d i e c i s i e t e
Veintidós semanas
Desde que Taehyung había quedado embarazado el número de faltas al trabajo había aumentado, debido a los malestares que le imposilitaban asistir con la frecuencia necesaria había descuidado un poco su trabajo, y a pesar de tener un buen puesto en la empresa no quería confiarse, así que ese día había ido.
Tenía bastantes cosas acumuladas y clientes insatisfechos, así que se podía decir que tenía trabajo de sobra, así que solo fue llegar a su oficina para ponerse manos a la obra mientras revisaba todo lo que Jaehwa había ordenado para él.
Trató de llevar las cosas con calma, el estrés no sería bueno para él ni para su bebé.
—¿Entonces si es niño?— preguntaba Jin mientras el seguía tecleando en su computadora, sumido en su trabajo.
—Si, ya te lo había dicho hyung— contestó sin mirarle.
Jin estaba en su hora de almuerzo, y como Taehyung prefirió no salir para continuar trabajando decidió llevarle la comida a la oficina al menor. No quería que trabajara tanto sin siquiera dar bocado.
—Taehyung, es hora de descanso, continúa luego.
Taehyung negó y tomó sus palillos para llevar algunos fideos a su boca, al menos comía.
—Tengo muchas cosas que hacer, prefiero adelantar más de la cuenta, así los siguientes días estaré más despejado— echó su silla un poco hacía atrás y cerró los ojos disfrutando de la comida por un momento.
—Bueno, pero recuerda que tienes un cachorrito ahí que no le viene nada bien que estés estresado ni agotado — advirtió pasandole el jugo de manzana que le había traido— por otro lado ¿cómo va todo con YoonGi?
El omega menor asintió volviendo su concentración a la computadora.
—Bien, YoonGi se está portando como antes y bueno, ya sabes, el matrimonio no es cosa fácil pero ambos tratamos de cooperar para que el nuestro no se vea afectado.
Jin asintió escuchando sus palabras, y levantandose de la silla, dentro de poco debía volver al trabajo.
—Bueno, por eso no pienso casarme— comentó el mayor.
Kim menor sonrió negando, sabía muy bien que hoy en día muchos preferían no casarse, temiendo por pasar por un desastroso divorcio, pero él y YoonGi habían decidido casarse tan enamorados y hasta el día de hoy se sentían igual, agregando a la personita que vivía en su vientre por ahora, se podía decir que tenían todo lo que querían.
—Me voy, no debe tardar en llegar la supervisora gritando como bruja como siempre — dijo Jin caminando hacia la puerta de la oficina —Cuidense, y no te presiones tanto ¿Si, Tae? Descansar no le hace mal a nadie.
El omega solo asintió sin mirarlo, siguiendo con su trabajo, podía sentir los movimientos de su hijo y como segregaba suaves feromonas, estas olian a leche y talco, quizás.
Al parecer el pequeño estaba relacionando su estrés con alguna enfermedad, como aquella vez que lo hacía cuándo estaba triste.
Él siemplemente sonrió acariciando al pequeño inquieto.
—¿Tú también quieres que pare un rato no es así?— susurró a su panza, sin parar de acariciar, sintiendo los movimientos debajo de su panza, como si le contestara.—hey, tranquilo, papá está bien, solo es trabajo.
No evitó pensar que el cachorro lo cuidaba bastante, pesar de no ser realmente consciente de las cosas, siempre estaba allí recordándole su existencia. Quizás podía tratarse de un pequeño alfita.
Ojalá YoonGi estuviera aquí para sentirlo, se preguntó que estaría haciendo el mayor en esos momentos.
🌼🍃🌼🍃🌼🍃🌼
El alfa miraba su laptop con concentración, había terminado ya con su trabajo en la empresa, pues desde que terminó su último libro no había mucho que hacer, leer algunas obras que la editorial seleccionaba de una página de lectura y escritura gratuita y aprobar aquellas que tuvieran potencial según él.
Como había terminado trabajaba en un proyecto personal, en el cual estaba poniendo todo su empeño, pero sus ojos ya estaban un poco cansados, así que cerró el archivo, y seguidamente su laptop.
Miró su teléfono, encontrándose decenas de mensajes no leídos, pero no de su esposo, quizás aun estaba trabajando, así que lo dejo pasar.
Se estiró en su silla y comenzó a guardar algunas de sus cosas en su maletín, pero antes de siquiera levantarse, la puerta sonó con suaves toques. Suspiró esperando que no fuera el gerente para pedirle algún trabajo extra cuando se supone que iba de salida.
—Adelante— dijo con voz aburrida, ya deseaba llegar a casa y ser envuelto por el aroma de su esposo mientras ambos tomaban una siesta luego de un día de trabajo.
La puerta se abrió con cierta lentitud, mostrando una cabellera azabache y YoonGi supo quien era, tensandose.
—Hyung, lamento irrumpir.
No odiaba a Jungkook, pero debía admitir que trataba de estar lo más lejos posible del joven omega, ya suficiente problema le había causado.
—Mnm, no, no, está bien — aclaró la garganta levantándose de su asiento —¿sucede algo?
Cabía decir que el chico no se notaba bien, con los ojos algo hinchados y la piel más pálida de lo normal.
—Solo necesito una firma de usted, la van a digitalizar para la revista que sacaran pronto.
El alfa bufó, no pudiendo creer que no la tuvieran ya. Jungkook le tendió un papel y un bolígrafo, su mano estaba temblorosa.
Cuando YoonGi tomó las cosas el omega se sintió mareado, y su cabeza comenzó a dar vueltas, todo el día había estado sintiéndose mal, pero parecía haber llegado al tope.
—¿Jungkook?—preguntó el alfa al verlo, pues se había recargado de la pared con dependencia —¿Que te pasa?
—YoonGi, debes irte.
—¿Que?— preguntó dejando la hoja a un lado, pero sin soltar su maletín— llamaré a alguien para que te lleve al médico parece que estás mal, iré a...
Jungkook negó con vehemencia, y sollozó asustando al mayor, estuvo a punto de acercarse, pero el aroma del joven omega comenzó a extenderse, y las feromonas no tardaron en atacar.
Estaba entrando en celo justo allí.
YoonGi no evitó pensar que tenía muy mala suerte, maldijo por lo bajo cuándo también comenzó a marearse.
Ola.
Capítulo corto...
Nos leemos pronto, besos
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