Capítulo 38

La adrenalina del momento hizo que se me olvidara que Frank me pidió explícitamente que no lo llamara porque iba a estar con mi papá y eso sería como delatarme, pero estaba tan asustada que sólo lo llamé sin pensar porque no tengo a quién más recurrir. 

Cuando lo llamé llorando, pidiéndole que fuera a buscarme lo más rápido posible, lo preocupé un montón, como era de esperarse, por lo que llegó a casa de Bronx casi inmediatamente. 

— ¡¿Qué fue lo que pasó?! ¡Te dije que no me llamaras! — Me regañó apenas entré a su auto, haciéndome sentir peor, ya que apenas seguía procesando lo que pasó con Bronx y ahora tendré que lidiar con sus sermones. — Ahora Gerard está esperándote en la casa para hablar contigo, está tan molesto con los dos y... — Me pareció extraño que se quedara en silencio por unos segundos. — Bandit... — Tomó una respiración profunda. — ¿Me podrías decir por qué apestas a marihuana?

No pude responderle, porque no quería mentirle, pero tampoco quería decirle la verdad. 

— ¡Dios, Bandit! ¿Por qué nos haces esto?

No me atreví a levantar la mirada, y sólo me permití llorar en silencio mientras él me juzga con dureza, pues sé que, esta vez, lo merezco. 

— Gerard y yo hemos confiado en ti... Yo confié en ti... Y mierda... Cuando llamaste e inevitablemente Gerard descubrió que no estabas en casa, te defendí diciendo: "Oh, no te enojes con ella, mejor enójate conmigo porque yo le di permiso de ir a la fiesta de Bronx" .— Se citó a sí mismo en un tono exagerado. — Y pasó justo lo que temía; se alteró mucho, lo cual, como ya sabes, afecta negativamente su embarazo, pero entonces yo lo calmé diciendo: "No te preocupes por ella, amor, Bandit me prometió que sería responsable, ¿No crees que deberíamos creer en ella? Puede ser que todo lo malo que ha hecho antes ha sido porque le hemos prohibido cosas y le hemos demostrado desconfianza, por eso, si le mostramos que creemos que ella, puede que se lo tome en serio". Luego dije: "Quizás está llamando ahora porque sólo quiso venir de la fiesta más temprano. Tal vez descubrió que ese no es su ambiente o algo parecido. No necesariamente tiene que ser por algo malo", ¡Pero qué idiota fui por pensar eso! — Eso último, me dolió más de lo que debió. — ¡¿Cómo esperas que reaccione Gerard cuando llegues a casa apestando a marihuana?! Y no me digas que no fumaste y que sólo estuviste presente mientras los demás lo hacían; puedo ver en tus ojos que sí lo hiciste.   

Esta es la primera vez que he aceptado un regaño sin protestar. 

Él siguió regañándome durante todo el camino a casa y no me atreví a contestar; lo mismo pasó cuando, al llegar, también tuve que aceptar el regaño de mi papá.

Mi papá estaba esperándonos en la sala, se le notaba angustiado. Una vez que me vio, y sintió el desagradable olor a marihuana, se mostró más decepcionado de lo que alguna vez ha estado.  

— ¿Por qué lo hiciste? 

Como siempre, quiso saber qué clase de razones tuve para hacer lo que hice... Me quedé callada porque la respuesta es "los demás querían que lo hiciera",  y eso sólo le dará la razón a mi papá, ya que él siempre dice que me dejo llevar por los demás. 

— ¿Lo hiciste porque Bronx te lo pidió? Dime.

— S-Sí... 

— Dices que tus nuevas amistades no te influencian en nada, ¡Pero ya no eres la misma desde que te juntas con Bronx! — Simultáneamente, Frank le pide que por favor no se altere por su salud y la de mi hermanito, pero él no le hace caso debido a lo mucho que lo hice enojar. — Todas las cosas malas que has hecho estos meses tienen que ver con él, y siempre vives diciendo que "tu amistad con él es sana", que "él no te obliga a nada", me miras a los ojos y me prometes que nunca harás tonterías sólo para caerles bien a Bronx y tus compañeros, ¡Pero luego vas y lo haces! Creí haberte enseñado que la aprobación de los demás nunca importa y menos si implica dejar de ser tu misma, ¡Y creo que es por eso que ahora te desconozco! — Respiró profundo para seguir reteniendo sus lágrimas.

— Lo lamento... — Apenas pude decir con la voz rota por el llanto.

— ¿De verdad lo lamentas, Bandit? — Que lo dudara se sintió como una puñada directo al corazón. — Porque siempre dices eso... P-Pero al final vuelves a mentirnos y hacer más cosas que no son dignas de ti.

A pesar de que ahora no puede evitar llorar de la rabia y el dolor, sigue tratando de mantenerse firme mientras limpia sus lágrimas, lo cual termina de pulverizar mi corazón actualmente roto. 

— Me pregunto si valió la pena todo esto, si la amistad de ese niño sigue valiendo la pena después de que nos heriste a Frank y a mí... ¡¿En serio no te sentiste ni un poquito mal con todas las cosas que tuviste que decirle a Frank para que te dejara ir a la fiesta de Bronx?! Porque todas y cada una de ellas fueron una mentira, no te interesó lo mucho que él te quiere y te aprovechaste de que él sólo quiere que lo respetes, ¿De verdad para ti no vale nada la confianza que él te ofrece? Porque parece que no te dolió ni un poco destrozar esa confianza, y todo por un niño que me pregunto si su amistad vale TANTO ahora mismo que estás dejando de lado a tu familia y estás dejando de ser quien realmente eres sólo para caerle bien. 

Me gustaría decirle a mi papá que no... Que la amistad de Bronx nunca valió la pena, que debí valorar más la situación en la que está con su embarazo en vez de empeorarlo, que también debí valorar a Frankie y sus esfuerzos por acercarse a mí y protegerme, porque las razones por las cuales dejé todo eso de lado no valen nada, la amistad de Bronx nunca fue real y es desagradable darme cuenta cuando las cosas llegaron tan lejos. Sin embargo, no pude decir nada de eso, las palabras no pudieron salir de mi boca, por lo que fui totalmente incapaz de modular: "Sé que Bronx es malo", pues estaba ahogándome en mi llanto mientras recordaba cómo me besó a la fuerza, cómo quiso seguir obligándome a hacerlo... Odio que esto haya tenido que pasar... Y me odio por haber dejado que pasara. 

No me sentí mejor cuando mi papá, después de gritarme y decirme cosas que duelen porque son ciertas, me pidió retirarme a darme una ducha y luego a dormir. 

Mientras subía las escaleras, creí que no podría sentirme peor, pero sucedió cuando, mientras me iba, todavía en lágrimas, mi papá procedió a pelear con Frank; también está enojado con él debido a que le mintió para encubrirme... Ellos nunca han peleado. Después de tantos meses viviendo aquí, jamás vi, ni una sola vez, a mi papá y a Frank enojados, y lo que duele es que yo sea el único motivo. 

Mi papá se enojó tanto con Frank que lo hizo dormir en el sofá, sólo pude pensar en que técnicamente aún es San Valentín y yo lo arruiné completamente para ellos. 

«He arruinado todo desde que estoy en esta casa». Fue lo único que pensaba hasta que me quedé dormida; dicho pensamiento siguió atascado en mi mente al día siguiente, y al siguiente. 

Casi no he salido de mi cuarto durante el fin de semana, me he mantenido encerrada con el celular apagado para evitar todo tipo de comunicación con el mundo exterior. Mi única compañía ha sido Daisy; he estado hablando con ella justo como cuando solía hablar con Bela en mis momentos de soledad, lo cual me ha ayudado a sentirme un poco menos miserable y ha apaciguado mi miedo con respecto a ir a la escuela el lunes. 

Me he sentido como si esperara una sentencia de muerte cada vez que pienso que, al volver al colegio, tendré que lidiar con ver a Bronx otra vez... ¿Qué se supone que haré entonces? ¿Se supone que le hable? ¿Se supone que deba pedirle una explicación? ¿Se supone que deba aceptar sus disculpas? Porque yo no quiero hacer nada de eso, ni siquiera quiero verlo. 

Siempre creí que tu primer beso es algo especial, algo que nunca olvidarás... Y aún lo creo, por eso me duele saber que, en el futuro, cada vez que recuerde mi primer beso, recordaré a quien creí mi mejor amigo besándome a la fuerza, sin tomar en cuenta en lo absoluto cuántas veces le pedí que no lo hiciera. 

Quizá merecía que me sucediera, porque yo no debí estar en esa fiesta en primer lugar; debí haber estado con Melissa, pero en vez de eso preferí mentirle a ella y mentirles a todos. Así que, definitivamente, es el karma. 


   ...


El lunes, el camino a la escuela estuvo silencioso, estaba demasiado nerviosa con respecto a ver a Bronx allá, al mismo tiempo que podía sentir la tensión entre Frank y yo en el auto. 

Cuando llegamos y tuve que bajarme, no hubo choque de puños como cada mañana, ni siquiera me despedí porque él y yo ya no hablamos. No le hablo, porque me da vergüenza hacerlo después de lo que sucedió; eso es todo. No es que él me esté aplicando la ley del hielo, pues si le hablo él va a responderme, lo comprobé cuando, más temprano, tuve que tragarme la vergüenza para preguntarle si sabía dónde dejé mi llave de la casa, ya que no estaba donde la dejo siempre. 

Lo mismo me pasa con mi papá; no me está ignorando como una vez lo hizo, pero no hablamos porque me da vergüenza incluso mirarlo a los ojos después de haberle roto el corazón. 

Aunque sabía que no lo merecía, sólo esperaba un poco de consuelo por parte de mi mejor amiga... Melissa, además de ser honesta y hacerme entrar en razón, siempre sabe qué decir, y encuentra soluciones obvias en todo tipo de situación. 

Pero qué sorpresa me llevé cuando llegué al salón y, extrañamente, el escándalo de siempre se convirtió en silencio apenas entré, y de repente todos me miraron como si yo tuviera lepra. La mirada de Bronx fue la que más me intimidó y me obligó a dirigir mi vista al suelo, a donde fuera con tal de evadirlo. 

Por mi bien, decidí dejar de lado lo que sea que pase entre mis compañeros y yo ahora, y preferí ir a sentarme con Melissa, quien estaba sola, sentada en uno de los asientos junto a la pared, con la vista en su celular y sus audífonos puestos, por lo que ni siquiera se enteraba de lo que sucedía a su alrededor. 

— Hola, Mel. — Intenté sonreír al sentarme frente a ella. Al igual que con Frank y mi papá, siento una profunda vergüenza al hablarle como si nada después de lo que le hice. — ¿Cómo te fue en la audición?

Sin embargo, como si yo no existiera, ni siquiera levantó la vista del móvil. 

En mi inocencia, pensé que en realidad ni siquiera había notado mi presencia porque tenía la música muy alta o algo así. 

— ¡Hey! ¡Hola! — Agité mi mano en frente de su teléfono para llamar su atención.

Esta vez, levantó la vista, pero no hacia mí, y sin llegar a dirigirme la mirada, se levantó de su silla. Así, observé shockeada cómo salía del salón y me dejaba allí sola, como si fuera invisible. 

Volví a sentir los nervios que me revolvieron el estómago y no me permitieron desayunar esta mañana cuando comencé a considerar la probabilidad de que ella sepa que le mentí y ahora esté molesta conmigo.

— ¡Melissa! — Fui detrás de ella mientras bajaba las escaleras, logrando detenerla al final de éstas, tomándola de la muñeca. — ¿Por qué no quieres hablar conmigo?

— La verdadera pregunta es; ¿Por qué quieres hablar conmigo si no valgo absolutamente nada para ti? 

Me quedé pasmada.

— ¿C-Cómo puedes d-decirme eso? 

— Puedo decirlo de la misma manera que tú me me mentiste y rompiste tu promesa para ir a la fiesta del estúpido Bronx: Muy fácilmente. 

— Te enteraste... — Musité con apenas un hilo de voz, sintiendo la vergüenza ir en ascenso. 

— Sí... Eres tan tonta que ni siquiera pensaste en que te etiquetarían en fotos de la fiesta y que yo las vería... ¡Y no digas que no eres tú la de las fotos y que vi mal! — Se adelantó a responder a la estupidez que yo estaba a punto de inventar, como si pudiera leerme la mente. — Que tenga miopía no significa que no pueda ver tus mentiras. 

— Lo siento ¿Okay? No tienes idea de lo triste que estoy y cuánto lamento no haber estado allí para ti cuando prometí hacerlo... Sé que fue un error ir a la fiesta de Bronx, me pasaron cosas muy malas esa noche, hice estupideces como fumar hierba sólo porque los demás me iban a molestar si no lo hacía. — Rodó los ojos. — Aidan me rechazó, precisamente por ser así de inmadura e influenciable, mi papá y mi padrastro están horriblemente enojados conmigo y decepcionados de mí como nunca lo han estado y... Además de eso sucedieron más cosas que... — Suspiré. — Realmente me hacen desear nunca haber ido y mejor haber estado contigo... Reconozco mi error y prometo que no volveré a hacerte algo así... ¿Será que puedes perdonarme?

— Puedo perdonarte... 

Comencé a sentir un poco de esperanza. 

— Pero no puedo seguir siendo tu amiga después de esto. 

Y la esperanza murió. 

— ¿Q-Qué...?

— No puedo estar con alguien que no conoce el verdadero valor de una promesa y que puede mentirme cada vez que quiera. 

— ¡Pero te dije que lo siento! — Repliqué. — Y en serio estoy arrepentida de lo que hice. 

— ¡Te arrepientes sólo porque las cosas te salieron mal! Si esa noche no hubieras fumado marihuana, si Aidan no te hubiese rechazado y ahora fueran novios, y si no te hubieras metido en problemas con tu familia, no te arrepentirías ni siquiera un poquito de lo que hiciste. — Ahora ella también suena herida al respecto. — ¿Crees que no me he dado cuenta de que siempre es así? Todas las veces que has hecho cosas como ésta y has herido los sentimientos de los demás, sólo te arrepientes porque tus planes no salieron como tú querías, no porque de verdad reconozcas que lo que hiciste estuvo moralmente mal. 

No pude responder... ¿Cómo iba a hacerlo? Si tiene toda la razón; siempre me arrepiento de hacer cosas que están moralmente mal cuando mis planes se vienen abajo y recibo las consecuencias. 

Creo que eso me hace una mala persona... Y ahora entiendo cada vez más por qué mi papá está tan triste por mi culpa; porque él no crió a una mala persona. 

— Lo siento. — Tragué saliva en un intento de mantenerme fuerte y no llorar en medio del pasillo. — D-De verdad lo siento... E-Es que... Tú me conoces... Conoces mi situación... Nada ha sido fácil para mí desde que me mudé a esta estúpida ciudad, todo ha cambiado completamente y por eso yo... 

— Ay, Bandit. No empieces a victimizarte. — Me interrumpió. — Todo el tiempo estás así de: "Ay, pobre de mí". — Se burló, haciendo una voz muy aguda y llorosa, acompañada de gestos dramáticos. — "Mi papá y yo nos mudamos a este horrible pueblo ¡Con su novio! ¡Con su novio que es un idiota sólo porque me aprecia! ¡Me aprecia! Dios mío, y tienen perros, y niñas que me quieren como su hermana mayor. Oh, no. Tengo una familia sana que me quiere y se preocupa por mí, ¡Qué pesadilla!". — Dicho esto, volvió a retomar la seriedad y su tono de voz neutral. — Supéralo. Hay personas que tienen verdaderos problemas, que apenas pueden con sus vidas y aun así se levantan cada maldita mañana a enfrentar el mundo sin quejarse y, sobre todo, sin usar sus problemas como excusa para tratar a los demás como se les dé la gana.

— ¿Y qué me dices de ti...? ¿Eres de esas personas? ¿Es por esa razón que piensas que soy una malcriada y que todo lo que hago es quejarme por boberías? 

— ¡Eso ni siquiera viene al caso! Y no tengo nada más que discutir contigo; ya te di mis razones por las cuales no quiero seguir siendo tu "amiga". No necesito cerca a alguien que sólo piensa en sí misma sin pensar en que sus acciones también perjudican a los demás. Y con "los demás" no me refiero a mí, sino a tu papá... Tú sabes lo difícil que es su embarazo, sabes que puede pasarle algo verdaderamente malo, y aun así, en vez de mostrarle tu amor y apoyo como él ha hecho contigo durante tus putos trece años de vida, sólo estás todo el tiempo quejándote de que tienes que "compartirlo" con Frank y sus hijas, y haciendo cosas que lo lastiman y angustian más de lo que podrías imaginarte, ¿Podrías valorarlo un poco? Después de todo, él es el único nunca va a dejarte sin importar cuán mierda seas con él.

Sin nada más que decir, comenzó a subir los escalones y yo la dejé ir. 

En lugar de ir también al salón porque la primera clase estaba por comenzar, terminé perdiéndome dicha clase porque estuve encerrada en el baño llorando por las cosas que me dijo Melissa y por haber perdido su amistad, la cual sí era verdaderamente valiosa y yo no supe apreciarla en lo absoluto. 

Al final, regresé al salón con la esperanza de que nadie notara que estuve llorando, deseando con todas mis fuerzas que el día no se ponga peor para mí. 


...


Pero a pesar de que sentía que ya no podría soportar más, a la hora del receso todo empeoró; nadie quería estar cerca de mí y nadie quería hablarme, y los que me dirigieron la palabra lo hicieron para decirme cosas muy feas que me harían encerrarme a llorar otra vez. La novia de Bronx incluso utilizó la palabra "puta" al dirigirse a mí... Y esa es una palabrota muy fuerte. Lo peor era no saber por qué me decían esas cosas, y sentía que Bronx era el único que podía darme una explicación. 

A pesar de sentirme extremadamente herida, sensible y vulnerable ante cualquier ataque, respiré hondo y caminé hacia donde estaba él con sus amigos onvres, logrando que accediera a hablar a solas conmigo, sin embargo, pude comprender un poquito qué es lo que está pasando con mis compañeros de clases cuando, en frente de todos, Bronx dijo: "Sólo si no me vuelves a besar", cuando le pedí hablar con él. 

— ¡¿Qué fue lo que hiciste?! — Pregunté una vez que estuvimos a solas, debajo del árbol que solía ser "nuestro". 

— ¿Por qué preguntas? — Dijo con fingida inocencia. 

— ¿Qué les dijiste a los demás para que ahora me traten tan mal?

— Les dije la verdad de lo que sucedió la noche de San Valentín. Aidan te rechazó y yo, como el gran amigo que soy, estuve consolándote y te ofrecí mi hombro para llorar, pero tú te aprovechaste y, de repente, sin yo esperármelo para nada, te subiste encima de mí y comenzaste a besarme. — Abrí la boca escandalizada. — Y ni siquiera te importó cuánto traté de quitarte de encima y te dije que tengo novia... Qué mala chica eres, Bandit, no me esperaba eso de ti. 

— T-Tú... Tú sabes que eso no es verdad. 

— Lo es si todo el mundo lo cree. — Se encogió de hombros. Estaba a punto de irse, de no ser porque, desgraciadamente, se percató de cómo mi labio tembló en señal de debilidad. — Ay, no... No tienes por qué llorar, B.

— ¿Por qué me haces esto? — Lo alejé de un manotazo cuando intentó acariciar mi mejilla. 

— No tenías derecho a rechazarme cuando yo estaba siendo tan bueno contigo y sólo quería hacerte sentir bien. 

— ¡Eras mi amigo! — Ya no pude seguir conteniendo las lágrimas.  

— Tú lo dijiste, ¡Lo era! Pero lo arruinaste. De ahora en adelante, todo lo que te pase será sólo tu culpa. Adiós.

Él, muy cínico, se fue sin una pizca de arrepentimiento por haberme hecho llorar y por arruinar completamente mi reputación con una mentira tan horrible, sabiendo que era él el que estaba acosándome. 

Mientras lo veía marcharse, sólo pensaba en lo que dijo: Todo es mi culpa. 

Y lo es...

Realmente lo es. 

Es mi culpa que Melissa ya no quiera ser mi amiga, porque yo la traicioné y sólo le he mostrado una versión muy egoísta y desconsiderada de mí. 

Es mi culpa que Aidan me rechazara, porque no he hecho más que estupideces con tal de agradarles a mis compañeros, perdiéndome a mí misma en el proceso. 

Es mi culpa que mi papá esté decepcionado y que la confianza que Frank alguna vez tuvo en mí se haya desplomado, porque yo no supe valorar nada de eso. 

Es mi culpa lo que Bronx me está haciendo, porque fui yo quien, estúpidamente, confié en él con los ojos cerrados, dejando de lado a las únicas personas que verdaderamente valen la pena en mi vida. 

Y esta vez, no creo que pueda remediarlo. 

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