07 ─── i'm not okay with this
CAP. SIETE [ 3 ]
A la mañana siguiente, Heaven se giró para abrazar a Daniel, lo único que sintió fue una almohada acompañada de una gran ausencia en la cama.
Había salido desde temprano, y ni siquiera le avisó o al menos le dejó una nota. Ya ni le importó llamarlo, había varios pensamientos lógicos que la llevaban a la conclusión de que seguramente estaría pasando tiempo con su amiga de Okinawa.
Heaven se levantó de la cama y se metió al baño para ducharse, dejó que, como la mayoría de las veces, el agua tibia relajara su cuerpo. Ese siempre había sido su método de despreocupación, sabía que tenía problemas que resolver al salir de la tina de agua, pero quería al menos relajarse y descansar por unos cuantos minutos.
Y como cualquier otro día de quedarse en casa, únicamente se puso una camisa grande y ancha, junto con unos pequeños shorts de pijama.
Supuestamente se iría ese día, eso era lo que Daniel había elegido. Heaven estaba arreglando su pequeña maleta y las pocas cosas que había llevado en ella. Puso un poco de música, su favorita, rock de los 80s.
No podía evitar pensar en Johnny Lawrence cada vez que Guns N' Roses sonaba, sin importar el lugar o la hora. Y el hecho de que "Sweet Child O' Mine" sonara en la habitación no ayudaba.
Porque quería olvidarlo... O al menos eso era lo que ella pensaba.
12:25 p.m. Exactamente la hora que su reloj marcaba y ni siquiera sabía donde rayos estaba LaRusso.
—Hola Heaven. —llamarle fue lo más lógico que se le ocurrió a la chica.
—¿Dónde estás, Daniel?
—Estoy almorzando con... viejos amigos.
—¿No piensas que yo también puedo tener hambre?
—Lo siento Heaven, lo olvidé. Pero hay servicio a la habitación, puedes pedir lo que quieras y yo pago todo.
—Pero yo quería almorzar contigo.
—Más tarde podemos ir a comer o a donde tú quieras.
—¿Más tarde? Dijiste que saldríamos de aquí hoy a las tres de la tarde.
—Heaven, no creo que nos vallamos hoy.
—Pero yo ya quiero irme.
—Aún tengo algo que resolver.
—Sí, con Kumiko.
—Heaven...
—No quiero saber tus problemas que tienes que resolver, yo sólo quiero regresar a mi casa y ya.
—Te comportas como una niña caprichosa de nuevo.
—Y tú te comportas como si yo no importara para ti. Te fuiste a almorzar y ni siquiera me despertaste. ¿Por qué no querías llevarme contigo?.. Claro, no quieres que interrumpa tu tiempo con tu amiga.
—Heaven por favor, no quiero discutir contigo ahora.
—Por favor Daniel, por favor, quiero irme a casa.
—Pero yo aún no puedo regresar. No puedes irte sola.
—No me importa irme sola, si tú quieres venir conmigo lo apreciaría mucho, y si no quieres no me importa.
daniel suspiró. -Iré por ti para llevarte al aeropuerto, sí?
—Ajá.
—Adi-
De tanto enojo, Heaven colgó el teléfono y no lo dejó terminar de hablar.
Se preguntaba ¿Cómo es posible que no quería regresarse junto con ella? Cuando, para empezar, él fue quien la fue a buscar a su casa a rogarle que fuera con el a Japón.
Hubiera querido quedarse en casa, ahí ni se sentía cómoda.
Eso solo aumentaba aquel pensamiento de Heaven; de que siempre había una persona por encima de ella, que no importaba tanto a nadie como le gustaría importar. Que sea como sea, siempre sería la segunda elección.
-[☁]-
—Hola Heaven. —daniel entró sonriente a la habitación, intentó besarla pero ella lo impidió.
—Ya estoy lista, vamonos. -tomó su maleta y salió.
—¿No olvidas nada?
—No.
Daniel le restó importancia a la actitud de la chica, creyó que era normal en las de su edad ¿no?
Esperaron un taxi fuera del hotel y subieron en él.
—Heaven lamento no poder acompañarte pero tengo que quedarme aquí por un día más.
—Que bien, ojalá que resuelvas todos tus problemas, que son mucho más importantes que nosotros.
En realidad, no era lo más importante del mundo. Lo que sucedía, era que Daniel entrenaba más técnicas con Chozen, desde su reencuentro el día anterior, uno aprendía más del otro. Y claro, como Daniel estaba tan concentrado en acabar con Cobra Kai, parecía no importarle Heaven.
Heaven no decía nada, ni una palabra. Sólo veía por la ventana a los coches venir de un lado a otro y a la gente pasar, y las hermosas construcciones de Tokio.
—Heaven. —daniel llamó su atención. —¿Estás bien?
—¿Qué si estoy bien?.. Por supuesto, estoy más que bien. No tienes que preocuparte. —sonrió con falsedad. —Ah, pero porque digo que no te preocupes, si no lo haces.
—¿Cómo quieres que me acabe de disculpar contigo, Heaven? Sólo dime lo que quieres y te doy el dinero para-
—No todo se trata de dinero, Daniel. Ni de los restaurantes u hoteles más caros y lujosos, o los vestidos. La mujer que llevaste a cenar anoche, no era yo. Me hiciste de acuerdo a tus gustos, sin tomar en cuenta los míos. Hubiera preferido mil veces que nos hubiéramos quedado en la habitación y pedir algo de cenar ahí mientras veíamos películas, no ir a que gastaras tanto dinero en mí.
—No lo pensé así Heaven, perdón.
—Realmente, tú nunca piensas en mí.
Ambos prefirieron dejar de contestar y esperar a que el taxi llegue hasta el aeropuerto. Lo que después de unos cuarenta y cinco minutos pasó.
—[☁️]—
—¿Te veré luego? —daniel dudoso preguntó.
—Quizás.
—Ten cuidado Heaven. Te irás sola y-
—No te preocupes, sé cuidarme sola.
—Por supuesto.
—Johnny me enseñó como. —sonrió.
—Sí, claro.
—Adiós Daniel... diviértete.
En otra ocasión, se habrían dado un beso de despedida del cual ninguno de los dos se habría querido separar. O aún mejor, se hubieran ido los dos juntos, abrazándose y dándose constantes besos en el avión.
Pero nada de eso estaba pasando. Heaven iba sola en aquel avión, lo único que la animaba era que estaría ya en casa de nuevo, y la música que sonaba en sus audífonos.
Esperaba aprender a decir "no" a la próxima vez. Sobre todo cuando se trataba de Daniel LaRusso.
—[☁️]—
Casi diez horas sentada en el avión habían sido el tormento y desesperación de Heaven ese día.
Recordaba que cuando era más pequeña, le temía a los aviones. Pero lo que más temía, era el aburrimiento que viviría durante el viaje. Aunque nunca fue así, ya que su hermana mayor siempre la mantenía distraída y riendo.
Nunca era aburrido cuando ella estaba a su lado, no había tristeza ni malos pensamientos. Mucho menos soledad.
Pero esta vez era muy diferente a las veces anteriores que había viajado en avión, iba sola esta vez. Todo porque ella lo había decido así, no pudo negarle el viaje a Daniel y eso la llevó a ir sola por máximo diez horas.
Pero al menos ya estaba en su casa, era ya un poco más de la una de madrugada. Se dio otro baño y sólo se puso un top y sus pataletas, se lanzó a su cama y prendió su celular.
Había silenciado todos sus contactos, no quería echar a perder el tiempo que pasaría con Daniel.
Tantos mensajes, y el primero que atrapó su atención fue el de Johnny. Los de River y Sam los vería después.
Era un audio de voz. Que decía más o menos lo siguiente:
"Hola Heaven, soy Johnny, bueno claro que sabes que soy Johnny porque me tienes registrado. Bueno, es que me gustaría saber si podrías hablar con Robby, es decir convencerlo de que hable conmigo porque creo que por alguna razón no quiere hacerlo. En fin, si ves esto respondeme por favor, necesito tu ayuda... Bueno, ehmm, gracias, hasta luego"
Heaven sonrió al terminar de escuchar el audio, y claro que le haría a Johnny ese favor, de ir a hablar con Robby.
Aunque no todo se trataba de Robby, Johnny quería hablar un poco con Heaven, quería oír su voz, pero no sabía que tema de conversación entablar con ella ¿y que fue lo primero que se le ocurrió? Robby Keene.
"Claro Johnny, no te preocupes, mañana iré a visitar a Robby :)))"
Envió el mensaje.
Johnny no estaba en línea, así que no esperó su mensaje y pasó hacia otro contacto.
River, quien sólo le preguntaba si podían ir al cine juntos.
"Hola Heavy ¿Estás desocupada mañana?"
"Me gustaría invitarte al cine, no te preocupes por los gastos, yo invito"
"Sí te sientes bien, claro"
"Si no, no hay problema Heavy"
Eso fue el mismo día que estaba en Tokio con Daniel.
"Hola River, no contesté porque estuve todo el día en casa enferma :( ni siquiera me dieron las ganas de tomar mi celular"
"Pero podemos ir mañana si gustas :)"
Respondió.
Y por último, Samantha.
Ella sólo preguntaba el motivo por qué había faltado dos días seguidos a clases. Heaven le respondió lo mismo que a River, que estaba enferma. Un clásico.
Gracias al cielo que era sábado, no tenía que preocuparse por despertarse temprano al día siguiente.
Ahora sólo necesitaba dormir. Dormir lo arreglaba todo, era algo que ella misma había confirmado.
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