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Día 26 - Ropa elegante (Kanda, Lavi, Alma, Allen).

—Yuu, por favor ayúdame. Prometo que te lo compensaré de alguna forma —Lavi estaba arrodillado frente al mencionado. Kanda estaba furioso con la estúpida idea del pelirrojo.

—En primera, ¡deja de llamarme por mi nombre! Maldita sea —Lo tomó del cuello dispuesto a darle un golpe. Lavi cayó sobre su trasero con un chichón en su cabeza y un puchero infantil—. Y en segunda, me niego. Ni loco haré eso.

—Y aunque Yuu hubiera aceptado... ¡¿Cómo hubieras ocultado el hecho de que su cara es afeminada, pero su cuerpo parece el de un Jojo?! —Alma se carcajeaba desde la cocina tras haber escuchado la conversación del par.

Kanda barrió su mirada fúrica hasta donde Alma estaba cocinando la cena— Bueno, quizás exageré un poco, pero en mi opinión necesitas a alguien más. ¿No le has preguntado a Lenalee?

—No estaría aquí de no haberlo intentado —confesó derrotado. Se levantó y se sentó en el sofá. Kanda escuchaba atento de pie y apoyado a la orilla de la puerta que separaba la cocina de la sala— Lenalee era mi primera opción, pero cuando le propuse la idea, Komui apareció y usó una de sus máquinas infernales para echarme a patadas de su casa.

—Te has metido en un grave problema por culpa de tu bocota, ¿no crees? —Kanda se cruzó de brazos.

—¡Listo! Coman con cuidado, que está caliente —Alma dijo con orgullo. El aroma de la pizza casera era delicioso— Hey, Lavi... si no te molesta que pregunte, ¿en qué problema te metiste ahora?

—Le mintió a su abuelo y dijo que finalmente había conseguido una novia —el azabache se adelantó. Alma puso una cara de sorpresa. Era bien sabido que Lavi gustaba de coquetear con cualquier chica hermosa; sin embargo, jamás tuvo una relación formal pese a tener 19 años, vivir en una familia bien acomodada y tener un cuerpo de envidia para muchos.

—El otro problema es que hay una fiesta familiar y Panda quiere que se la presente a todos. Es mañana, y se me agotaron las opciones —llevó las manos a su rostro para ocultar la vergüenza. Lavi lloriqueaba por haberle mentido a su abuelo. Al principio pensó que eso callaría los regaños de Bookman porque nunca conseguía una pareja, pero se arrepintió después de notar el gran interés que pusieron en esa mentirilla piadosa.

—Como lo siento, Lavi —Alma se sentó a la par para consolarlo, poniendo una mano en su espalda.

Kanda analizó la situación por unos minutos mientras comían. A pesar de lo que Lavi aparentaba, era en realidad un idiota con muchas inseguridades que destaca únicamente en las clases de historia en la universidad. Era imposible que lograra conseguir una novia en 24 horas. De sus únicas amigas, Lenalee quedaba completamente descartada por su hermano celópata y Miranda está casada.

—¿Necesariamente tiene que ser una mujer? —La pregunta de Kanda interrumpió la conversación que Alma y Lavi tenían.

Parpadeó varias veces y respondió— Si, le dije a Panda que era mujer. ¿Por qué la pregunta?

Le costó un poco procesar las extrañas miradas de Lavi y Kanda, pero Alma casi se atraganta con un trozo de pizza cuando ambos lo vieron con lo que pudo describir como un maléfico plan.

Para el final del día siguiente ya tenían todo listo, desde el vestido, peluca, maquillaje y tacones. Alma luchó para negarse, pero al final se sintió mal por Lavi y sus suplicas. Él era el perfecto para intentar fingir ser su novia. A diferencia de Kanda, su cuerpo era mucho más fino y menos trabajado, lo que le facilitaría pasar desapercibido para muchos.

—Estos tacones son malditamente incómodos —se quejaba, con el maquillaje a medio poner y un sostén en sus manos. Kanda tenía su misma expresión estoica, pero Alma lo conocía bien y sabía que estaba muriendo de risa internamente. Se sintió completamente abochornado— Y bien... ¿Quién me ayuda con el sostén?

Kanda carraspeó y de una patada mandó a Lavi a que ayudara a Alma— Oye, ¿por qué hiciste eso?

—Porque después de todo es tu estúpida idea —contestó, para luego ir a la puerta ya que el timbre sonaba insistentemente.

—Vienes en un muy mal momento, Moyashi. ¿Qué quieres? —cuestiona frunciendo el ceño al ver la inesperada visita. Allen imita su acción.

—Mi nombre es Allen, no Moyashi —masculló entre dientes— Vengo a entregarle mis anotaciones a Alma. Me dijo que hoy no iría a clases.

—Genial, dame el cuaderno y piérdete —estiró la mano para arrebatarle el cuaderno, pero Allen fue más listo y lo esquivó. Entró sin permiso a la casa porque escuchó las voces de Alma y Lavi adentro.

—¡Oye! ¡¿A dónde crees que vas?! —Kanda gritó, pero antes de alcanzarlo Allen ya estaba parado frente a la sala.

Alma estaba de espaldas a Lavi mientras descifraba como ponerle el sostén. Cabía recalcar que Alma tenía el maquillaje puesto, la peluca y los tacones, pero seguía en calzoncillos porque debía colocar el sostén para poder ponerse el elegante vestido negro sobre el la mesa.

Hubo un silencio incómodo en el que nadie habló.

—Ya vine, ya vi, y ya me voy —Allen dejó el cuaderno y se alejó de forma robótica hasta cerrar el mismo la puerta de entrada.

—Mierda... Será mejor que hable con el Moyashi para que no haga un escándalo —Kanda maldecía. Luego miró a Lavi quien sonreía trémulo y seguía en shock por lo que había pasado—. Ahora nos debes dos. Terminen de vestirse y lárguense de la casa.

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#DGrayTober

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Los dejo con un Bye Bye Dango... nos leemos mañana ^^

D Gray Tober By: Varela D. Campbell ウァレラ・デェー・キァンベル。