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La mejor noticia del día, que nadie sabía, era que Miguel ya podía sostenerse por sí sólo. Todo gracias a Johnny.

Él me marcó emocionado a Heaven, dándole la buena noticia de la mañana. Ella se sintió de lo más feliz, y cortó el camino de la escuela a casa de Johnny, y llegó en cuestión de minutos.

─¡Miguel! ─la chica corrió a abrazarlo, pero escuchó un pequeño quejido por parte de miguel. ─Oh, lo siento. Sé que es tu primer día así de nuevo.

─Hoy iré a la escuela.

─¡Eso es perfecto!

─Iré por mi mochila, la dejé en mi departamento. Además mi abuela me preparó el desayuno, no puedo decirle que no. ¿Te gustaría venir?

─Muchas gracias Miguel pero desayuné antes de venir.

─Bueno, vuelvo en un rato.

─Claro, te espero.

Miguel salió y los dejó solos.

─Buen trabajo Johnny. ─heaven habló.

Johnny sólo se acercó a ella y puso su mano en la parte baja de su espalda, después la acercó hacia ella y la besó. Johnny la había sentado en una barra que había en la cocina, mientras continuaba besándola desde el cuello hasta los labios.

Pero Heaven sentía que quería más, no sólo unos simples besos. Y lo que hizo, fue tomar la mano del rubio y llevarla hasta su zona íntima, por encima de sus pantis. Johnny rápido entendió su manera de comunicarse, lo que ella estaba pidiendo en realidad, y estaba dispuesta a hacerla disfrutar.

Con su dedo índice, comenzó a frotar el clítoris de ella, lo que la hacía soltar más y más suspiros que sonaban tan dulces para Johnny.

─¿Esto querías, Heaven? ─le pregunta, mirándola fijamente a los ojos.

─S-sí...

Ella cerró los ojos, echando su cabeza para atrás. Johnny le había estado tocando tan bien, que se sentía muy cerca ya. Y lo estaba disfrutando a más no poder.

Pero él se frenó de la nada.

─¿Qué pasa? ─ella preguntó con disgusto.

─Quiero que me mires, nena.

Volvió a lo que estaba haciendo, esta vez agregó dos dedos a su vagina, y agregó otro al ver como Heaven se retorcía por más.

─Johnny... no... no pares.

Él continuaba metiendo y sacando sus dedos a un ritmo perfecto que a cualquiera volvería loca.

─Estoy... cer-cerca.

─Te ves tan linda así.

Ya no pudo contraerlo más y su orgasmo llegó en el momento perfecto. Johnny lamió sus dedos después, aún viendo a Heaven recuperar su respiración con normalidad.

─Mierda, que estuvo perfecto. ─dijo ella mientras acomodaba su ropa.

─Y espera al siguiente.

Volvió a besarla.

Y se separaron al oír como la puerta estaba por abirse.

─Sí, yo también estoy feliz porque- ─heaven hablaba, fingiendo que estaba teniendo otro tipo de conversación con johnny. ─Miguel. ─sonrió. ─Decía que también estoy feliz porque regreses a la escuela.

─Yo también... aunque un poco nervioso igual.

─Es un poco tarde, ya deberíamos irnos.

─Vallan y diviértanse. ─les dijo johnny.

─Le contaré todo más tarde Sensei.

─Nos vemos luego Johnny.

Esas miradas que sólo ellos entendían, no había comparación.

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Cuando llegaron a la escuela, los estudiantes recibieron a Miguel de la mejor manera, con un cártel que decía "¡bienvenido Miguel!.

─¡El serpiente! ─eli llegó y le saludó.

─¿Qué tal? ─miguel le dio un abrazo.

─Que bueno que estés de vuelta, amigo.

─Se siente bien regresar.

─¿Te pusieron piernas bionicas o qué?

─No, son las mismas aburridas de siempre.

─Te espero en el salón, Miguel. ─heaven habló, mirando mal a eli.

─Sí, mejor desaparece de nuestras vistas. ─el del pelo rojo la miró de la misma manera.

─¿Qué pasó? ─miguel le preguntó a su amigo.

─Conoces a las chicas, son unas caprichosas... Bueno, como sea, quiero que sepas que Cobra Kai está arrasndo.

─Ahmm, de hecho quería hablarte de eso.

El timbre sonó y Miguel no pudo continuar hablando.

─Te lo diré en el almuerzo.

─Bien, seguro.

En camino al aula, Miguel se topó con Demetri, quien le habló de todo lo que había pasado estos últimos meses en lo que Miguel había estado desconcertado del mundo.

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En el almuerzo, Heaven y Miguel se sorprendieron al ver a Johnny dentro de la escuela, dirigiéndose hacia ellos.

─¿Cómo pasó a seguridad? ─preguntó heaven

─Vine a esta escuela antes. Conozco este lugar.  ─respondió. ─Tengo buenas noticias, Encontré un buen lugar para entrenar.

─¿Sí? ─dijo miguel.

─¿Y el reclutamiento? ─el chico se dio la vuelta. ─¿Tan mal?

─Las cosas cambiaron, sensei. Cobra Kai los está convirtiendo en un ejército de idiotas, no hay manera de como convencerlos.

Johnny vio a unos chicos y desde luego los conoció, eran antiguos alumnos suyos del dojo. Se acercó a ellos, con el fin de hacerlos regresar.

─¡Bien, escuchen! ─ellos lo voltearon a ver. ─Lo arruiné. Y lo siento. Sólo pensé en mí, y eso no es lo que hace un sensei. Tomé el camino más fácil, y me rendí, lo que pasó aquí, me estremeció hasta la médula. No podía mirarme a los ojos y menos enfrentarlos.

─¿Sí? Creo que le resultará más fácil decirse eso. ─le dijo eli. ─Pero la verdad, es que nos abandonó mucho antes de esa pelea. Se volvió blando, y paganos el precio.

johnny se acercó a él y lo señaló con su dedo índice. ─Oye escucha, cuando entraste a mi dojo eras más blando que el trasero de un bebé, ¡Yo te hice lo que eres! no Kreese. Tú no le importas nada a él... ¡Y ninguno de ustedes! Si quieren seguir llorando por el pasado como un montón de nenitas, bien, podemos jugar. ¿Quieren quedarse con Kreese? adelante, pero les advierto que terminarán en la cloaca. ─todos permanecían callados. ─O podrían despedirse y unirse a mi dojo.

Todos se quedaron pensando con las palabras que había dado Johnny.

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─Johnny. ─heaven reconoció su figura.

─Hey ¿no deberías estar en clases?

─Sí... bueno, iba en camino.

─Deberías ir.

─¿Qué pasó con Eli y los demás idiotas?

─Creo que entendieron lo que traté de decirles.

─Que bueno Johnny.

No había nadie en el pasillo, todos estaban en sus clases. Así que no sería una mala idea, que se dieran al menos un beso corto.

─Que tengas un lindo día. ─johnny le dijo antes de salir de la escuela.

Después de eso fue a sus clases, tratando de ignorar que probablemente todo se descontrolaría esa misma tarde, con los alumnos o "ex alumnos" de Cobra Kai. También trataba de dejar de pensar tanto, en el por qué Samantha no estaba en la escuela, y ni siquiera le había avisado que faltaría.

Había miles de problemas, y nadie sabía cómo resolverlos exactamente.

Sobre todo había un problema de emociones y miedo con el cual Samantha intentaba lidiar, pero no podría hacerlo sola.

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Al salir de la escuela, e ir en dirección a su casa, Heaven recibió una llamada por parte de Amanda.

"Hola Heaven ¿sigues en la escuela?"

"Hola Amanda. No, ya iba a mi casa
¿por qué no fue Sam?"

"Bueno, ehm... Samantha está un poco mal ahora mismo. Y quisiera pedirte que nos ayudes con ella"

"Por supuesto que lo haré, sólo dime como  puedo ayudar"

"sólo... ven a casa, aquí te explicaremos todo"

"Está bien, en un rato estaré ahí"

Como le gustaba pasar tiempo con Samantha... pero esta vez no deseaba tanto ir a su casa.