Двадцать четыре / 24

-Wie immer fährst du ohne die Erziehung fort, mich einzuladen, zu dir nach Hause zu kommen. -El de esmeraldas arqueó la ceja de pie en el pórtico, obviamente rodeado por los perros jadeantes que movían sus colas tan alegres como Rusia por volver a verlo en la propiedad-.

(Como siempre sigues sin la educación para invitarme a pasar a tu casa.)

-Esta es la tercera vez que nos vemos y la segunda que vienes, ¿Cuál "Siempre"? -Hizo una mueca el soviético recordándole que apenas se conocían como para que tuviese esa confianza, aunque después de todo era un bipolar raro-.

-Qué importa, comunista grosero.. -Refunfuñó Reich dándose cuenta de su error al hablar pero claramente jamás lo aceptaría y menos en voz alta, si había regresado fue solo por el pretexto del cumpleaños porque Adolf lo convenció de que sería buena rebuscar en su oficina algún plano de armas nuevas que se pudiese robar-.

-¡Papi!, te'no ham'be -Se acercó el pequeño bicolor directamente al pecho del eslavo mayor que apenas notó su intención lo alzó en brazos alejándolo de sus pectorales ligeramente hinchados que aún producían leche y este lo sabía-.

-Ehh, si, ahora serviré algo de postre.. -URSS abrió la puerta con algo de nerviosismo para entrar cruzando la sala en busca de la tarta de fresas que descansaba sobre la barra ya estando a la temperatura perfecta para cortar un pedazo-.

-Papi, leche.. -Murmuró el castaño abrazándose a su cuello con capricho, no le gustaba esa que traían de las vaquitas marrones que tenía su tía Ucrania, prefería la de su padre que era más dulce-.

-Ahora no se puede Rus, hay un alemán en la casa -El de hoz y martillo susurró eso último para si mismo mientras pensaba con rapidez, tal vez sobornarlo sería la mejor opción- Si te doy un gran pedazo de tarta, ¿Te olvidadas de la leche?..

-....Bueno -Rusia aceptó luego de pensarlo un poco, así que se dirigieron a la barra para tomar el cuchillo que reposaba junto a la perfecta tarta glaseada de mejor aspecto debido a que el carmesí ya había aprendido a cocinar bien- ¡Kuchen!, ¡Kuchen!

-Si, la tarta está ahí, córtala ya hijo -Tendiéndole en cuchillo con cuidado lo colocó donde solo debía aplastar un poco como ya sabía para que el trozo saliera de ambos lados, obviamente teniendo mucha precaución de que no se fuera a cortar-.

-Noo, ¡Kuchen! -Chilló el bicolor señalando a la tarta con insistencia comenzando a impacientarse de que no lo entendieran porque él sólo quería lo que intentaba comunicar-.

-Wie viel schreit das Gör? -Dritte llegó hasta la cocina seguido de tres perros, tenía la audición muy aguda así que oír niños fastidiosos lo jodía de sobre manera, cuando veía a los berrinchudos en la calle le daban ganas de patearlos hasta el Ártico para que se quejaran con ganas-.

(¿Qué tanto grita el mocoso?)

-¡Kuchen! -El de ojos lavanda redirigió su mirada al germano, volviendo a sonreír como si le hubiesen traído otro regalo igual de bonito que el tren-.

-...Creo que es contigo. -Arqueó una ceja el soviético posando también su vista en el más bajo que hizo una mueca, era un poco extraño porque el bebé le apuntaba con el cuchillo y sonreía, de no haber estado confundido hubiese soltado una carcajada-.

-Co'ta -El castañito señaló con su otra pequeña mano al postre esperando que el escarlata tomase el cubierto filoso que le estaba extendiendo-.

-Dass ich ihm ein Stück abschneide?, aber wenn du der verdammte Vater bist -Gruñó el de esvástica en dirección al de orbes frías, pero el sonido del bicolor empezando a llorar en tono bajo mientras fruncía los labios fue demasiada presión por lo que tomó el cuchillo de mala gana deseando clavárselo al eslavo mayor y cortó un pedazo que luego colocó en un plato pequeño- Arsch verdammt, ¿Contento mocoso?

(¿Que yo le corte un trozo?, pero si tú eres el maldito padre / Argh maldición)

-Toma -Aún con sus ojos llorosos pero más tranquilo tomó con cuidado el platito de té para que el rubio lo tomara y comiera, algo que su tía Moldavia le había enseñado en sus cumpleaños es que debía dar la primera rebanada a quien considerara importante, no era pastel pero igual era su cumpleaños-.

-Nimm es an oder ich breche dir die Beine -URSS con toda la seriedad le mundo entendió lo que quería hacer su pequeño así que más le valía al europeo recibir esa tarta o se la haría tragar del suelo con todo y tierra de jardín-.

(Recíbela o te rompo las piernas)

El fascista frunció el ceño ante la amenaza pero se tuvo que tragar la rabia de ser tratado así debido a que era tarta y a que necesitaba que no desconfiara de él para poder meterse a su oficina en la madrugada a revisar sus cosas en busca de algo importante que le sirviera para sus próximas armas o incluso documentos sobre sus sistemas de protección, tras tener el plato en sus manos tomó un trocito con una cucharilla que había sobre la mesa para masticarlo con algo de mala gana mientras los mirada a los dos, aunque en verdad si estaban buenas las malditas fresas.

•   •   •

No había mucho que hacer en ese lugar y se estaba quedando dormido en el sofá mientras veía televisión que extrañamente trasmitía programas extranjeros, tal vez porque era el guardián de la nación y era al único a quien no le controlaban esas cosas, aunque igual estaba aburrido y se aferraba a su manta.. esa misma que se llevó en su maleta la primera vez que pisó territorio ruso. Ya era algo tarde así que el bebé también comenzaba a cabecear un poco del cansancio sobre los cojines que tenía al lado, por lo que al sentir que el de hoz y martillo venía por su hijo se hizo el dormido para que lo dejase allí y le fuera más fácil subir a la oficina cuando ya estuviesen bien dormidos.

-Este maldito alemán, ya que.. -Entre labios el euroasiático alzó en brazos a su descendiente con mucho cuidado de no despertarlo y lo meció un poco antes de comenzar a subir las escaleras rumbo a la habitación luego de ya haber apagado todo lo necesario en el primer nivel, se cambió de ropa antes de colocarle pijama al soñoliento niño y se acurrucaron entre sus sábanas para comenzar a cantar en tono bajo su canción de siempre mientras le acariciaba el cabello-.

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