CINCO 🌼 Rojo y Café

[🐯]

El liquido oscuro y humeante tranquilizo mi garganta, combatiendo con las nubes negras y el frio en el exterior.

No me gustaba el café, pero era un buen aliado contra el cansancio.

Habíamos terminado las promociones, lo que significaba que teníamos unos días de "descanso".

Un tintineo a mi espalda hizo que volteara y centrara mi atención en Hoseok, sentado en el sillón con la laptop en las piernas.

- Mierda - maldijo por lo bajo, revisando un correo que le acababa de llegar.

Me dirigí con mi café en una mano y me senté a su lado.

- ¿Que sucede? - pregunte estirando mi cuello para tratar de leer el documento.

- Mis habilidades como actor se van a poner a prueba - respondió con una sonrisa sin humor. Yo fruncí el ceño no entendiendo. - Tendré una cita con Rosé, tonto. - rodo los ojos.

Las palabras "podrás hacerlo" se atoraron en mi garganta, porque siendo sincero, no quería que la cita saliera bien, que él la disfrutara.

Que ella se ilusionara con Hoseok.

Quería que la cita fuera un total desastre al punto que ella no lo quisiera volver a ver. Con la ropa adornada con una mancha de vomito o bebida, con un tacón roto, yo que se.

Mi rostro debió de reflejar mi tristeza porque él coloco su computadora y mi café en la mesita de centro, tomo mi rostro, acunando mis mejillas y obligándome a mirarle.

No podía, no quería que él fuera con ella.

- Tae - susurro mi nombre con ternura - todo estará bien - mis ojos se comenzaron a inundar de lagrimas.

- No quiero compartirte. - me miro con una sonrisa triste y yo pegue nuestros labios.

Él era mío.

Dios, dolía tanto amarlo.

Mis manos acariciaron sus mejillas y él poso sus manos en mi cintura y cuello, eliminando toda la distancia (sí era posible) que nos separaba.

Volví el beso mas salvaje, mordía y chupaba sus labios con fervor y de pronto su lengua acariciaba mi boca exquisitamente.

Mi pantalón me comenzó a apretar, intentando liberarse de la prisión de mis calzoncillos.

Toda mi cordura se fue a la mierda y pensamientos sucios que involucraban el sofá y a Hoseok comenzaron a llenar mi mente, pero la puerta fue abierta haciendo que nuestras bocas se separaran con las respiraciones entrecortadas.

Yoongi  entro a la sala leyendo un papel, por lo que ignoro nuestros rostros sonrosados. Hoseok fingió estar interesado leyendo un articulo en la computadora.

- Hey, aquí están - nos miro por unos segundos y  su atención volvió al papel. Hoseok y yo cruzamos miradas aliviadas.

Teníamos que tener mas cuidado, hemos estado al borde de que nos descubran, sin embargo hemos tenido suerte.

- J hopeeeeeee - grito con emoción Yoongi, doblando el papel y guardándolo en su bolsillo - Escuche que tendrás una cita con Rosé - movió sus cejas con picardía y se fijo en mi semblante.

Que rayos.

- Los chismes vuelan demasiado rápido - corto Hoseok, serio sin apartar la mirada de la pantalla.

- Pero vamos, es muy bonita la chica, no puedes negarlo - me removí incomodo y Yoongi siguió mirándome como si me estuviera hablando a mi - no será ningún problema fingir que te gusta.

Hoseok se paso las manos por la cara exasperado, tomo la pantalla y cerro la laptop con fuerza.

- Hyung, no estoy de humor para tus ratos de felicidad, prefiero que estés callado - respondió Hoseok, levantándose, colocando la computadora en el sillón y saliendo de la sala dando un portazo.

- Uy, pareciera que intercambiamos papeles - rio Yoongi sentándose en donde antes se encontraba el azabache - ¿porque tan callado, Tae?

- Estoy cansado - respondí indiferente.

Tome mi café tomando un sorbo. Yoongi me siguió mirando por un buen rato para después suspirar y tomar la laptop de Hoseok.

Si, todo era una mierda.

[🐿]

Todo estaba planeado.

Una cena que los mismos presidentes ejecutivos habían organizado para nosotros, una caminata por la ciudad y despedirnos con una sonrisa boba.

Todo era una sucia treta.

La alegría de las fans no se hizo esperar ante la noticia, leí unas cuantas felicitaciones por la relación en las redes sociales. La mayoría se lo tomo bastante bien.

Solo esperaba que esto no terminara mal.

Me mire por ultima vez en el espejo. Ese chico que me devolvía la mirada no era yo, un chico que hasta ahora estaba arrepintiéndose de añorar ser reconocido, seguir su sueño. Era infeliz. En estos días me he preguntado como seria mi vida sí hubiera escuchado a mi padre, y seguir sus pasos como maestro de literatura pero no, me reprendí al instante porque sí no estuviera aquí, no hubiera conocido a seis personas maravillosas, de cada una he aprendido, cada uno con tonos diferentes.

Cerré los ojos y respire profundamente limpiando mi mente, tenia que verme feliz y enamorado...

Si, yo estaba enamorado, pero de un chico precioso con cabellos castaños.

Una sonrisa salió a brote pensándolo.


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La prensa de todos los periódicos y televisión se encontraban ahí. Contestábamos las preguntas de acuerdo a lo que habíamos leído en los libretos que nos dieron antes de salir.

Los reflectores de las cámaras me cegaban. Solo era un muñeco que sonreía por inercia.

Primero nos atacaron en preguntas y después vino la sesión de fotos de la feliz y hermosa pareja.

Mi mano solo se posaba en su cintura pequeña y sonreía, tratando de engañar a mi mente. No podía negarlo, Rosé era hermosa y cualquier hombre caería de rodillas ante ella.

Pero yo no era ese hombre.

Su cabello rojo brillaba contra la luz del sol, su piel era blanquecina y perfecta, cara angelical con ese toque de dulzura y su cuerpo curvilíneo robaba muchas miradas de envidia y deseo.

A pesar de todo eso, mi cuerpo no reaccionaba.

Cabello castaño y brillante, piel morena y con olor a vainilla, rostro angelical que de un momento a otro se transformaba en sexy, cintura pequeña sin abdominales y un trasero redondo. Un escalofrió sacudió mi cuerpo.

Sí, sin dudas era a Tae quien hacia reaccionar mi cuerpo en segundos.

Al terminar la sesión de fotos nos adentramos en el restaurante donde podía descansar de los reflectores.

Rosé y yo comenzamos una conversación amena, ya que nunca habíamos cruzado más de dos palabras éramos prácticamente extraños.

Me sentía a gusto, era como una nueva amiga que estaba conociendo.

- ¿Estas de acuerdo con esto? - inclino la cabeza y susurro bajo.

Incline la cabeza a un lado y chasquee la lengua.

- Tanto que estoy empezando a enamorarme de ti - conteste con sarcasmo.

Los dos reímos al mismo tiempo.

Después de todo, no iba a ser tan difícil de sobrellevar esta farsa.

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Poly 🌼

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