No pueden encerrar mi corazón;
en un torbellino de dudas.
No pueden cambiar sus decisiones,
ni separarlo de sus ilusiones.
Porque él sabe lo que quiere
Y está confundido, mas no muerto.
No pueden dominarlo,
si busca su propio camino.
Nadie puede obligarlo,
si él quiere, luchará.
No pueden debilitarlo;
aunque por dentro sea de cristal.
Nadie acabará con su fé
sí él tiene fé en que lo va a lograr.
Nadie lo bajará de las nubes,
él más alto ha de volar.
Y sí él cae al suelo;
Y es aplastado...
No te preocupes,
Que es inmortal

Fragmento de "Corazón inmortal" poema escrito por: Zilvia813 

Después de mucho tiempo en el Cinder elegimos quedarnos en él, y constantemente lo estamos arreglando, no sólo para que Mitjer se sienta en casa, también yo comienzo a sentirme cómoda teniendo un lugar al que le pueda llamar hogar, y teniendolo a él a mi lado.

Hemos aprendido tantas cosas el uno del otro, él ahora es un perfecto Cyrehn, un maestro en la magia y en el control de la energía, y yo aprendí a tener un equilibrio, ya no somos prisioneros así que podemos salir a disfrutar de Cyrah juntos y al final del día siempre regresamos al sitio al que ambos pertenecemos, ahí él y yo somos una familia.

Aún no puedo creer que me enamore de Mitjer, fué como una completa explosión, una marea de sentimientos en el que me encontré envuelta y no pude luchar. Ya no le temo ni a él ni a su poder asombroso, son hermosas y grandes las cosas que puede hacer que aún me sigue impresionado, pero estoy tan orgullosa de él, es tan generoso, compasivo y uno de los Cyrehn más respetables, ahora es tan amado en nuestro pueblo, tanto como a su mamá, la cual aún seguimos esperando que regrese.

Hoy decidimos quedarnos para llenar de flores y plantas todos los muros, el hechizo de las estrellas de Mitjer sigue funcionando con la misma fuerza que el día que lo hizo, nuestra casa se ve tan bella con luz, los jardines y los arreglos, que pasar mucho tiempo aquí dejo de ser una condena.

Termino con los arreglos de nuestra habitación y observó el espejo, ahora hago lo mismo que Mitjer y repaso mi aspecto, vestido con una linda y ligera tela blanca, maquillaje en tonos dorados y mi cabello amarrado en una complicada trenza adornada de pequeñas flores. Me río ante aquel descubrimiento a Mitjer le sigue gustando arreglar mi cabello.

Bajo en su encuentro y él está dando los últimos toques de brillo a las orquedeas en la sala, a pesar de que todo a nuestro alrededor es blanco, luminoso y muy natural, él sigue usando tonos un poco más oscuros, lo que solo acasiona que atrape por más tiempo mi mirada.

—Me gustó el peinado que me hiciste.

El gira a verme y sonríe cuando posa su vista en mi cabello, aunque luego noto algo de confusión en su mente y que el avanza sigilosamente hacía mí.

—Jane, no entres en pánico, pero yo no lo hice, aunque sabes recuerdo que cuando estaba en el vientre de mi mamá me agradaba jugar con su cabello— termina viendome con ilusión irradiando de su mirada.

—Creo que no te entiendo.

Se escucha una risa a nuestra espalda y yo giro a la puerta, donde me impresiona notar a dos personas entrando, lo primero que llamo mi atención fue su lumínica aura, una rosa y otra azul.

—Eso quiere decir que ahora debemos conseguir jugo y galletas saladas—. Afirma Keilahy mientras entra seguida de un apuesto joven que reconozco como Dylan, sin dejar de observar mi vientre.

Mitjer prácticamente saltó para abrazar a su mamá y a Dylan, la estancia se lleno de todo su amor y felicidad, aunque yo seguía aturdida por la noticia. Ellos giran a verme y Mitjer se acerca a abrazarme.

—No hay nada que temer amor, todo está bien ahora.

Mitjer acaricia mi vientre y me besa, y poco a poco la sensación de tranquilidad regresa a mí, por supuesto todo está perfectamente bien.

FIN