Capítulo 1. El comienzo

Un nuevo mañana surge en la gran ciudad. Lunes es un día que no le gusta a mucha gente. Les da malas vibraciones. No son muy afamados con ese día de la semana que les recuerda a un día lluvioso, nubes negras que cubren el cielo azul. Paraguas en mano por si llueve, nadie se fía de la señora del tiempo por anunciar que hoy iba ser soleado y es mentira. Lo único que puede alegrar el día es con algo de música pop o heavy metal. En este caso, ___ escucha al grupo Skillet en un día lluvioso. Sus pestañas largas casi tocan el cristal del autobús, observando la gente pasar para llegar a la zona de su trabajo. Ella tiene que ir a la universidad de medicina. Tiene un examen importante y no le gustaría llegar tarde por un atasco. Ella prefiere despertarse temprano y coger el primer autobús que pasa por su casa y estudiar en la biblioteca.

Anatomías del cuerpo que muchos tienen curiosidad. O buscar nuevas curas para los tipos de cáncer que hay en todo el mundo. Es por eso que ha preferido estudiar esa carrera, deseando llegar ser doctora. Es su sueño. Se ha esforzado mucho para sacar buenas notas en el instituto. No es moco de pavo. Medicina es una de las carreras complicadas donde debes sacar una buena nota para que te den plaza. Tuvo la gran suerte. El autobús para ya finalizando su gran recorrido y los jóvenes bajan en ella. La vida de ___ es sumamente aburrida; aunque también entretenida por culpa de sus amigas. Ellas no están en la misma facultad, mantienen contacto vía WhatsApp y hacen alguna que otra quedada. El único quién ha coincidido con ella es con cierta persona que siente atracción; pero no ha hablado de sus sentimientos porque ese chico está muy centrado en sus estudios que mantener una relación seria.

Realmente ___ no tiene mucha fama de estar con chicos porque ella también está centrada en sacar la carrera cuanto antes. Pasos ligeros y sin prisa alguna en dirección a la biblioteca. Él la estará esperando para dar el último repaso antes del examen de segundo curso. Dos años más y ella será libre, y poder cumplir su gran sueño. Y eso que solamente tiene veinte años y desea acabar cuanto antes. La biblioteca es la más grande que hay en toda la facultad y un lugar donde poder estudiar con mucha tranquilidad. Todos son responsables en esa facultad porque saben que no es fácil aprobar. La joven sigue caminando con pasos pausados, no tenía prisa alguna. Y ahí está él, ese gesto corporal indica que está muy concentrado. Se aproxima con cautela no haciendo el mínimo ruido y se sienta en una de las sillas un tanto escandalosas para su gusto. Él la ve y esboza una pequeña sonrisa deteniendo su estudio.

—¿Preparada para morir, ___-ya? —pregunta con diversión.

—Supongo —responde con desinterés.

—No creo que lo pondrá difícil. —Su tono de voz es suave y bajo para que nadie le eche la bronca.

—Es el profesor Marco, sabiendo como es, no lo hará.

Marco es uno de los mejores profesores y valorado por todos los alumnos. Su gran preocupación es que todos no salgan de la carrera sin haber captado algunos conceptos importantes de cara al futuro. Que manejen sus responsabilidades a la hora de utilizar cualquier herramienta en una operación. ___ admira mucho a ese hombre por tener tal maestría en las clases. Se le nota que le apasiona esto y ha sido médico durante unos cuantos años, vio la corrupción que hay en todos los hospitales que hay en la gran ciudad. Es por ello, que está aquí para que todos los alumnos de esta facultad no hagan lo mismo.

—Dentro de media hora iremos a la clase. —Sus pensamientos se divagan al escuchar la voz de Law.

—Oye Law, ¿tienes planes esta tarde? —Sería una gran oportunidad de estar a solas con él; pero no en el entorno académico.

—Sí, estudiar para el examen de la semana que viene —responde dejando a un lado la lectura—. ¿Por?

—No, por nada.

Un aire frío se lleva las ilusiones de ___ por querer quedar con Law. Un chico atractivo de ojos grises, apuesto para las jóvenes de la facultad. Esos tatuajes destacan el mal augurio que tuvo que pasar el muchacho. Su perilla es atrayente que dan ganas de morderlo con los dientes. Ignora esos pensamientos sabiendo que nunca tendrá una oportunidad con él. Está muy centrado en los estudios porque su tío le pagó la matrícula y lo hace en honor a él. Ella sabe todo de él y él de ella. Dos personas que no están destinados a estar juntos, si no todo lo contrario. En un futuro muy lejano serán compañeros de trabajo. Nada más.

Unas cuantas horas pasaron y todos terminaron el examen. La última en quedarse fue ___ porque siempre le gusta revisar una y otra vez antes de entregar el papel. Quién se encargaba de revisar a los alumnos para que no se copien es Marco. ___ no duda que es un hombre muy atractivo, esa voz lo destaca todo. Escuché rumores de que muchas chicas se atrevieron a acercarse a él para que les subiera la nota a cambio de placer; pero él es un hombre que no le gusta esas cosas. A veces, se pregunta si está casado. Nunca se ha fijado en sus dedos por si tienen un anillo de boda. Marco es agradable a simple vista; de hecho, es un gran profesor entre todos los alumnos. Duda en acercarse a él y hablarle, no quiere que piense que es aprovechada.

—¿Cómo le ha ido el examen? —Sin embargo, no hizo falta porque ya Marco se atrevió a empezar dar una conversación.

—Muy bien, la verdad es que ha sido fácil.

—Ya lo veo. Usted y el señor Trafalgar sois los mejores estudiantes que puedo tener —dice con una sonrisa sincera.

—¿Cuándo dará la nota?

—Este fin de semana, si no ocurre algo improvisto.

La verdad es que es agradable hablar con el profesor Marco sin que nadie te mire. También escuchó rumores extraños acerca de él; pero es mejor ignorarlos y estar más centrada en sus estudios. Hace una leve reverencia a modo de respeto hacia su profesor, a modo de despedida, y se retira de ahí dejándolo solo. Recibe un mensaje vía WhatsApp de sus amigas que le han dicho para quedar, ya que hace tiempo que no se ven. Suspira levemente aceptando la propuesta. Es tomar algo nada. Un café y un par de tostadas o galletas. Además, ella no tiene el examen que mencionó Law, ya que no tienen las mismas asignaturas. Ella tiene mala suerte con los chicos. Nunca ha tenido novio porque siempre la miraban rara.

Vuelve a ponerse los cascos para seguir escuchando música mientras espera por el autobús para ir a la quedada con sus amigas. Seguro que quieren saber las anécdotas que ha tenido a lo largo de estos meses. Mira a los lados viendo a la gente que observa el reloj como si tuvieran prisa. Ella no la tiene, está muy tranquila. De hecho, prefiere que las rutas con el vehículo sean largas y lentas mientras disfruta de su música. Sus ojos (c/o) echan un pequeño vistazo a un grupo de chicas de su misma edad que no paran de reírse. Hasta que ve un pequeño libro que se titula Daddy's Corporation. Alza la ceja curiosa de ese libro con una portada con unos cuantos hombres con máscaras. Tal vez para ocultar su identidad.

Aparece el vehículo subiendo hacia las escaleras de metal. No mira a nadie porque prefiere estar en su mundo. Rebirthing de Skillet retumba en sus oídos ante un día lluvioso. Tiene un camino largo por delante por lo que aprovecha a cerrar los ojos lentamente. Está cansada. Ha estado toda la semana estudiando para el examen de hoy y puede notar la pesadez en sus párpados. Risas escucha detrás y son las chicas de antes. Seguro que aún están hablando de ese libro estúpido que leyó. Seguramente es una empresa que desconoce ya que hace tiempo que no ve la televisión. Abre los párpados y lo primero que se encuentra es un cartel con el mismo nombre que el libro. ¿Qué demonios está pasando? ¿Se perdió algo interesante y no se ha enterado?

Solo espera que sus amigas no hablen de ese tema porque ella lo desconoce. Minutos pasaron y llega a la última parada. Desde el cristal puede ver a sus amigas esperando en la cafetería. Un buen desayuno que la hace despertar por unas cuantas horas no le vendría mal. Al salir del autobús, las chicas la ven y la saludan con energía.

—¿Cómo estás, ___?

—Pues bien, recién salí de un examen. Gracias por preguntar, Nami.

—¿Vamos adentro? —pregunta Vivi con una sonrisa en sus labios.

Las tres chicas entran viendo el entorno que hay en la cafetería. Hay mucha gente; sobre todo, los policías que suelen pasarse por ahí para tomar un buen café a las tantas de la mañana. Se sientan en una mesa ante la atenta mirada de todos los hombres. ___ sabe que no la están mirando a ella, sino a sus dos amigas que son la mar de guapas.

—¿Te salió bien el examen? —pregunta Nami.

—Sí, fue demasiado fácil. —Le dedica una pequeña sonrisa un tanto tímida.

—Seguro que sacarás una buena nota. Eres inteligente y te darán matrícula de honor —habla Vivi ya pidiendo la comanda.

—Tampoco quiero halagarme demasiado.

—Oye, ¿y qué tal ese chico? ¿Law se llama?

—Él está más centrado en sus estudios que en otra cosa —confiesa con un pequeño suspiro.

—Debes lanzarte —alza la voz Nami mirándola—. Si no te lanzas es muy poco probable que tengas una oportunidad con él.

—No voy hacer eso.

—No seas bruta con ella, Nami. —Y menos mal que tiene a la chica de cabellos azules para que la ayude.

___ se aparta un poco los cabellos mientras suelta un pequeño suspiro. Está aliviada de que Law no esté por aquí o sino ya hubiera escuchado toda esta conversación. Y un anuncio en la televisión hace acto de presencia.

—¿Necesita a alguien que le aconseje sobre la vida? ¿Está aburrida y quiere que le den toda la atención que necesita? ¿No ha tenido padre? No se habla más. Daddy's Corporation es lo último en moda en donde todos los jóvenes prueban una nueva experiencia. Nuestros empleados están experimentados en escuchar a sus clientes y ayudarles en todo momento. Si se desea tener un buen servicio, no dude en contactar con nosotros.

«¿En serio?», es el único pensamiento que le surge a la chica. No tiene recuerdos de su padre o más bien porque nunca tuvo. Pero ¿por qué una empresa querría ayudar a jóvenes con ese problema? Huele a chamusquina; pero las chicas de antes estaban con ese libro de la empresa.

—La empresa se hizo famosa desde la semana pasada —comenta Nami llamando la atención de la chica—. Todas las chicas de nuestra madre van a esa empresa y escuché que está muy bien.

—Pero yo lo veo una tontería. —Vivi toma su té con suma tranquilidad.

«Yo también lo veo inútil», ¿a quien se le ocurre ir a un sitio de ese tipo? ¿Y cuáles son las intenciones? Suspira nuevamente tomando una galleta para darle un leve mordisco.

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Llega a su casa después del almuerzo, ya que Nami y Vivi le dijeron de comer algo antes de irse a sus casas. Ella vive sola, su madre ha tenido problemas con las drogas y ahora está en un hospital recuperándose, y luego la meterán en un psiquiatra. Su vida siempre ha sido una mierda para sus ojos. Deja las llaves en la cesta y lanza la mochila al otro extremo del salón, y se sienta en el gran sofá. Ha sido un día un tanto productivo para la joven. Cierra los ojos, no queriendo pensar en nada más. ¿Ser lanzada con Law? Es inútil hasta para ella. Yo creo que ella es tímida con los hombres por muchas razones.

No tener un madre para que te ayude en estas situaciones y no sentir el afecto de un padre es algo que echa de menos. Sus manos acarician con sutileza la tela del cojín hasta que lo abraza queriendo algo de cariño. Sin querer, aprieta el botón del mando y se anuncia el mismo anuncio que escuchó en la cafetería. Daddy's Corporation la está persiguiendo por todos lados y no es buena señal. ¿O sí? No está muy segura realmente. ¿Alguien que pueda ayudarla? ¿Cómo si fura un psicólogo. Aprieta el pause congelando la pantalla para ver el número de teléfono. ¿Debería intentarlo? No sería raro en probarlo, ¿no? Coge su móvil donde sus dedos empiezan a teclear y se acerca al dispositivo a la oreja. Varios pitidos escucha hasta que, finalmente, oye:

Daddy’s Corporation, ¿en qué puedo ayudarle?

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