Ilusion
Este capituló contiene una escena que de verdad no quería escribir, pero es algo que ya había estructurado, perdónenme por esta escena.
En sus manos observaba esa pequeña jeringa, una simple dosis y podría obtener de nuevo, lo que le había sido arrebatado.
Caminaba de nuevo al cuarto, al entrar lo vio, serio y quieto, cual si fuera una estatua de mármol, una tallada a la perfección y que los demás solo podían tener el placer de contemplarla.
El colchón se hundió con su peso, la mano estaba a punto de tocar la mejilla, cuando está se alejó de la palma del chico de la cicatriz.
- yo, solo deseo tener lo que me fue arrebatado-
- nada te fue arrebatado, tu lo perdiste por tu obsesión-
Sabito sabía que esas palabras eran solo para dañarlo, y lo estaba logrando, intentó seguir hablando, pero la puerta fue abierta por una persona.
- nee, Sabito-kun, úsalo ya, solo pierdes el tiempo-
- maldita traidora- las palabras con enojo y resentimiento
- siempre con lo mismo Tomioka-san, siempre tan frió y desagradable-
Shinobu sacó una pequeña jeringa, igual a la que Sabito tenía entre sus manos., se acercó de manera rápida al azabache y la dosis fue inyectada en su torrente sanguíneo.
- ¿que me inyectaste maldita?- preguntó furioso Tomioka
- solo una ayudadita para Sabito, pero recuerda que debes ser amable- dijo riendo para salir del lugar
Sabito fue tras de ella, dejando a un Giyu jalando las esposas de sus manos.
- ¿porque hiciste eso? yo pude hacerlo por mi cuenta- reclamó Sabito
Shinobu solo volteó y sonrió
- no lo harías, eres muy cobarde para dañarle hasta un insignificante pelo, es lo malo de ti, fuera de él, no tienes ambición y eso puede ser tu caída, dale unos minutos y entra, solo recuerda, no será en ti en quien piense-
Con esas palabras, por fin Shinobu se alejó, las palabras a veces dolían mucho más que las acciones.
Kanae se encontraba revisando el cuarto de su hermana menor, cualquier cosa que pudiera ayudar, estaba tan metida en su búsqueda, que no había percibido la presencia de Kanao en la habitación.
- nee-san tenía muchos secretos-
Kanae giró para ver a su hermana menor
- Kanao, si tú sabes algo...-
- no sé mucho, ella siempre era muy reservada, pero a ella, hace un tiempo, estuvo enamorada del señor Tomioka-
- todos sabíamos eso - dijo Kanae triste
No pasaba desapercibida la forma en la que Shinobu, había mirado al azabache, todos lo sabían, Kanae prefirió no meterse, su hermana era una adulta que sabe lo que hacía, pero ella recordaba como la había consolado, como la abrazó mientras ella lloró, Shinobu nunca le dijo que era por el entonces ejecutor, pero ella lo sabía y solo le quedaba dejarle su hombro para llorar.
Kanae se sentía terrible, su familia se desmoronaba y se había andado de ser la espectadora.
- Kanao- dijo tomándola de los hombros firmemente - esto debemos resolverlo, debemos ayudar al clan y pedir clemencia por Shinobu, ¿estás conmigo?-
- si onee-san, traeremos a nuestra hermana de vuelta-
Ambas asintieron con determinación, sin saber el largo y doloroso camino, que todo esto podría acarrear.
Giyu sentía cada vez más dolor, su respiración se volvía errática y comenzaba a sentir escalofrío.
Sabito y Shinobu se había ido hace un rato y lo que le habían inyectado, estaba causando estragos en su cuerpo, de pronto escuchó de nuevo la puerta.
Si vista se volvía nublada, pero aún así reconoció la melena melocotón.
- ¿que rayos me inyectaron?-
- mi señor yo...-
En ese momento, la vista de Giyu le estaba jugando una broma, imaginando que esa cabellera, en realidad tenía un color burdeo.
- ¿Tanjiro?- preguntó Giyu con intriga
Sabito se molestó. Con que era eso a lo que se refería Shinobu, pero el amaba a Giyu, y estaba dispuesto a todo por tener de nuevo su amor.
Se acercó lentamente y tocó la mejilla del azabache de manera delicada.
- lo amo- dijo Sabito con una sonrisa
- Tanjiro, ¿eres tú?-
Parecía que la inyección estaba actuando de manera eficaz.
Sabito prefirió dejar de hablar, además él era una persona de acción y no de palabras.
Acercó su rostro a Giyu y besó sus labios de manera lenta.
- Tanjiro, perdón por no protegerte-
Sabito se está desesperando, Tanjiro era un maldito, al provocar que su señor se encontrara con conflictos en su mente.
- te amo-
- yo también Tanjiro-
Esas palabras habían sido como un cuchillo hirviendo en su corazón, pero no podía perder esa oportunidad, tendría de nuevo al hombre que amaba, no importaba el costo.
Tanjiro se encontraba rastreando cualquier dato que podría dar con el paradero del azabache.
Lamentablemente estaba batallando, estaba a punto de darse por vencido, cuando lo vio, pequeña y mínima, como una aguja en el pajar.
La señal del teléfono de Giyu en una carretera desconocida, tenía que empezar desde ese punto, no podía quedarse de brazos cruzado, pero necesitaba ayuda.
Una que pronto llegaría, pero la verdadera pregunta era ¿estaba dispuesto a soportar lo que pronto descubriría?...
Espero les guste
Los kiere y aman inukagban
Rakel 😘😘😘😘
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