t r e i n t a y o c h o
Las manos del omega temblaban un mientras le pasaba el bolso al mayor, este tenía al pequeño ser recostado contra su pecho, dormido como un dulce angelito, no iba a mentir, estaba más nervioso que nunca.
—Podrias confiar un poco más en mí —se quejó Seokjin, colocando el bolso con las cosas del pequeño Jimin en su hombro.
Taehyung negó repetidas veces.
—No es eso, o bueno, no sé ahora me hiciste pensar en que es su primera vez durmiendo lejos de nosotros —comenzó a divagar el omega menor, mirando a Jin con nerviosismo, este suspiró.
Llevaba al rededor de diez minutos escuchando una inmensa lista de cuidados, desde revisar su pañal cada cierto tiempo a como hacerle masajes en la barriguita con su aceite especial en caso de que vuelva a constiparse.
—Solo serán dos días, estoy seguro de que pasará rápido —habló calmo y con un tono de voz bajo para no perturbar el sueño del bebé —. No sobrepienses mucho, podría generarte ansiedad. Te prometo que está en buenas manos, ¿quién cuida bebés mejor que yo?
Taehyung dudó en si debería responder eso no.
El omega miró a su cachorro descansando y su corazón se comprimió al pensar en tenerlo lejos de él, poco tiempo, pero igual lejos. Habían pasado tres meses en los cuales nunca se había separado de su hijo.
Sintió un pequeño temblor y un calor acumularse en su vientre, en seguida feromonas provenientes de él se soltaron flotando del aire, acariciando la nariz del otro omega que frunció el ceño. Taehyung le miró apenado y con tonos rojizos en sus mejillas.
Estaba teniendo un momento difícil, hace unas horas que todas esas sensaciones se volvían cada vez más intensas.
—Empieza a apestar, mejor me voy ahora —soltó Jin, dando los pasos que lo separaban de la puerta y tomando el pomo —. Por favor no te preocupes tanto, estaré al pendiente del teléfono cualquier cosa, ahora solo preocúpate en pasarla bien.
Las mejillas del omega ardieron con más fuerza, como si fuera un puberto que acababa de descubrir los relaciones sexuales.
—Bien, bien —dijo tratando de estabilizar su pulso, se acercó rápidamente para dejar un beso en la mejilla gordita de su bebé.
—Seguro Jimin no te extrañará demasiado, ya que estará con su tío favorito —bromeó el mayor, saliendo finalmente, abriendo la puerta del auto donde la alfa lo esperaba.
—Ese es Hoseok —tambien bromeó, observando a su mayor colocando al cachorro en su sillita.
Escuchó un pequeño reclamo de Jin, quién enseguida cerró la puerta trasera y entro en la del copiloto, despidiéndose cortamente de él, mandandole a entrar a casa, pero no pudo hacerlo hasta que el auto salió de su campo de visión. Suspiró y finalmente entró.
Confiaba en Seokjin por supuesto, pero no era fácil despegarse de su cría.
Aún así, su mente comenzaba a llenarse de otras cosas además de su cachorro, y sentía la ansiedad en la punta de sus dedos.
YoonGi no tardaría en llegar y él estaba mas nervioso que nunca. Caminó hasta la habitación que compartían, viendo el montón de ropa sobre toda la extensión de la cama, creando una reconfortante mezcla de olores, sin pensarlo demasiado se lanzó para abrazarse a una de las sudaderas negras de su esposo, hundiendo su nariz tratando de percibir lo mejor posible ese aroma que conocía de memoria, inevitablemente el calor en su cuerpo empezaba a elevarse.
Su primer celo después del nacimiento de su cachorro estaba por empezar y se sentía como su primer celo, con sensaciones que parecía haber olvidado, mucho calor y por supuesto un dolor que comenzaba s molestar. Lloriqueó cuando sintió una puntada en su vientre, definitivamente no sería fácil. Había leído en algún lado que los celos después de tanto tiempo solían ser de esa manera, explosivos.
A pesar de estar adolorido no dejaba de pensar en su nuevo cuerpo, por supuesto ya no era el mismo que su esposo conocía tan bien, muchas cosas habían cambiado y eso lo ponían más nervioso que nunca. Pero su mente se distraía al sentir como de un momento a otro la lubricación natural se hacía presente en su cuerpo.
Con esfuerzo se levantó, caminando hasta el baño de la habitación, con sus piernas temblorosas y como pudo abrió la regadera, empezando a deshacerse, adentrándose de una vez bajo el chorro de agua, jadeando y temblando un poco al sentir el agua sobre su cabeza, seguidamente su cuerpo, en un intento de controlar el calor de su cuerpo.
Las gotas lo refrescaron los primeros minutos, disminuyendo el calor como quería, pero sabía que era cuestión de tiempo para que comenzara a arder de nuevo. Cerró los ojos, intentando relajarse un poco.
Pero la puerta se abrió de repente, haciéndoles dar un pequeño saltito en su lugar, sosteniéndose de la llave de la regadera por el susto.
— ¿Qué haces? —fue lo primero que comentó su esposo en cuanto se deshacía de su camisa.
—¿Tú que crees? —respondió con sarcasmo.
YoonGi soltó una risita, bajando sus pantalones junto a su ropa interior, quedando totalmente desnudo y entrando por completo al baño, pateando la ropa que había quedado en el suelo, y cerrando la puerta tras de sí. Entró también a la regadera junto al omega, tomándolo por la cintura, para apartarlo un poco y que el agua también cayera sobre él.
Este simple roce hizo a Taehyung gemir bajito, su omega totalmente necesitado de un toque se retorcía por cualquier contacto.
—Umm, ¿tienes mucho rato aguantando, amor? —le dijo, mirando con un poco de preocupaciones a su esposo, con la cara rojiza, tocó nuevamente sintiendo el calor de su cuerpo.
—No creo que pueda aguantar demasiado —informó, colocando sus manos sobre las de YoonGi en su cintura.
El mayor asintió con entendimiento y sin aviso alguno tomó el miembro del omega, para de esta manera ayudarlo a aliviarse, besó su cuello con dulzura y los jadeos y gemidos entrecortados no se hicieron esperar. Taehyung cerró los ojos del placer, era todo lo que necesitaba y su cuerpo deseaba en ese momento.
—Ah, hyung, no esperemos más.
YoonGi estaba encantado por las expresiones de esposo y con solo eso sentía como la excitación también se apoderaba de su cuerpo. Pero no quería lastimarlo por lo que cerró la llave y también soltó al menor, oyendo su quejido. Tomó una de las toallas que colgaban en los percheros del baño y lo envolvió, tomándolo de la mano para salir del baño.
—¡Hyung! —se quejó el omega, y el alfa rió ante el desespero del chico.
Ya estando afuera, lo comenzó a secar como pudo.
—No importa eso —reclamó Taehyung alejándose de él con un empujón, tirándose en la cama que estaba a su lado, sobre el nido con sus ropas que había construido.
El alfa también intentó deshacerse del exceso de agua en su cuerpo, pero se le estaba haciendo imposible teniendo a su esposo en frente suyo, acomodando las plantas de sus pies sobre la cama, con toda la intensión de provocarlo. Lo recorrió entero con la mirada, su piel un tanto húmeda, los pezones erectos y una tierna pancita.
—No me detalles —le pidió con un poco de inseguridad.
— ¿Por qué no? si eres lo más exquisito que he visto en mi vida —comentó, lanzando la toalla a donde sea que cayera para acercarse a la cama, como un enorme tigre acechando a un adorable conejo.
Se ubicó sobre él, separando sus piernas para estar justo entre ellas. Los brazos del omega no tardaron en rodear su cuello, intentando acercarlo lo más posible.
—Sabes que no es así, ya no es lo mismo.
YoonGi negó, hundiendo su cabeza en su cuello, besando delicadamente sobre este y pasando su lengua sobre la marca del lazo que los unía.
—Es mucho mejor que antes —sus manos bajaron a acariciar los muslos del menor, arrancándole un par de gemidos —. Mucho mejor.
Taehyung quizás podría olvidar esas palabras al estar en el calor del celo, pero su alfa no se cansaría jamás de repetirselas, lo consentiría de todas las maneras posibles.
Después de unos cuantos besos más se separó del dulce local donde sobreabundaba el aroma del omega para tomar ambas piernas de su esposo, desde su lugar tenía la mejor vista, su omega con el cabello desparramado sobre el colchón, ojos cristalizados mirándolo con deseo. Notó entonces que estaba mucho más sensible de lo que recordaba, cualquier zona de su cuerpo parecía ser erógena.
—Hazlo ya, deja de ser tan lento —reclamó.
Y sabía que no era más que los efectos del celo, su omega y lobo se alteraban queriendo ser fecundados, bajó su vista observando la humedad salir de su entrada, por supuesto que estaba mas que listo, en el celo no era siquiera necesario prepararlo anticipadamente, su cuerpo se encargaba de eso.
Con un ápice de maldad guió ambas piernas hasta sus hombros y se inclinó, probando la elasticidad del omega que gimió sorprendido.
—Yoon... —reclamó casi en un susurro.
—Te amo —respondió simplemente, besando sus labios con dulzura.
—Yo también... —dijo este sobre los labios de su esposo —. Pero métela ya.
La risa de YoonGi no se hizo esperar. Aunque le hubiera gustado tomarse su tiempo, no podía seguir jugando con su esposo porque su dolor iría en aumento y lo que menos quería era darle una mala experiencia de celo luego de tanto tiempo, se alejó un poco, guió su propio miembro hasta la ya conocía entrada de su omega, entrando sin problema alguno, deleitándose ante el gemido y la imagen de Taehyung echando la cabeza hacia atrás del placer. Entonces tomó sus tobillos, el día apenas comenzaba.
hola jaja
nos seguimos leyendo 😅
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