[Shin Soukoku Y Soukoku]
/Problemas/
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Era por la mañana, Chuuya y Atsushi se encontraban tumbados en una cama, con un un paño húmedo en la frente y tapados con una manta hasta el cuello. Sus caras estaban rojas y sudorosas, por la alta temperatura que tenían.
¿Qué por qué estaban así?
Los departamentos de la agencia se habían incendiado gracias a Dazai, y no tenían donde quedarse. Gracias a la tregua de la agencia y la port mafia, se pudo negociar y llegar a un acuerdo hasta que se pudieran reformar los departamentos.
Cada uno se quedaría con sus respectivas parejas, conocidos, o con alguien externo.
Yosano y Kyoka se quedaron con Kouyo.
Kenji y los hermanos Tanizaki se habían quedado junto a Haruno.
Fukuzawa y Ranpo se quedaron con Mori y Elise.
Kunikida fue a la casa de Katai, quien le recibió con los brazos abiertos.
Y Atsushi y Dazai se habían quedado en la casa que compartían los hermanos Akutagawa y Chuuya.
Gin se había ido temporalmente al departamento de Higuchi por lo que había espacio suficiente para los cuatro.
Rápidamente se acostumbraron, después de todo, ya habían pasado mucho tiempo juntos. Y se habían acostumbrado acpasar noches con sus respectivas parejas. Aunque a veces sus personalidades chocaban, se podía decir que la convivencia era cómoda.
Pero un día, habían salido todos juntos para dar un paseo. Ese día hubieron fuertes lluvias y ninguno había llevado consigo un paraguas, por eso se habían enfermado. Dazai y Akutagawa se habían librado, por suerte. Y podían seguir con su día como normalmente lo hacían.
Dazai y Akutagawa había ido a trabajar, aunque muy bien sabemos que Dazai no fue a trabajar.
Ellos estaban solos en casa, con algo de fiebre, mocos y estornudos, pero podían soportarlo.
Se levantaron, desayunaron y tomaron los medicamentos para el resfriado que les había mandado Yosano.
Se habían vuelto amigos en poco tiempo, porque, por muy sorprendente que fuera, compartían gustos en vario aspectos.
Recogieron todo y empezaron a preparar los chocolates para San Valentín que habían planeando hacer para sus parejas.
—Nakahara-san ¿Cómo preparo todo? — Preguntó.
—Mocoso, ya te he dicho varias veces que pudes llamarme solo Chuuya — Él asintio — Deja que te ayudo, primero pon el chocolate a derretir.
Eso hizo, puso agua en una olla y la puso a hervir, cuando ya estaba lo suficientemente caliente, cogió un Bowl de cristal y metió el chocolate dentro. Luego lo puso sobre la olla y se empezó a derretir.
—Ahora remueve para que no se te queme — Dijo mientras también hacía el suyo — Coge el molde de silicona y échalo.
Lo hizo, pero el bowl se le resbaló de las manos y el chocolate cayó sobre su brazo.
—¡Ayyy! — Gritó Atsushi, miró hacia él, y lo vio con el chocolate derretido, vertido en su brazo — ¡Quema, quema, quema!
—¡Atsushi! — Fue rápidamente hacia él e intentó quitar todo lo que pudiera — Ve a la ducha e intenta limpiar todo muy bien, voy a llamar a Yosano-san, puede que nos ayude — Dijo y él obedeció.
Llamó a Yosano quien le dijo que iría lo más rápido posible.
Limpió todo lo que había caído al suelo y terminó su chocolate.
—¡Chuuya-san, esto duele mucho! — Escuchó.
—¡Tranquilo! ¡Yosano-san va a llegar rápido! — Gritó.
Ahora que lo pensaba, ¿por qué el tigre no lo había curado?
El timbre sonó
—¡Voy! — Gritó. Y fue a abrir la puerta.
—¿Dónde está Atsushi-kun?
—Le mandé a que se limpiara, ahora viene para que lo revises — Dijo, y en cuestión de segundos apareció en el salón.
Estaba mojado, no había podido secarse bien, y solo llevaba sus pantalones. Sus ojos estaban rojos y llorosos, parecía que el dolor era mucho mayor de lo que pensaba.
Yosano lo revisó por un rato y luego le puso el brazo bajo agua fría durante un par de minutos.
—Tu quemadura es muy grave, de segundo grado para ser exactos, por lo que no puedo aplicarte ninguna crema. Te recomiendo que la mantengas con frío — Explicó — No sé el porqué el tigre no ha actuado, pero creo que puede ser por culpa del resfriado que se encuentre débil, así que puede ser que actúe de forma lenta, para mañana tendrá que haberse curado, en caso de que así sea — Finalizó.
—Intenta no hacer mucho esfuerzo y no tocarla, puede llegar a infectarse — Dijo — Yo me voy, Kouyo me invitó a una cita y necesito prepararme.
—Que tengan un buen día, cualquier cosa me avisan — Se despidió.
—Voy a buscar una bolsa de gel congelada — Fue al congelador y sacó la bolsa, luego fue a su habitación y rebuscó en las cosas de Dazai, y cogió unas vendas limpias.
Regresó con Atsushi y le envolvió la quemadura con las vendas y puso la bolsa encima, para que no hiciera contacto directo con la piel lastimada.
Atsushi se quejó del dolor.
—¿Chuuya-san usted no tiene nada para el dolor? Una pastilla o algo — El asintió y fue a buscarla.
—Aquí tienes, bebela junto con el agua para que te sea más fácil tragarla — Dijo y eso hizo.
—Quiero terminar el chocolate para Ryu — Dijo.
—Yosano-san dijo que no deberías hacer esfuerzos, puedo terminarlo por ti, si quieres, claro — Sugirió.
—Está bien — Respondió.
Fue al la cocina y volvió a derretir el chocolate el cual luego echó en el molde con cuidado, y después lo puso a endurecerse junto al suyo.
Volvió a donde Atsushi y decidieron ver una película.
Se acomodaron en el sofá y se taparon con una manta. Y empezaron a ver la peli.
Un rato después vio que Atsushi se había quedado dormido, eso era bueno. La noche anterior no había podido dormir muy bien, por culpa del resfriado.
Sacó los chocolates del molde y los envolvió en un papel especial, para luego envolverlos en papel de regalo.
El chocolate que Atsushi iba a hacer para Akutagawa tenía una forma parecida a Rashomon.
Y el de Chuuya, que estaba dirigido a Dazai tenía forma de kitsune.
Una vez acabó de decorar los chocolates los puso en la nevera, para que no se derritieran.
Y pensó qué hacer para almorzar.
Chazuke, el chazuke ayudaría a que Atsushi se sintiera mejor, había pasado por mucho estos últimos días y necesitaba animarse.
Preparó el arroz y el té, hizo mucho, porque seguramente comería más de un plato.
También picó unos higos, para ponérselos a Akutagawa.
Terminó todo y volvió a donde Atsushi.
Se acostó junto a él, y poco después cayó dormido también.
El sonido de las llaves lo hizo despertarse, miró la hora, eran las dos de la tarde, hora del almuerzo.
Dazai y Akutagawa entraron por la puerta y él los saludó. A Akutagawa con un simple hola, y a Dazai con un abrazo y un beso.
—¿Y Jinko? — Preguntó Akutagawa.
—Oh, él está durmiendo en el sofá, ten cuidado al despertarlo — Le advirtió.
Él asintió y fue a donde estaba.
Le dio un par de toques en la cabeza para despertarlo y eso hizo.
Al despertarse por completo le dio un pequeño beso en la frente.
—¿Cómo estás? — Preguntó.
—Bueno... — Levantó su brazo con la venda, ya que la bolsa la había quitado Chuuya hacía un rato.
—¿Qué te pasó? — Preguntó preocupado.
—Me quemé.
—Oh, sabes que tienes que tener cuidado — Dijo y asintió — ¿Te duele mucho?
—Arde un poco, pero puedo soportarlo — Respondió.
—Me alegro.
Todos fueron al comedor, para empezar a almorzar.
Comieron tranquilos y en silencio.
Una vez acabaron, se dirigieron al salón.
Chuuya cogió los chocolates, intentando esconderlos en su espalda. Y le dio el suyo a Atsushi.
Ambos se los entregaron a sus parejas, quienes les entregaron unos también, aunque deformes y algo quemados. Pero no importaba.
Pasaron toda la tarde juntos haciendo todo tipo de cosas, jugando juegos de mesa, viendo series, películas, etc.
Fue un día de San Valentín, que empezó fatal, pero terminó como si no hubiera pasado nada.
Me parece que el principio quedó algo cutre, pero que luego se escondió en lo demás.
18/02/2023
1345 palabras.
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