Capítulo 11
Me levanté de dormir sintiéndome enojada todavía.
No pude evitar hacer una rabieta. Decidí no hablar con nadie; ni con mi papá, ni con Frank, ni con las niñas... ¿Qué culpa tienen Frank y las niñas? No lo sé, pero tampoco quiero hablarles.
«Mi papá es muy sensible». Me dije. «Quizás, si no le hablo, me dé permiso de ir sólo para que deje de ignorarlo».
Después de arreglarme para ir a la escuela, bajé a la cocina para comer algo de cereal, allí me encontré con Frank preparando el desayuno, quise preguntar cómo está mi papá pero no quiero romper mi silencio recién empezándolo.
— Buenos días, Bandit. — Me dijo.
Sin responder, comencé a buscar un tazón junto con el cereal y la leche.
— Bandit... Buenos días. — Me repitió, y yo decidí seguir ignorándolo. — Oye, ¿Por qué no me hablas? Yo no fui el que no te dio permiso para ir a la fiesta de tu novio.
La palabra "novio" me hizo ruborizarme terriblemente, pero aun así, aunque quise gritarle que Aidan no es mi novio, me mantuve en silencio.
Procedí a verter el cereal en el tazón para posteriormente ponerle la leche.
— Bring Me The Horizon... — Pronunció leyendo el logo de la camiseta que decidí usar hoy. Al parecer, no quiere rendirse; está empeñado en sacarme conversación a toda costa. — ¿Eso es lo que escuchan los emos de hoy en día?
Lo miré con una expresión de extrema monotonía para luego regresar mi vista al cereal y empezar a comer, demostrándole que no me interesa hablar con él.
Pero el enano siniestro seguía...
— ¿Sabes? Tengo la teoría de que siempre han existido los emos, sólo que con otros nombres y estilos. Sin embargo, los emos de ahora son mucho más estéticos que los de los 90's o de principios de los 2000's ¿No te has dado cuenta? — Está hablándome a mí. Pero para mí, está hablando solo. — La vibra de quererse morir, criticar todo lo que los rodea e identificarse con canciones de bandas de rock sigue allí, pero con un estilo diferente. Ya no se tapan la cara con un fleco, ni utilizan tanto delineador debajo de los ojos y tampoco se cortan ni usan MySpace. Ahora tienen cuentas estéticas de Instagram y también se visten más bonito, como tú. Pero lo raro es que antes los emos sólo escuchaban música rock ¡Pero luego llegaron los Twenty One Pilots! Con letras y conceptos oscuros pero con otro ritmo, ¡Es reggaeton para emos!
Respiré hondo, en serio quería reírme, pero no iba a darle el gusto de ganar.
— Muchos dicen que los emos ya murieron. — Agregó a su innecesario discurso. — Pero eso es mentira; todavía están allí, sólo que ahora son niños "soft grunge", "alternativos" y etiquetas como esa... Así que he llegado a la conclusión de que los emos no mueren, sólo evolucionan... Como un Pokémon.
« ¿Por qué hace tantas referencias a Pokémon?». Me dije, reuniendo todas mis fuerzas para no reírme. Frank me miró raro por cómo empecé a respirar profundo para que no se me escape la risa.
En eso, mi papá entró a la cocina, aún con la pijama puesta, se nota que recién se está levantando.
— Buenos días, mi amor. — Le dijo a Frank, regalándole un beso en la boca.
— ¿Cómo es que eres tan perfecto, Gerard Way? — Frank lo tomó de las mejillas, mostrando completa devoción en su mirada.
«Ya van a empezar». Me dije, rodando los ojos ligeramente.
— Me encantas. — Completó el enano, volviendo a besar su boca, y posteriormente, fue más lejos y soltó una risita antes de lamer el rostro de mi papá: A S C O.
— ¡Frank! — Mi papá soltó una risa nerviosa, con las mejillas completamente rojas. — Eso es asqueroso.
— ¿Crees que eso es asqueroso? — Respondió tomándolo de la cintura, apegándolo a él. — ¿Entonces qué me dices de lo que te hice anoche? ¿Eso también fue "asqueroso"?
«NOOOOOOOOO». Pensé... ¡Casi me caí de la puta silla al escuchar eso!
— ¡Oh, Dios mío! ¡Frank! — Discute mi papá, sonrojándose todavía más. — ¡Bandit está aquí!
— ¿Y? Ella no está escuchando... Parece que amaneció sorda el día de hoy. — Dijo con sorna.
— ¡FINJO que no los escucho, lo cual es distinto! — Dije totalmente asqueada. Así, señoras y señores, Frank logró hacerme hablar. — ¡Rata de dos patas, lo hiciste a propósito! — Frank soltó una gran carcajada. — ¡Gracias por el trauma innecesario!
Me levanté de la silla y fui a por mi mochila para irme... Sin despedirme; porque se supone que estoy molesta.
Nunca había manejado un enojo como este, así que se podría decir que esta es mi primera "huelga", porque el que no me hayan dejado ir a la fiesta de Aidan es la primera injusticia contra la cual tengo que luchar.
— ¿A dónde crees que vas? — Me pregunta mi papá, al verme completamente lista para salir.
— A la escuela ¿Tú que crees? — Dije con indiferencia. — Tomaré el autobús.
Y sin esperar una respuesta, salí a la calle a enfrentar el mundo.
...
Llegué muy temprano a la escuela. Me encontré con muy pocas personas en el salón, Melissa era una de esas personas, así que, después de saludar a todos, decidí sentarme con ella. Estuvimos conversando y riendo sobre nimiedades, hasta que se me ocurrió preguntar por Bronx, aunque... Me da la sensación de que Melissa no cambió de opinión con respecto a él, y la verdad me pregunto por qué.
— Mel... ¿Qué piensas de Bronx ahora que tuviste la oportunidad de hablar con él?
— Sigo pensando que es algo hueco y superficial. — Se encogió de hombros. — No lo sé... No me da buena espina.
— Él no es un mala persona ¿Sabes?
— ¿Cómo lo sabes? Sólo lo conoces desde hace prácticamente una semana.
— Bueno... Pero hemos intimado mucho; estamos juntos todos los días, su papá me ha llevado a casa, y siempre estamos hablando por mensaje. No digo que lo conozca como la palma de mi mano, pero... Sí lo suficiente como para saber que es bueno.
— Hey, sé lo que estás haciendo ¿Okay? — Su repentina afirmación me confundió un poco. — Sé que quieres que hable con él porque él está interesado en mí o algo así... Pero créeme, yo no tengo ningún tipo de interés en relacionarme con él.
— Entiendo... Sí... Entonces está bien... Pobre Bronx.
— ¿Entonces la única razón por la cual decidiste hablarme fue para hacer que me acercara a él?
— Al principio sí, pero el que no estés interesada en él no significa que dejaré de ser tu amiga; realmente me caes bien. Sólo... Hmm... Ahora que sé que no quieres ni siquiera ser amiga de Bronx, no sé cómo haré para pasar tiempo con los dos ¿Sabes?
— ¿Por qué tendrías que hacer algo? Si prefieres estar con él durante el almuerzo o durante los recreos, a mí no me importaría. No deberías limitar tu vida social por mí.
— P-Pero estarías sola.
— No me molesta estar sola.
La miré boquiabierta.
— Eso no es posible. — Le dije.
— Sí lo es... Lo creas o no, hay personas que prefieren estar solas antes que rodearse de idiotas.
La forma en que lo dijo, me inspiró para soltar una gran carcajada, a pesar de que lo dijo muy seriamente, porque es tan impertinente aunque quizás no sea su intención. Y al final, mi risa la contagió de alguna forma y terminó riendo conmigo; nunca había tenido una amiga que fuera tan groseramente honesta.
Nuestras risas se detuvieron cuando la maestra de Biología entró al salón para comenzar su clase. Bronx llegó unos segundos después; tarde como siempre. Cuando entró, me vio sentada con Melissa, pero esta vez, no se sentó cerca de nosotras sino en su asiento habitual, al otro lado del salón.
Tuve la oportunidad de hablar bien con él cuando llegó la hora del recreo y fuimos a sentarnos en nuestro árbol. Me preocupa un poco que Melissa se haya quedado sola en el salón distrayéndose con su celular... Pero decidí tomarle la palabra cuando dijo que prefería la soledad, cosa que no entiendo del todo, porque yo odiaría estar sola en un lugar lleno de gente.
— ¿Y? ¿Ahora me dirás cómo te fue con Melissa? Ayer no me quisiste contar. — Le pregunté, ya que ahora tengo interés en saber su versión de la historia.
— Es que tú estabas ultra emocionada por Aidan, no quería romper tu burbuja.
— ¿Es eso? ¿O es que ella no te cayó bien?
— Más bien, yo no le caigo bien a ella. — Dijo rascando su nuca. — Y también descubrí que no es mi tipo; es un poco... Insegura, pero al mismo tiempo tiene esta mirada que te dice que está pensando que eres estúpido o algo así. Y de paso es kpoper y seguramente también es otaku.
— ¿Aló? ¿Y qué tiene que ver lo último?
Me miró frunciendo el ceño en total desagrado.
— Sabes que esa clase de gente es rara.
— Ay, por Dios. — Rodé los ojos. — Qué prejuicioso eres. Admito que cuando me dijo que le gustaba BTS, pensé que era una de esas Armys loquitas que se ofenden por todo; esas que piensan que sus chinos son dioses de una galaxia lejana, que son lo mejor que le ha pasado a este mundo y, si te atreves a decir lo contrario, te mandan a comer mierda y te destruyen. Pero Mel no es así, incluso critica a esa clase de gente. Ella es genial, deberías darle una oportunidad.
— Pero yo no le gusto a ella, así que ya, dejemos morir el tema.
— No le gustas... Lo sé... Ella misma me lo dijo. — Me miró un poco sorprendido. — Pero deberías luchar por su amor... Digo, si es que te gusta tanto.
— Ya no, Bandit. Ella me gustaba sólo porque es bonita. — Se encogió de hombros. — Ahora el encanto se fue.
Volví a rodar los ojos.
— ¡Qué superficial!
Inmediatamente, recordé que eso es justo lo que Melissa piensa de él.
— ¿Me vas a decir que a ti no te gusta Aidan sólo porque te parece físicamente atractivo?
— Es más que eso ¿Okay? También es una gran persona... Me encanta cómo siente tanto respeto hacia cada ser vivo del planeta, también cómo habla de música con tanto amor... Él es genial, sus atributos físicos se quedan muy atrás cada vez que llego a conocer algo nuevo de él.
— Eso fue taaan cursi; lees demasiados fanfics. — Se burló de mí, yo sólo me encogí de hombros. — ¿Entonces? ¿Qué hay de la fiesta? ¿Ya sabes qué te vas a poner?
— Una pijama y a dormir, porque no me dejaron ir. — Bufé.
—¿Quéeeee? ¡Pero dijiste que tu papá te daría permiso!
— ¡Sé lo que dije! No sé qué le pasó, pero me dijo que no sin darme una razón.
— ¿Y por qué te sorprende? La mayoría de los padres son así, y dicen cosas como: "No es no, y no discutas; debes hacerme caso porque soy adulto". Excepto mi papá, él es genial.
— Y se suponía que mi papá también era genial... Él nunca me ha prohibido nada sin decirme por qué lo está haciendo, esta es la primera vez que lo hace. — Me lamenté. — Estoy segura que él no quiere que vaya porque ahora se pone paranoico cuando se trata de chicos, y como sabe que Aidan me gusta... Probablemente no me quiere cerca de él.
— ¡¿Y por qué se lo dijiste?!
— ¡Creí que no tendría nada de malo! ¡Mi papá es como mi mejor amigo!
— ¡Los padres no pueden ser amigos de sus hijos! Bandit, tú vas a ir a esa fiesta. — Afirmó con mucha convicción. — Así sea escapándote de casa, vas a ir.
— ¿Cómo se te ocurre que me voy a escapar de mi casa? — Le miré incrédula. — Es imposible que haga algo como eso.
— ¿Quieres ir a la fiesta o no?
— ¡Sí! Pero no así. Prefiero seguir aplicando la ley del hielo. En algún momento mi papá se cansará de mi indiferencia y, como no tiene una razón válida para prohibirme ir, terminará cediendo.
— Espero que tu chantaje funcione.
...
— ¡Tu estúpido chantaje no funcionará! — Me dijo Frank por la tarde, como si le hubiese pedido una opinión.
Después de la escuela, volví a casa sin hablarle a nadie, y me encerré en mi cuarto a terminar un dibujo en digital que había comenzado el domingo. Me encontraba en completa paz, concentrada en los detalles de las sombras, el único sonido en mi cuarto era el de la música a un volumen mínimo en mis altavoces, hasta que el maleducado de Frank irrumpió sin avisar.
— ¡Hey! ¿Se te olvidó cómo tocar la puerta? — Pregunté alejando la vista de mi tablet.
— ¿Crees que Gerard no sabe lo que estás haciendo?
Me encojo de hombros, poniéndome a la defensiva.
— ¿No crees que sería mejor portarte bien para hacerlo cambiar de opinión en vez de hacer toda esta rabieta?
— ¿Pero por qué simplemente no quiere decirme por qué no me dio permiso? ¡El no saberlo es lo que más me molesta!
— ¿Qué no es medio obvio? Irás a una fiesta con gente que no conoces bien. Podría pasarte algo ¿Sabes?
— Es tan paranoico que piensen eso... Por supuesto que no me va a pasar nada ¿Acaso no confían en mí? ¿Por qué no admites que mi papá sólo no quiere que vaya por sus estúpidos celos?
— No lo culpo por eso, son "cuestiones de experiencia". — Fruncí el ceño confundida. — Es decir... Tú eres una bebé todavía, Bandit... Es por eso que él no quiere que te expongas aún a esa clase de ambiente... Estamos hablando de chicos mayores después de todo.
— Sí, ajá ¿Y eso qué? ¿Acaso mi papá cree que no soy lo suficientemente madura como para estar al nivel de chicos de preparatoria?
— Pues, no... Es decir... Él sabe que te gusta Aidan... Y el que te haya invitado le hace pensar que tú también le atraes a él.
— ¡¿Qué?! ¿Tú crees?
— Quizás ¿Quién sabe? Pero hay algo preocupante en todo eso... Y ese "algo" es lo que hace que tu papá no quiera que vayas.
— Ay, Frank ¿Podrías dejarte de rodeos y simplemente decírmelo?
— Bien, seré súper directo; los chicos de quince años en adelante sólo buscan una cosa... Porque así funcionan las hormonas cuando entras a la pubertad. Y algunos de ellos no tienen buenas intenciones.
Mi ceño permaneció fruncido, y me quedé así de confundida por unos segundos hasta que entendí, entonces me quedé boquiabierta y mi rostro se tornó muy rojo.
— ¡¿Cómo diablos mi papá puedes estar pensando en eso?! — Estallé. — Es que... ¡No! ¡Simplemente no! Es decir... ¡Noooo! ¡¿Qué le pasa?!
— Como ya te dije; son cuestiones de experiencia. — Se encogió de hombros. — En esa clase de fiestas... Siempre pasan cosas. Y Gerard lo sabe, obviamente... Y yo igual. Gerard sólo quiere que quemes tus etapas y no hagas cosas adelantadas a tu edad, ya sea por aceptación social o porque tú misma te creas capaz de hacer esas cosas. Realmente lo entiendo, es obvio que va a esperarse lo peor.
— Sólo soy una niña de trece años... Él no debería esperarse "lo peor".
— Pero lo hace. Porque nosotros también fuimos adolescentes; vimos y experimentamos cosas antes de tiempo... No nos enorgullecemos de algunas, pero gracias a eso sabemos lo suficiente sobre cómo puede funcionar el mundo. Y al saber esas cosas, podemos suponer en qué clase de situaciones podrías encontrarte y qué clases errores podrías cometer; errores que nosotros cometimos también. Sólo queremos ahorrarte esos errores.
— Eso no aplica aquí, lo sé, confíen en mí.
— Si es así, demuéstraselo a Gerard. Lo mejor será portarte súper bien y demostrar que esa fiesta no será nada del otro mundo y que tú serás lo suficientemente responsable pase lo que pase. Así que ya lo sabes; aplicar un voto de silencio no va a traer nada bueno, sino todo lo contrario.
— Bueno, gracias... Sigo un poco enojada pero más tranquila... Y un poco traumada también.
— ¿Tuviste hoy el examen de matemáticas?
La pregunta me tomó por sorpresa; no esperaba que lo recordara.
— Sí... De hecho... Me fue muy bien. — Le regalé una sonrisa que demostrara tranquilidad. — O al menos eso creo... Aún no tengo la calificación pero todos los ejercicios me parecieron fáciles de hacer, así que supongo que todo salió bien.
— Cuando tengas tu examen con calificación perfecta, quiero que se lo muestres a tu papá. Porque después de lo que pasó con tu maestra, a él le haría feliz saber que hiciste algo bueno por ella al haber hecho valer su tiempo y esfuerzo... Así que ese es mi consejo, "Bambit". — Pronunció dicho apodo con cierto tono de burla. — Creo que tienes que hacer lo que hacíamos en mis tiempos cuando queríamos salir a alguna parte; hacer las tareas, portarse bien y ayudar en la casa.
— Bueno... ¿Gracias? Supongo...
— Por cierto, vayas o no a la fiesta, aquí está lo que me pediste. — Lo vi meter una mano en el bolsillo trasero de su pantalón, de donde terminó sacando un trozo de cartulina. — Bob me ayudó a diseñarlo esta mañana.
Cuando tuve la cartulina en mis manos, observé que se trata del cupón que le pedí. El diseño está muy bonito; tiene el logotipo de Skeleton Crew en grande y ofrece un 35% de descuento en cualquier artículo de la tienda.
— ¡Gracias, Frankie! — Sonreí ampliamente. — ¡Eres genial!
Sé que se sorprendió cuando lo abracé por voluntad propia, porque tardó unos segundos en corresponder. Sin embargo, una vez que me apretó en sus brazos, no me soltó, irrespetando mi concepto de abrazo breve para personas en las que no confío tanto.
— Hey... Ya puedes soltarme ¿Sabes?
— Oh no. Déjame disfrutar este hermoso momento en el que puedo saber que no me odias. — Me hizo reír.
— No te odio ¿Qué te sucede? — Ahora sí me separé de él. — No te odio, sólo... No te conozco bien, así que por eso establezco mis límites: Choques de puño en vez de besos y abrazos de no más de tres segundos si tienes algo de suerte.
— Bien, bien. — Asintió. — Me conformo por ahora... Pero, algún día, me dirás "papá".
— Sí, sigue soñando, rata; eso nunca pasará.
Reímos juntos, hasta que él volvió a dejarme sola en mi cuarto.
Guardé el cupón en la carpeta donde siempre tengo mis dibujos, comenzando a sentirme más esperanzada, viendo la posibilidad de que mi papá cambie de opinión y me deje ir a la fiesta.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top