Extra #2

Hoy es el primer cumpleaños de mi hermanito. Habrá una fiesta en nuestra casa; vendrá nuestra familia, amigos de nuestros papás, y algunos vecinos que también tienen niños pequeños. Melissa también vendrá con su mamá y su hermanito, y será la primera de mis amigos en ver el gran cambio que me hice en el cabello gracias a que mi papá por fin me dejó teñirme, porque ya estoy grande, es decir, cumpliré quince el próximo mes.

El sábado estábamos viendo viejos álbumes de fotos de mi papá y Frank cuando eran adolescentes. Frank se parecía a una rata, mucho más de lo que se parece ahora; era pequeño, escuálido, no tenía tantos tatuajes como ahora y tenía los lados del cabello teñidos de rubio. Pero lo que llamó más mi atención eran las fotos de mi papá con las raíces teñidas de un bonito color turquesa.

— Tuviste ese estilo de cabello como veinte años antes que Billie Eilish ¡Eres todo un revolucionario! — Le dije, haciéndolo reír. Fue en ese momento que decidí que, si iba a copiarme de alguien, mejor que fuese alguien tan radical como el hombre que me dio la vida.

Fue papá quien me cortó el cabello; siempre lo he llevado largo y ahora lo tengo por encima de los hombros, también fue quien lo tiñó de negro con las raíces de color turquesa. No he publicado ninguna foto ni pienso hacerlo; quiero regresar a la escuela cuando terminen las vacaciones de primavera y sorprender a todos.

Y ya sé que siempre habrá alguien que me va a comparar con Billie Eilish, pero cuando eso pase, les diré: "Pues no mi ciela", y les mostraré una foto de mi papi.

También estoy segura de que habrá alguien de mi salón que vaya a decirme que me corté el cabello para "cerrar el ciclo", porque por alguna razón, cada cosa que hago, para los demás, tiene que ver con el hecho de que rompí con mi novio hace dos meses. Y es un poco molesto, porque Aidan y yo vamos muy tranquilos por la vida, y son los demás los que están como: "OMG ¡¿TERMINARON?!".

Sí, terminamos, pero no es gran cosa... El hecho de que fuera algo de mutuo acuerdo me ahorró muchas lágrimas.

El sentimiento se fue tan fácil como llegó alguna vez. Un día, simplemente dejé de sonrojarme, dejé de sentir mariposas en el estómago por cada pequeña cosa, sus besos dejaron de emocionarme... Y al principio estaba triste, porque en serio llegué a creer que estaría enamorada de Aidan para siempre. Lo juro. Todas las noches fantaseaba con que nos casaríamos, tendríamos cinco hijos, tres perros, y viviríamos en el sur de Francia... Y al final, nuestro noviazgo ni siquiera duró un año, pero CASI, de hecho, si aún estuviéramos juntos, en unos días sería nuestro primer aniversario, y para una relación de secundaria, no está nada mal; las relaciones de mis compañeros duran máximo tres meses.

Siempre supe que los sentimientos románticos mueren y fin, pero solía creer que para dejar de amar a alguien debía haber problemas, PELEAS, y nosotros no tuvimos nada de eso.

Las únicas relaciones que tengo como punto de referencia son las que ha tenido mi papá y ambas conforman un extremo; su relación con mi mamá se volvió caótica y agotadora emocionalmente, y su relación con Frank es ese romance perfecto que dura para siempre. Mi relación con Aidan está en el medio de esos extremos; nunca peleamos, no nos odiamos, estuvimos muy enamorados, pero un día simplemente ya no.

Y está bien... Aún hablamos, seguimos siendo amigos, y somos como los padres divorciados de un árbol que plantamos en el verano y que llamamos Herbie. Además, desde que terminamos, en serio nos sentimos más "libres".

En Halloween tuve una gran crisis existencial porque sentía que, mientras él está muy enfocado en su futuro y está haciendo mil cosas, yo sigo exactamente igual, y siento que me quedo atrás si me comparo con él. Esa noche, hablamos al respecto, y realmente hubo cambios desde entonces; él puso mucho más de su parte. Todos los días después de la escuela, tiene que ir al restaurante donde trabaja de mesero hasta las siete, luego, al llegar a casa, se la pasa estudiando hasta tarde en la noche, y a pesar del agotamiento, antes de dormir, siempre se tomaba el tiempo de escribirme. Muchas veces utilizó el único día libre que tiene a la semana para llevarme a citas, y fue algo que aprecié mucho, pero luego entendí que cumplir mis expectativas, representaba cierto tipo de presión que no le imponía yo, sino él mismo, porque no quería que me sintiera triste o desplazada.

Asimismo, él también tenía expectativas de mí que yo no podía llenar. Desde que él cumplió diecisiete, la diferencia de edad, a pesar de ser de tan sólo tres años, se convirtió en una brecha bastante grande. Los chicos de diecisiete piensan en "otras cosas", y esperan de sus novias más que sólo besos, ¡Y yo estoy chiquita! No es que alguna vez me haya forzado a hacer algo que no quisiera; nunca lo ha hecho. Pero el punto al que quiero llegar es que estábamos en sintonías muy distintas, con expectativas que ninguno de los dos podía cumplir al 100% 

Ahora, siendo sólo amigos, estamos mejor, porque no estamos obligados a cumplir expectativas; siempre nos vemos en la escuela, y no es necesario que estemos hablando por teléfono todo el tiempo o que tengamos que estar juntos los fines de semana. Aun así, Aidan es el mejor novio que he tenido, y sé que ha sido el único novio que he tenido, pero le dejó las expectativas bastante altas al próximo chico del que vaya a enamorarme en un futuro.

Él cumplirá dieciocho en septiembre, irá a la universidad en Nueva York, por lo que se mudará allá. Y yo aún no sé qué quiero hacer con mi vida, y no es que no me preocupe mi futuro sino que, justo ahora, no es lo primordial pensar en eso. Lo más probable es que estudie Arte, pero por ahora, sólo soy una niña como cualquier otra... El único futuro en el que pienso es uno en donde me caso con Remington Leith, tenemos cinco hijos, tres perros y vivimos en el sur de Francia.

...


Después de seguir mi rutina matutina que incluye exprimir granos de mi rostro (sé que está mal, pero no puedo evitarlo), me cambié de ropa y salí de mi habitación, yendo directo a la cocina para comer algo.

Me sorprendí al encontrar a mi familia desayunando en el comedor.

— Okay... O yo me levanté muy temprano, o ustedes se levantaron muy tarde. — Dije.

— Buenos días para ti también, cielo. — Dijo Frank sarcásticamente, antes de levantarse y servirme el desayuno; iba a hacerlo yo misma, pero ya que insistió, sólo tomé asiento en mi lugar de la mesa.

Solté una risa tonta cuando me fijé en cómo mi papá hace muecas graciosas mientras alimenta a Miles con su puré de manzana.

— ¿Dónde está Cherry? — Le pregunta al bebé, quien la busca con la mirada y apunta con su dedito hacia donde CREE que está Cherry. — No, cariño, esa es Lily.

Reímos cuando Miles negó con la cabeza.

— ¡Chely! — Dijo sin dejar de señalar a Lily.

— No, príncipe. — Lo corrige mi papá mientras mantiene una tierna sonrisa. — Ella no es Cherry, es Lily.

Miles volvió a agitar la cabeza diciendo:

— No-no... ¡Chely!

— ¿Y dónde está Bandit? — Le pregunta Frankie.

— ¡Ban-ban! — Exclamó señalándome.

— ¡Muy bien! — Frankie le dio un beso en la mejilla.

En eso, Lois entró al comedor.

— ¿Y dónde está Lois?

Esta vez, el bebé comenzó a ver hacia todos lados, hasta encontrar a Lois.

— ¡Wois! — Apuntó su dedito hacia ella.

Dato curioso: Nuestros papás tardaron semanas enteras tratando de hacer que la primera palabra de Miles fuese "papá", pero cuando el momento de la verdad llegó, su primera palabra fue "Wois", queriendo decir "Lois".

— ¿Y dónde está el cumpleañero? — Le preguntó mi papá.

Miles lo mira con extrema confusión, pues no sabe lo que "cumpleañero" significa.

— ¡Eres tú, bebito! Tú eres el cumpleañero. — Le sonríe.

Entonces Miles se queda boquiabierto, y se señala a sí mismo, como queriendo decir: "¿Yo?".

— ¡Así es! Tú eres el cumpleañero. — Respondió mi papá con entusiasmo antes de llenar de besos las mejillas del bebé.

Mi papi es tan tierno... No puedo esperar a que vea el "pequeño proyecto" en que las gemelas y yo estamos trabajando, porque seguro llorará de felicidad. Su cumpleaños es en tres días, y estamos preparando una sorpresa para él; ya que él se dedica a escribir cómics y fue quien influyó en mi afición por ellos desde que era pequeña, decidí hacer uno para él con ayuda de las gemelas.

Lo llamamos: "Por qué papi Gee es un superhéroe". El nombre está sujeto a cambios. Después de tanto pensar, no se me ocurre un nombre de superhéroe para mi papá, lo cual es algo frustrante porque él es muy creativo para inventar nombres, y a nosotras no se nos ocurrió nada bueno... Y ya que no tenemos mucho tiempo, dejamos el tema del nombre para después. Lo peor es que, si el cómic se tratara de Frank sería más sencillo, porque podría ser Ratman y ya.

Pero por ahora, el nombre del cómic no importa, sino el contenido; incluimos nuestros mejores momentos con papi Gee. Fue muy difícil escoger sólo uno de tantos. Yo elegí mi primer día de clases cuando regresé a Jersey, porque volví a la misma escuela donde, si bien estaban mi (ex)novio y mi mejor amiga, también estaban todas las personas que en algún momento me hicieron mucho daño, es decir, Bronx y sus amigos; y aunque sabía que ahora estudiaría en otro salón, el hecho de estar en la misma escuela que esas personas aún me asustaba y me traía malos recuerdos.

Cuando me acompañó hasta la entrada, mi papi, con su sexto sentido, adivinó cómo me estaba sintiendo en ese momento, y me tomó de los hombros, me miró a los ojos y sólo con el poder de sus palabras, me hizo recuperar la confianza en mí misma, pues se encargó de recordarme cuánto valgo y cuánto he mejorado como persona con el transcurso de los meses; me dijo que está orgulloso de mí, y perdí mi miedo de entrar a la escuela gracias a que él me aportó la fuerza que necesitaba.

Lily escogió un momento muy significativo para su corta vida, que fue cuando le diagnosticaron trastorno de déficit de atención hace unos meses y nuestros papás comenzaron a ir con ella a sus terapias. Papi Gee, para mostrarle a Lily que todos la apoyamos, organizó una noche de juegos en familia todos los viernes, donde solemos armar rompecabezas, y jugar juegos de mesa que ayudan a trabajar la percepción visual, la asociación o la concentración en niños con TDA y TDAH.

Cherry, por su parte, tiene una cosita en común con mi papá, que es el miedo a las agujas. En noviembre estuvo enferma, y había que hacerle unos análisis de sangre, por lo que tuvo una pequeña crisis; ya que es una niña muy tierna, juró golpear al doctor si le sacaba sangre, ¿Qué hizo papi Gee? Aparte de recordarle a Cherry que la violencia no resuelve nada, se ofreció a que le sacaran sangre a él, para que ella viera que "no es gran cosa", y aunque yo sabía que en el fondo estaba a punto de vomitar, lo hizo muy valientemente, y no mostró dolor ni miedo en el exterior, por lo que le aportó a Cherry un poco de valentía. La hizo pensar: «Si Gee puede, yo también». Y por si fuera poco, estuvo tomando su manito todo el tiempo para que no tuviera miedo.

Decidimos incluir a Miles en nuestro proyecto a pesar de ser un bebé, y para su historia, dibujé una pequeña secuencia de lo difícil que fue el embarazo de mi papá, con escenas donde se muestran sus síntomas como náuseas y demás, sus cambios de humor que nos afectaban a todos, sus intensos dolores de espalda, y su preocupación con respecto a que Frankie tuviese que encargarse solo del caos que era nuestra casa. Y finalicé con que cada una de las dificultades valió la pena cuando por fin pudo traer al mundo al pequeño Miles. Dibujé varias viñetas de él cuidando al bebé durante su primer año de vida, incluyendo una tierna ilustración de él y Frank, donde están de rodillas sobre la alfombra de nuestra sala, cada uno en un extremo, y Miles aparece en medio de ellos dando sus primeros pasos.

Frank aparece en muchos de los dibujos que forman parte del cómic, por lo que se me ocurrió que éste tuviese una segunda parte que haremos para el día del padre, donde incluiremos nuestras aventuras con Ratman y cómo él también nos ha salvado en muchas ocasiones. Así que esta segunda parte tendrá muchas más hazañas heroicas de nuestros dos papás.

Las gemelas y yo, con la excusa de que las estoy ayudando con "un proyecto de la escuela", pasamos el resto de la mañana coloreando las viñetas en mi habitación. 

Si quieren saber cómo es mi relación con las gemelas hoy en día, diría que es como un campo de flores que esconde una que otra mina terrestre.

Dentro de cinco meses se cumplirán dos años desde que mi papá y yo vinimos a vivir con Frank y sus hijas, y durante ese lapso de tiempo, entre tantos altibajos, mis hermanos se convirtieron en una parte muy importante de mí. Muchas veces lo tres me sacan de quicio, sobre todo las gemelas, porque a veces les encanta molestarme adrede. Y aun así, a pesar de las peleas, no me imagino siendo hija única otra vez.

En ocasiones, me genera un poco de molestia ver que ellos obtienen bastante atención por parte de nuestros papás al ser más pequeños, pero he aprendido a superarlo rápido, pues recuerdo que yo soy la hermana mayor y que mi deber es proteger a mis hermanitos y darles un buen ejemplo. Quiero que Lily, Cherry, y Miles, crezcan y digan: «Quiero ser como Bandit». Quiero tener con ellos una relación tan bonita como la que mi papá tiene con mi tío Mikey, pues aparte de quererse tanto, sienten mucha admiración y respeto mutuo.

Además, estoy consciente de que mi familia podría seguir creciendo, pues mi mamá comenzó a salir con un hombre y parece que la cosa va en serio... Imagínense que se casan y tengo otro hermano o hermana; voy a ser la reina de las hermanas mayores. Aunque primero debo aprobar a ese tipo, porque aún no lo conozco, pero lo tengo vigilado... Así es, lo he stalkeado.


...


La fiesta de Miles empezó a las dos de la tarde. Melissa llegó una hora después; su mamá y su hermano fueron hasta el jardín con mis papás y los demás invitados después de que los saludé amablemente, mientras que mi mejor amiga y yo nos quedamos un momento en la sala.

— ¿Y? — Pregunté jugando con mi cabello, mientras ella no paraba de mirarme sin decir una sola palabra. — ¿No me vas a decir nada?

— Uh... ¿Como qué?

— No sé... Puedes decir lo que quieras, excepto que me copio de Billie Eilish porque si me estoy copiando de alguien, es de Gerard Way; tengo pruebas. — La hice reír. — ¿Te gusta?

— Normal. — Se encogió de hombros, tratando de evadir mi mirada; ¿Es un sonrojo lo que veo en sus mejillas?

— Hmm... Bueno... Siéntate, tengo algo que contarte. — Tomé su mano y la invité a sentarse conmigo en el sofá. — ¿Por qué de repente estás tan nerviosa? — Reí despreocupadamente al notar su lenguaje corporal. — Es como si supieras qué es lo que tengo que contarte.

— ¿De qué... Se trata? — Frunció el ceño un poco extrañada.

— Bien... ¿Conoces al chico nuevo que entró a nuestro curso después de las vacaciones de invierno? ¿Gabe? — Asintió. — Me dijo que le gustas. — Noté cómo pareció decepcionarse... Pero... ¿Decepcionarse por qué? — Él es lindo ¿No te parece? Es medio otaku, pero no es raro, sólo es tímido... Y dice que quiere conocerte, pero no sabe cómo porque si de por sí ya es tímido, imagínate con una chica que le gusta... Entonces... Eso... Si te interesa conocerlo, tengo su número; ustedes dos harían una linda pareja y-

— Pregunta seria. — Me sorprendí ante la interrupción. — ¿Me ves cara de hetero?

Me quedé boquiabierta por un momento; lo dijo todo tan repentinamente que me costó procesarlo.

— Y... ¿Cómo se supone que es la "cara de un hetero"? — Fue lo único que pude decir, aunque fue muy tonto.

— ¿Es lo único que dirás? ¿En serio?

— Bueno... Me tomas por sorpresa... N-No sabía que te gustaban las chicas, ¿Cómo iba a saberlo si nunca me lo dijiste?

— Bueno, y ahora que lo sabes... ¿Eso cambia algo?

— ¿Con respecto a qué?

— No sé... Con respecto a tu opinión sobre mí.

— Obvio no. — Sonreí con tranquilidad. — Estoy un poco en shock sólo porque no me lo dijiste antes... Yo tengo dos papás, ¿Sabes? No me parece algo de otro mundo que te gusten las chicas, ¿Por qué crees que mi opinión sobre ti cambiaría por eso?

— N-No tendría que cambiar exactamente por eso... — La vi sonrojarse de nuevo, y acomodar sus lentes con nerviosismo.

— ¿En...tonces? — Enarqué una ceja. Todo esto es demasiado extraño; no entiendo nada de lo que está sucediendo.

Ella levantó la mirada, y el resto sucedió demasiado rápido: Se acercó y estampó sus labios sobre los míos, separándose rápidamente, supongo que para ver mi reacción, mientras que yo me quedé petrificada; incapaz, no sólo de moverme, sino de hablar. Mis ojos se abrieron tanto, que creí que saldrían volando de sus órbitas.

— ¡Lo siento! — Dijo apenas lo hizo. — Discúlpame, soy tonta, es que... Y-Yo... Bueno... ¡Lo siento! Pero e-es que... No sé... — Nunca la había visto balbucear tanto. — Es que... ¡Agh! No se suponía que haría eso y-yo s-sólo he estado tan nerviosa este último par de meses, p-porque... Sí... Bueno... Y-Yo... Decidí que, si algún día terminabas con Aidan, te confesaría que me gustas ¡Pero es tan difícil porque sé que te gustan los chicos! P-Pero... N-No se suponía que haría esto y ahora s-sólo... — Yo sigo totalmente congelada, y sin duda mi cabeza hará cortocircuito. — Quiero que me trague la tierra en este momento, te lo juro... Dios... ¿Podemos fingir que esto nunca sucedió?

Creo que el hecho de que yo no reaccione debe provocarle más desesperación, pero es que... Es que... ¡¿QUÉEEE?! ¿Yo le gusto? ¡¿YOOOO?! ¿Pero por qué yo? 

Estoy en estado de skoc, en serio... ¡¿CÓMO ES QUE NUNCA ME DI CUENTA?!

— Y-Yo... — Por fin pude decir algo. — Eh... — Ella me mira expectante. — Uh... Eh... Ah... Eh... ¡Se me olvidó algo en mi habitación, ya vuelvo!

Ya que mi cerebro decidió trabarse, salí corriendo como la cobarde que soy.

— ¡Estoy bien! — Grité cuando me tropecé en uno de los escalones y caí de rodillas, pero me levanté al instante, siguiendo mi camino hasta mi baticueva.

Cerré la puerta detrás de mí. 

Realmente me encuentro nerviosa y con la mente hecha un lío entre tantas dudas, pues hay muchas cosas que no entiendo, ¿De verdad nunca pude darme cuenta de que a mi mejor amiga le gustan las chicas, específicamente yo? No sé cómo sentirme respecto.

Sin saber qué más hacer, le envié un mensaje a mi papá diciendo: « ¡Te necesito!».

Me senté sobre mi cama, y admiré mis rodillas, deseando haberme puesto un pantalón en vez de shorts, pues tal vez así, una de mis rodillas no tendría un feo raspón debido a mi reciente caída. Pero el hecho de seguir en shock por lo que acaba de pasar hace que no me concentre en el dolor.

— ¿Estás bien? — Mi papá entró después de tocar la puerta.

— No lo sé... — Suspiré.

— Cariño, una de tus rodillas está sangrando...

— Sólo es un raspón. — Agité mi mano indicando que es una nimiedad.

— Espera un segundo. — Dijo antes de salir de la habitación, lo cual me hizo soltar un suspiro aún más largo que el anterior.

«Se preocupa demasiado». Pensé, y aun así no pude evitar sonreír, porque me gusta que se preocupe.

Un par de minutos después, regresó con el botiquín de primeros auxilios, se puso de rodillas frente a mí, remojó un algodón con alcohol y lo utilizó para limpiar el raspón en mi rodilla, lo cual me hizo soltar un pequeño quejido gracias al leve ardor. Acto seguido, tomó una curita y la puso sobre la herida.

— Listo, como nueva. — Mencionó antes de dejar un besito sobre la curita, lo cual me pareció lo más tierno del mundo. — Entonces... — Tomó asiento a mi lado. — ¿Qué necesitas?

— Un consejo... — Recosté mi cabeza en su hombro. — Acaba de pasar algo tan... Inesperado... Y ahora estoy muy confundida.

— ¿Y de qué se trata?

— Melissa... — Mis mejillas se pusieron rojas al recordarlo. — Ella... ¡Me besó!

— ¡¿Qué?! — Exclamó sorprendido. — ¿En serio? — Asentí frenéticamente. — Wow...

— Lo sé...

— Es decir... ¡Wow!

— ¡Lo sé!

— No esperaba que te lo dijera de esa manera... La creía más sutil.

— E-Espera... ¡¿Qué?! ¡¿Tú lo sabías?! — Me quedé boquiabierta. — ¡¿Ella te lo dijo?!

— No, Bandit... Es que ella ha estado enamorada de ti desde hace tiempo y se nota bastante... Creo que estabas tan ocupada enfocándote en Aidan que no te dabas cuenta de lo que pasaba a tu alrededor.

— ¿Y por qué nunca me lo dijiste?

— No creí que debiera meterme... Siempre pensé que ese tema era solamente cosa tuya y de Melissa. Para mí, lo correcto era que ella decidiera decírtelo, o que tú misma te dieras cuenta.

— Estoy muy confundida... Nunca me he sentido atraída por alguna chica...

— Lo sé...

— Sin embargo, mi reacción cuando Melissa me besó no fue de "no mames qué asco", fue más de "qué pedo, qué pedo".

— ¿Te gustó?

— No lo sé... C-Creo que sí... Todo fue muy rápido... Y muy... Wow... Pero no me desagradó... Entonces... Agh, ¡No sé! ¿Qué se supone que haga? Ahora no sé si me gustan las chicas, no sé si me gusta ella en específico... Porque... Okay... Sé que ella es bonita; siempre me pareció bonita... Y aparte es muy lista... Y es tan genial e interesante... Y aunque a veces es un poco mala onda, no puedes odiarla... Siempre reconocí sus cualidades, ¿Sí? Pero nunca me sentí atraída de "esa" manera... Quizás porque principalmente estaba muy enamorada de Aidan, pero... Yo qué sé... ¿Cómo tú supiste que te gustaba Frank?

— Eh... — Suspiró. — No sabría explicarte, porque fue hace mucho tiempo... Yo tenía trece cuando él empezó a gustarme... Así que fue hace veinticinco años... ¡Es mucho! — Rió. — Mis sentimientos por él o mi sexualidad en general nunca me causó conflicto, según recuerdo, porque en ese entonces había descubierto artistas geniales como Freddie Mercury y David Bowie, quienes influyeron bastante en mi forma de ser y pensar.

— Pero sabías que te gustaba... Nunca lo dudaste, ¿Verdad?

— No, nunca lo dudé. Siempre estuve seguro de que me gustaban los chicos y las chicas... De hecho, el género no me importa; pienso que tú te enamoras del alma de las personas, y el cuerpo en sí es sólo el envoltorio, o el frasco que contiene el alma, así que da igual.

— Qué profundo. — Asentí con la cabeza. — No quiero herir los sentimientos de mi mejor amiga, ¿Sabes?

— Entiendo eso, pequeña... Pero si no quieres herirla, creo que debes ser honesta con ella.

— ¿Pero qué le digo si no sé qué es lo que siento?

— Si no lo sabes... Díselo... La comunicación es la base de todo. Además, puede que el beso te haya gustado, pero eso no significa que te guste ella... La atracción sexual no es lo mismo que la atracción sentimental.

— Eso lo entiendo... — Asentí. — Está bien... Se supone que ella se quedará a dormir, así que cuando estemos solas, se lo diré... Y creo que también haré un experimento.

— ¿Un experimento? — Frunció el ceño.

— Sí... Ya sabes... En nombre de la ciencia...

Él soltó un largo suspiro, acercándome a él para darme un abrazo.

— Eres una niña muy rara... — Mencionó antes de darme un beso en la mejilla.

— Tu barba pica. — Reí, por lo que él, sin dejar de abrazarme, comenzó a frotar su barba contra mi mejilla, haciendo que me riera todavía más debido a las cosquillas.

— Adoro tu risa, pequeña Bandit.

— Sí... Porque me río igual que tú.


...


Después de mi charla con mi papá, bajamos juntos a la fiesta; vi a Melissa refugiarse en su mamá para evitar hablar conmigo, pero no la culpo, yo me mantuve haciendo lo mismo.

Mis tíos Mikey y Kristin estaban con Miles y con Kennedy, haciendo burbujas, manteniendo entretenidos a ambos bebés.

— ¡Papi! — Miles caminó tambaleándose un poco hasta mi papá, y extendió los brazos para que lo levantara.

Preguntamos dónde estaba Frank, y nos encontramos con que muchos de los niños invitados estaban muy enojados porque la rata y las ratas gemelas estaban saltando en el castillo inflable y no dejaban entrar a nadie.

— ¡Frankie! — Mi papá lo llamó desde la puerta del castillo, sosteniendo a Miles en sus brazos. — ¿Qué haces? El castillo inflable es sólo para los niños.

— Pues yo estoy muy a gusto aquí. — Respondió saltando y haciendo distintas poses cada vez que estaba en lo más alto.

A pesar de querer mantenerse serio, mi papá soltó una tierna risa, como queriendo decir: «Eres un pendejo, pero te amo».

— ¿Y tú qué haces? — Se dirigió a mí, cuando me vio comenzar a quitarme los zapatos.

— Lo siento, pero es que no puedo contener el impulso de idiotez. — Dije antes de entrar al castillo.

Sin ningún remordimiento por los tristes niños que esperan que nosotros salgamos, comencé a saltar junto a las gemelas y mi segundo papá.

— ¡Todas sobre Frank! — Exclamé entonces, y salté sobre él, tacleándolo antes de que pudiera reaccionar, y las gemelas cayeron inmediatamente encima de nosotros, lo cual dolió un poco.

— Diablos... Hicieron que uno de mis pulmones colapsara. — Dijo extendiendo sus brazos y cerrando los ojos dramáticamente, fingiendo su muerte.

Frank no reaccionó sino hasta que las gemelas y yo nos quitamos de encima y comenzamos a hacerle cosquillas.

— Te estás volviendo demasiado malvada... — Me dijo entre risas, cuando salimos del castillo a insistencia de mi papá.

— Sabes que te quiero, Frankie. — Me acerqué y besé su mejilla, pero al separarme, solté una risita boba.

— ¿Y eso qué fue?

— Si me pongo de puntillas, soy más alta que tú. — Reí, haciendo la demostración, por lo que él se puso de puntillas también, intentando superarme, pero él sabe que algún día seré más alta que él. — En serio te quiero mucho, papá. — Dije con verdadero cariño cuando dejamos de reír, utilizando la palabra "papá" porque sé lo feliz que le hace que yo le diga así.

— Ya lo sé, Bandita... — Me dio un cálido abrazo. — Yo también te quiero mucho. — Besó mi mejilla.

La fiesta de Miles terminó muy bien; mi tío Mikey captó en video el bonito momento de todos reunidos alrededor del pastel cantando el feliz cumpleaños. Frank le indicó a Miles cómo soplar la vela de su pastel, y fue TAN adorable la forma en la que el bebé intentó hacerlo, pero al final nuestros papás fueron quienes soplaron, luego todos aplaudieron, y Miles también rió y aplaudió sin entender qué estaba pasando. Después mis papás se dieron un beso tan lindo... Que me hicieron preguntarme: « ¿Cuándo será que ese romance eterno me pasará a mí?». 


...


— Hey... ¿Te irás a casa? — Le pregunté a Mel cuando la vi dirigirse a la puerta.

— En realidad... Me iba a despedir de mi mamá y mi hermano, pero... ¿T-Tú quieres que me vaya? — Sonó algo dolida.

Yo negué con la cabeza.

— Te preguntaba porque quiero que te quedes... Necesitamos hablar, ¿No crees?

— ¿Y qué tal si todo sale mal? Tendré que irme de todos modos.

— No creo que debas irte, porque... Pase lo que pase... Seguiremos siendo amigas... No pienso alejarme de ti, si eso es lo que te preocupa.

— Oh... — Asintió nerviosa. — Bueno... M-Me parece bien...

Los lindos momentos que pasé con mi familia lograron hacerme sentir tranquila, pero el hecho de tener que volver a enfocarme en mi sexualidad confundida, hace que me ponga nerviosa de nuevo.

Mis nervios me llevaron a actuar de una forma que sólo puede calificarse como creepy, y eso me hace sentir tonta.

— ¿Te das cuenta de que me estás mirando mucho? — Me preguntó cuando estaba por quitarse la camiseta y ponerse su pijama. — Me pones algo incómoda.

— Oh... — Sentí mis mejillas arder. — Saldré un momento.

Me dirigí rápidamente al pasillo, donde solté un largo suspiro... En serio estoy actuando como una acosadora, ¡¿Qué demonios me pasa?! Nunca antes había actuado así con ella.

Al regresar a mi habitación, puse algo de música, pero eso no apaciguó la tensión en el ambiente. Y después de media hora hablando tonterías acostadas en mi cama mirando al techo, decidí ir al grano.

— Estoy muy confundida. — Tomé asiento, por lo que ella hizo lo mismo.

— ¿Confundida con respecto a...?

— T-Tú sabes... — Jugué con mis dedos con algo de nerviosismo. — Me besaste y...

— Ya dije que lo siento... — Suspiró con melancolía. — No lo volveré a hacer. Sé que probablemente te pusiste muy incómoda, pero es que... Soy una tonta... Me dejé llevar.

— T-Tú... Todo este tiempo... ¿Has estado enamorada de mí?

— Sí. — Asintió. — Y he pasado mucho tiempo luchando contra eso.

— ¿Por qué? ¿Tan malo es que yo sea tu crush?

— Considerando que eres una niña hetero... Sí. Y además... Cuando te conocí eras una pendeja... Y yo no podía creer que me gustara una pendeja como tú.

— ¿Así les hablas a las chicas que te gustan? — Enarqué una ceja.

— Estoy siendo lo más honesta posible, ¿Sí? — Rió. — El punto es que... Sabía que el hecho de que me gustaras era inútil... Pero aun así... No he podido superarte. Cuando tuvimos nuestra primera pijamada, me di cuenta de que no sólo tenía un crush contigo, sino que estaba jodidamente enamorada... Y bueno... Yo sabía en qué me estaba metiendo al enamorarme de una chica que nunca iba a corresponderme... Iba a vivir sin decírtelo porque, ¿Qué caso iba a tener? Pero llegó un punto en el que sentía que iba a explotar si no te lo decía, y por eso decidí hacerlo si algún día terminabas con Aidan, aunque sabía que no ganaría nada...

— ¿Y por qué te gusto?

— Al principio no lo sabía... Porque me parecías tan odiosa, y tan malcriada, pero taaan jodidamente bonita... — Suspiró. — Sin embargo, mis sentimientos por ti comenzaron a tener sentido cuando, mientras más tiempo pasaba contigo, descubría que en realidad eres una buena persona... El hecho de que nunca quisieras dejarme sola, aunque sabía que lo hacías sólo por ser amable, me hacía sentir especial y nunca nadie me había hecho sentir de ese modo... Entonces descubrí que, si bien hacías cosas que no estaban bien, en el fondo eras muy tierna, gentil y encantadora... Y... Bueno... Cuando comenzaste a madurar... Todas esas cosas lindas sobre ti pasaron del interior al exterior, y quizás por eso no pude contenerme más y te besé aunque no fue correcto de mi parte, y de nuevo, lo siento mucho.

— El beso... N-No me desagradó.

— Oh... — Se quedó pasmada. — En... ¿Serio?

— En serio. — Asentí. — Eso me tiene un poco confundida... E-Entonces yo quisiera... — Me aclaré la garganta, bajando la mirada con algo de vergüenza. Me puse de rodillas y respiré hondo antes de volver a mirarla a los ojos, entonces me acerqué a pocos centímetros de su rostro. — Y-Yo... ¿Puedo?

Ella asintió, por lo que no me contuve en darle un beso; uno muy simple, y rápido pero que, de nuevo, no puedo decir que no me gustó.

— ¿Por q-qué qui-quisiste hacer eso? — Su rostro se tornó completamente rojo.

— Un experimento. — Respondí, antes de darle otro beso.

— ¿Y?

— Acabo de descubrir que también me gustan las chicas. — Sonreí.

— Creo que debes saber que nunca había besado a nadie antes de ti. — Dijo poniéndose de rodillas igual que yo, seguidamente, puso sus manos en mis mejillas para volver a besarme.

— Tengo que pensar mucho las cosas... — Volví a separarme por un instante. — E-Es decir... Tengo que aclarar mis sentimientos por ti... Yo... Uhm... C-Creo que tú eres asombrosa.

— ¿De verdad?

— Sí. — Asentí. — Tú me haces bien... — Llevé un mechón de su cabello detrás de su oreja. — Me pones los pies sobre la tierra cuando estoy haciendo mal... Me has ayudado a ser una mejor persona... Y porque me importas mucho no quiero hacer nada para herir tus sentimientos... Creo que es necesario que sepas cómo me siento yo... Me gusta tenerte en mi vida, me gusta estar contigo... Y me gusta besarte... Pero no sé si eso significa que estoy enamorada de ti, pues apenas estoy asimilando que me gustan las chicas, ya que nunca pensé que fuera así... Todo esto es muy nuevo para mí.

— ¿Tú quisieras... Tener una cita conmigo? Ya sabes... Para ver si esto funcionará y para poder estar más segura de lo que sientes... Pase lo que pase, seguiremos siendo amigas... ¿Te parece?

— Me parece. — Respondí, antes de iniciar un nuevo beso; uno más profundo que los anteriores.

Sentí un escalofrío cuando sus manos se posaron en mis hombros, y bajaron hasta sostener mis codos. Nos acercamos cada vez más, su lengua se entrelazó con la mía; su boca sabe a caramelo. Siento que podría besarla todo el tiempo y no pararía de gustarme. Entonces comenzó a hacer mucho calor, por lo que me separé de ella, toda nerviosa y sonrojada, aunque ella está exactamente igual que yo.

— C-Creo que tengo sueño. — Hablé rápidamente a causa de los nervios. — ¿Tú no tienes sueño?

— Uh... Creo que sí. — Respondió igual de nerviosa.

— ¿Sí?

— Sí...

— Bueno... Buenas noches. — Me levanté y fui prácticamente corriendo a apagar la música y la luz, luego volví a acostarme a su lado, me envolví con las mantas y nos dimos la espalda la una a la otra.

«Dios... Eso fue intenso». Pensé, con mi corazón latiendo tan fuerte, que resuena en mis oídos. Estoy segura de que ella está pensando lo mismo.

¿Quién lo diría? Un día simplemente crees que ya no habrá más drama adolescente en tu vida y que ya nada puede sorprenderte, y la noche de ese mismo día... Terminas descubriendo que eres bisexual gracias a tu mejor amiga.










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Bueno, gente, oficialmente el fic terminó y ya no habrá más extras.

Esto es lo más largo que he escrito alguna vez en Wattpad, porque, a pesar de que el centro de este extra es Bandit descubriendo que es bisexual, también quise tomarme mi tiempo para definir su actual relación con cada uno de los personajes que considero importantes. Sabiendo que este es el verdadero final, era mi idea darle una despedida digna a los personajes. Así que ajá, espero no haberlos aburrido.

Les aviso que voy a hacer el Q&A, así que espero que sigan entusiasmados. Dejen sus preguntas sobre el fic aquí y voy a intentar responder todas

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