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Día 30 – Cicatriz (Allen, Kanda).

Le llevó un tiempo recuperarse de la enorme herida que él mismo se produjo cuando eliminaron a ese akuma nivel 4 en Francia. Desde entonces se volvió algo reservado en cuanto a mostrar sus brazos y su cuerpo se refería, sobre todo a la hora de tomar el baño.

Pero en esa misión cerca del Tibet, sintió que no sería justo para sí mismo si no disfrutaba de las famosas aguas termales del lugar. El vapor del agua caliente también le ayudaría a pasar desapercibido, ya que su cabellera blanca siempre era el punto focal de los locales, en su mayoría monjes completamente calvos.

Link no lo estaba supervisando porque tuvo que quedarse en la Orden debido a unos reportes. Con eso en mente se permitió permanecer unos minutos más dentro del agua para relajarse y dejar que sus tensos músculos descansen después de una intensa lucha que había dejado nuevas marcas en su piel, sumergiéndose hasta dejar expuesto únicamente su rostro.

Tan concentrado estaba en la tibieza del agua, que no supo en qué momento Kanda también se encontraba en el lugar. Cuando Allen abrió sus ojos no se molestó en ocultar su desagrado.

—Hay muchos más estanques naturales en el lugar ¿sabías? —masculló enojado e incómodo. Kanda tenía los ojos cerrados.

—Shh... no seas molesto ahora, Moyashi. Este es el mejor según dijeron los ancianos del templo —replicó, tampoco ocultando el hecho de que no quería compartir el lugar con el brote de habas. Ambos estaban en extremos opuestos del estanque.

—Que soy Allen, no Moyashi... y yo vine aquí primero —aclaró con una mirada desafiante cuando el nipón abrió los ojos.

—Veamos entonces quien se gana el derecho —el espadachín espetó molesto. Se levantó, mostrando su pecho descubierto y el maltratado tatuaje cerca de su hombro.

Allen estuvo a punto de levantarse y retarlo, pero titubeó y decidió permanecer en la misma posición en la que estaba, con sólo con la cabeza fuera del agua— Esta pelea no tiene sentido— Ladeó su cabeza y se dedicó a contemplar la formación de minerales en la orilla.

Kanda regresó su cuerpo al agua y no le prestó atención a la actitud de Allen. Siempre y cuando no hiciera más comentarios y jugara con su poca paciencia, no habría problema.

El problema ocurrió cuando minutos después, Allen se removía aún más incómodo. Tenía demasiado tiempo en el agua y estaba seguro que si seguía ahí mucho más, terminaría por tener un par de aletas: en realidad la piel de sus manos y pies ya estaba como pasa de uva. Estornudó y se dio a la tarea de irse del lugar.

Miró de reojo a Kanda, este seguía sin moverse ni un centímetro y aún tenía los ojos cerrados. Con cuidado de no hacer demasiado ruido. Salió del agua y fue en busca de la toalla que no estaba muy lejos.

—¿Te avergüenzan tus cicatrices, Moyashi? —El rápido análisis del de cabello largo sacó de sus pensamientos a Allen.

"Fui demasiado ruidoso" pensó. Se quedó de pie siempre al lado opuesto del estanque donde Kanda aún permanecía— No, para nada. Es sólo que no me gusta que me juzguen o sientan lástima por mí al ver mis cicatrices —se sintió con la confianza de hablar con el espadachín ya que eran los únicos en el lugar y sabía que Kanda no le diría a nadie más sobre sus inquietudes.

—¿Lastima? —el de ojos zafiro lo miró con duda.

—Si... pero aunque te lo explique no lo entenderías —respondió bajó la mirada atenta del contrario— tus heridas sanan a una velocidad monstruosa y no dejan ninguna marca.

—¿Y eso qué? —replicó comenzando a enfadarse. Aun a pesar de todo lo que Allen fue capaz de logar a pesar de su corta edad, a Kanda le repugnaba que el albino siguiera con sus inseguridades— Escucha, Moyashi, cada cicatriz que tenemos significa que las heridas que alguna vez tuvimos han sanado —Allen reflexionó, pero su expresión era de incredulidad. El temido Yuu Kanda le daba consejos como si de su padre se tratara— ¿Tienes una maldita idea del dolor que he sentido con cada herida?, no. Pero tienes razón en una cosa; no tengo cicatrices, porque las guardo en mi memoria. Cada punto exacto donde mi piel fue cortada. Las cicatrices son la marca de superación que sólo los mejores guerreros portan con orgullo —Se puso de pie. Sus palabras habían tocado una fibra sensible en Allen.

Este hubiera agradecido, pero su cara se tiñó de carmín— Gracias por las palabras de ánimo, Kanda. ¡Pero la próxima avisa cuando te vayas a poner de pie! —agradeció rápidamente y tan veloz como un rayo salió corriendo para desaparecer de su vista.

—Hmp, sigue siendo un mocoso inmaduro... —se cruzó de brazos y decidió pasar un poco más de tiempo en el estanque. Ya era finalmente sólo para él.

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¡Un nuevo dibujito hermoso de moyashisa16! En serio, no tengo palabras para agradecer tan lindos detalles. TwT Espero este drabble les haya gustado.

Creditos a moyashisa16 - FB Yukariet

#DGrayTober

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Los dejo con un Bye Bye Dango... nos leemos mañana ^^

D Gray Tober By: Varela D. Campbell ウァレラ・デェー・キァンベル。