12 ─── oh, baby... i'm sorry
──── [☁] ────
Heaven estaba parada frente a la casa de los LaRusso. Dio un suspiro antes de tocar el timbre, y en cuestión de minutos Amanda estaba frente a ella.
─Hola Heaven, que bueno que llegas. ─dijo la mujer.
─¿Qué pasa, señora LaRusso?
─Pasa.
Ella se hizo a un lado y se dirigió hasta la sala, donde tomó asiento junto con Heaven.
─Es Sam. ─dijo. ─Ya no puede estar tranquila porque todo la asusta, incluso la hemos visto llorando en varias ocasiones. Daniel la llevó al lago para distraerla, pero dice que no funcionó porque le pidió que la trajera de nuevo a la casa.
─¿Y dónde está ella?
─Sigue afuera con Daniel, no tardan en llegar.
Ella trató en no pensar en su reacción cuando lo vea llegar.
─Sam le sigue teniendo miedo a Tory, ella me lo ha dicho muchas veces. ─dijo heaven. ─Por eso yo siempre trato de estar junto a ella. A mí Tory no me asusta, pero a Samantha sí.
─Sólo quiero que hables con ella, tal vez podrías hacer que se distraiga y deje de pensar en todas esas cosas que la abruman.
─Claro. Por supuesto.
─No le digas que yo te lo pedí, ella se lo puede tomar a mala manera como esta mañana. Tú sólo ayúdale a superar lo que le asusta, por favor.
─Está bien.
─Sam te quiere mucho, como a una hermana. Ella se la pasa diciendo eso cuando tú no estás aquí.
Aquellas palabras hicieron sonreír a Heaven, llenándola de felicidad, de que sí había alguien que la amaba de verdad.
Pero el lado oscuro de todo aquello, era la culpa y el sentimiento de hipocresía que la atormentaba día a día.
Y no hace falta decir que es.
─También amo a Sam, y haré lo que sea para ayudarla.
─Eres una muy buena amiga, Heaven, estoy feliz de que Sam haya encontrado a alguien como tú.
─Yo también... de haber encontrado a alguien como Sam.
Dios mío, Heaven, ¿en qué te metiste?
La puerta se abrió y Heaven escuchó unas voces que ya conocía.
─Heaven. ─sam la abrazó. ─Me alegra verte aquí.
─A mí también me da gusto verte Samy.
─Hola cariño. ─daniel llegó y le dio un beso en los labios a su esposa.
─¿Cómo les fue?
─Sam se siente un poco mejor ¿no es así Sam?
─Sí. ─ella sonreía. ─Todo gracias a ti papá.
─Hola Heaven. ─él la saludó.
─Hola. ─respondió, sonriéndole, como si no existieran todos los problemas y secretos que había entre ellos dos.
─¿Y qué te trae aquí?
─Vine a ver a Sam.
─¿A Samantha?
─Sí, a Samantha.
─Que bueno. Ponte cómoda, sabes que eres bienvenida siempre. ─le sonrió.
─Muchas gracias señor LaRusso. ─ésta hizo lo mismo.
Daniel y Amanda salieron y las chicas se quedaron hablando.
─¿Te gustaría hacer algo Sam?
─Sí.
─¿Qué?
─¿Quieres entrenar un poco?
─¿En serio? ─ella se sorprendió, ya que sam no quería saber nada de karate por el momento. ─¡Vamos!
Fueron hasta el cuarto donde acostumbraban a entrenar. Y allí ambas practicaban la Kata que Daniel les había enseñado, mientras sentían que sus mentes se despejaban por completo.
─Sabía que volverías.
Daniel habló.
─¿Oh, en serio? ─pregunta sam.
─Sí. ─tomó dos varas. ─Toma, atrapa. ─le lanzó una a sam.
─¿Para qué es esto?
─Pensé que tal vez podríamos entrenar juntos
─Creo que regresaré a mi casa. ─heaven tomó su bolso.
─No, Heaven, quédate. ─dijo daniel. ─También sería bueno que entrenaras con nosotros.
─Eh... ¿yo?
─Sí, tú también, Heaven.
─Es que tengo-
─Vamos Heaven. ─sam le sonrió. ─Quetade.
Ella cerró los ojos y suspiró; se quedaría sólo porque Samantha se lo estaba pidiendo.
─Está bien.
─Ehm.. ─daniel buscaba por todo el cuarto. ─Sam, ¿puedes ir a buscar otros de estos? para Heaven.
─Claro, ¿dónde están?
─Estoy seguro de que en el garaje.
─Vuelvo en un segundo.
Samantha salió del cuarto.
─¿Cómo has estado, Heaven? ─el hombre le preguntó.
─Bien. ─respondió, sin mirarle a los ojos.
─¿Te gustó el viaje a Japón?
─Uff, me encantó. ─aún no lo miraba.
─¿Eso fue sarcasmo?
─Puede ser.
─Mírame a los ojos cuando te hablo, Heaven. ─se acercó a ella, y sujetó su barbilla, obligándola a mirarle. ─¿Se acabó todo lo que había entre nosotros?
─¿Qué quieres, Daniel? ¿Por qué no me dejas ser feliz?
─¿De qué hablas?
─De que no me quieres tener, pero tampoco me quieres soltar.
─Oh, nena... Lo siento.
Él acercó sus labios a los de la chica, amenazando con besarlos. Heaven, por más que quisiera, no podía ponerle resistencia, y estaba ansiosa y emocionada por volver a besarlo.
Pero eso no pasó, y Daniel se alejo justo cuando Heaven se acercaba.
─Te quiero más de lo que te imaginas. ─le dijo él.
─Me has dicho esa mentira tantas veces.
─Pero esta vez-
Se separaron tan rápido como pudieron, cuando escucharon los pasos de Sam.
─Toma papá.
─Gracias cariño.
──── [☁] ────
Ambas chicas estaban en el patio de la casa, sólo con la luz de la luna como iluminación.
─Todo esto... ─decía sam. ─Me está volviendo loca.
─A todos nos está volviendo locos.
─Tory es una maldita psicópata.
─Debes vencer tu miedo hacia ella, sino nunca podrás estar tranquila contigo misma Sam.
─Es que eso intento, pero no puedo... Simplemente no.
Se quedaron unos minutos en silencio.
─¿Te gusta estar sola todo el tiempo? ─sam le preguntó. ─Es decir, vivir sola, comer sola, ir a dormir sola.
─A veces es triste la soledad y silencio que hay en mi casa... No es lindo vivir sola.
─¿Te gustaría quedarte aquí? Al menos por un tiempo, sería genial tenerte aquí todo el tiempo. Siempre nos apoyaremos y estaremos juntas.
─¿En-en serio?
─Sí.
─¿Qué pensarás tus papás sobre esto?
─No les molestará, ellos te adoran.
─Sam... no lo sé.
─Anda Heaven, eres mi mejor amiga, no me gusta verte sola por tanto tiempo.
─Yo... lo voy a pensar. ─se levantaron del césped donde estaban acostadas. ─Ya es tarde, ya debería regresar a mi casa.
─Le diré a papá que te lleve.
─¡No!.., eh, no. Mejor iré caminando, gracias.
─Heaven, ya es muy noche y tu casa está lejos... O ¿por qué no duermes aquí?
─Sam...
─Por favor.
─Es que-
─Por favooor.
─Como enfadas, LaRusso.
La chica sonrió y se lanzó a abrazar a Heaven, ella rió y la abrazó de vuelta. Entraron a la casa, y Amanda y Daniel estaban sentados en el comedor de la cocina.
─Mamá, papá, Heaven se quedará a dormir hoy.
─Siéntete cómoda, ─dijo daniel. ─estás en tu casa. ─le sonrió.
─Gra-gracias, señor... LaRusso.
─Descansen niñas.
Arreglaron todo en la habitación, se quedaron hablando de cosas al azar hasta que Sam se quedó dormida. Heaven aún no podía, pero sí estaba más que segura de que no bajaría a la cocina esta vez, no podía repetirse lo mismo que la última vez que ambos estuvieron en la cocina en la madrugada.
Aunque lo deseara con toda su alma.
Maldita sea, Heaven, ya duérmete. Deja de pensar tantas estupideces.
Se dijo esas palabras a sí misma, para quedarse dormida unos minutos después.
iba a ponr más acción pero neeee mejor para otro capítulo más bueno 😋🤙🏼
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