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Día 18 - AU moderno (Alma, Lavi, Allen, Kanda, Tiedoll).

Se supone que Kanda ayudaría a Alma a conocer los alrededores del inmenso campus universitario, pero por azares del destino su malhumorado amigo no contestaba las llamadas y había desaparecido sin dejar rastro alguno. Resignado, guardó su teléfono y ajustó su mochila. Con mapa en mano vagó por las diversas instalaciones del lugar para poder dar con los dormitorios.

Era imposible no perderse en ese lugar que parecía una ciudadela; kioscos para la recolección de votos de algo que no le interesaba, zonas verdes con infinidad de estudiantes haciendo diferentes actividades, áreas de recreación y deporte, edificios de clase que parecían castillos de cuentos de fantasía, una piscina olímpica e incluso un teatro.

A su paso por la gigantesca biblioteca, no se percató que alguien corría a toda prisa y terminó chocando con un joven de cabello rojo.

—¡Auch! Perdón fue mi culpa. Llevaba tantos libros que no podía ver el camino. Me llamo Lavi Bookman —se disculpó, agachado mientras recogía el desastre causado. A lo lejos escuchó el regaño del bibliotecario pidiéndoles que guardaran silencio.

Alma rió y habló en tono bajo, ayudando con los últimos libros en el suelo—. Mi nombre es Alma Karma. Estoy buscando a una persona, pero no logro encontrarlo. ¿Conoces a Yuu Kanda?

—Ah, Yuu... ¡claro que lo conozco! —Contestó sonriente— pero la biblioteca sería el último lugar en el que deberías buscarlo.

Después de despedirse de Lavi, sintió que su estómago pedía alimento. Siendo la hora de almuerzo no fue difícil que localizara el delicioso aroma de un mini bistró en el área recreativa del campus.

—Por última vez, ¡aquí no vendemos licor! maestro idiota —Allen estaba arrugando la libreta en la que tomaba pedidos. Tenía el ceño fruncido y una mirada de odio hacía la persona que estaba cómodamente sentada en uno de los sillones del lugar. Cross soltó un chasquido molesto y puso sus pies sobre la mesa. Alma dudó por un instante si debía entrar al local al ver la escena, pero no había comido desde la mañana. Allen cambió por completo su actitud por una más relajada cuando vio entrar al nuevo cliente.

—Bienvenido, soy Allen. Puedes tomar asiento, en cuanto saque a este vejete ebrio de aquí tomaré tu pedido.

—Claro —agradeció y se sentó en silencio. Revisó su teléfono una vez más, sólo para darse cuenta que Kanda no había regresado sus llamadas.

—Perdón por la demora —el ojigris se acercó a su mesa con una sonrisa y dispuesto a anotar su pedido.

—Descuida... y disculpa que pregunte pero, ¿Quién era ese hombre de hace rato?

—Ah... —Allen soltó una risa nerviosa— Seguro debes ser nuevo por aquí. Él es el Decano Cross Marian, es profesor de la escuela de Ciencias Sociales y tristemente es también mi maestro. Todos saben que tiene un serio problema de alcoholismo, pero él no ha querido admitirlo aún —confesó apenado. Alma escuchaba atentamente.

—¿También eres estudiante?

—Sí. Este es mi primer año, pero tengo un trabajo de medio tiempo aquí porque es el negocio de mi padre.

El azabache entabló una amena conversación con Allen. Se sorprendió al saber que era un chico bastante joven, pero por su ingenio e inteligencia había logrado obtener una beca en esa universidad.

Y si, Allen también conocía a Kanda. Con un par de confusas indicaciones luego de comer, Alma finalmente encontró el lugar en donde su amigo parecía esconderse— Un Dojo... —suspiró. ¿Por qué no se le había ocurrido antes?

Se adentró en el lugar y no tardó en mirar fijamente al pelinegro en medio de un fiero combate con un señor de cabello rizado y bigote.

Su piel estaba cubierta de una perlada capa de sudor, pero Kanda sonrió victorioso al derrotar por enésima vez a su autoproclamado maestro Tiedoll en el Dojo.

—Hasta que finalmente te encuentro, Yuu. ¿Por qué no contestas mis llamadas? También te envié como mil mensajes —esa voz se le hizo familiar. Kanda chasqueó su lengua y miró de reojo al joven pelinegro.

—Kanda, ¿conoces a ese joven? Parece molesto contigo —Tiedoll le pregunta mientras se ponía de pie.

—Desafortunadamente si —dijo, luego se dirigió a donde Alma estaba cruzado de brazos y esperando una respuesta.

—¿Y bien?

—Olvidé que venías hoy.

—¿Huh? Eres un desconsiderado, Yuu —se quejó, inflando sus mejillas. Kanda finalmente tomó sus cosas y lo guio al que sería su dormitorio a partir de ese día. Las clases comenzarían la mañana siguiente y Alma no le perdonaría tan fácil a pesar de que había podido explorar el campus él solo.

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#DGrayTober

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Los dejo con un Bye Bye Dango... nos leemos mañana ^^

D Gray Tober By: Varela D. Campbell ウァレラ・デェー・キァンベル。