Capítulo 30

— ¡No debes entrar a mi cuarto sin permiso! — Repetí, más a la defensiva, al no saber qué responder.

— Pero Bandita, dime qué tienes en la lengua.

— Nada ¿Okay? Ahora lárgate de aquí. — Señalé la puerta.

— Si no tenías nada en la lengüita... ¿Por qué te estabas poniendo esto? — Preguntó recogiendo el frasco de antiséptico del suelo.

— ¡Dame eso! — Intenté quitárselo, pero ella fue rápida, y corrió hacia mi cama, apretando el frasco contra su pecho. — ¡Cherryyyy! — Comienzo a perseguirla por mi habitación para quitarle el antiséptico, pero ella es demasiado rápida y escurridiza. — ¡Cherry, dámelo! ¡No estoy para juegos!

— ¡Dime qué tienes en la lengua!

— ¡Que noooo! ¡Qué estresante eres!

— Te lo daré si me dices. — Se detuvo, al otro lado de mi cama. Bela es indiferente ante nuestra pelea, sólo nos observa con su cara natural de aburrimiento.

— No te puedo decir.

— ¿Es un secreto?

— Sí... Es un secreto, por eso no puedo decirte.

— Entonces yo le diré a Gee que tienes un secreto... Y le enseñaré esto. — Dijo agitando el frasquito en su mano. Definitivamente, Cherry es diabólica.

— Cherry... ¿Qué tengo que hacer para que me des ese frasco y no le digas a nadie mi secreto?

— Mmm... ¿Tienes paletas?

— S-Sólo me quedan dos... Son las últimas.

Y aquí es cuando me doy cuenta de que tampoco podré comerlas con el piercing recién hecho...  ¡Joder! Ya no me está gustando esto de tener la lengua perforada.

— Entonces dámelas. — Demandó.

— ¿Y no dirás nada?

Negó con la cabeza.

— Prometido. — Agregó.

— Okay... ¿Entiendes lo que significa una promesa?

— Que por nada del mundo debes romper una; mi papi me lo dijo.

— Bien... — Fui hasta mi mochila para buscar las dichosas paletas. — Y adicional, no vuelvas a entrar así a mi cuarto.

— ¡Gracias! — Exclamó contenta cuando se las entregué y me devolvió el antiséptico.

— ¿Le darás una a tu hermana?

— ¡Claro que no! — Salió corriendo de mi habitación.

— Dios... — Me recosté en mi cama junto a Bela. — ¿Cómo has podido soportar a esas niñas todos estos años? ¡Ambas vienen del mismísimo infierno!

Por culpa de ese incidente, pasaría el resto del día asustada, temiendo que Cherry abriera la boca y me delatara. Por suerte... Eso nunca pasó.

Día dos: Nadie me ha descubierto. Bamos vien.


...


Me tuve que levantar temprano el sábado; triste en verdad. Pero prometí que ayudaría a Frank a decorar nuestro patio, lo cual fue tedioso sólo por el hecho de que, a pesar de que estamos finalizando noviembre, todavía teníamos la decoración de Halloween en la casa, y ahora es que nos dignamos a quitarla, aunque conociendo a Frank, estoy segura de que la habría dejado allí hasta que llegue el día de poner las decoraciones navideñas.

Se decidió que el baby shower será un brunch, ya que entre las once y el mediodía el clima es un poco más agradable que en la mañana o más a la tarde, que hace más frío. Será una fiesta al aire libre, y qué suerte que el día de hoy es algo soleado, pues ha llovido mucho últimamente.

Mi papá fue ayer con Frank a comprar las decoraciones, y ambos quedaron un poco indignados debido a que la mayoría eran cliché y estereotípicas; "rosa para las niñas, azul para los niños". Nos contaron a las gemelas y a mí que incluso la señora que los atendió en la tienda sugirió que, si querían revelar el sexo del bebé en la fiesta, hicieran una temática con dulces rosas y dulces azules, los que crean que será niña, escogerán el rosa, los que crean que será niño, escogerán el azul... Me pareció algo sin gracia; a ellos también. Digo, ¿A quién no?

Entonces surgió la idea de hacer un baby shower libre de roles de género, donde todo fuera muy colorido en lugar de asignar "rosa o azul", o "cosas de niñas" y "cosas de niños".

Frank y yo hicimos un buen trabajo decorando. Colgamos muchos globos de distintos colores por todas partes. La mesa de postres tiene animales de peluche, el dispensador de cristal para el ponche (que recuerdo que estaba decorado con murciélagos el día del cumpleaños de Frank) contiene pequeños patitos de hule flotando sobre el hielo. Para aquellos que beberán alcohol, mi papá tuvo la ingeniosa idea de poner los cocteles en botellas y cerrarlas con corchos a los cuales les pegó pequeños cubos de madera con letras. El resto; los postres, la mesa donde tendremos lo que espero sea una agradable comida con nuestra familia, y la mesa de centro, cumplen también con elementos coloridos y cosas de bebé, igual que el pastel, que tiene un arcoíris, nubecitas y una cigüeña con globos. Por cierto, sobre la mesa de centro está un cartel donde dice si el bebé es niño o es niña, está cubierto por una tela blanca y desgraciadamente, la rata no me dejó verlo.

Entre los invitados, además de mi familia, también está la familia de Frank; sus padres me caen bien, aunque parece que quisieran que los llame "abuelos"... Y así es como ahora entiendo de dónde Frank sacó lo intenso.

Mi misión de hoy es ser asocial y desear con todas mis fuerzas que, gracias al tema del bebé, nadie me preste atención.

— ¡Oh, por Dios! — Me cubrí la boca para no exponer mi piercing al momento en que mi papá por fin apareció, viéndose extremadamente tierno con su overol de embarazo y un sweater de lana de color blanco. — ¡Qué lindo eres, quiero llorar!

— ¿Llorar? ¿Eso es bueno? — Preguntó esbozando una pequeña sonrisa.

— Oh, sí. Más que bueno. — Asentí, antes de que él me diera un abrazo cariñoso.

Nos unimos al resto de la familia en el jardín. Para el momento, ya que mi papá no había bajado aún, la atención estaba puesta en Frank, pero luego se fue hacia ambos; todos hablaban de qué bonita pareja hacen, de lo radiante que se ve mi papá con su embarazo, de lo lindas que son las decoraciones de la fiesta y blah, blah, blah.

Mi tío Mikey y mi tía Kristin estaban con Rowan y las gemelas... No quiero decir que me pongo algo celosa de ver cómo ellos adoptaron a las gemelas como sus otras sobrinas cuando yo era la única, pero es exactamente lo que pasa. No puedo controlar mis sentimientos, desgraciadamente, pero al menos puedo tranquilizarme diciéndome a mí misma: "Cálmate, ellos aún te quieren; sigues siendo su Bambit". Además, no me puedo quejar, mi tío Mikey me regaló una bolsa de paletas como siempre... Aunque dijo: "Compártelas con Lily y Cherry"; pero hagamos de cuenta que no escuché eso.

Durante la comida, mientras estábamos todos reunidos en la mesa, las únicas veces que hablé fue cuando mis abuelos me preguntaban por mis notas en la escuela, cómo me ha ido viviendo con Frank y cosas como esas, por lo que di respuestas cortas para no abrir mucho la boca. 

Mientras los adultos conversaban y yo comía con sumo cuidado de no lastimarme la lengua, me enteré de que la hermanita de Rowan nacerá en cualquier momento; su nacimiento está previsto para las próximas dos semanas, y es que se nota, porque Kristin parece que está por explotar. Ella y mi papá no paraban de hablar y de compartir sus experiencias de embarazo.

— Y Gee... ¿Cómo se han sentido Frank y tú ahora que el bebé se está desarrollando cada vez más rápido? — Preguntó.

— Bueno... No te puedo mentir cuando te digo que algunas cosas son horribles, sobre todo los dolores de espalda. — Admitió mi papá. — Pero cuando siento que el bebé se mueve, o el sólo saber que está allí y que puede escucharme, cualquier malestar que tengo al momento, pasa a segundo plano y vale mucho la pena; es realmente mágico.

— Creo que la mejor parte... — Añadió Frank. — Es dormir abrazando a Gee y poder sentir los movimientos del bebé.

Todo el mundo estaba demasiado enternecido, más de uno dijo "aww". Pero a mí no me provoca decir "aww" porque:

1- Me dan diabetes.

2- No creo que sea muy "bonito" sentir a un pequeño humano moverse dentro de ti, y que ese pequeño humano haga que te duela la espalda, que no puedas estar de pie por mucho tiempo, que tengas que orinar a cada rato, que sudes como si hicieran cuarenta grados de temperatura, que aumentes brutalmente de peso o que tengas cambios de humor constantes.

Pero bueno... ¿Quién soy yo para romper la burbuja de amor y felicidad de mi papá y su novio?


...


Voy a ser sincera... El día de hoy he dicho "¡Maldito piercing!" más de lo que me gustaría.

No me puedo reír a gusto de algo porque tengo que taparme la boca para que nadie lo vea, y tampoco puedo comer en paz sin que me duela, y en serio que no puedo esperar a que sane porque está siendo muy molesto.

Las gemelas y yo estábamos comiendo paletas heladas mientras curioseábamos en la mesa con regalos para el bebé; alguien trajo un peluche gigantesco de un delfín que nos causa envidia, ya que las tres por igual nos enamoramos de ese delfín.

— Cherry... Si el bebé es otra niña, ¿Cómo te gustaría que se llamara? — Pregunté con curiosidad.

— Diarrea. — Respondió muy segura.

Exploté en una gran carcajada porque ella, con toda su maldad, lo dijo como si nada, como si fuera el mejor nombre de todos los tiempos. Con lo que no conté... Es que esta vez no cubrí mi boca.

Sin embargo, ellas no parecieron reaccionar, porque siguieron como si nada, pero estoy segura de que vieron el piercing.

Mientras tanto, la pareja feliz reunió a toda la familia en la mesa de centro, también nos llamaron a nosotras, pues por fin iban a revelar si tendremos un hermanito o una hermanita. Yo sólo le ruego y le pido a Satán que ese bebé, sin importar su género, sea menos como las gemelas del terror y más como yo.

Mi papá y Frank quitaron la tela blanca del cartel, en el cual, junto con el tierno dibujo de un patito bebé, dice que será un niño, ¡Un niño! ¡Tendremos un hermanito! ¡Un hermanito que perfectamente puede y debe llamarse Tyler Joseph!

— ¡Oh, por Dios, felicidadeees! — Mi abuela fue la primera en acercarse para abrazarlos a ambos.

En serio que esta reunión es demasiado melosa, lo juro.

— Y hay una cosa que queremos hacer. — Alegó mi papá, tomando una tabla sujetapapeles con un bolígrafo de la mesa. — A Frank y a mí se nos ocurrió que sería una buena idea hacerlos formar más parte de esto y sugerirnos nombres para nuestro hijo. Así que pueden anotar el nombre que quieran aquí y nosotros elegiremos el que más nos guste de la lista. La única regla es que no deberíamos saber quién escribió el nombre que vayamos a elegir, sino hasta después de que nazca el niño. — Pareció haber terminado hasta que entonces recordó algo. — Y otra cosa... Deben competir con nosotros también. No puedo hablar por Frank, pero a mí se me ocurrió un muy buen nombre.

— Oh, por todos los cielos. — Volví a reírme, porque Frank me hizo acordarme del meme. — Ya te lo dije... No le vamos a poner Gotham a nuestro hijo, Gerard.

— ¡Pero Frankiiieee! Es un buen nombre.

— ¿Por qué Gotham? — Preguntó mi tío Mikey.

— Porque así cuando llore por las noches, podré decirle a Frank: "Batman, Gotham te necesita". — Nos hizo reír a todos los presentes. — Y él tendrá que ir.

— No me parece. — Frank negó con la cabeza, aunque sonrió cuando recibió un beso en la mejilla por parte de mi papá. — En fin... Gente; lo que Gerard quiso decir con su discurso es: "Vamos a hacer que se sientan importantes y parte de esto, pero no se sorprendan si al final le ponemos al bebé el nombre que se nos dé la jodida gana". Gracias. Ahora vengan a escribir.

«Frank siendo una rata... Qué novedad». Pensé, con una sonrisa pegada al rostro.

Sin mucho interés, esperé a que todos terminaran de anotar un nombre y así ser yo la última.

Cuando vi el portapapeles, había muchas sugerencias, no sé quién escribió cada uno de los nombres, excepto por los de las gemelas, los cuales se nota que los escribieron ellas por la caligrafía amorfa de niñas de preescolar; Lily escogió "Adrien" por el personaje de Miraculous Ladybug... Lo sé, porque el otro nombre era "Moco", y eso obviamente lo escribió Cherry.

Entre tantos nombres, yo igual escribí por pura joda:

"Tyler Joseph".

Pero me retracté inmediatamente. Decidí tomármelo en serio, así que taché eso y escribí un nombre que de verdad me gustaría para mi hermanito.

"T̶y̶l̶e̶r̶ ̶J̶o̶s̶e̶p̶h̶

Miles".


...


Más adelante, los adultos eran quienes se divertían, pero al menos están teniendo un gran día; a todo el mundo le hace mucha ilusión el tema del bebé.

Por primera vez, no me importa no ser el centro de atención, ya que eso es justo lo que quería. Así que me encuentro sentada sola, alejada de los demás, viendo memes en mi teléfono, mientras Cherry y Lily corren por ahí junto a Lois, Bucket y Kusty.

Estaba muy tranquila hasta que sentí mucho dolor al momento en el que Cherry me dio un fuerte pisotón, manchando también mis zapatos blancos.

— ¡Cherry! ¡¿Qué te sucede?!

— Estamos jugando, Bandita. — Dijo con inocencia. — Mira. — Ahora intentó pisar a Lily, pero ella lo esquivó, y llegó su turno de pisar a Cherry.

— Bueno, pero yo no estoy jugando. — Les dije molesta. — Salvajes...

Volví la vista a mi celular mientras dejaba que las niñas siguieran jugando a darse pisotones entre sí. Volví a estar en paz, hasta que Cherry me pisó otra vez.

— ¡Basta! — Le grité, sin llegar a llamar la atención de los adultos. — Mierda, si alguna de ustedes dos vuelve a pisarme, voy a hacerles lo mismo y no les va a gustar.

Mi advertencia pareció asustarlas, porque me dejaron en paz por unos... ¿Diez minutos? Más o menos.

— ¡¡Maldita sea!! — Grité cuando volví a sentir el dolor en mi pie. Fue Cherry otra vez.

— ¡Lo siento, Bandita! — Comenzó a lloriquear antes de tiempo, sabiendo lo mucho que me enojé.

No le di un pisotón, pero sí le pegué en el brazo con la palma de mi mano, sin embargo, me pasé, porque la golpeé muy fuerte, la hice tropezar y, además, comenzó a llorar en serio.

Lily se quedó boquiabierta, y se agachó junto a Cherry preguntándole si estaba bien.

— Ay no. — Musité. — Ay no, no, no, ¡Mierda!

Volteé rápidamente hacia los adultos, deseando con todas mis fuerzas que nadie vea a Cherry llorando porque, si es así, me regañarán a mí, porque se supone que soy la grande, no debería pegarle a Cherry porque es más pequeña que yo.

— Ya, ya, ya, ya. — Me acerqué a ella. — Ya no llores, Cherry, por favor. No llores porque me voy a meter en problemas. Ya, no fue para tanto. No te pegué tan fuerte, ya no llores.

— ¡Pero duele! ¡Eres mala, Bandit! ¡Se lo voy a decir a Gee!

— ¡No! ¡No hagas eso!

Ella sólo se levantó, y salió corriendo junto a su hermana. Definitivamente, desperté la furia de Satanás.

Fui tras ellas, pero a pesar de que logré detener a Cherry por los hombros e intenté abrazarla para no dejarla ir y convencerla de que se olvide de esto, Lily sí que llegó hasta donde están nuestros papás, dispuesta a vengar a su hermanita.

— ¡Gee-Gee! — Dijo jalando la manga del sweater de mi papá. — ¡Bandita tiene una cosa en la lengua!

— ¡Cállate, mocosa! — Le lancé una mirada asesina, sin dejar de sostener a Cherry, quien se soltó de mi agarre mordiendo mi brazo.

Mi papá nos observaba confundido, hasta que Cherry le repitió que tengo una "cosa en la lengua" y que lo tengo en secreto.

Lo peor de todo, es cómo llamaron la atención de la gente.

— Niñas, vengan adentro un momento. — Sugirió al ver cómo las tres estábamos peleadas.

Los cuatro nos dirigimos al interior de la casa, mientras que Frank se quedó con los invitados. Estoy excesivamente asustada. No podría estar más nerviosa, sobre todo porque esto parece un interrogatorio; Cherry, Lily y yo estamos sentadas en el sofá y mi papá está de pie frente a nosotras.

— ¿Qué es lo que está sucediendo, niñas? — Preguntó.

— Te dije que Bandita tiene una cosa en la lengua. — Insistió Cherry.

— ¡No es cierto!

— ¡Sí es cierto!

— Papá, no les hagas caso a las gemelas; ellas mienten.

— Abre la boca. — Dijo impasible, pero no hice nada; me quedé paralizada en mi lugar.

— No tengo por qué hacerlo. — Traté de mantenerme firme.

— A mí me parece que, si no tienes nada que esconder, entonces no tendrías problemas con hacerlo.

Respiré hondo y abrí la boca, pero echando mi lengua hacia atrás para esconder el piercing.

— ¡Saca la lengua! ¡No seas tramposa! — Dijo Cherry, y mentiría si dijese que no me dieron ganas de pegarle otra vez.

Cerré la boca, me quedé callada y me crucé de brazos; no pienso hacer tal cosa.

— Bandit, por favor. — Insistió mi papá.

Negué con la cabeza, aunque sé que estoy jodida. Y todo por culpa de las gemelas.

Respiré hondo.

Yo misma lo dije al principio: "Quien tenga miedo a morir, que no nazca".

Por ende, sabiendo que ahora todo se iría a la mierda y no hay nada que pueda hacer al respecto, le mostré mi piercing.

— ¿Por qué lo hiciste? — Me pregunta, manteniéndose sereno, pero puedo ver en sus ojos que su día perfecto ya se arruinó.

— Porque quise hacerlo. — Respondí, mi labio inferior tiembla por las ganas de llorar.

— Lily, Cherry, ¿Pueden dejarnos a Bandit y a mí a solas?

Las niñas le dijeron que sí, fingiendo una actitud lo más angelical posible, pero antes de irse, a mí me mostraron la lengua y me miraron como burlándose de mí.

— Sé que quizás querías hacerlo... — Se sentó junto a mí. — Pero creo haber hablado contigo al respecto, y te dije que...

— Ya sé lo que dijiste. — Hablé antes de que el sermón se alargara hasta el infinito. — Dijiste que es algo que debía pensar bien para no arrepentirme, pero créeme que sí lo pensé. Todo estará bien, tampoco se infectará ni nada porque estoy tomando todas las precauciones; estoy siendo responsable, papá.

— ¿Te perforaste a escondidas y te atreves a decir que estás siendo responsable, Bandit? ¿Desde cuándo tienes ese piercing?

— Desde hace tres días.

— Con razón has estado actuando tan extraño. — Ahora sí suena ligeramente molesto. — Dime ¿En dónde y cómo pudiste perforarte? Un adulto tuvo que haber firmado un permiso para que tú pudieras hacer eso.

Bajé la mirada hacia mi regazo, sin saber qué decir.

— ¿Y bien? — Insistió.

— L-Lo firmó...

«No llores, Bandit. No llores, Bandit. No llores, Bandit». Me dije.

— El papá de... B-Bronx.

Exhaló aire pesadamente.

— Pero papi. — Levanté la mirada para intentar justificarme antes de que él me diga que está decepcionado. — E-Era el cumpleaños de Bronx y él iba a hacerse un piercing y ya que yo no iba a poder ir a su fiesta, él me dijo: "Hey, ¿Por qué no nos perforamos juntos?", y aunque al principio no me pareció una buena idea, luego cambié de opinión y por eso te pedí permiso y... Sé lo que dijiste, todavía lo tengo presente. Pero después hablé con mi mamá y...

— ¿Tu mamá? — Se nota un poco más indignado. — ¡¿Tu mamá tuvo algo que ver con esto?!

— Hablé con ella ¿Okay? Y me dijo algo que es muy cierto, y es que tú me sobre-proteges en exceso; quieres tenerme encerrada sin hacer nada, sin conocer cómo es el mundo real y vivir experiencias por mi cuenta. Mi mamá me dijo que podía perforarme si quería hacerlo. Dijo que puedo hacer lo que quiera, ser libre, cometer mis propios errores y aprender de ellos. Y eso no está mal ¿Sabes? — Me miró incrédulo. — El piercing ni siquiera me molesta tanto, está bien, y mis compañeros de clase ahora piensan que soy genial y...

— Detente. Ya escuché suficiente... Estás castigada.

— Pero papá...

— Dame tu celular. — Extendió su mano, y yo obedecí sin más, sabiendo que hay castigos peores que simplemente me dejen sin celular por un tiempo. — Y tampoco podrás viajar a Los Ángeles con tu mamá la semana que viene.

Ahí está; el castigo despiadado que estaba esperando.

— ¡¿Qué?! ¡Pero papá! Sabes lo ilusionada que está mi mamá por poder estar conmigo en acción de gracias... Yo también quiero estar con ella ¡No me quites eso!

— ¿Cómo no hacerlo? Después de esto ¿Cómo esperas que confíe en que estarás bien con ella? Ya no me es difícil imaginarme que, si te dejo quedarte con Lindsey por unos días, vas a regresar con un tatuaje.

— ¡Papá! — Discutí, sin poder seguir reteniendo las lágrimas. — ¡No seas exagerado! ¡No es gran cosa! No me hagas esto... No me separes de mi mamá, ¡Es injusto! Ella tiene tanto derecho como tú de estar conmigo y de ver qué es lo mejor para mí.

— Dudo que Lindsey sepa qué es lo mejor para ti. Si le dices ahora que tienes ganas de fumarte una cajetilla de cigarros entera, seguro irá a comprártela sin dudarlo. No es que te esté separando de ella, eventualmente podrás ir a verla cuantas veces quieras, pero eso sólo será cuando aprendas que hay ideas que ella quiere inculcarte que simplemente no están bien y a la larga te harán daño.

— Lo siento... — Dije entre lágrimas. — Has estar muy decepcionado de mí.

— Más que eso... Me siento muy herido, Bandit. Creí que teníamos una relación de respeto mutuo, pero ya veo que fue muy ingenuo de mi parte haberlo pensado, porque no te causa ningún tipo de remordimiento mentirme a la cara, y cuando descubro lo que haces, te preocupas por todo menos en pensar en que quizás hiciste mal las cosas.

Bien, ahora creo que la herida soy yo, gracias a lo que acaba de decirme.

— Yo sólo... Y-Ya no quiero seguir discutiendo ¿Okay? — Se restregó el rostro con una mano, suspirando con pesadez, como reuniendo todas sus fuerzas para estar tranquilo. — Más tarde llamaré a Lindsey para decirle que no irás a verla y es mi decisión final... A menos que, no sé, te escapes tú sola hasta California.

Se levantó del sofá, volvió a respirar hondo y trató de fingir buen humor antes de regresar a la fiesta en el jardín.


...


No regresé al baby shower, fui a mi habitación a seguir llorando, pero por suerte, tuve una gran compañía, y hablo de Bela... Aunque seguramente ella también pensará que soy una idiota por lastimar a mi papá, por mentirle, y por traicionar su confianza una vez más, hasta el punto en el que él ya se está esperando lo peor de mí.

La fiesta se terminó a las tres de la tarde. Vi desde la ventana a Frank y a mi papá despedirse de los invitados y entrar a la casa una vez que todos se fueron.

Eventualmente, tenía que salir de mi cueva, ya que desgraciadamente ésta no tiene un baño personal y yo en serio tenía que cumplir con la limpieza del piercing.

Bajé a la cocina para preparar el agua salada. Cuando terminé y volví a subir las escaleras, tuve que pasar junto a la habitación que mi papá comparte con su novio. La puerta estaba entreabierta y pude escuchar que mi papá ya estaba hablando con mi mamá... Y estaba llorando.

Me preocupé y decidí observar a escondidas; efectivamente, él está teniendo una pelea al teléfono, mientras Frank lo abraza e intenta consolarlo.

— P-Pero Lindsey... — Se quedaba en silencio por unos segundos, escuchando. Sé que mi mamá lo interrumpió para gritarle algunas cosas, porque así era cuando peleaban en casa. — ¡Entiende que estuvo mal lo que dijiste! ¡Mira las cosas que impulsas a hacer a Bandit!... ¡Nunca estás para ella y cuando por fin lo haces es para provocar que tome malas decisiones!... Es que no... ¡No!... Lindsey... — Su llanto desesperado provocó que yo también me pusiera a llorar (de nuevo). — ¡Es que no deberías meterle esas ideas en la cabeza a nuestra hija! ¡¿Qué clase de madre eres?!... ¡Claro que no soy un maldito egoísta! — Fue lo último que gritó antes de colgar y seguir llorando, escondiendo su rostro entre sus manos.

— Gee... Por favor... — Frank acariciaba sus hombros. — Recuerda que ponerte así de nervioso le hará daño al bebé.

— Lo sé... — Levantó la mirada y respiró hondo, tratando de calmarse. — Es que... Frankie. N-No puedo creer que incluso estando separados ella se empeñe en hacerme la vida imposible... Y no sólo eso... Es injusto que le haga todo esto a Bandit. — Sollozaba. — Y encima dice que "qué clase de padre soy yo que prohíbo que mi hija vea a su madre"... Me dijo que soy un maldito egoísta.

— Pero tú sabes que no lo eres.

— Es sólo que... Frank... Siento que de verdad no estoy siendo un buen padre.

— ¿Qué? — Frank frunció el ceño, tan consternado como yo lo estoy al haber escuchado eso.

— Siento que estas cosas están pasando con Bandit porque yo no he podido hacer suficiente por ella... No lo sé... Es que siento que quizás debí haber hecho más para evitar que estas cosas pasaran. S-Sólo... No lo sé; así me siento.

— Tú eres un padre increíble, Gerard... Has criado a tu hija prácticamente tú solo, has hecho de todo por ella, le has dado más amor del que su madre alguna vez podrá... Quizás el único error que cometiste con Bandit ha sido no dejarla saber cómo es Lindsey en realidad.

« ¿Qué?». Pensé. « ¿Por qué la rata dice esas cosas sobre mi mamá?».

— Tú sabes que Lindsey nunca se interesó en Bandit, y ahora sólo lo hace para molestarte. — Agregó.

— Lo sé... Pero sigue siendo la mamá de Bandit, y no quiero poner a nuestra hija en su contra.

Me quedé completamente petrificada al escuchar eso.

— Frankie... — Dijo limpiando sus lágrimas. — No sé qué haría sin ti en este momento... Creo que no podría con todo esto yo solo.

— Te subestimas. — Replicó Frank. — Tú eres fuerte... Lo demostraste todos estos años al ser un buen padre para Bandit mientras tenías que lidiar con un matrimonio de mierda.

— Te amo. — Musitó solemnemente, antes de que Frank tomara sus mejillas y le diera un tierno beso en los labios, y luego uno en la frente.

Aún me sorprende lo cariñosos que son ellos mutuamente. Estas son cosas que yo nunca vi en mi antigua casa, y menos si mis padres estaban en privado, porque en esa circunstancia, seguro se mostraban más desprecio mutuo.

— Gee... ¿Quieres que te prepare un té? Te hará sentir mejor.

— No quiero eso. Sólo te quiero a ti... Quédate y dame amor. — Dijo envolviendo a Frank con sus brazos con la intención de no dejarlo ir.

Suspiré y me separé de la puerta.

Se suponía que hoy sería un día especial para mi papá y tuvo que terminar exponiéndose a toda esta mierda que claramente lo altera, lo pone muy triste y, no sólo eso, también le hace daño al bebé.

Él estaba muy feliz... Y yo lo cagué todo.

Lo que más duele, es que él se siente como un mal padre. Y no es cierto, él nunca ha sido un mal padre. El problema aquí, es que yo soy una mala hija. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top