02 ─── a sad story

CAP. DOS [ 3 ]

una historia triste

El día en la escuela transcurrió normal, igual que los otros días. Porque parecía ser que ya todos habían olvidado la pelea, pero no olvidaban murmurar sobre Samantha LaRusso cada vez que la veían pasar.

Heaven iba a clases de nuevo, ya tomaba una diferente ruta, una más larga, diferente a la que tomó ayer, además estaba más solitario. No le importa en absoluto llegar tarde a clases, prefería despejar su cabeza (que hasta le dolió de tanto pensar) y escuchar el sonido de las aves cantar y el aire correr.

Llevaba sus audífonos puestos, pero se los quitó en seguida cuando notó algo. O más bien, alguien.

—¿Robby?

—Heaven... —volteó a verla.

Heaven dio unos pasos hacia Robby, pero él retrocedía cada vez más.

—Entrégate.

—No.

—Robby, así las cosas serán mucho más fáciles. La condena será menor.

—No, Heaven, y no sigas insistiendo.

—Por favor Robby pon de tu parte.

Una persona se iba acercando, lo que causó que Robby saliera corriendo al instante. Fue cuestión de segundos para que Heaven lo perdiera de vista.

—¡Sólo lo vuelves más difícil!

Se sintió tan tonta, porque pudo haber llamado a la policía en vez de hablarle por su cuenta. No es que quisiera ver a Robby en la cárcel, Heaven se sentía mal por él y lo único que quería hacer era ayudarle a remediar sus errores y el escándalo en el que estaba envuelto.

—Por supuesto. —sacó su celular y llamó a daniel.

—Hola Heaven ¿que pa-

—Vi a Robby.

—¿Viste a Robby? —escuchó a johnny a través del altavoz.

—¿Johnny?

¿Que hacían Johnny y Daniel juntos?

—¿Dónde los viste? —preguntó daniel. —¿Cómo estaba vestido?

—Llevaba una sudadera y pantalón negro, —entró a sus mensajes y le envió la ubicación a daniel. —Acabo de enviarle la ubicación. Ah, y se cortó el cabello.

—Bien Heaven, no te muevas, vamos para allá.

──── [☁] ────

—Demasiado tarde. —dijo heaven, cuando ambos hombres bajaron de auto. —Robby se fue y ni siquiera vi por donde. —miró a johnny. —Hola Johnny.

—Hey. —johnny le saludó. —¿Vienes con nositros o-

—Yo debo ir a la escuela.

—Sube Heaven, te pasaremos a dejar. —le dijo daniel.

Esta vez no puso algún pero, ni le dio un discurso feminista a Daniel. Porque esta vez sabría que LaRusso no intentaría nada porque ahí estaba Johnny.

Subió al asiento trasero y no sabía como lograr hacer que su subconsciente se mantuviese tranquilo por al menos hasta que llegue a la escuela.

Es que ¿cómo podría mantenerse tranquila? si ambos iban juntos en los asientos de adelante. Johnny la miraba por unos segundos a través del espejo delantero, y justamente cuando desviaba su mirada, ahora era la de Daniel la que tenía encima. Tal vez, sólo tal vez, en alguno de sus tantos pensamientos raros, se había imaginado pasar tiempo con los dos, si sabes muy bien a que me refiero, pero luego lo olvidaba porque pensaba que estaba loca y que toda la presión con la que cargaba ya le había afectado.

Se puso sus audífonos y evitó lo más que pudo abrir los ojos hasta que llegó a la escuela. Los genuinos gritos escandalosos de los cantantes de rock que Johnny le había mostrado, lograban que no escuchara nada de lo que los dos hombres iban hablando.

—Gracias por traerme. —dijo al bajar. —Adiós Johnny... Ojalá que tu ojo se recupere y que encuentren a Robby.

Entró a la escuela y trató de poner una sonrisa a quien sea que se le cruzara. Se encontró a Moon y habló un poco con ella.

—Hey. —moon le sonrió.

—Hola. —sonrió también.

—¿Y Sam? ¿Aún no quiere venir?

—No, ella aún se siente abrumada por todo esto.

—Pobre Sam.

—Ella cree que todo es su culpa, por haber besado a Miguel y eso.

—Pues yo también me sentiría culpable. —jazmine apareció al lado de moon.

—Ni siquiera estuviste ahí y no sabes como fueron las cosas así que será mejor que guardes silencio. —le dijo heaven.

—Como sea, Samantha no es una angelito. —dijo la rubia. —Vamonos Moon.

—No puedo, lo siento. —se negó. —Tengo Artes y llego tarde. Nos vemos Heaven.

—Bye Moon.

Jazmine se fue sin decir nada.

Iba también a su clase, cuando su celular empezó a vibrar y atendió la llamada.

—Heaven. —era river.

—Hola River, suenas feliz ¿pasó algo?

—Sí! Mira, estoy en el hospital y-

—¿Tú que haces en el hospital?

—Bueno... yo... Vine a ver que tal las cosas con Miguel.

—Ah, entiendo.

—Pero ese no es el punto. ¡Miguel despertó!

—¿De-de verdad? —su corazón latía de felicidad.

—Sí! Su mamá me dijo que como hace media hora.

—Gracias al cielo. Voy para allá.

—Claro, te espero.

—Adiós.

Adiós.

Quería gritarle hasta a las hormigas que Miguel Díaz había despertado del tormentoso coma, pero debía ser discreta. Así que salió corriendo de la escuela, sin al menos avisarle a alguien, tomó un taxi y fue directo al hospital.

Le llamó a Sam en el camino, dándole a conocer la buena noticia.

──── [☁] ────

River se encontraba en la habitación con Miguel, estaban hablando de algo divertido al parecer porque ambos reían.

—Hola. —heaven les interrumpió.

—Heaven. —miguel sonrió.

—Miguel no sabes la alegría que me da volver a oír tu voz. —sonreía cada vez más. —¿Te puedo dar un abrazo?

—Ven aquí Heaven. —se abrazaron.

—Sam también vino.

—¿Y dónde está?

—Hola. —entró samantha a la habitación. —No se si sea bueno aparecerme aquí... ¿Cómo estás? —miguel suspiró. —Disculpa, es una pregunta tonta.

—Está bien. —aún así respondió. —Me operan el viernes. Un doctor de afuera que al parecer hace milagros.

—Eso es genial. —samantha sonrió. —¿No?

—Yo no me hago ilusiones aún. La cirugía cuesta una fortuna y mi madre se va a llenar de deudas y no hay garantía de que funcione pero...

—Tú puedes vencer los pronósticos. —larusso trataba de animarle.

—Miguel —river le habló. —Sé que tú y yo no nos conocemos mucho, pero creo que podría ayudarte si lo aceptas.

—Muchas gracias. —sonreía débilmente. pasó su vista al brazo de samantha. —¿Tory te hizo eso?

—Sí... no está tan mal. Me hace parecer ruda.

—Lo siento mucho Sam.

—No hiciste nada. Ella fue la que se volvió totalmente loca.

—Tory ha tenido una vida difícil. —dijo miguel. —Su madre está enferma y-

—Todos tenemos una historia triste. —contradecía samantha. —No te da derecho a ser un bravucón.

Tal vez Samantha tenía razón al decir que todos tenemos una historia triste, Heaven era un claro ejemplo de ello, al igual que Tory. Y no es por hablar mal de Samantha, claro que no, pero ella nunca sabrá ni la más mínima parte de como Heaven puede sobrellevar su vida sin rendirse.

—Creo que esperaremos afuera. —heaven salió con river.

Miguel y Sam se quedaron hablando un poco más, mientras que ellos se fueron a sentar a los asientos que había en el pasillo.

—Esto es genial. —heaven sonreía. —Ya extrañaba hablar con Miguel.

—Te lo dije Heavy, que Miguel despertaría. Ahora sólo falta su operación y si todo sale bien, todo estaremos de vuelta a la normalidad.

Heaven nunca regresaría a su vida normal.

—Aún no todo se arregla... Robby.

—Tienes razón ¿Aún no saben nada de él?

—Lo vi esta mañana, intenté hablar con él pero huyo.

—Ojalá que pronto recapacite y-

—¡El serpiente!

La voz y presencia de Halcón los hicieron dejar de hablar para prestarle atención.

—Creo que mejor me voy. —sam salió de la habitación.

—Eres atrevida al venir aquí. —eli la detuvo. —Después de lo que hizo tu novio.

—No me importa lo que pienses. Sólo quiero ayudar.

—Ya hiciste suficiente, princesa.

Heaven se acercó y tomó el brazo de Samantha.

—Ven Sam, vamonos.

—¿A mí también me habrían venido a ver si estuviese en la situación de Miguel? —eli preguntó. —Porque ustedes dos ni siquiera se interesaban por él antes de este accidente. Tú —miró a heaven. —Nunca dijiste algo al menos para restaurar tu amistad con Miguel, ni conmigo.

—Yo siempre pensé en Miguel. —contestó walker.

—¿Antes de que Keene lo lanzara por el barandal lo hacías? Claro que no, las personas falsas como tú sólo están contigo cuando ven que estás muriendo y los necesitas de verdad, de lo contrario estarían ahí todo el tiempo. Dejaste Cobra Kai, dejaste de ser amiga de Miguel. Ahora no finjas que te preocupa.

—No sabes lo que dices.

—Claro que lo sé.

—Por favor. —river notó que discutían y se acercó. —¿A caso no te has puesto a pensar en todo lo que está pasando? Lo último que Miguel necesita es que tú vengas y-

—¿Ahora también tú eres su amigo? Espera ¿No son ustedes lo que quieren eliminar a Cobra Kai?

—Pero Miguel no es como tú.

Las miradas de ambos chicos lo decían todo, si no estuviesen en el hospital a pocos metros de Miguel, ya se habrían puesto a pelear.

Eli pasó a la habitación, golpeando del hombro de River, y él junto con las chicas se regresaron a sus casas.

Samantha se fue en el auto de Amanda, y a Heaven la llevó River.

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