Final. Para siempre

Sentía el corazón en la garganta.

Siendo absolutamente honestos, sentía cada órgano de su cuerpo metido en el reducido espacio de su tráquea, latiendo cada poro de su cuerpo que de pronto se volvió perceptible, tanto como los temblores de sus manos dentro de los bolsillos y el sudor de su frente.

Y no podía sentirse así de expuesto, por todos los cielos. Parecía que estaba a punto de entrar en el negocio y apuntar a la cajera para cometer un crimen. ¡Pero no! Tan solo iba a entrar a recoger un pedido, como un hombre civilizado, maduro y honesto que llevaba la impresión de su compra entre los dedos... Un poco arrugada, eso sí.

Off debe respirar con mucha pero mucha fuerza, sujetando su pecho contra su mano derecha. Trata de recobrar la calma y no parecer un jodido ladrón a punto de cometer un crimen, ahí en medio de la maldita calle. Se reprende mentalmente porque la escena que debe estar dando seguro es espectacular: totalmente vestido de ropa deportiva negra y con una gorra bien fija en la cabeza, que se puso para calmar el rebelde montón de cabello largo y oscuro que si no se ha cortado es porque Gun se lo suplica con esos ojos tan bonitos y un puchero, haciendo ese particular y adorable tono de voz que pone cuando pide algo.

"No~" diría el menor, ladeando su rostro "Me gusta así~ déjalo así, Papii" mientras mete sus dedos entre los largos mechones oscuros.

Y por eso Off debe usar gorra cuando no tiene el tiempo suficiente para peinarse.

—Bien —se anima mentalmente, tomando una profunda bocanada de aire—. Todo saldrá bien.

Y empuja las puertas de cristal polarizado hacia adentro.

Apenas entra, una señorita detrás del mostrador lo recibe con una sonrisa y un cálido "¡Bienvenido!" que hace a Off relajar ligeramente la tensión acumulada en su espalda y hombros.

—¿En qué puedo ayudarlo?

Off le devuelve la sonrisa, colocando frente al mostrador de la joyería, una nota de compra.

—Vengo a recoger un pedido.

Acomodando su ropa frente al espejo, Gun siente el corazón latirle con mucha fuerza, mientras los dedos le tiemblan haciendo más difíciles la tarea de abotonar su camisa. Esa noche Papii y él fueron a cenar a un sitio especial y bonito, muy elegante también al que Gun nunca había ido, pero conocía como uno de los mejores restaurantes de la ciudad.

Está totalmente vestido de blanco, con ese traje que hace que su cabello color se vea mucho más lindo. Desde la última vez que lo tiñó había pasado mucho tiempo, a la vez que muchos colores. Sin embargo, le gustó mucho jugar con los platinados en su cabello y ese tono sutil de rosa y negro tenía muy cómodo a Gun, quien se encarga de los últimos detalles antes de salir de su habitación para recibir el último regalo del día.

Es su segundo aniversario y está súper contento de pasar una noche juntos y hacer algo especial que, está seguro, Papii se esforzó preparando. La comida fue exquisita, Off se veía tan guapo con ese traje que Gun jura perdió la noción del tiempo mirándolo del otro lado de la mesa, con los ojos brillantes y el corazón latiendo con fuerza dentro de su pecho.

Off salió muy temprano ese día, dejándolo bajo cuidado de Nana quien no tuvo que insistir al pequeño tomara una ducha, porque más veloz que un rayo Gun se había levantado de la mesa después de desayunar para correr a ducharse, anticipando la llegada de Papii y con ello, el comienzo de su día especial.

Habló por vídeo llamada con New y conversaron sobre todo y nada, ocasionalmente atravesándose en la toma el Señor Marshmallow quien maullaba por atención de su humano.

"Es un día especial, Gunnie" dijo New con medio rostro cubierto por la cola de su gato "¿Éstas emocionado?"

Y el pequeño asintió con una sonrisa tan grande que no cabría en ninguna pantalla.

Sin embargo, su día de cita especial no había terminado en el restaurante, pues cuando llegaron a casa, un traje blanco perfectamente impoluto esperaba por él en su habitación, contrastando a la perfección con el collar en su cuello que porta orgulloso desde esa tarde en la que Papii lo aseguró, prometiendo que no estaba bajo ninguna prueba ni consideración porque para él, ya no había nada que demostrarle.

Gun ha usado el collar que Papii le dio desde esa noche, cubriéndose de las curiosas miradas de la gente común en la calle tan solo abotonando el último botón de su camisa, además ayudaba que últimamente había desarrollado cierta afición por la ropa grande y floja, cosa que le facilitaba mucho cubrirlo. No le molesta en absoluto recibir ojos curiosos, la mayoría son miradas que lo hacen sentir bien, pero prefiere evitarse disgustos cuando sale de casa. Sin embargo, en el club al que a veces va junto a Papii, a todos les gusta y les parece hermoso. Gun se siente el chico más guapo del planeta cuando los pequeños curiosos se acercan a observar su collar y Papii le sonríe desde su sitio.

New estuvo súper contento cuando llegó a visitarlo usándolo, pidiendo verlo y sin poderle quitar los ojos de encima a la pieza que su amigo lucía con tanta gracia y orgullo. Gun obtuvo un collar como deseaba... Pero Off todavía tenía otros planes en mente, unos que incluían a Gun vestido de blanco, caminando nervioso fuera de la habitación, donde obedece la última instrucción de la lista y se coloca una venda en los ojos, esperando ser llevado a su último destino.

Cuando siente las manos de Off sujetar las suyas, sonríe, totalmente confiado.

—¿Listo?

Gun asiente con una pequeña sonrisa nerviosa.

Cuando Off retira la venda de sus ojos, Gun puede ver que está en un lugar iluminado apenas por luces sutiles que hacen todo más íntimo, más tranquilo y a la vez misterioso. No tiene miedo cuando lo ve, desde su sitio, de pie frente a él mientras Gun espera de rodillas, con las manos flojas sobre sus rodillas.

—Gun —lo llama el mayor, totalmente vestido de negro y con la sonrisa más preciosa que jamás le ha visto—. Cuando me pediste un collar, no dudé en dártelo porque para mí, tú ya habías hecho todo para merecerlo sin siquiera saberlo. Desde el primer momento me diste todo de ti sin pedir nada a cambio que no fuese lo mismo de mi parte y hoy, mi pedacito de cielo, quiero que tengas algo que nos unirá por siempre.

Gun asiente con los ojitos nublados, incapaz de articular una palabra que no sea "Sí" bajito y con un montón de temblores en los labios. Off se aproxima a él, sobre una de sus rodillas para abrir el collar que cuelga de su cuello, haciendo que resbale por el níveo cuello mientras lo retira lentamente. A pesar de tenerlo puesto por meses y por primera vez siendo retirado, Gun no se siente asustado ni vacío. Confía totalmente en lo que vendrá y lo anticipa tanto que casi le es imposible no llorar, pero se mantiene fuerte hasta que Off lo pone de pie, sacando de una caja con un listón negro, un collar de terciopelo negro con delgadas cadenas de plata, del que cuelga un corazón. Se aproxima a su espalda y lo coloca con cuidado, asegurando con una llave, en la parte trasera. Mantiene su palma abierta cuando encara de nuevo al menor, mostrando la llave.

—Este compromiso no tiene final, fondo, profundidad ni peso. No puede ser medido, no puede ser visto, sentido ni tocado por nadie más que nosotros mismos. —Off le recita con firmeza, pero con la voz tranquila y el amor impreso en cada palabra— Está en nuestros corazones, mentes, espíritus y almas. Nos fortalece y nos hace uno. Paso a paso, la confianza y el amor fueron creciendo. Me diste el regalo de tu sumisión y lo recibí con agradecimiento y aprecio. Como mi amor, eres querido más allá de todas las cosas. Te doy las gracias por el regalo que me has hecho y por completarme. Eras la pieza que me faltaba. —los ojos nublados enfocan los suyos, sonriendo Gun con las mejillas encharcadas— No te obligaré jamás a nada, lo único obligatorio es el amor y la confianza.
¿Aceptas este collar con el mismo espíritu que te lo entrego?

—Sí —Gun asiente, sujetado de las manos por Off—. Sí, lo acepto hoy y para siempre. Quiero entregarme y pertenecerte, que seamos nuestros con amor, humildad y confianza. —Se muestra entero, hablando desde el fondo de su alma y con cada palabra impresa de absoluta verdad—. Eres la persona perfecta para mí, el hombre de mi vida y con quién quiero pasar el resto de ella.

Off le sonríe de vuelta, intentando mantenerse firme en todo momento.

—Repite después de mí —Pide, sujetando sus manos— Acepto este Collar como una expresión externa de entrega. Lo hago libremente, completamente y sin reservas.

—Acepto este Collar como una expresión externa de entrega. Lo hago libremente, completamente y sin reservas.

Llevaré este collar con orgullo, sabiendo que seré protegido, respetado y apoyado. Prometo comunicarme siempre abierta y honestamente, no guardándome nada para mí.

—Llevaré este collar con orgullo, sabiendo que seré me protegido, respetado y apoyado. Prometo comunicarme siempre abierta y honestamente, no guardándome nada para mí.

El menor repite, para continuar con las palabras de su ceremonia de entrega.

En este momento entrego mi cuerpo y alma en total libertad y confianza, a partir de ahora y hasta que reclamé mi libertad.

Gun abre la boca pero de ella no sale nada, de pronto dudando de si debería repetir lo último. Esto no pasa desapercibido por el mayor, quien baja la cabeza tratando de encontrar los ojos de Gun, cabizbajo.

—¿Cariño? —lo llama, recibiendo una tímida mirada de vuelta—¿Estás bien?

El menor niega con la cabeza.

—No puedo decir lo último... —suspira, apretando con fuerza los dedos que lo sujetan—. No quiero reclamar esa libertad nunca.

Off sonríe y lo lleva a su pecho, donde lo abraza con fuerza.

A la mierda el protocolo, nunca fue hombre de ceremonias y a decir verdad es la primera vez que lo hace, pero quería que fuera especial para su pequeño. Si, los puristas posiblemente se le echarían encima de saber que hizo tantas cosas a su modo, pero al final todo era por y para ese chico a quien le besa con emoción las mejillas y la frente, escuchándolo reír entre lágrimas.

—Hay una última cosa que hacer, príncipe —Off desliza entre los dedos del menor, la cadena de plata, de la que cuelga la llave, apartándose suavemente de él—. Es tu turno de cerrarlo —y la deja caer en su palma—. Esta llave, me une a ti, como símbolo de tu pertenencia y mi entrega absoluta, hasta que decidas irte. Prometo cuidar de ti, velar por ti en todos los aspectos y hacerte feliz. Amarte con sinceridad y... —Gun no le permite seguir, pues le coloca la cadena en el cuello con serenidad y sobre las puntitas de sus pies, mirándolo a los ojos.

—Te amo —susurra el menor, uniendo su frente al pecho de Off—. Te amo hoy y para siempre.

Y une sus labios en un beso tranquilo, largo, lleno de todo lo que no es capaz de expresar en palabras porque no existen, no le caben en el pecho y no tendría suficiente tiempo para decirlas todas.

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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