18. Él es especial
Sin decir palabra el mago cierra los ojos y comienza a avanzar, se veía tan concentrado que no dude, los estaba rastreando. Unos minutos después llegamos a una cueva, la belleza es impresionante a cada paso que damos, no entiendo cómo es que sí alguien vive aquí no sólo se sentó a disfrutar de la vida.
Avanzamos a paso sigiloso y cuando llegamos al centro de ella, veo una especie de refugio, hay cajas por todos lados, frascos con sustancias extrañas y una aterradora cantidad de armas en las paredes, las veo rápidamente y las reconozco como "armas humanas" aunque por suerte son antiguas, ninguna de fuego. Es un hombre vestido con esa malla oscura como la del mago el que capta mi atención, lo detallo, es imponente, fuerte, alto, moreno y con aura roja. Es él. La ira no me permite pensar más a fondo y simplemente me pongo frente a él con las manos en puños sin permitir que me intimide.
-Me impresiona verte aquí, mi dulce Keilahy- dice algo meloso y con una mano intenta tocar mi cabello, yo de un golpe lo alejo.
-Dejate de tonterías, ¿Dónde está mi hijo?- grito enfatizando el "mi".
Se hace un silencio y un pequeño de unos ocho años aparece en la estancia, tiene cabello negro al igual que sus ojos y me sorprende el contraste que hace con su piel blanca, es un niño adorable, pero que sus ojos sean de ese tono de negro me asusta.
-Ahí está, perfectamente sano y a salvo.
-Basta de mentiras, no es posible que él sea Mitjer.
-Kei siento la presencia de magia en él, debió haber usado pocimas muy poderosas que me temo, la más pequeña de las secuelas fue su crecimiento acelerado, ten cuidado- me dice en un susurro el mago, ni siquiera me había dado que se había posicionado a mi lado.
Veo al niño de nuevo y cuando sus pequeños ojitos se posan en mí, me recorre una oleada de emociones que casi me derrumba, es un niño precioso y es mío. Mitjer mueve la cabeza y me observa a profundidad como si pudiera ver a mi interior, una sonrisa se le dibuja en el rostro y por un instante hubo un pequeño parpadeo de color verde en sus ojos.
-Vengo por mi hijo Dylan y no me iré sin él- me dirijo decidida hacía él.
-No me llames de esa forma, destruí al idiota ese aquel día, tú conoces mi nombre al final de cuentas leíste mi libro- lo dijo tan casualmente pero yo pude sentir un cuchillo en mi ser.
-¿Qué quieres decir?
-Era una pena destruir una aura tan pura y no sabes el trabajo que me costó encontrar a un azul, pero lo necesitaba porque así tu confiarías en él, y además el bebé crecería rodeado de las dos auras más poderosas. El resultado fue un total éxito puesto que Mitjer es tan poderoso como lo supuse. Pero ya no quería a un estorbo como ése, poseer su cuerpo fue interesante pero pronto su centro puro me arrojó, no llores por él no es importante y ni siquiera es nada de tí, yo soy el padre de Mitjer.
Su voz era pausada, segura y tomándose todo a la ligera, muy diferente al cómo me estaba sintiendo, la herida en mi corazón se hizo tan profunda que lo sentí bajar a mi estómago donde se arraigo y casi pude sentir como me drenaba. La fuerza me abandono así que caí hincada y con el torso doblado, intentando recuperar el aliento, mis sollozos eran roncos pero las lágrimas inundan mi rostro.
Recuerdo lo que pasó el día que nació Mitjer, el comportamiento extraño de Dylan y el momento en que su aura se torno oscura, ahora lo entiendo el negro significa destrucción y en ese momento él murió, y yo lo culpé a él. Él nunca hizo nada y sin embargo fue el que cargo la culpa.
Bien pude haberme quedado en el suelo sin importarme nada de mi alrededor, pero siento unas cosquillas en mi vientre que me hacen levantar la vista en dirección a Mitjer, él me sonríe y asiente en señal de que estaré mejor. Tengo la suficiente experiencia como para saber que lo que siento ahora es la magia de él, que me perdone por el mal uso que le voy a hacer.
Canalizo la magia en la palma de mis manos y ordenó a las armas que están a nuestro alrededor el avanzar directo a un solo punto, matar a Cezher. Me levanto y veo justo el momento en que las armas están apunto de atravesarlo, pero él con un movimiento de manos crea un muro transparente que desvanece hasta al más pequeño cuchillo, quedando él totalmente intacto. Cezher se ve tenso y con rabia contenida, ni siquiera tuve tiempo de asustarme porque inmediatamente el levanta la mano y me arroja con fuerza a la pared.
Ya estaba preparada para recibir el dolor y el impacto en la espalda, pero en su lugar no siento nada, cuando abro los ojos estoy suspendida en el aire para después bajar delicadamente al suelo, de nuevo encuentro con la mirada a Mitjer y veo que el pequeño tiene su brazo extendido en mi dirección, baja la mano y gira a ver a Cezher esperando su reacción.
-Excelente bloqueo, ya nos tenemos que ir, avanza al final, no te preocupes por mami ella nos va a esperar aquí en lo que arreglamos la tierra y podamos regresar por ella.
Mitjer asiente y camina a la salida de la cueva, Cezher avanza rápidamente hacia mí y me sujeta fuertemente.
-Si aún estás viva sólo es porque Mitjer así lo quiere, así que si quieres sobrevivir te quedarás aquí hasta que regresemos, y si eres buena quizá mantengamos viva a Melanie.
-¿Qué van a hacer en la Tierra?
-Ya no estamos interesados en quedarnos en Cyrah, en cambio el plano terrenal suena interesante, a los magos nos va a gustar, en cuanto podamos deshacernos de los humanos como las pilas desechables que son-. Su voz era de superioridad pero para su mala suerte pude leer en su interior.
-Tú no vas a la Tierra porque la prefieras, vas porque le temes a los Cyrehn y sabes que es más fácil pelear contra los humanos.
Su tensión de nuevo se hizo palpable pero aún así no mencionó nada y sólo avanzo. Lo seguí hasta que llegamos a un prado en donde estaban reunidos un grupo pequeño de magos con el aura roja, en la que mi hijo con su aura azul era sobresaliente. Los magos cerraron los ojos en señal de concentración y a su alrededor se formó un círculo con el característico mar de colores que representa al portal. Me giro rápido al mago plateado que me siguió.
-Busca a los Cyrehn pero no les digas que tienen aura, sí ustedes no la pueden ver es porque la naturaleza así lo dispuso- avanzo hacia el portal pero el mago me detiene.
-No vayas no hay forma que ganes esa batalla, es mejor que te quedes y pidamos ayuda a los Cyrehn, allá no tendrás nada a tu favor.
-Si tengo algo, tengo a Mitjer.
Me suelto de su agarre y corro directo al portal para desvanecerme al igual que los magos.
~~~~•~~~~•~~~~•~~~~
Isa
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top