede decir la verdad. Aún guardo un poco de esperanza.
—¿Quién te...? —hace una pausa—. Lev, hijo de puta —lo escucho susurrar—. ¿Dónde escuchaste eso?
—Lev se le dijo a Petya.
—Maldita sea, ella no debía saberlo, nadie debía. —se frota el cuello muy preocupado.
Eso significa que es real, los Harper si están buscando ese objeto. No hay dudas.
—¿Qué objeto es?
—Eso no es de tu interés. Y deja de hacer preguntas, nosotros solo hablaremos del punto plan. ¿Entiendes?
—Casi lloras diciendo eso. —me alejo de los barrotes y me siento para tratar de descansar.
—Vete a la mierda. Aunque quien debería llorar eres tú, que te dejaste engañar por los Harper. Por lo que veo los hijos salieron peor que los padres. —lo escucho alejarse.
Los Harper... Ellos ya sabrán de mí.
☆☆☆☆☆☆
Buenas, buenas.
Solo puedo decir que siento mucha emoción *gritito* Ya estamos llegando a la mitad de la historia, al final de la primera fase. Se vienen escenas que me gustan y que espero les gusten de igual manera.
Gracias por seguir aquí .🤍. Son los mejores.
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