CAP. DIECISIETE [ 3 ]

"cosas de amigas"

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─A mí no me importa ser un secreto, yo quiero estar con usted.

─Ah, Heaven... Ojalá fuera así de fácil.

─Pues por ahora olvídese de todo, sólo concentrese en una cosa.

─¿En qué?

Ahí estaba besandose en la sala de la casa. Ella estaba encima de él, devorando su boca con una notoria desesperación que le daba a entender desde luego, por eso Daniel la besaba igual, añadiendo el hecho de que metía sus manos por debajo de la blusa de Heaven y desabrochaba su sostén para tirarlo a algún lugar de la sala.

─De verdad me gusta, señor LaRusso. ─se separó del beso.

Unas risitas y voces bastante conocidas hicieron presencia en la casa. Pero ya no hubo tiempo de separarse o de tratar de hacerles creer lo contrario, que no estaban por tener sexo.

¿En qué momento Amanda y Samantha entraron a la casa?

Cómo lo dijo Heaven, sólo debían concentrarse en una cosa; en su propia pasión, que no escucharon como un auto se estacionó ahí.

─Papá...

Samantha fue la primera en hablar.

Los dos se separaron inmediatamente. Asustados, preocupados, sabiendo que al fin habían sido descubiertos

─Sam, cariño… ─rápidamente bajó a heaven de sus piernas y se acercó a tomar las manos de su esposa. ─Por favor, lo puedo explicar.

─Eres un desgraciado. ─murmuró entre dientes amanda. ─Y tú, ─se acercó a heaven y la apuntó. ─no eres más que una maldita malagradecida.

─¿Cómo pudieron hacer esto? ─cuestiona su hija. ─Heaven, se supone que eras mi mejor amiga… papá que vergüenza contigo, en serio.

─No es lo que parece.

─¡¿Que no es lo que parece!? ─le gritó amanda. ─¡Daniel, llego a mi casa y te encuentro besándote con esta niña! 

─Yo no quise hacerlo, Amanda, por favor-

─¿Que no quiso? ─heaven se unió a la conversación. ─Si no hubiera querido, me hubiera separado… pero fue usted el que me dijo "ay heaven, tú también me gustas"

Amanda salió del lugar y Daniel se fue siguiendola.

─¡Ya cállate Heaven! ─la voz de samantha resonó por todo el cuarto. ─¡Nada más empeoras todo! 

─¿Por qué? No estoy diciendo nada más que la verdad, Samantha.

─Que estúpida Heaven, no eres más que-

─No, no toda la culpa me la llevo yo, eh. ─le sonrió con sarcasmo. ─El señor LaRusso tuvo mucho que ver, muchísimo. ─lo miró él. ─¿O no es así? ¿No me llevó regalos carísimos en mi cumpleaños? ¿No me traía a su casa cuando su familia no estaba?.. ¿No fue hasta mi casa a pedirme personalmente con usted a Japón? Y la pasamos espectacular, acuérdese que-

Fue interrumpida, al sentir la mano de Sam en su mejilla.

─¡Eres una zorra! ¿Por qué no pensaste en que mi papá ya tiene una familia? No te imaginas, y nunca vas a saber todo el daño que me estás causando.

─¿Tú? ¿La consentida y mimada de Samantha LaRusso está sufriente? Valla, debe ser la primera vez.

─De verdad que decepción contigo. Te creí, creí que éramos amigas, y unas de verdad. ¿Por qué te portabas así de "leal" conmigo? Si no eras más que una puta que se acuesta con mi padre, tan sólo metí a mi casa a una cualquiera que lo único que se merece es el desprecio de todos.

─Pues lo siento Sam, lamento haberme metido con tu papi, pero era el único que me daba al menos un poco de felicidad… y me enamoré de él desde que me empezó a dar toda la atención que mi padre nunca me dió, porque no todas tuvimos la suerte de crecer como la princesa de papi.

─¿Y yo que culpa tengo?

─Tienes razón, no es tu culpa, ni siquiera te estoy pidiendo que me compenses… con tu papá fue más que suficiente. ─se rió un poco.

─¡Que ya te calles, no quiero seguir escuchandote!.. te lo vuelvo a decir, eres una maldita zorra cualquiera.

─¡Pues mientras que tú eras la perfecta hija de Daniel LaRusso, yo era la perfecta amante de Daniel LaRusso! ─le dijo en un tono alto. ─Lamento que te hayas tenido que enterar. 

─¿Desde cuándo?

─Como hace un año.

─¿Y que pasa con River? ¿No era tu novio él?

─Pues River es lindo, demasiado lindo diría yo, no por nada varias chicas le mandan mensajes, pero no me despertaba tantas cosas como lo hace tu papá.

─¡Deja de hablar de mi papá! ─ella de nuevo soltó una risita. ─Es más, ya lárgate de mi casa, y no quiero que en tu miserable vida te acerques.

─No te preocupes, tu papá sabe dónde vivo.

Samantha ya no la dejó decir nada más, porque luego empezó a sacarla de su casa a empujones.

─¡Sam espera! Mis cosas quedaron adentro.

─Pues no me importa que-

─Sam. ─amanda llegó. ─Deja que saque todas sus cosas, no quiero nada de ella aquí.

─Gracias señora LaRusso, que amable.

─Ya cierra la boca Heaven.

─Grosera.

Luego de hablar recogido las cosas que tenía en la habitación de Sam, bajó de nuevo al primer piso.

─Bueno entonces ya-

─¡Ya vete! ─le dijeron ambas.

Apenas Heaven puso un pie fuera, éstas le cerraron la puerta en la cara.

─Y con una niña. ─dijo amanda al ver a daniel. ─No puedo creerlo, que vergüenza.

─No, cariño, por favor.

─Tú también vete de aquí, Daniel. ─se fue a su cuarto.

─Sam…

─No quiero escucharte. ─siguió a su mamá.

Pasó un buen rato, y a Heaven se le iba bajando la ebriedad de hace rato. Si dijo todas esas cosas, era porque simplemente estaba borracha.

Ahora sólo se sentía justo como se lo dijo Sam, una zorra, una cualquiera. Y una malagradecida como se lo dijo Amanda. Estaba arrepentida, desesperada, pero no haría nada por solucionarlo.

Después de todo, aún seguía con ese pensamiento: "Ella nunca lo entendería porque siempre tuvo una vida y una familia perfecta".

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Pasaron dos días y Heaven no fue a la escuela, y tampoco hubo entrenamientos, ya que Daniel los había cancelado, según él por el momento nada más.

Pero ya estaba de nuevo en la escuela. Hasta ahora no se había topado con Sam, pero sí con Miguel.

─Hola Heaven. ─se acercó a saludar. ─No habías venido, ¿Que pasó?

─Nada… Sólo no quise.

─Oye… ¿Te peleaste con Sam?

─¿Por qué?

─Pues solamente le dije "y ese milagro que no vienes con Heaven" y ella me dijo que no quería saber nada de ti.

─Sí, nos peleamos. Ya sabes, cosas de amigas.

─Que mal, ojalá las resuelvan pronto.

─Ajá.

─¿Y sabes por qué el señor LaRusso-

─Miguel. ─sam llegó y lo tomó del brazo. ─No deberías hablar con ella. ─miró a heaven de los pies a la cabeza. 

─Bien… díganme qué pasó.

─No lo sé, que te lo diga ella.

─Sam, por favor. ─murmuró la castaña.

─Pobre River, que feo ha de sentir que su novia sea una fácil y que se acueste con personas que ya tienen… un compromiso.

─No te voy a permitir que me sigas hablando así.

─¿Y que me vas a hacer?

─No me voy a poner a pelear contigo aquí… Que corriente.

─¿Corriente? ─pregunta con ironía. ─Lo dice la que se mete con hombres casados.

Lo dijo lo suficientemente fuerte como para que los que andaban ahí la escucharan y empezar a reír y a murmurar.

─Pues te recuerdo que tú besaste a Miguel cuando era novio de Tory… así que mejor no te hagas la santita.

─Al menos Miguel y Tory no estaban casados y no tenían una familia.

─¡Samantha ya cállate!

─No… ¡Eres una-

Esta vez fue Heaven quien le soltó una bofetada.

En cuanto Samantha reaccionó del golpe, le soltó un puño en la mejilla, luego una patada, Heaven no se quedó atrás y empezaron a pelear con su clásico estilo de karate.

─¡A ver a ver, ya! ─miguel las separó con ayuda de eli.

─¿Que se traen ustedes dos? ─pregunta el chi o de cabello punk.

─Que te lo diga esta arrastrada. ─sam se fue.

Miguel solamente miró confundido a Heaven, después fue trás Sam. La castaña se dirigió al baño e Eli se fue con la pareja.

Sintió la mirada juzgadora de todos los alumnos, como la miraban con desagrado y murmuraban cosas de ella, y eso que aún no se habían enterado quien era ese hombre con el que Heaven se acostaba.

Estaba en el baño limpiándose su nariz que estaba sangrando, cuando escucha una voz bastante familiar.

─Al final las amiguitas perfectas no era tan perfectas.

─Callate.

─¿En serio vas a dejar que LaRusso te humille así?

─¿Que quieres Tory?

─Yo no quiero nada ¿Que podría querer de ti?

─¿Entonces por qué vienes a estar jodiendo?

─A ver, cuida tu vocabulario, porque yo no soy tú cómo para dejar que me hablen así.

─Pues yo no te tengo miedo.

ella le sonrió. ─Claro, si siempre defendías a Sam de mí.

─Ya dime que quieres.

─Sólo quiero decirte, que van a hacer mierda esos imbécil… Yo más que nadie sé cómo se siente que todos murmuren cosas a tus espaldas. Y lo peor es que ninguno tiene el valor como para-

─Decirtelo de frente. ─completó.

las dos se miraron un par de segundos. ─Todos son unos idiotas. Sólo te juzgan sin saber por lo que estás pasando, únicamente ven que hiciste algo malo y ya no les para la maldita boca.

─No ven más allá de sus problemas.

Tocaron la campana de la escuela.

─Ven conmigo. ─heaven no dijo nada. ─Bueno, está bien, si te quieres quedar sola pues hazlo, porque tu amiguita se está encargando de que nadie te hable.

La rubia salió del baño y unos segundos después Heaven la alcanzó. Ya iban caminando las dos juntas, y como era de esperarse, todos murmuraban cosas sobre ellas, pero como lo dijo Tory; nunca nadie tenía el valor para decirselo en la cara.

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Ese fue su peor día en la escuela, lo que la hizo pensar muy bien una cosa; definitivamente no estudiaría la universidad ahí, a ver cómo le hacía, pero necesitaba salir de ese lugar.

Además ya sólo era cuestión de tiempo como para que todos supieran que tuvo una relación secreta con Daniel LaRusso. De por sí que algunos ya lo empezaban a sospechar desde que Sam le dijo esas cosas.

Y tampoco regresaría al dojo, nunca.

Además de que Tory le había hecho una propuesta tentadora.