~•~ 15 de junio ~•~

Melanie es un índigo, me parece tan hermoso el verla brillar con ese tono, los colores ya no me lastiman, al contrario me hacen sentir segura, ver el color me da una idea del cómo es una persona. Dylan es el que más me ha impresionado, es el único azul que he encontrado, así que estoy de acuerdo con el autor de Cyrah, su aura es única, ahora que conozco hacia su centro me siento feliz a su lado.

Desde ese día no hubo nada que nos pudiera separar, quizá después de todo Mitjer si nacerá con una familia estable, de alguna forma Dylan se volvió una parte importante en mi vida. Confío en él lo suficiente como para dejarlo quedarse en mi casa cuando Mel tuvo que salir a un viaje de su trabajo, va a regresar en unas semanas y aunque es la primera vez que nos separamos por tanto tiempo ella se veía tan entusiasmada por ser reconocida en lo que hace que yo me alegre de dejarla ir.

Recibí las vacaciones de verano con una esperanza inigualable, faltan unas semanas para que nazca Mitjer, justo el tiempo necesario para que regrese Melanie y yo pueda regresar a clases. Las cosas parecen ir marchando de la mejor forma posible, por lo que en este momento me siento la persona más afortunada y bendecida en el mundo.

Al despertar hago mi rutina de revisar mi aspecto y el lugar en el que me encuentro, a diferencia que en esta ahora se le añade el ver a Dylan a mi lado, pero hoy no lo ví y es notoria mi decepción. Me levanto y voy directo a la cocina a desayunar.

Después de un rato comienzo a preocuparme por Dylan, es extraño que se ausente sin avisar, le doy vueltas a las posibles razones para finalmente decidir que es muy probable que esté en una emergencia en su veterinaria, por lo que me dedico a intentar relajarme ya que ciertamente me estoy sintiendo extraña.

El tiempo pasa, no estoy segura si fueron horas o minutos, pero me siento mareada y confusa, recuerdo que las primeras semanas me sentí de esa forma y que en el proceso casi me pierdo, ese recuerdo fue el que me hizo sentir lúcida de nuevo, lo suficiente para ver llegar a Dylan, su rostro estaba más rígido de lo normal y su cuerpo demostraba ansiedad, sin embargo esa no fue mi señal de alerta, lo que me preocupó fue su aura, estaba diferente, por ratos estaba visible y por ratos se tornaba oscura.

—Estate quieta, estás apunto de tener al bebé.

Esa no se parecía a la voz de Dylan, tal afirmación casi me hace pasar desapercibido el hecho de que había líquido empapandome y que estaba en mi cama con la parte de abajo descubierta. Es imposible que esté teniendo al bebé aún es muy pronto y además se supone que debería sentir demasiado dolor, yo me siento rara y sólo eso. Después siento una especie de presión y veo que Dylan se acerca, yo entro en pánico no lo quiero cerca de mi bebé hasta que descubra que está pasando, quiero usar la magia para crear un escudo o arrojarle cosas pero nada me obedece, en ese momento lo entiendo, la magia nunca fue mía es de Mitjer y por eso no estoy sintiendo dolor, Mitjer me está protegiendo de él.

Sé el momento exacto en el que Mitjer nació porque una luz se hace visible en toda la habitación, no era un color en específico simplemente una energía expulsada hacia el exterior, y antes de que pueda gritar o hacer algo Dylan comienza a brillar también hasta crear una pequeña explosión que me deja cegada por un momento, cuando recupero la visión el lugar de Dylan lo ocupa un hombre mayor, de tez morena, rasgos duros, además de cabello y ojos negros, lo que me hace temblar es la energía que desprende y el que a su alrededor se vea el aura roja más intensa que yo haya visto.

El miedo se ve eclipsado cuando este hombre levanta con una cobija a un hermoso bebé, lloro tan descontroladamente cuando veo los ojos profundamente negros de mi hijo que no dejan de observarme cuando ese hombre lo toma y se desvanece con él en brazos. En ese momento siento que el peso del mundo se me viene encima y que yo caigo en un profundo sueño.

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Despierto con dolor en cada parte de mí, pero ya no estoy en mi habitación a mi alrededor el color blanco reina además del horrible olor a medicina, estoy en un hospital, ese lugar que tanto odio. Me pongo histérica buscando algo a mi alrededor, cualquier cosa que me haga sentir segura y en mi búsqueda veo a Melanie que está sentada un poco lejos de mí, al ver que despierto ella se acerca. La repaso de pies a cabeza, su cabello está revuelto, y sus ojos sumamente hinchados, su rostro luce demacrado por el dolor y el cansancio, creo que supe lo que diría antes de escucharla.

—Kei lo lamento cuando llegue ya era muy tarde, te traje al hospital pero él ya no está... No sabemos quién pero se llevaron a Mitjer— lo último lo dijo en un susurro algo ronco a causa de las lágrimas.

El dolor anterior no se compará en nada a lo que siento ahora, siento que dejó de respirar y que las lágrimas me ahogan.

Es real. Él se lo llevo.

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Isa