Los balbuceos de Rusia lo despertaron durante las primeras horas de la mañana, por lo que tuvo que levantarse lidiando con el dolor de espalda por su mala posición al dormir y bostezar un poco mientras le cambiaba el pañal. Luego de eso lo llevó a su habitación y lo dejó en el centro de la cama para poder cambiarse de ropa en lo que el otro jugaba con su sonaja, una vez ambos estuvieron listos bajaron a la cocina pasando frente a la de piel verde que aún dormía profundamente envuelta en la manta que siempre dejaba él en el respaldo cuando tomaba siestas con el bebé.

Ya con algo más de habilidad en hacer las cosas usando una sola mano el más alto preparó como desayuno unos sándwiches de huevo revuelto con jamón mientras que al pequeño que aplastó una Pera para variar un poco lo de la leche ya, ambos se sentaron a la mesa y se las arreglaron para comer hasta sentirse satisfechos tomándose un momento para digerir antes de dirigirse a la oficina en donde Rusia ya sabía que debía jugar tranquilo sin interrumpir al carmesí que firmaba o revisaba papeles un par de horas tomándose pausas de algunos minutos para entretener también al menor.

Al volver al primer nivel notaron que la rubia ya no estaba ahí, al igual que los sándwiches que había tenido la cortesía de dejarle a cambio de las peras que trajo para el ruso menor. Ya en la paz de su hogar habitado solo por ellos comenzó a hacer limpieza en lo que el otro jugaba con un plumero bastante entretenido por su textura suave y se ocuparon de arreglar algunos detalles más como los adornos que se exhibían en los estantes o los cuadros en las paredes, además de algunas fotografías de ambos enmarcadas en el inicio de la escalera.

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El eslavo parpadeó un par de veces viendo al de ojos esmeralda de pie frente a él, con una expresión neutral de mirada curiosa y vistiendo un ostentoso abrigo de piel mientras había una caja en sus manos.

-Also... wirst du mich einladen oder werden wir das Gespräch draußen führen?, Weil es ein bisschen kalt ist.. -Murmuró Dritte mirándolo directamente, temblando un poco por las bajas temperaturas del principal territorio soviético-.

(Entonces... ¿Me va a invitar a pasar o tendremos la charla afuera?, porque hace algo de frío..)

...¿Cómo carajos recorrió todo el jardín frontal sin que los guardias le avisaran de su llegada?

Se obligó a sí mismo a hacerse a un lado para dejar al más bajo pasar indicándole con una seña dónde dejar su peludo abrigo, se sintió algo extrañado cuando notó que este no tenía ese mismo uniforme negro e imponente que le vio en los juegos.. sino que una camisa común de tono blanco bajo un suéter canela junto a unos pantalones oscuros acompañados por botas altas a juego, todo parecía ajustarse perfectamente a su cuerpo delgado como si hubiese sido hecho a la medida.

-Sie sagten mir, dass man aus kulturellen Gründen etwas mitbringen müsse, wenn man bei jemand anderem ankommt, ich wusste nicht viel über Zoll, also brachte ich einen Himbeerkuchen mit -El aura del germano era calmada al igual que su voz, avanzaba tranquilo por la sala hasta dejar la caja con lo mencionado sobre la mesa del comedor, mientras tanto con disimulo estudiaba a detalle las cosas en la casa que estaban en su rango de visión haciendo notas mentales a la par-.

(Me dijeron que por cultura había que traer algo cuando que llegase a una casa ajena, no sabía mucho de costumbres así que traje una tarta de frambuesa)

-..Gracias por el presente, es bien recibido en mi hogar al igual que usted. -URSS volvió a la realidad cuando el contario habló, al hacerlo también intentó sonar cortés y no muy desconfiado- Ahora, ¿Me podría decir el motivo por el cual solicitó una reunión personal conmigo?

-Die Verbindungen meiner Nation zum Rest des Kontinents waren nach dem schmerzlichen Ereignis des Großen Krieges zersplittert.. -El de esvástica tomó asiento en el mismo sofá donde había estado durmiendo Bielorrusia horas atrás, acomodándose con la delicadeza de un cisne antes de que sus ojos se dirigieran al mayor que estaba de pie aún fuera de la alfombra que decoraba toda la sala- Así que como dije en mi discurso de apertura en los juegos, estoy interesado en formarlos nuevamente con mis vecinos para que así todos nos beneficiemos con los buenos negocios de exportaciones e importaciones que pueden hacerse a la par del intercambio cultural de nuestra gente.

(Los lazos de mi nación con el resto del continente quedaron fragmentados tras el penoso evento de la Gran Guerra..)

El sucesor de Imperio Ruso avanzó con cautela hasta sentarse en el sofá de una plaza exactamente a tres metros del visitante, apoyando a Rusia en su muslo izquierdo en lo que estudiaba las palabras ajenas de quien no apartaba la vista de él, a pesar de verse tan inocente parecía que su mirada pertenecía a la de un lobo hambriento a la espera de su presa. El europeo notó esto y la suavizó disimulando con una sonrisa avergonzada también encogiendo un poco sus hombros como señal de sumisión en lo que su mente se llenaba de todos los improperios existentes en el vocablo Alemán, se sentía malditamente patético actuando así pero no tenía de otra más que seguir con el mismo mugroso teatro barato que les había vendido a los bastardos de la zona Septentrional.

-Es precipitado hablar sobre negocios cuando ni siquiera conozco en qué ha cambiado su industria actualmente, además, en el telegrama que envió dijo que esta reunión sería sin fines políticos. -No iba a confiarse, era la primera vez que se dirigían más de una oración y que le hablase de negocios en los primeros minutos lo hacían dudar de sus verdaderas intenciones en su casa-.

-Es solo una introducción a lo que mi gente desea, pensé que reunirme en un ambiente informal sería una buena idea para que las charlas fluyeran de mejor manera.. -Sus esmeraldas bajaron lentamente para perderse en la alfombra hasta finalizar la primera fase de sus palabras, luego volviendo a levantarlas logrando que brillasen preciosas bajo la oportuna luz que se coló por la ventana al moverse una nube fuera- Y por cierto, puede llamarme Dritte Reich, lamento si mis palabras van muy rápido..

El rubio se levantó de donde estaba para dar un par de pasos gráciles hasta quedar frente al ruso mayor, al que le tendió su delicada mano enguantada como "Debido saludo" esperando con una falsa pero bien actuada expresión de amabilidad que la aceptara.