t r e i n t a y t r e s


Meses atrás Taehyung se había encargado de que uno de sus armarios se transformara en su nido, algo que muy común y necesario durante el embarazo de los omega, debido a que este los hacía sentir seguros, su aroma combinando con el de su alfa les traía paz y calma en los momentos mas tensos y de estrés, el omega se había encargado diligentemente que este estuviera lleno de sus aromas, que fuera lo más cómodo posible para poder habitarlo cuando quisiera, pero la función más importante de un nido llegaba justo después, cuando el pequeño cachorrito salía del vientre de su madre o padre.

Los primeros días luego del nacimiento de los bebés eran bastante decisivos, porque solo quedaban dos opciones para el progenitor, o rechazaba a su bebé debido a la depresión post parto o por el contrario, el instinto materno recién adquirido por su lobo omega se hacía sentir a flor de piel, lo cual era difícil de controlar especialmente en las primeras semanas, su lobo cuidaría celosamente de su cachorro así que resultaba algo peligroso visitas de externos porque en aquel momento el omega solo era capaz de reconocer el aroma de su alfa, personas ajenas se considerarían como invasores, por eso se recomendaba utilizar el nido como neutralizador de aquél instinto, ayudaba a mantener a la nueva madre o a el nuevo padre más calmado, siempre y cuando contara con la presencia de su esposo y cachorro 

Por eso un día antes de regresar a su hogar YoonGi se había asegurado de dejar el nido que Taehyung había hecho aun más cómodo, apto para ellos dos y su recién nacido. Una acolchada superficie con ayuda de gruesas sabanas además de varias almohadas, algunos peluches que su omega adoraba, considerando que esto podría gustarle y por supuesto lo más importante, lleno del aroma de ambos.

Como era de suponerse luego de llegar del hospital se dirigieron hacía el nido, donde compartirían el tiempo que Taehyung considerara necesario, aunque YoonGi esperaba que no fuera demasiado porque solo tenía una semana y media de permiso en el trabajo, le partiría el corazón si el omega de su esposo asumiera que lo había abandonado.

—¿Te sientes cansado? —preguntó el mayor en un suave susurro, su omega se encontraba recostado a su lado, descansando su cabeza en una de las almohadas en tanto una de sus manos acariciaba la espaldita del bebé que se encontraba recostado sobre el pecho de su padre alfa.

Taehyung apenas asintió, continuando con su tarea de dejar caricias por la corta extensión de la espalda del bebé, era bastante pequeño, por el tamaño de su panza esperaba que fuera un poco más grande pero a veces las apariencias engañan y en cambio tuvo una pequeña y adorable masita, la cual amaba con todo su corazón.

—¿Por qué eres tan precioso? —el omega en cambio, hablo directamente al cachorrito, que buscaba instintivamente la voz de su padre, mirandolo con bastante curiosidad, no entendía el mundo exterior aún, por ahora sus padres eran su pequeño mundo.

El omega no sabía explicar la sensación que le causaba la imagen, su bebé en posición fetal descansando en el pecho  de el hombre que amaba, le hacía olvidar de a poco lo miserable que se sentía hace un tiempo atrás, mucho antes de que Jimin llegara a sus vidas.

Podía verlo muy bien, pero le costaba un poco creerlo, porque se encontraba tan feliz.

—Tae-ah, deberías dormir, has dormido muy poco —regañó YoonGi, o por lo menos pretendía ser un regaño —sé que no quieres dormir cuando está despierto, pero yo estoy aquí, no te preocupes.

El alfa no tardó en notar aquello, llenándose un poco de preocupación, el omega se negaba a dormir en cuanto el cachorro estuviera despierto, sabía que el bebé necesitaba de especial cuidado pero esto podría ser perjudicial para su salud, él debía descansar, más aún luego de lo trabajoso que llegaba a ser el parto, ahora lo que menos quería ni necesitaba era que Tae enfermara.

—Es que... no lo sé, no he podido dormir, no sé si es por la emoción, o por lo inquieto que se siente mi omega hasta ahora, está muy alerta y es casi imposible dormir sin que esté así de inquieto —se quejó el menor, suspirando al terminar, no era que no quisiera descansar, era que no podía.

—Bueno, puedes intentarlo ahora —alentó el mayor —Quizás estar en el nido te ayude, necesitas descansar, yo estaré aquí.

Taehyung puchereó, pero sabía que su esposo tenía la razón, no podría cuidar bien del cachorro si no descansaba adecuadamente, acarició una última vez su espalda y su cabecita, sonriendo un poco por el trajecito que tenía, era de gatitos, un regalo del tío Jin, se acomodó de la forma que le parecía más cómoda y cerró los ojos, en un intento de entrar por fin al mundo de los sueños.

Y así hubiera sido sino fuera porque el agudo chillido llegó a sus oidos, no exageraba cuando decía que habían pasado al menos cinco segundos desde que cerró sus ojos, era como si el chiquillo supiera que iba a dejar de prestarle atención por un rato. Taehyung abrió los ojos de golpe, incorporandose lo más rápido que su cuerpo le permitía.

Era allí cuando comenzaba el dilema, su pequeño lloraba y los dos entraban en  pánico involuntario ¿que tendrá? ¿que debo hacer? ¿es hambre? ¿le dolerá algo? Tantas preguntas se formaban en cuestión de segundos, una reacción completamente normal considerando que eran primerizos y estaban dando lo mejor de sí por su cachorro, así que no descartaban ninguna opción.

YoonGi se había incorporado también, tomando todo el cuidado posible, tratando de no lastimar al pequeño Jimin, que sollozaba como si no hubiera un mañana, entrenando sus pequeños pulmones

«Que buenos pulmones tiene» pensaba YoonGi, sorprendido por la potencia del llanto de su hijo «Podría ser un buen cantante en un futuro»

Ambos miraban la cara de su hijo tornarse roja a medida que sus gritos aumentaban, y bueno era la primera vez que lloraba de esa forma fuera del hospital, debían intuir que ocurría por si mismos.

—Debe tener hambre —señaló YoonGi, acomodando mejor al bebé, para poder ver su rostro, meciendolo y siseando en un intento de calmar su desesperado llanto.

Taehyung casi sollozó junto al cachorro, con solamente pensar en alimentarlo ya dolía, había tenido la oportunidad un par de veces y ni una de estas fue una buena experiencia, pero tenía bien sabido que así era al principio, aunque tener el conocimiento de ello no lo hacía más ameno la verdad, como padre debía hacer demasiados sacrificios y este era uno de ellos.

—Si, ya es su hora, fue irresponsable de mi parte querer dormir justo ahora —se reprochó el omega.

Comenzó a desabotonar los primeros botones del suave pijama que YoonGi le había regalado el día del nacimiento de Jimin, con el propósito de que la usara por comodidad, era ligera y confortable, además perfecta justo para ese preciso momento, sostenía la tela presionando fuerte sobre esta, indeciso en si debía  dejarla caer.

—Si hacemos esto a un lado —fue YoonGi quien terminó de hacer a un lado la tela de la camisa, dejando su pezón expuesto —podrá comer.

Con cuidado le pasó al cachorro que seguía llorando por atención, Taehyung lo tomó acomodandolo como le habían indicado en el hospital, con su cabecita derecha para que tuviera un mejor agarre, así no lo lastimaría tanto, lo acercó lo suficiente y en cuestión de segundos Jimin movió su boquita envolviendo el pezón de su padre, el llanto cesó, dejando en su lugar un agradable silencio que hizo a sus padres suspirar con tranquilidad, el omega se quejó un poco, dolía pero su cachorro se mantenía succionando con desespero, aliviandose cuando por fin el líquido comenzó a salir, dandole por fin lo que quería.

YoonGi miró a su esposo morder su labio en cuanto alimentaba a su cachorro, se sintió mal nuevamente, era Tae quién se llevaba la peor parte de la paternidad y no había algo que pudiera hacer para cambiarlo, por ello trataba de ayudarlo en todo lo que pudiera, nunca tendría como agradecerle todo lo que hacía por su pequeño, nueve meses albergandolo, un doloroso parto y la horrible experiencia de amamantar por primera vez.

Se acercó un poco más, para llegar a su lado y poder abrazarlo como podía, sin estorbarle pero tratando de hacerle saber que allí estaba para él, que lo apoyaba y que apesar de no sentirlo, su dolor era el suyo. El cachorro tenía sus ojos abiertos mirandolos atentamente, luciendo tan inocente como un cachorro debería, su naricita se mantenía pegada a su pecho, tanto que parecía difícil llevar a cabo la respiración y succionar al mismo tiempo.

—Míralo es un desesperado —dijo en un susurro el omega con voz calmada, no siendo acorde con sus expresiones —no sabe que me está matando de dolor.

—Compré la crema que recomendó el doctor, luego de que Jimin se duerma puedes ponertela, eso te ayudará —informó el alfa —Si quieres te ayudo.

El menor no entendió si se trataba de una broma en ese momento, pero se rió, estaba loco si creía que lo iba a dejar tocarlo estando así de sensible, podía terminar mordiendole un dedo.

Cuando volvió en sí, se sintió un poco tímido de la mirada de su esposo, aunque fuera un tanto ilógico, le resultaba un tanto raro y le apenaba un poco, pero YoonGi pensaba todo lo contrario le resultaba una tierna escena.

—Jimin-ah, agradece que no tengo problemas en compartir —bromeó un poco el alfa, en un intento de animar el ambiente, a la vez que dejaba a su cachorro tomar su dedo en su pequeña manito.

—¡YoonGi! —regañó, el aun más apenado y sonrojado Taehyung.

Ola y adioz

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