1O. Frustraciones.
Capítulo dedicado a:
MrVante_please CinthiaBarahona2
marielitaCal
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A partir del medio día, un caballo tan blanco como la mismísima nieve de tiempos invernales empezó a vagar por los pasajes del pueblo.
No fue una sorpresa para los habitantes de Daechwita ver a su rey pasear por algunas zonas concurridas de toda la zona, ni siquiera les sorprendió tanto el hecho de verlo sin ningún guardia del palacio custodiando su seguridad, pero todos se desconcertaron al no verlo solo. Una persona encapuchada iba junto a él.
Algunos pueblerinos se acercaban en busca de preguntar la identidad del desconocido y saciar su curiosidad, por supuesto, sin obtener respuesta.
Después de la conversación que mantuvieron en el aquella oficina, a Jimin y a Yoongi solo les tomó unos cuantos minutos prepararse para dirigirse a los establos del palacio.
Dos caballos fueron preparados con antelación por órdenes del rey, pero por alguna razón que Jimin se negó a explicar, terminaron juntos en un mismo caballo. Mismo caballo que, después, el omega se enteró que respondía al nombre de Lucky.
Y así, sin poder dar una excusa para alejarse y mantener su espacio personal, tuvo que soportar la cercanía del rey.
La calidez que transmitía el cuerpo contrario era más que suficiente para apaciguarlo e incomodarlo en partes iguales.
Al nunca haber montado un caballo en toda su vida, tuvo que conformarse con subir al mismo corcel perteneciente al líder. Se negó a sentarse frente a él, por supuesto, así que en lo que llevaban de camino, se vio obligado a mantener sus brazos entorno al torso del alfa.
El camino se le hizo más que largo, Jimin no pudo evitar que su mente vagara entre miles de pensamientos, desde ideas sobre cómo podría lanzar del caballo al hombre pálido que sostenía entre sus grandes y venozas manos la brida que dirigía al animal y aún así salir ileso, hasta cómo podía hacerlo sufrir en su estadía en el palacio real sin sufrir estrago alguno de culpa.
Su mente voló hasta hacerle recordar su situación por milésima vez en ese día, estaba fatigado de recordar el peligro al que se exponía, pero prefería eso a continuar pensando en la naturalidad con la que su cuerpo se adaptaba a la situación de estar sobre un caballo con el rey del pueblo.
Una parte muy oculta en su interior, casi como una voz independiente de su subconsciente le repetía que probablemente sus actitudes estaban siendo algo desmedidas o sobreanalizadas, sin saber la razón, su parte animal se mantenía activa y se hacía escuchar.
Quería creer que se debía al altruismo en lo más profundo de su ser, a lo bondadoso de su corazón, a la pureza de su alma, la blancura de su aura, cosas así. Era lo que consideraba más probable.
En un inicio, Yoongi no tuvo la voluntad de romper el silencio, y simplemente se limitó a seguir las instrucciones que recibía del omega para llegar al destino esperado, que, sorprendentemente no era ni cerca de la zona en la que la familia Park vivía, según lo que había investigado.
—Tenía entendido que el hogar de tu familia era por otra zona del pueblo — comentó para asegurarse de que iban en la dirección correcta, más por curiosidad sobre lo que les esperaba que por otra cosa —¿Debería preocuparme sobre el destino de este pequeño viaje?
—No sé qué estará pensando, pero si insinúa que lo estoy llevando a alguien tipo de trampa o que de alguna forma lo maten, por favor, deténgase. —Inició —No soy tan tonto como para presentarme al palacio y firmar algún documento, sacarlo del palacio de forma sin tener cuidado alguno de que muchos vean mi rostro y sepan quien soy para después matarlo. Su usted no regresa el día de hoy, el primer sospechoso seré yo, e inmediatamente me verán como el culpable.
—Si lo dices de esa forma tan detallada, suenas como alguien que definitivamente está tramando algo — Aunque intentó bromear, el bufido a sus espaldas le hizo saber que, en efecto, el Omega a sus espaldas se había ofendido —No pretendo ser insensible o parecerte un idiota, pero salimos el palacio sin ningún guardia, vamos a un lugar que no conozco y no es como si tú tuvieras un inmenso aprecio hacia mi, yo vino contigo por voluntad propia, pero si sospecho que voy a morir, me gustaría evitarlo.
Para desgracia de Yoongi, la única respuesta instantánea que recibió fue el cómo las pequeñas manos que lo rodeaban se hacían puño.
Luego de varios segundos en los que pensó que el silencio destruiría esa conversación, Jimin se dignó a hablar.
—Usted no es mi persona favorita en el mundo y realmente está lejos de serlo, es cierto, pero en cualquier caso, no soy un asesino, y aunque mis palabras no comprueban la veracidad de quien soy, espero que con ellas pueda estar tranquilo — Su tono de voz, a diferencia de todas las ocasiones en las que mantuvieron una conversación, tenía un deje de serenidad, muy pequeño, pero que aún así era notable en el momento y el ambiente.
—He pasado toda mi vida analizando la situaciones que atravieso o a las personas que conozco para no cometer errores, supongo que en algunas ocasiones no me expreso correctamente y por eso comprendo que te hayas sentido enojado hace un momento, mis disculpas por eso.
—Normalmente suelo golpear a las personas que me caen mal cuando estas me ofenden, pero en este momento lo dejaré pasar porque eres tú quién lleva las riendas del caballo, y si te caes lo más probable es que yo también lo haga, tienes suerte.
—Me consideraré afortunado entonces, Jimin-ssi.
Esa podría considerarse como la conversación más real que habían tenido, aún con una pequeña discusión de por medio. Desde ahí el resto del camino fue más llevadero. A pesar de no intercambiaron más palabras, cada uno se centró en lo suyo.
Al haberse levantado a una hora tan temprana, Jimin aprovechó en mantener sus ojos cerrados en todo el camino, y disfrutó de ello.
Por su parte, yung y tuve que mantener la vista al frente, dirigiéndose a los límites más cercanos del pueblo, concentrándose en algunas ocasiones en el rumbo de tierra por el cual avanzaban. De alguna forma, y en varias ocasiones, llegó a comprobar si el chico castaño sentado detrás de él se mantenía despierto.
Casi simultáneamente a cuando intentó girar su cabeza de forma leve para observarlo, un aroma a frambuesas lo embargó. Era diferente al del césped que hacía presencia en unas zonas leves alrededor del sendero, a pesar de saber sobre la procedencia dicha fragancia, se sintió libre de perderse en él.
Rogando todo lo bueno del mundo por no caerse de aquel caballo y durante una milésima de segundo, sus ojos se cerraron e inhaló por la nariz profundamente pero de forma imperceptible. Escondido detrás de la fuerte esencia a frambuesa, pudo percibir un ligero toque de hibisco. Aquello era tan complementario que tuvo que contenerse para no soltar un suspiro.
Frambuesa, como el jugo que solía tomar en algunas mañanas antes de iniciar su día con su desayuno favorito. Hibisco, como las flores que durante su niñez, Yoongi se dedicó a apreciar en los jardines reales.
Antes de que Jimin alzara la cabeza y lo encontrase olfateándolo, volvió su vista al frente y continuó el camino, incitando al caballo a ir a un ritmo más rápido. Con el aroma aún impregnado en sus fosas nasales se maldijo para sus adentros. Porque de entre todos los omegas del mundo, precisamente le tuvo que encantar el aroma de quien parecía odiarlo con cada fibra de su ser.
El tiempo pasó y ambos siguieron avanzando, un poco más en silencio que anteriormente, pero enfrascados en su propia cabeza
Poco a poco se fueron acercando al punto de llegada, que aún era desconocido para Yoongi, pero Jimin empezaba a ubicarse mejor en la zona.
Yoongi interpretó la serie de palmadas que fueron depositadas en su hombro como una señal, y haciendo lo único que podía en ese momento, detuvo al caballo quien soltó un relincho al quedarse quieto, justo frente a una humilde casa hecha de madera, cerca de los límites del pueblo. No había mucho cerca de la zona además de unos pocos árboles, y no estaba tan cerca de los límites de la ciudad como pensó, estaba a unos metros del pueblo que, si bien no eran pocos, tampoco eran demasiados.
Como pudo, y con las piernas algo acalambradas, Jimin bajó del caballo y caminó con gran emoción a la entrada de la casa, pero justo antes de atravesar el umbral, volteó para mirar al alfa, con una interrogante pintando sus facciones.
—¿Le gustaría pasar o prefiere quedarse esperando aquí? — Su expresión era neutra mientras sus manos se guardaban en sus pantalones, mirando fijamente al contrario, el cual había bajado del caballo y ahora caminaba hacia el árbol más cercano a la casa llevando al corcel por las riendas para atarlo.
—Creo que tú debes conversar la situación con tu familia, estaré bien si me quedo a la sombra de un árbol, paso casi todo el día en el castillo, me vendría bien algo de sol, ¿Podrías por favor traer algo de agua para Lucky?, Él debe estar agotado.
—Traeré algo para que pueda alimentarlo, y un vaso de agua para usted también — Luego de dar un pequeño asentimiento con la cabeza, dió un par de toques a la puerta, emocionado por la idea de ver a su familia de nuevo.
Quizá de una forma algo discreta, Yoongi observó cómo la entrada de abría y una mujer aparecía justo frente al castaño. De cabello negro recogido en una trenza bastante larga y un vestido de flores, baja estatura y una bonita sonrisa. Sabía que no era momento de sacar conclusiones que no eran de su incumbencia, pero no pudo evitar pensar que era todo lo contrario a lo que había imaginado. Su piel era evidentemente clara y sus facciones presentaban algunos rastros de arrugas pero sin ser excesivo, y sin dejar de lado los minúsculos mechones de color plateado que estaban esparcidos en algunas zonas de su cabello, sus labios eran delgados y sus ojos algo saltones, pero de un color verde intenso, bastante diferentes a los ojos avellana y con todos de color miel de Jimin.
No le sorprendió tanto que la mujer se viese un poco mayor, sino el hecho de que Jimin no tenía ningún razgo parecido a ella, en absoluto.
En ese momento llegó a la conclusión inevitable y entrometida de que Jimin era una copia de su padre.
Cuán equivocado estaba.
Park EunHa sintió una verdadera mezcla de emociones al abrir la puerta y descubrir a nada más y nada menos que a su hijo, que la veía con una leve sonrisa. Sin detenerse a pensar, se abrazó a él con tanta fuerza como sus brazos se lo permitieron, y cerró sus ojos mientras suspiraba de puro alivio.
Solamente la diosa Luna sabía cuánto había llorado porque su bebé** estuviera a salvo, que estuviese bien y sano, porque a pesar de ser una madre muy protectora con él, en esos momentos sabía que no su preocupación no solamente era debido a ser una madre psicópata.
Claro que notó a la persona que permaneció a unos metros de la casa, pero rápidamente hizo entrar al omega y cerró la puerta, inspeccionando su rostro con delicadeza para comprobar que no tenía ninguna herida, ningún indicio de daño o violencia.
—Mamá, estoy bien.
—¿Cómo se te ocurre irte sin avisar, y más aún con esa idea que se te ocurrió?, Tu padre no dejó de buscarte durante todo el día. De no ser porque una de las costureras del pueblo me dijo que te vio en el día de juicio por haber robado, no sé qué habríamos hecho — ya se lo esperaba, un millón de quejas de parte de su madre, por lo que se aproximó a la cocina buscando lo que le había prometido al alfa, junto a una manzana —Tuve que retener a tu padre aquí porque sé que tú te hubieses sentido culpable, y porque si seguía a ese paso iba a empezar a sufrir de migraña.
—Hiciste bien. Madre, eres muy dulce al preocuparte por mí, pero estoy en una pieza, ¿me ves?. Puedes regañarme más tarde, pero ahora tengo que buscar un par de cosas rápido y conversar de algo importante, ¿donde está papá? — Antes de salir de la casa durante unos instantes, esperó una respuesta a pesar de la mirada de interrogación de su madre.
—Él está descansando, ayer se quedó hasta tarde en el trabajo y llegó agotado, pero puedo despertarlo si es muy importante.
—No es necesario, mamá, se que tú le transmitirás bien todo si no se despierta a tiempo, déjalo dormir, se lo merece — dijo antes de dirigirse hacia afuera, donde el pálido lo miraba desde las cercas de madera que rodeaban un poco la zona, dándole con cuidado todo lo que había buscado.
—Olvidé decírtelo, pero creo que lo mejor sería que volviéramos antes del anochecer, así que nos iremos antes de que el sol caiga, ¿te parece bien? — on un simple asentimiento como respuesta, Yoongi se dirigió nuevamente a su caballo, a sabiendas de que le tocaba ser paciente en ese momento.
Jimin recogió un poco de ropa y algunas de sus pertenencias, las cuales entraron perfectamente en un bolso que iba desde su hombro derecho y desembocaba en el lado izquierdo de su cadera. Su madre se había encargado de preparar algo de comer, y no le sorprendió que el espíritu altruista de su madre le ofreciera algo de comida al alfa pálido que parecía hablar con el caballo Lucky, pero que se negó con una pequeña sonrisa de agradecimiento.
Ya cuando supo que no podía alargarlo más para esperar a su padre, se sentó en uno de los asientos del pequeño recibidor, tomándose un rápido momento para escribir una carta dirigida a su padre, quien dormía en la única habitación de la casa.
—Presiento que tu llegada significa algo más que solo tu retorno a casa, corazoncito — La omega le dio una mirada inquisitiva en busca de respuestas más profundas —No sé si estás evitando hablar de esto conmigo o algo así, pero soy tu madre y quiero saber qué es lo que está pasando realmente.
—Tú lo sabes, mamá, te lo dije. Pasé todo este tiempo en el templo real. Sé que fue una imprudencia irme sin avisar, pero era más que obvio que tú no me dejarías ir, hice lo que tenía que hacer. Tú sabías que no iba a echarme hacia atrás cuando los hice dejar la casa para venir aquí.
Para cuando la mujer tomó asiento a su lado, empezó a ordenar sus ideas, empezó a pensar como describir todo lo que le rodeaba desde que se había aparecido en el palacio como un rufián, hasta que terminó durmiendo en una de las comidas habitaciones del lugar. El cambio había sido abismal, sin lugar a dudas, y eso solo plantaba más interrogantes en el más joven de los Park, sin contar los problemas que lo rodeaban y que cada vez de hacían más grandes.
—Hay algo más, ¿cierto? — Era tan sencillo para ella leer a su hijo que en algunas ocasiones llegaba a ser gracioso, pero si antes no había podido dormir bien por no saber si Jimin estaba bien, no podría continuar tranquila si no intentaba apaciguar la tormenta que el menor en su interior guardaba —¿Me contarás qué otra cosa te está perturbando? — Casi al instante en el que aquella pregunta abandonó sus labios, las cejas de Jimin se arquearon hacia abajo, en una clara mueca de tristeza, de preocupación. Estaba desesperado por alguna razón.
El suspiro del chico le confirmó que verdaderamente sucedía algo más. Los ojos de color avellana se dirigieron hasta la ventana más cercana, desde la cual se podía ver perfectamente cómo el alfa le daba de beber al caballo, y luego de eso, empezó a hablar:
—Es mucho más complicado de lo que pude haber imaginado, mamá — confesó, ahora viendo como Yoongi extendía su propia mano para alimentar a Lucky sin problemas —Yo sabía perfectamente a qué me estaba enfrentando, pero ahora que todo está en marcha, siento que tengo que andar con paso de plomo, no puedo dejar de pensar en todo lo que puedo involucrarlos, ni aunque esté dormido.
Luego de decir aquello, Jimin recordó la terrible pesadilla que había tenido. No solo se sentía culpable, estaba aterrado. Pero se negaba a detener todo lo que había iniciado.
—Hice todo lo posible por mantenerlos a salvo, a ti y a papá. No quería que mis decisiones los afectaran, pero tengo miedo de que algo les pase ahora. Por eso no puedo confiarme en que todo estará bien, no puedo dejar que las cosas se volteen en mi contra y que ustedes salgan perjudicados.
—Sé que en este mundo hay personas despiadadas, Jimin, personas en las que es preferible no confiar — empezó la mujer —Pero todos estamos condenados a conocer a personas sin saber sus verdaderas intensiones. Mi punto es que este es un mundo en el que puedes ganar o también puedes perder, y esto depende en gran parte de las personas que te rodean, pero la vida es más que solo sobrevivir, y si desconfias durante cada segundo que transcurre, no podrás estar tranquilo en ningún momento de tu vida, ¿lo entiendes?
Una suave caricia fue depositada en los castaños cabellos del Omega, quien luchaba por retener las lágrimas frente a su madre. Calló durante unos segundos buscando entender completamente a qué se refería la mujer, buscando comprender profundamente su significado.
—Él puede ser como los demás, puede que solo esté jugando con mi cabeza, o que esté buscando mi confianza para buscar toda la información posible, para ver quién sabe sobre los crímenes que están sucediendo.
—En eso tienes un punto — EunHa vió hacia la ventana, mismo lugar en el que se mantenía la mirada de su hijo. Sabía quién era el alfa con el que había llegado su hijo. No llevaba una corona, y no estaba rodeado de guardias, pero le fue imposible no reconocer al gran rey Min —No es bueno dejarse llevar por las apariencias en ninguna situación, pero solo un psicópata te trataría como a un igual cuando puede llegar a sentirse amenazado, mucho menos si ese hombre está corrupto.
—No me estás ayudando a aclarar mi mente, mamá — En un arranque nervioso, Jimin se levantó y cerró la ventana en un movimiento más fuerte de lo planeado. Esperó no haber llamado la atención fuera de la casa, y fue a sentarse nuevamente, esta vez recostando su cabeza en el regazo de su madre. Soltó un profundo suspiro intentando apaciguar su desesperación y cubrió su rostro durante unos segundos, afligido.
La cálida mano de su madre acarició sus mejillas en un dulce gesto, justo como cuando era un niño. Estas caricias descendieron hasta sus brazos, y por un momento su mente quedó en blanco, se quedó en silencio cuando los dedos levemente arrugados de la mujer empezaron a deslizarse con lentitud por su piel, sin ningún tipo de brusquedad o prisa. EunHa empezó a tararear suavemente, solo para él, mientras segregada algunas feromonas maternales, con el aroma a miel expandiendose y llenando el ambiente.
Era más que consciente de lo mucho que su hijo extrañaba sentirse en casa, comprendía que alguien como él, a pesar de su personalidad arisca y orgullosa, merecía estar rodeado de todo el amor del mundo, tal y como su esposo y ella siempre habían intentado.
A su parecer, el mundo era un lugar tan oscuro y cruel que a veces temía por su hijo. Temía por imaginar a su hijo en una sociedad tan descompuesta, tan rota y vil. Sabía de lo que su hijo era capaz, de la fortaleza que habitaba en su corazón, pero como toda madre, tenía la insaciable necesidad de protegerlo, no de manera enfermiza y tóxica, si no de una forma tan pura como solo Jimin se lo merecía.
Su niño de corazón de oro, a pesar de no estar tan niño.
—Tienes una forma de ver la vida que es admirable, corazoncito, lo sabes ¿No? — detuvo su canto cuando lo vio necesario, y abrazo al delicado cuerpo del castaño con suavidad. Jimin sonrió inconscientemente al notar la dulzura que desprendía la voz de su madre, y asintió con los ojos cerrados mientras se mantenía recostado, relajado y en paz, disfrutando de los cariñitos que recibía —Sé que eres objetivo en todo esto lo que te propones, todos dicen que eres más frío que la nieve, pero nadie sabe la verdadera bondad que se esconde en tu alma. Yo sé quién eres realmente, y sé que tus intensiones son más que buenas, pero no te desvíes de tu propósito. No dejes que la suspicacia o el rencor te impida ver más allá, sabes quién es el primer culpable, pero no estás seguro de si hay algo más grande detrás de ello.
Rápidamente Jimin abrió los ojos, y se sentó correctamente en su lugar mientras fruncía levemente el ceño ante la confusión que aquel comentario le proporcionó.
—Antes de irme de casa tú pensabas exactamente lo mismo que yo, tú y papá se jugaban la vida a que alguien con mayor poder era el verdadero culpable, ¿Qué ha cambiado?
—Lo que pasa es que tú estás aquí ahora, hablando conmigo en este preciso instante, ¿No te das cuenta de ello? — el tono de voz de la mujer fue exactamente igual, sereno, mientras extendía sus manos y las posicionaba sobre los dedos regordetes de un muy confundido Jimin.
—Por supuesto que estoy aquí, mamá — por alguna razón se sintió mal al ver la mirada de alivio de su madre, que en ese instante se permitió dejar salir a flote la preocupación que había estado guardando.
—Jimin, sabes que yo jamás te hubiese dejado ir al castillo y exponerte de esa manera a la muerte. Ambos sabemos que cualquier cosa pudo pasar en estos dos días, pudiste haber muerto y ni siquera tu padre hubiese podido hacer algo, pero sin embargo estás aquí. Detente y ponte a pensar un momento, lo que hiciste fue una amenaza directa a Kim JaeWook, y si el alfa Min tuviese algo que ver, no dudo que te quitado del camino, entonces si él están culpable cómo piensas, ¿No te parece ilógico que sigas vivo aún?
Durante un corto silencio llegó a considerarlo, pero antes de permitirse pensar más en ello, volvió a hablar.
—Las personas ocultan cosas a diario, y pueden tener mil razones para hacerlo, prácticamente aún no tenemos ni la mitad del rompecabezas resuelto y no pienso exponer a nadie tomando decisiones precipitadas, todos son culpables hasta que se demuestra lo contrario.
El suspiro cansado que dio la mujer lo llevo a verla a la cara y la expresión de angustia volvió.
—No te aferres a un enemigo que probablemente no existe, no te cierres a lo que puede hacerte más fuerte y puede darte estabilidad. Todos pueden se culpables, pero quizás hay personas que merecen el beneficio de la duda, pueden existir personas que tienen el derecho a comprobar su inocencia, tómalo en cuenta.
—¿A dónde vas? — preguntó con confusión al ver a la mujer levantándose, imitando sus acciones. La siguió a través de la casa, hasta llegar frente a una puerta.
—Despídete de tu padre, no tienes que decirle nada, ya de eso me encargaré yo más tarde. Tengo que ir a hacer la cena — la omega se alzó en puntitas ligeramente para besar la mejilla de su hijo y abrazarlo. Quería transmitirle todo su apoyo en algo más que palabras —Recuerda todo lo que hablamos hoy, ¿sí? Intenta no estresarte tanto, aunque te parezca imposible.
—Solo si me prometes que mañana le dirás a papá que te prepare el desayuno mientras tú te quedas durmiendo un rato más, intenta descansar tú también — Ambos soltaron una risita, y Jimin tuvo que cerrar los ojos para no llorar. No sabía cuánto tendría que pasar para poder abrazar a su madre de nuevo —Te amo, mamá.
—Tambien te amo, corazón.
Luego de unos segundos, pudo entrar a la habitación, y vio a su padre dormitar en la cama de la pequeña habitación, y se sentó al pie de esta. No quería despertarlo, bien sabía lo mucho que su padre trabajaba, lo mucho que había luchado por ellos. Se inclinó para besar la frente del hombre que más admiraba, a pesar de sus fuertes ronquidos.
—Hasta vernos otra vez, papá. Te amo. — susurró mientras acomodaba la manta sobre él de mejor manera, y cerraba la ventana para mantenerlo cálido. Apagó la luz y salió del lugar sin mirar hacia atrás.
Antes de atravesar el umbral de la puerta para salir de la casa, dió una última mirada hacia la cocina, y se topó con el rostro gentil y comprensivo de la mujer que lo había criado. Inevitablemente le sonrió y fue correspondido, antes de abandonar el lugar.
Imploró a cualquier deidad existente por el bienestar de su familia, y de ser posible, por su propio bienestar, y se prometió a sí mismo pelear hasta el último momento, luchar por mantenerse y mantenerlos con vida, de ser necesario.
Se sintió repuesto, un poco más preparado para afrontar el resto del día. Caminó hacia el rey, que lo esperaba sentado al pie de un árbol, y sin decir palabra alguna, le tendió su mano para ayudarlo a levantarse. No iba a huir, ya no estaba dispuesto. Cuando el pálido se puso de pie, apretó su mano ligeramente y mantuvo su mirada, a pesar del repulsivo impulso de bajar la cabeza, solo ignoró ese pequeño detalle como lo había hecho toda su vida. Ignoró los razgados ojos del rey que lo miraban casi de forma calculadora. Ignoró el cosquilleo que su mano atravesó.
—Es hora de irnos, Yoongi-ssi.
—Ahora que te veo más relajado, ¿puedo preguntar por qué tus padres viven casi a las afueras del reino?
—No viven casi a las afueras del reino, por ahora solo viven un poco más apartados de los demás.
—Eso no responde a mi pregunta.
El castaño solo rodó los ojos y desató al caballo antes de ser ayudado a subir, y más que todo por impulso volvió a aferrarse al torso de Min, quien retuvo una risa para evitar alguna otra discusión.
—Noté que solo traes un pequeño bolso, y dudo mucho con eso puedas pasar el tiempo que esperas en el palacio — fue lo que dijo el pálido mientras empezaba a cabalgar, dando la vuelta para dirigir al caballo nuevamente hacia el pueblo —Y como veo que JaeWook solo te llevó un cambio de ropa, me haré cargo personalmente de entregarte unas prendas más, ya sabes, solo lo necesario.
—¿No fue usted el que dejó la ropa en la habitación mientras yo dormía? — preguntó con cautela, esperando una respuesta que llegase a calmarlo.
—No, desde temprano estuve algo ocupado con un poco de papeleo, pero le pedí a alguien confiable que que te dejara las vestiduras. ¿Ocurrió algo malo con eso? Él no me comentó nada.
Confiable. Sí, claro.
Jimin tuvo que morderse la lengua para no soltar ningún comentario sospechoso ni nada por el estilo. Le bastó con una simple negación en voz alta, y un "está bien" para que el alfa no dijera más del tema. No tuvo la oportunidad de negarse en esa ocasión, pero pediría personalmente que no le diesen prendas tan delicadas, ya se inventaría una excusa para ello.
—Entonces, ¿ya me dirás por qué se mudaron?
Se recordó a sí mismo contar hasta mil de ser necesario para no pensar en el desastre que era su cabeza, cerró sus ojos y lo único que podía percibir era el sonido de los pasos del corcel. Y muy en su interior pudo confirmar lo única que había sido la sensación; solo por un corto instante todo mal pensamiento o mal presagio desapareció. En su mente solo era él sobre un magestuoso caballo blanco y bajo el gran firmamento repleto de suaves tonos coloridos propios el atardecer, algunos suaves rayos de sol abrasador rozando con delicadeza su cabello, su rostro, el de ambos. Solo en ese momento se permitió desligarse de cualquier preocupación, y sin estresarse realmente por la persona cuyo torso le regalaba estabilidad para no caer al suelo en aquella cabalgada hacia el palacio, sin pensar en algo más que lo cómodo que se sentía al recostar su mejilla contra la amplia y firme espalda del rey, se abrió al futuro.
Se dispuso a dejar venir cualquier situación venidera, sabiendo que estaba haciendo lo correcto, que estaba del lado justo, del lado bueno; que actuaba por y para su pueblo.
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Bueno bueno.
Siento que me llevó un año terminar este capítulo, pase días y días escribiendo escena por escena, parte por parte, y a pesar de que no estoy del todo conforme con el resultado, siento que no quedó del todo mal, ¿Qué les pareció este capítulo?
Jimin tiene una desconfianza que es algo extremista, pero que creó para alejarse de las malas situaciones.
Yoongi sigue pensando que JaeWook es diferente.
La madre de Jimin dijo cosas bastante coherentes, ¿No creen? ¿Qué piensan de ella? (Nuevo personaje desbloqueado).
Para Jimin, sus padres lo son todo, porque son las únicas personas que lo amaron sin importar qué.
Y sólo los verdaderos observadores se dieron cuenta de que le cambié el aroma a Jimin uwu antes era solo vainilla, pero se lo cambie a frambuesa e hibisco, todo porque me compré una crema corporal con ese olor y me encantó, es muy dulce xd ya estoy en proceso de editar esa parte de los capítulos anteriores.
Para los que no se dieron cuenta, ¡Daechwita ya cuenta con un BookTrailer y nueva portada!
Hace unos días estaba aburrida y me puse manos a la obra con el BookTrailer (que, por cierto, creo que quedó decente).
Pero la hermosa portada fue obra de
youknow_x_iknow ❤ (que si está leyendo esto, muchísimas gracias uwu).
Si ven algún error, no duden en avisarme.
Gracias por leer 🌺
–Dovely/DiMo.
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