Elena

Siempre habíamos estado juntos desde nuestra primera fiesta de cumpleaños hasta el último momento en aquel accidente y después de aquello estoy segura que no volveremos a separarnos.

Sebastián siempre ha disfrutado de ayudar a los demás y es por eso que crea sus inventos, él cree en la tecnología, en la humanidad y en la naturaleza. Cuando teníamos diez años invento a los Element Bert, robots con la capacidad de controlar los cuatro elementos de la naturaleza, eso le trajo mucha fama y lo convirtió en una persona imprescindible para su sociedad, es decir que tenía que dedicar su vida al cien por ciento a sus inventos, fue por eso que nos separamos cuando él tuvo que irse al internado para futuras promesas; aquel día me dijo que haría todo para regresar y definitivamente lo hizo.

Pasaron los años y nos veíamos cada vez menos pero no importaba sabía que él arriesgaba mucho al pedirle a su amigo Joseph que lo cubriera cada fin de semana para visitarme, las reglas de aquel internado eran muy severas después de todo nuestra sociedad es más estricta en muchos ámbitos, aunque sigue siendo decadente en otros.

Muchos no se dan cuenta, pero no todos avanzamos al mismo nivel, existe pobreza y hambruna aún con millones de avances tecnológicos, aquellos que son olvidados desde el principio no son recordados tan fácilmente.

La humanidad es egoísta y no se detiene ante nada para conseguir lo que desea.

Un destello rojo apuntaba directo a su pecho no había duda que en solo segundos el disparo sería acertado, Sebastián estaba en peligro y no dudé ni un segundo en protegerlo ese fue el último recuerdo que tengo de aquel día, su rostro cerca al mío gritando con voz aguda que no cierre los ojos luego de aquello solo hay oscuridad, una oscuridad que desapareció cuando volví a escuchar su voz.

—Elena —musito como un susurro cuando abrí los ojos descubrí que todo había cambiado.

Me convertí en uno de sus inventos; en alguien a quien no quería abandonar y con quien escaparía de la sociedad que lo atrapó para sus propios intereses.
Mi nuevo cuerpo tiene habilidades únicas, si te dijera que no sólo existen cuatro elementos naturales sino más de lo que puedes imaginar de seguro pensaras que es una gran mentira, pero todo es real; el ser humano es natural y la tecnología en cierta forma lo es ya que nace de los humanos.

Nunca se sabrá qué tan deseado sea el poder de dar y crear vida, pero si era tan anhelado como para desobedecer las normas conocidas entonces no había duda de que sería peligroso.

—¡Vamos! —escuché a Sebastián y decidí que a partir de ese momento vería el mundo diferente.

Mi cuerpo robótico y alma humana daba como resultado una naturaleza cibernética al igual que los anteriores Element Bert yo podía controlar los cuatro elementos y muchos más, esa era mi verdadera naturaleza cibernética.