[Ranpoe]


/Date/


.
.
.

Poe se encontraba en una banca de un parque, con Karl, que estaba en su hombro. Ranpo lo había citado allí a esa hora y todavía no había llegado.

Esperó varios minutos, y no había rastro de él.

Esperó un rato más y luego decidió irse.

Se levantó de la banca con un dolor en el pecho, se sentía engañado y abandonado.

Justo cuando se había dado la vuelta para marcharse, un grito le hizo detener su paso y girar hacia donde provenía.

-¡Poe-kun! - Era Ranpo. Estaba sobre la espalda de Atsushi, quien tenía sus dos extremidades inferiores transformadas con su habilidad de tigre y Ranpo con un paquete de dulces en la mano. Y corriendo se acercaron rápidamente.

El dolor en su pecho disminuyó drásticamente.

Ranpo se bajó de la espalda del chico tigre para saludar a Poe.

Atsushi ahora estaba jadeando por el cansancio apoyándose sobre sus rodillas.

-Buen trabajo Atsushi-kun, te has ganado un caramelo - Dijo Ranpo dándole unas palmaditas en la espalda. Y le entregó el caramelo, y éste se lo metió en la boca - Puedes volver a la agencia si quieres, o puedes ir con el perro de la mafia a hacer sus cosas - Dijo y vio al albino atragantarse con el dulce mientras se sonrojaba fuertemente.

-Creo que mejor iré a la agencia, de nada Ranpo-san, tengan una buena tarde - Dijo nervioso y se retiró. Pero un par de segundos después volvió a darse la vuelta, al darse cuenta de que tenía una cesta, que también le había hecho cargar. Luego salió corriendo.

-¿Qu-qué hay en la cesta? - Habló por primera vez - No, mejor, ¿Pa-para qué me citaste? - Preguntó.

-Oh, ¿esto? - Levantó la cesta - Es parte del motivo del porqué te invité.

-Y en cuanto a la segunda pregunta, no hace falta un motivo para que te cite, solo me aburría y quise pasar tiempo junto a ti - Dijo, y un leve rubor apareció en las mejillas del más alto. Aunque no se notó gracias a su largo flequillo.

-Bueno, este es el plan - Siguió hablando - Hace tiempo que no me enseñas ningún misterio nuevo, y por lo que he podido deducir, estás bajo un bloqueo, así que he decidido hacer un picnic para intentar que te llegue más rápido la inspiración - Dijo.

-¿U-un picnic? - Dijo nervioso.

-Ajá, iremos al bosque que conecta con el parque e iremos al río, allí haremos el picnic - Explicó - Bueno, en marcha.

Ranpo agarró la cesta con una mano y con la otra tiró del brazo de Poe. Y fueron en dirección al bosque que estaba a unos metros de distancia. Por lo que no tenía pérdida.

Se adentraron en el bosque por un estrecho sendero, marcado por la escasez de plantas en el suelo.

Caminaron recto, a su alrededor los árboles y arbustos eran verdes, y se sentía la humedad en el aire.

Siguieron caminando un rato más, pero no llegaban a encontrar el río.

Y cuando se dieron cuenta, estaban pisando hierbas y plantas pequeñas, no había rastro del camino.

Miraron hacia atrás y tampoco vieron nada. Estaban perdidos, en medio del bosque.

Eso solo puso más nervioso a Poe.

-Ranpo-kun, ¿q-qué ha-hacemos? - Dijo.

-Lo mejor será encontrar el río o el sendero, sigamos recto - Dijo y eso hicieron.

Caminaron sobre la maleza. Algunas hojas y ramas chocaban contra sus caras, y a veces llegando a entrar en sus ojos o boca.

Sus ropas estaban llenas de barro, sobre todo sus zapatos y la parte baja de sus pantalones.

Cada vez se encontraban más cansados y sus pies dolían.

El cielo se estaba comenzando a poner naranja, estaba atardeciendo y no habían podido salir de allí.

Caminaron y caminaron, hasta que se terminaron cansando.

Un rugido se hizo presente, sus estómagos les estaban pidiendo algo de comida.

Se sentaron, no sin antes poner la manta, que era para el picnic, en el suelo.

Bebieron agua, y Ranpo abrió otro paquete de dulces.

-Toma, este dulce tiene forma de corazón - Le extendió su mano para dárselo. Eso le hizo sentir una gran calidez en su pecho. Y su cara ardió.

-Gra-gracias Ranpo-kun - Le agradeció y se llevó el dulce a la boca.

En la cesta también habían un par de sándwiches, y empezaron a comérselos.

El tiempo iba pasando y el cielo se ponía cada vez más oscuro.

Decidieron ponerse de pie y seguir caminando, con la esperanza de encontrar un mejor lugar, o a alguien que los ayudara.

El camino fue silencioso, solo se escuchaba el ruido de los animales que allí vivían, y el sonido de Ranpo masticando sus dulces.

Poe no sabía, cómo era que no le había dado diabetes o algo parecido, con todo el azúcar que comía diariamente. Eso sí que era un misterio.

De pronto vieron una leve luz al fondo, detrás de muchos árboles.

Se dirigieron hacia allí, cuando llegaron, vieron la luz que los había alertado. Era lo poco que quedaba del sol por esconderse.

Eso era un avance, miraron a su alrededor, habían llegado a la cascada del río, por lo que había un gran acantilado que les impedía seguir caminando.

Al menos esa zona estaba lo suficientemente llana como para poner de nuevo la manta para sentarse.

-Ranpo-kun ¿e-esto no es peligroso? - Preguntó - Llevamos pe-perdidos un par de horas y no sa-sabemos cómo vo-volver a casa - Dijo.

-Estoy seguro que la agencia nos ha estado buscando, así que no te preocupes - Dijo, tranquilizándolo - Mejor toma - Le extendió un par de hojas de papel, una pluma y un bote de tinta - Se que ya se te ocurrió algo para un misterio nuevo, puedes escribir mientras esperamos - Dijo.

Poe lo miró con confusión, pero igualmente acepto. Al menos eso distraería a su cerebro, y no pensaría en cómo podría morir en cualquier momento, por un oso u otro tipo de animales del bosque.

Ranpo miraba el movimiento de la pluma contra el papel, que estaba apoyado en una tabla de madera lisa. La pluma danzaba sobre la hoja y no se detenía, como si no tuviera nada por lo que pararse a pensar.

A veces miraba al rostro de Poe, su flequillo se había levantado un poco y se podía ver toda la concentración que tenía.

Por muy aburrido que sonara, él no se cansaba de verlo escribir. El cómo aparecía una sonrisa de vez en cuando. O cómo cuando veía la frustración porque no se le ocurría nada. Eso le fascinaba. Era una de las cosas que más le gustaba de Poe.

Pasaron los segundos, los minutos y luego habían pasado dos horas.

Habían empezado a usar la linterna, que había llevado en la cesta, para poder ver algo en medio de la densa oscuridad.

Poe acabó, no era muy largo, solo había utilizado 5 hojas por delante y por detrás.

Suspiró satisfecho. Estaba orgulloso de haber podido escribir después de un tiempo. Aunque sabía que Ranpo lo resolvería en cuestión de minutos, pero no le importaba, estaba feliz.

Unas fuertes luces apuntaron a sus caras, haciéndoles cerrar los ojos rápidamente y con fuerza.

-¡Los encontré! - Esa era la voz de ¿Kenji? - Uy, perdón - Movió la linterna para apuntarla hacia el suelo. Y pudieron abrir los ojos de nuevo.

Vieron llegar a algunas personas de la agencia, y a Lucy.

-¡Ranpo-san! Nos preocupó mucho. Al ver que no llegaba, Atsushi nos dijo que te había dejado en el parque junto a Poe-san - Dijo Kenji.

-Ranpo idiota, si sabes que tu orientación no es la mejor, para qué sales, y encima al bosque, arrastrando a Poe contigo - Le regañó Kunikida. Y él solo se encogió de hombros.

-Y tu Poe-san, para la próxima, intenta no hacerle caso a Ranpo - Le dijo. Y el asintió.

-Tampoco fue para tanto -Se quejó Ranpo.

-¡Sí lo fue! - Dijeron todos.

-¿Lu-ucy?¿Qué haces a-aquí? - Preguntó Poe.

-Escuché que estaban buscando a Ranpo, y luego que tú estabas con él, así que me uní a su búsqueda - Dijo.

Ranpo hizo un gesto de molestia y le apartó de ella.

-Volvamos a la agencia, ya es muy tarde - Dijo Fukuzawa, quien se había mantenido en silencio todo el rato.

No se lo iba a decir, pero el hecho de que Ranpo no apareciera lo preocupó mucho. Pero sabe que no hacía falta decirlo, porque él ya lo sabía.

Salieron del bosque por un camino más corto, y caminaron a la agencia.

El camino fue pesado, pero llegaron rápido.

Se sentaron en uno de los sofás y Ranpo empezó a leer el misterio escrito por Poe.

-Fue la camarera, cambió su copa por una que tenía un veneno incoloro e inoloro y el sabor se disimuló con el vino - Dijo - Lo mató porque había violado a su esposa, es triste - Dijo e hizo un puchero.

Luego se acostó con la cabeza apoyada sobre sus muslos, y Karl se acurrucó junto a él.

Poco después cayó en los brazos de morfeo. Poe solo le puso una manta que estaba por allí y cerró los ojos también.

Hoy el día había sido más cansado de lo habitual.

17/02/2023

1536 palabras.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top